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Cómo librarse de una religión con más de dos millones de creyentes al más puro estilo FBI
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Cómo librarse de una religión con más de dos millones de creyentes al más puro estilo FBI

Ucrania tiene en el punto de mira a la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. Mediante investigaciones, registros y detenciones, han acorralado a la parroquia que mantiene vínculos con Rusia, pese a negarlo

Foto: El arzobispo Onufry posa para una fotografía con miembros del Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. (EFE/Maxim Marusenko)
El arzobispo Onufry posa para una fotografía con miembros del Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. (EFE/Maxim Marusenko)
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El 24 de febrero, el metropolitano Onufry de Kiev y toda Ucrania —uno de los mayores representantes de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú (UOC-MP)— dio un discurso en la iglesia del refectorio, junto al río Dniéper. Rusia acababa de iniciar la invasión a gran escala. El clérigo, entre las imágenes de la Virgen María y Jesús de Nazaret, dijo lo siguiente: "En estos trágicos momentos, expresamos especialmente nuestro afecto y apoyo a nuestros soldados, que custodian, protegen y defienden nuestra tierra y nuestro pueblo", afirmó. "¡Que Dios los bendiga y los proteja!".

Onufry, cuyo nombre secular es Orest Berezovsky, se muestra solemne y convencido de lo que dice en el vídeo que lanzó ante la nación. "Una guerra como esta no tiene excusa, ni ante Dios, ni ante el pueblo", manifestó el sacerdote ortodoxo. Sin embargo, esta condena no parece ser tan tajante como las informaciones que le vinculan con el Kremlin. Según las últimas investigaciones de medios ucranianos y el Gobierno, Onufry, no parece defender Ucrania tan fervientemente como proclama en sus rezos.

Foto: Una iglesia ortodoxa destruida en Ucrania. (Reuters/Yevhen Titov)
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Este clérigo tampoco es el único cercado por las pesquisas policiales; este miércoles, miembros del Ministerio de Cultura y la Oficina Estatal de Investigaciones sellaron la entrada del monasterio más antiguo de Ucrania, vinculado al UOC-MP. Esta acción se suma a los más de 61 procedimientos policiales llevados a cabo contra la Iglesia del Patriarcado de Moscú en los últimos meses.

El metropolitano Pavel, abad del monasterio Kyiv-Pechersk Lavra, se encuentra en arresto domiciliario porque "era sospechoso de justificar la agresión rusa", falló un tribunal de Kiev. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) interroga a 20 sacerdotes en Kiev y la región de Zhytomyr, y registró la casa de los clérigos "leales a la rama rusa de la Iglesia ortodoxa", dijo una portavoz de la policía a AFP. El Servicio ucraniano de Contrainteligencia y Antiterrorismo registró más de 350 edificios de iglesias y aseguró que se estaba realizando un "trabajo sistemático para contrarrestar las actividades subversivas de los servicios especiales rusos en Ucrania", confirmó la SBU. Y la lista se alarga...

Toda esta inquisición contra la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú empezó en noviembre, y, desde entonces, los arrestos, registros y detenciones no han parado de producirse. La situación se volvió más complicada cuando hace unas semanas un grupo de expertos de religiosos, en colaboración con el Gobierno de Ucrania, elaboró un informo detallado en el que se señalaba las conexiones entre la Iglesia, que hace casi un año negó cualquier tipo de vinculación con Rusia, y el Kremlin. La acusación principal de los expertos sostenía que la UOC-MP defendía las tesis de Rusia sobre la invasión, entre otros motivos que indujeron a los investigadores a calificar que el Patriarcado de Moscú seguía vinculado al enemigo.

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Pero, si se demostraron las conexiones entre la Iglesia y Rusia, ¿por qué el Gobierno no clausuró por completo la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú? En Ucrania, hay alrededor de 10.000 comunidades religiosas de esta facción clerical. Y, entre ese gran número de parroquias, no todas se muestran partícipes de los propósitos de Rusia. El miembro del Panel de Expertos de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE y profesor Dmytro Vovk sostiene esta tesis en conversaciones con El Confidencial, y recuerda que este proceso se está llevando a cabo porque en Ucrania no se aplican los mismos procesos que en Moscú. "En Rusia, directamente, este mismo tipo de disidencia sería procesada y acabarían entre rejas. Pero Ucrania es diferente. Por eso tiene que haber un proceso judicial para confirmar los presuntos crímenes", explica el profesor. Pero estas investigaciones engloban mucho trabajo de investigación, policial y jurídico: ¿es fácil librarse de una religión con más de dos millones de creyentes?

Líbranos del mal, amén

Hace casi un año, Onufry aseguró que no existía ningún vínculo entre la Iglesia ortodoxa de Rusia y la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. Nada más lejos de la realidad, las conexiones seguían ahí. El metropolitano de Kiev, y otros sacerdotes de la diócesis, tenían en su poder pasaportes rusos. En otro momento, no habría tenido la menor relevancia, pero, tras mentir y asegurar la total independencia del Patriarcado cuando la opinión pública los había situado en el ojo del huracán, fue un mazazo reputacional terrible. Las agresiones, insultos y persecuciones no han cesado contra esta rama de la Iglesia ortodoxa desde entonces.

