Es noticia
'Legitimidad' es la palabra clave: Bruselas empieza a pensar en las elecciones europeas
  1. Mundo
El papel de Von der Leyen en 2024

'Legitimidad' es la palabra clave: Bruselas empieza a pensar en las elecciones europeas

En la capital comunitaria se empieza a hablar de las elecciones europeas de 2024 y el papel que el Parlamento Europeo y Ursula von der Leyen jugarán en ellas

Foto: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE/Olivier Hoslet)
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE/Olivier Hoslet)

En Bruselas, la ciudad en la que la información se mueve en susurros, en las reuniones informales en los lobbies de los hoteles, en los pubs irlandeses cerca de la sede de la Comisión Europea y en las charlas casuales en los pasillos sin ventanas de las instituciones, empieza a aparecer, cada vez más, un tema de conversación: las elecciones europeas de 2024 y todas las incertidumbres que las rodean.

Bruselas es conocida como una ciudad gris, brumosa, llena de tristes burócratas desconectados de la realidad, funcionarios acomodados y lobistas que merodean las instituciones, pero la realidad es que en la última década la ciudad ha vivido un lento proceso de transformación en el que la política ha ido ganando cada vez más espacio. Hay ambición, intereses, conspiración y estrategia, existe la política comunitaria y cada vez juega un papel más relevante en cómo funciona la maquinaria bruselense. Se considera un cambio fundamental, porque a medida que la Comisión Europea va teniendo un papel más relevante para todos los ciudadanos europeos se hace fundamental una palabra: la legitimidad.

El problema es que esos avances registrados en la última década en la politización de la Unión Europea son muy delicados y están en permanente riesgo. A un año vista de las próximas elecciones europeas ese es el miedo de muchos en la capital comunitaria: que ese aumento de la relevancia de la Comisión no venga acompañado de la suficiente legitimidad. En 2019 Ursula von der Leyen fue elegida presidenta de la Comisión Europea por imposición de los líderes europeos y pasando por encima del sistema conocido como “spitzenkandidat” que establecía que los jefes de Estado y de Gobierno debían nominar presidente del Ejecutivo comunitario a alguien que hubiera participado en las elecciones europeas, para dar así más utilidad a los comicios y más legitimidad al presidente de la Comisión. A pesar de que el Parlamento Europeo sabía que ponía en riesgo la delicada legitimidad que se había construido alrededor de la Comisión liderada por Jean-Claude Juncker desde 2014, los eurodiputados decidieron taparse la nariz y confirmar la decisión de los jefes de Estado y de Gobierno.

Foto: Von der Leyen durante una conferencia en Lugano. (Reuters)

Ahora en la ciudad hay opiniones divididas sobre cómo afrontar el proceso de las próximas elecciones europeas. Hay sectores que consideran que el sistema del “spitzenkandidat” está completamente muerto. Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea y spitzenkandidat liberal en 2019, expresaba sus dudas respecto al uso del sistema en una entrevista reciente. Y aunque el Parlamento Europeo ha solicitado una reforma del sistema electoral europeo para incluir listas transnacionales y un sistema de spitzenkandidat obligatorio los Estados miembros han dejado sus peticiones en un cajón.

Los líderes quieren seguir teniendo el control total sobre a quién poner al frente de la Comisión, como hicieron con Von der Leyen en 2019. Y un papel fundamental respecto a si el sistema anterior sigue o no vivo lo tendrá la propia presidenta. En las últimas semanas ha estado muy activa en los foros de los democristianos alemanes, su partido, y algunos esperan que participe en las elecciones al Parlamento Europeo en 2024, resucitando así el spitzenkandidat. Pero la alemana sabe que tiene que jugar sus cartas en varias mesas. Por eso está centrando la mayoría de sus esfuerzos en estos momentos en garantizarse que cuenta con los apoyos necesarios entre los jefes de Estado y de Gobierno. Von der Leyen sabe quién es el coronador en la política europea: los líderes. Solamente si sabe que tiene la opinión del Consejo Europeo bien amarrada podría arriesgarse a mantener ficticiamente vivo el sistema del spitzenkandidat.

