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El país del culto a la productividad te acaba de arruinar la semana laboral de 4 días
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"No es realista"

El país del culto a la productividad te acaba de arruinar la semana laboral de 4 días

Una encuesta reciente apunta a que una mayoría de alemanes no ve factible que se cambie el modelo laboral y se trabaje un día menos a la semana. ¿Por qué están en contra?

Foto: Trabajadores de Audi, en Ingolstadt, Alemania. (EFE/Lukas Barth)
Trabajadores de Audi, en Ingolstadt, Alemania. (EFE/Lukas Barth)
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"Estuve en Inglaterra durante un intercambio… estaba en la oficina y todo el mundo hablaba de sus asuntos privados... ¿Qué vas a hacer esta noche?, y todo el rato bebiendo café", decía una joven alemana en el documental Make me a German. La sorpresa de la mujer explica uno de los aspectos más importantes de la cultura laboral en Alemania: la oficina es un lugar para trabajar, no para charlar. Este es uno de los primeros consejos que reciben los extranjeros cuando llegan a una empresa alemana. La puntualidad es el segundo.

El motor económico de Europa es también el que más aclama la productividad, pero no es, en cambio, el que más horas trabaja. A diferencia de otros países, en las empresas alemanes es común que no esté permitido el uso de redes sociales en horario laboral y no están bien vistas las llamadas telefónicas para asuntos privados. Cuando es hora de trabajar, es hora de trabajar.

Foto: EC Diseño.
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Alemania tiene una estricta cultura laboral en la que la flexibilidad está ganando algo de terreno desde la pandemia, pero en la que algunos nuevos modelos laborales se reciben con recelo por parte de los trabajadores. Es precisamente el caso de la semana de cuatro días, reclamado por IG Metall, uno de los sindicatos más grandes del país. Una mayoría estaría en principio de acuerdo en trabajar cuatro días en lugar de cinco por el mismo sueldo, pero no creen que este modelo sea viable.

Este es el resultado de la encuesta de Forsa Polling Institute publicada en el medio Stern, en la que más de la mitad de los alemanes que participaron en el sondeo opinan que la medida es poco práctica. "Creen que no es realista. Algunas personas se sienten muy identificadas con su trabajo y tienen motivación. No ven cómo se puede realizar el mismo trabajo en cuatro días, y tampoco quieren estar restringidos por una regulación como esa", afirma Enzo Weber, jefe del departamento de investigación Pronósticos y Análisis Macroeconómicos del Instituto de Investigación del Empleo (IAB), con sede en Alemania, a El Confidencial.

Otras encuestas recientes arrojaron que una mayoría de alemanes estaría de acuerdo, en teoría, en trabajar un día menos a la semana, pero manteniendo el mismo sueldo. Sin embargo, incluso entre ellos sigue habiendo resistencia. "Ahora escuchamos que la gente quiere trabajar menos que en el pasado, pero eso no es del todo correcto, por lo que estamos viendo. De hecho, estamos viendo que los ritmos laborales se han mantenido más o menos igual en las últimas décadas", continúa Weber.

¿El voto tiene algo que ver con esto?

Los artículos publicados después de la encuesta de Stern apuntan a que la opinión sobre la semana de cuatro días está vinculada a las preferencias políticas. El estudio puso de relieve que las personas a favor de este cambio laboral votan por el Partido Verde, mientras que los partidarios del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) están mayoritariamente en contra.

Al respecto, Weber sostiene a este periódico que estos resultados se deben a que, generalmente, los votantes socialdemócratas tienen empleos a tiempo completo. Por el contrario, los del Partido Verde tienen trabajos relacionados con el sector público y mucho más flexibles en lo que respecta al horario. Algo similar podría responder a por qué los estados del este de Alemania son mucho más escépticos sobre la viabilidad del plan. "En el este, los trabajos a jornada completa están muy implementados [por su pasado bajo gobierno comunista], también para las mujeres. Un empleo a tiempo completo es menos común en los estados del oeste del país", sostiene el experto.

Foto: El teletrabajo, en mínimos en España. (Pixabay)

Por su parte, Mark Fallak, jefe de comunicación y portavoz del Instituto de Economía Laboral, aclara que no se trata solamente de ideología política, sino del poder socioeconómico. "Los trabajadores administrativos urbanos en trabajos creativos, a menudo mejor pagados, generalmente son más aficionados a las diversas formas de nuevo trabajo, incluida la semana laboral de cuatro días. Pero también lo son para el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y el valor del trabajo frente al ocio. Este es también el grupo socioeconómico que más apoya al Partido Verde".

En teoría, pocas personas rechazarían una oferta que suponga trabajar un día menos sin una rebaja del sueldo, pero en el momento en el que la escasez de mano de obra o la necesidad de trabajar horas extra entra en juego, surgen las dudas sobre la viabilidad del proyecto. "Pueden sufrir más estrés y las empresas con problemas financieros pueden empeorar su situación, lo que eventualmente puede conducir a una pérdida del trabajo", afirma Fallak. "Además, la semana de cuatro días parece inviable en trabajos en los que menos horas de trabajo no pueden compensarse simplemente con una mayor productividad (como los conductores de autobuses, cuidadores, etc.) porque ciertos servicios deben brindarse en horarios fijos".