"El presidente Zelenski impuso sanciones económicas a varios clérigos de alto rango de la Iglesia ortodoxa de Rusia y la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. Además, revocó la ciudadanía ucraniana a varios clérigos porque, como decían las investigaciones, se confirmó que tenían pasaporte ruso. Sin embargo, no se la quitó a Onufry", asegura Dmytro Vovk. "La investigación de Ukrainska Pravda apareció hace dos o tres semanas. El medio afirma que Onufry también es ciudadano ruso [aparte de ucraniano]. Los datos demuestran que el clérigo adquirió el pasaporte en 1990. Pero todavía no ha habido reacción por parte del presidente".

Otro de los motivos por el que también se persigue al Patriarcado de Moscú es el presunto enriquecimiento ilegítimo.

Parece fácil librarse de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú, los datos parecen confirmar las sospechas de las investigaciones policiales. Sin embargo, la libertad de culto está amparada por los derechos humanos, solamente si se demuestra que se ha cometido un crimen por parte de los miembros de esta rama de la Iglesia ortodoxa podrán ser procesados. Uno de los delitos que más se está persiguiendo, amparado por la ley marcial que legisla el país, es el de proporcionar cualquier tipo de ayuda, ya sea material o informativa, a Rusia. Un crimen que ya se ha perpetrado y condenado en numerosas ocasiones por clérigos de la UOC-MP desde que comenzó la invasión a gran escala. Pero todavía hay muchas dudas de las intenciones de los sacerdotes de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú.

La ley al rescate

Según cuenta el experto, todo este afán por restringir la actividad vinculada al Kremlin se concentró en una ley que ponía la primera piedra judicial a la querella contra la Iglesia ortodoxa de Rusia y la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. "Zelenski solicitó que el Gabinete de Ministros redactara una ley que prohibiera las organizaciones religiosas afiliadas a Moscú, al tiempo que enfatizó que esta ley debe cumplir con los estándares internacionales de FoRB y las obligaciones de Ucrania", menciona.

"El proyecto de ley del Gobierno adopta un enfoque diferente. Prohíbe el funcionamiento de organizaciones religiosas afiliadas a centros de influencia o asociaciones con el Gobierno de Rusia, pero impone al Estado la obligación de probar la afiliación ante los tribunales", prosigue Dmytro Vovk. "Si el poder eclesiástico de la Iglesia ortodoxa rusa guiase a las parroquias, el clero o los creyentes de la UOC a realizar actividades ilegales, por ejemplo, para llamar a la violación de la integridad territorial, para colaborar con el ejército ruso y los servicios secretos, o para justificar públicamente la agresión rusa, entonces una respuesta represiva del Estado es un resultado legítimo", cuenta Dmytro Vovk.

Foto: El conductor del autobús colocando las cajas de ayuda humanitaria en el maletero. (A.F.)

Los tres pilares donde se centra todo este huracán legislativo contra la UOC-MP residen en "el concepto de afiliación con centros de influencia en Rusia", si la Iglesia ortodoxa rusa —diferente a la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú, pero vinculadas— manifiesta, defiende e incita a sus fieles a cometer, lo que en Ucrania consideran un acto penal, entonces el Gobierno podrá procesar a los miembros de la Iglesia implicados. No antes.

Según el experto, esta justificación tiene que ver con los "estándares internacionales y las buenas prácticas" que exigen al Ejecutivo de Kiev a "utilizar la disolución o cancelación del registro de organizaciones religiosas como último recurso cuando las medidas menos restrictivas no son efectivas para abordar los problemas de seguridad". Y, viendo la lista de pruebas que vinculaba a la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú con el Kremlin, solo se podía hacer una cosa: dejar el caso en los servicios federales.

"La adopción e implementación del proyecto de ley cambiará significativamente la Iglesia y también afectará a las relaciones entre la comunidad religiosa y el Estado en Ucrania", concluye el miembro del Panel de Expertos de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE y profesor Dmytro Vovk. Así se acaba con una religión con más de dos millones de creyentes: con leyes, investigaciones y mucha policía.

El 24 de febrero, el metropolitano Onufry de Kiev y toda Ucrania —uno de los mayores representantes de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú (UOC-MP)— dio un discurso en la iglesia del refectorio, junto al río Dniéper. Rusia acababa de iniciar la invasión a gran escala. El clérigo, entre las imágenes de la Virgen María y Jesús de Nazaret, dijo lo siguiente: "En estos trágicos momentos, expresamos especialmente nuestro afecto y apoyo a nuestros soldados, que custodian, protegen y defienden nuestra tierra y nuestro pueblo", afirmó. "¡Que Dios los bendiga y los proteja!".

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