Para muchos en Bruselas se trata de un movimiento clave. Desde 2019 Von der Leyen ha tenido muchos detractores en la capital comunitaria. Llegó sin entender bien la ciudad, cómo funcionaba, cuáles eran sus dinámicas políticas. Pero a raíz de la crisis del coronavirus la alemana ha ido cada vez acumulando más poder en sus manos y realzando su perfil dentro de la alta política de la Unión Europea hasta convertirse en una figura central.

placeholder Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE)
Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE)

Marcando distancias

Pero los movimientos van más allá. Para la Eurocámara se tratarán de unas elecciones importantes después de que estallara el escándalo del Qatargate, una trama de sobornos con la que el país del Golfo y Marruecos estuvieron pagando a una serie de eurodiputados para que intervinieran a su favor. Entre los implicados se encuentra la que era vicepresidenta de la institución, Eva Kaili. Aunque la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ha impulsado algunas medidas para mejorar la transparencia y los controles sobre los eurodiputados, pero en la institución hay preocupación sobre cómo afectará a la participación, ya que cada elección europea es para la Eurocámara un referéndum sobre su legitimidad dentro de la cúpula institucional de la UE.

Además ya hay algunas estrategias electorales de partidos en marcha. El Partido Popular Europeo (PPE) se está volcando con las preocupaciones del campo europeo respecto a la velocidad que la Comisión Europea está intentando imprimir a la transición ecológica, incluso aunque esa agenda esté siendo impulsada por Von der Leyen (del PPE). Y de hecho la relación entre una parte de los democristianos y la propia presidenta de la Comisión Europea existe una fuerte tensión. Manfred Weber, líder del PPE, no la ha escondido, y entre los conservadores europeos ha habido intentos por moverle la silla, intentando postular a Metsola en su lugar, acusando a la alemana de ser más cercana a Los Verdes o a los socialistas que a su propio partido.

Foto: Virginijus Sinkevicius, comisario de Medio Ambiente de la Comisión Europea. (EFE)

Von der Leyen sabe que si repite mandato será a pesar de muchos miembros del PPE. Pero su estrategia ha pasado precisamente por ahí: por tender puentes en todas las direcciones, asegurarse de ser una persona de confianza de los líderes independientemente de su marca política, y tener contentos a ecologistas y socialdemócratas. La ecuación es clara: si el PPE no la apoya a ella no habrá otra candidata conservadora viable en estos momentos. Será ella o arriesgarse a perder el asiento más poderoso de la política europea.

Hay más señales de que las elecciones se están acercando, también dentro del PPE. Los democristianos viven una situación mala a nivel de representación de líderes en el Consejo Europeo, y la sangría de sus partidos en Francia (Les Republicains) y en Italia (Forza Italia) daña sus perspectivas electorales europeas. Por eso su presidente, el alemán Manfred Weber, ha intentado moverse por el mercado italiano, donde tanto la Lega de Matteo Salvini como Fratelli d’Italia de la primera ministro Giorgia Meloni estarían abiertos a ocupar el lugar que la formación de Silvio Berlusconi ha ostentado desde hace años en el centro-derecha europeo.

Las elecciones se acercan y cada vez se nota más en Bruselas. Los partidos se mueven, los rumores corren y el ambiente va poco a poco caldeándose de cara a los cambios que serán claves durante el siguiente lustro de la Unión Europea. Mientras tanto Von der Leyen somete al PPE a su voluntad y su figura política y mantiene en vilo al resto de la ciudad, sin llegar a revelar cuáles serán sus planes en los próximos meses.

En Bruselas, la ciudad en la que la información se mueve en susurros, en las reuniones informales en los lobbies de los hoteles, en los pubs irlandeses cerca de la sede de la Comisión Europea y en las charlas casuales en los pasillos sin ventanas de las instituciones, empieza a aparecer, cada vez más, un tema de conversación: las elecciones europeas de 2024 y todas las incertidumbres que las rodean.

Unión Europea Elecciones municipales y autonómicas Ursula von der Leyen
El redactor recomienda