A pesar de la reticencia de algunos alemanes, la flexibilización del horario laboral se ha convertido en una demanda creciente. El precedente que sentó la pandemia con el teletrabajo se basa ahora en un esfuerzo por mantenerlo. Al igual que el trabajo en remoto contaba con muchos escépticos antes del covid, la semana laboral de cuatro días también puede requerir un periodo de experimentación hasta que las empresas y los trabajadores encuentren la combinación adecuada. "Solo entonces tales conceptos serán adoptados por todos los involucrados", concluye Mark Fallak.

Sin planes en el horizonte

En la actualidad, el Gobierno alemán no tiene un plan específico para implementar una semana laboral de cuatro días, pero algunos políticos se han mostrado a favor de esta idea. "Me puedo imaginar que lograríamos buenos resultados. Hay estudios según los cuales las personas trabajan más eficazmente en una semana reducida a cuatro días laborales porque tienen mayor satisfacción laboral. Porque tienen más tiempo para su vida privada", dijo la exlíder del SPD, Saskia Esken.

Sin un plan claro, Alemania podría estar estudiando iniciativas como la de España, donde las pymes dentro del sector industrial y con una plantilla de menos de 250 empleados pueden solicitar ayudas de hasta 250.000 euros para un programa piloto en el que se recorta la semana a cuatro días sin rebajar el sueldo.

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Por ahora, los analistas alemanes apuntan a que la manera más probable de que una medida como esta entre en vigor es a través de los sindicatos. Precisamente uno de los más grandes de Alemania, IG Metall, es el que propone que la semana de cuatro días se introduzca primero para aquellos puestos con un componente físico y donde se trabaja por turnos, y más adelante quizá para otras labores, como las que permiten el teletrabajo. El sindicato retomará el plan en noviembre, mes de inicio de la negociación del convenio de la industria del acero.

Sin embargo, para que se pudiera implementar, sería necesario aclarar cómo se llevaría a cabo el nuevo plan laboral. Por ejemplo, si se trabaja un día menos, pero se mantienen las horas en las que se trabaja a la semana, lo que supondría unas jornadas diarias más largas. O si se trabajarían las mismas horas al día pero con un horario reducido.

Contra el régimen de 4 días

En general, los resultados de las encuestas muestran que la semana laboral de 4 días es una de las maneras con las que los trabajadores alemanes pueden potenciar la flexibilidad. Esta se ha convertido en una de las principales demandas, pero el riesgo sigue siendo la manera en la que se implemente. "Podemos decir que una semana de cinco días puede ser anticuada, pero tampoco se debería reemplazar este modelo rígido por otro igual de rígido, pero de cuatro días", subraya Enzo Weber. "Como la gente quiere flexibilidad, se podría apostar por un modelo de X días semanales, en los que cada uno pueda determinar su tiempo de trabajo y también la distribución a lo largo de los días, y también podría ajustar eso durante el curso de su vida laboral, porque eso es algo que cambia a lo largo de los años".

Para Weber, su propuesta de trabajar X días a la semana es una manera de dejar atrás uno de los lastres que arrastra la cultura laboral en Alemania. El investigador del IAB explica que esta cultura está determinada por una fuerte separación entre los trabajadores que lo hacen a tiempo completo y parcial. "El tiempo completo, además de ofrecer más posibilidades de ascenso y de subidas de sueldo, no supone una restricción como si es en el caso del tiempo parcial". El investigador sostiene que el desarrollo profesional debería ser el mismo, independientemente de cuáles sean las características de la jornada laboral. "Esto también es importante para las mujeres, porque tenemos unas tasas de participación muy altas, pero sus carreras se debilitan cuando piden media jornada por cuestiones familiares. Realmente es muy difícil que después de eso se recupere", sostiene Enzo Weber.

Foto: Un soldado alemán, durante el entrenamiento a unidades ucranianas en Klietz, Alemania. (EFE/Clemens Bilan)

Nuevos modelos laborales, como la semana de cuatro días, tienen, a pesar de los retos para implementarla, muchos partidarios porque pueden acabar con percepciones como a la que Weber hace referencia. Además, pueden cambiar hasta la forma en la que muchos alemanes ven el trabajo. "Los alemanes tradicionalmente se ven a sí mismos como trabajadores duros, y una carrera exitosa o un sueldo era el objetivo de vida de muchas personas, pero ahora hay una conciencia creciente de que hay más en la vida que el trabajo", concluye Fallak.

"Estuve en Inglaterra durante un intercambio… estaba en la oficina y todo el mundo hablaba de sus asuntos privados... ¿Qué vas a hacer esta noche?, y todo el rato bebiendo café", decía una joven alemana en el documental Make me a German. La sorpresa de la mujer explica uno de los aspectos más importantes de la cultura laboral en Alemania: la oficina es un lugar para trabajar, no para charlar. Este es uno de los primeros consejos que reciben los extranjeros cuando llegan a una empresa alemana. La puntualidad es el segundo.

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