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El movimiento militar más delicado para Putin no es en Ucrania
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¿Nueva movilización?

El movimiento militar más delicado para Putin no es en Ucrania

Este martes, la Duma rusa ha aprobado una nueva ley de registro electrónico para el reclutamiento. Pero en todo este proceso hay una palabra que es tabú: 'movilización'

Foto: Un cartel promocionando la 'operación militar especial' con el texto "El soldado ruso guerrero libertador". (EFE)
Un cartel promocionando la 'operación militar especial' con el texto "El soldado ruso guerrero libertador". (EFE)
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Este martes, la Duma rusa ha aprobado una nueva ley de registro electrónico para el reclutamiento. Mediante esta ley, las citaciones y avisos de reclutamiento se podrán enviar vía online a través de los portales del Gobierno (en los que hay que registrarse para cualquier gestión habitual), dificultando esquivar la llamada a la movilización. La nueva ley, que se espera que entre en vigor la próxima semana tras la rúbrica de Vladímir Putin, aumenta también los castigos a los evasores.

Pero en todo este proceso hay una palabra que es tabú: movilización. “No hay ahora mismo planes para una movilización en Rusia”, ha declarado preventivamente el jefe del Comité de Defensa de la Duma, Andrei Kartapolov.

Foto: Un soldado ucraniano, durante un ataque en el frente de Bajmut, el 7 de abril. (Reuters/Oleksandr Klymenko)

Para el Kremlin, los avances o la falta de ellos en el campo de batalla ucraniano no son ya el elemento diferenciador. Desde hace semanas, el presidente Putin ha dejado de mencionar objetivos concretos de la invasión rusa o qué se podría considerar una victoria, en lo que los analistas apuntan que se trata de una preparación para un estado de guerra permanente. La economía rusa, aunque empieza a acusar los efectos de las sanciones occidentales, ha conseguido por el momento sobrevivir. Sin embargo, la cuestión de una movilización militar, así como la crítica social interna que puede generar, sigue siendo motivo de preocupación en el Kremlin. Cuando el pasado septiembre Putin anunció la movilización militar parcial, generó un éxodo de cientos de miles de rusos huyendo del reclutamiento —el propio Putin admitía esta semana que están teniendo problemas de falta de mano de obra— y generando las mayores protestas sociales desde el inicio de la invasión en una población que, en general, no se ha demostrado en contra de la invasión hasta que no les toca a la puerta.

La movilización y reclutamiento es así uno de los movimientos más delicados para el Kremlin. Con los objetivos militares rusos ya lejos de la conquista rápida y total de Ucrania, apostando, en cambio, por una guerra de desgaste contra Kiev, la temida ofensiva rusa de invierno tenía básicamente un objetivo: hacerse con la ciudad de Bajmut, un objetivo político tanto para Rusia como para Kiev. Para ello, Rusia y muy especialmente el Grupo de mercenarios Wagner ha lanzado oleadas y oleadas de cuerpos… sin, de momento, obtener una victoria definitiva. Las bajas se acumulan, con cifras estimadas por las agencias de inteligencia occidentales de casi 200.000 entre muertos y heridos en combate para Rusia.

En este contexto, la nueva aprobación de la nueva ley sobre las formas de reclutamiento, que coincide, además, con la llamada habitual al servicio militar obligatorio de primavera, ordenado por Putin este 1 de abril, ha generado miedos de que se trate de una movilización encubierta.

Foto: Rusos caminan hasta la frontera con Georgia. (EFE/Zurab Kurtsikidze)

El proceso de cómo esta nueva ley de “reclutamiento digital”, como la ha llamado abiertamente el ministro de defensa ruso Sergei Shoigu, afianza esos temores. La ley fue introducida en una primera lectura para la Duma hace un año, antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania, y secretamente, sin apenas haber sido anunciada. El proyecto de ley pasó su primera fase en el Parlamento y llegó a su segunda versión —con la idea de ser aprobada en una tercera lectura— apenas dos días antes de la invasión. Pero, una vez iniciada la 'operación militar especial' y con los muertos rusos acumulándose en las trincheras, ya no se podía hacer secretamente ante el escándalo público. La aprobación definitiva se suspendió temporalmente… hasta ahora.

Según cifras del propio Ministerio de Defensa ruso, se pretende reclutar unos 521.000 efectivos en este 2023, aunque se enfocan en los soldados con contrato (profesionales) y no necesariamente en reclutas movilizados. El objetivo es ganar a Ucrania —y sus aliados occidentales— en paciencia estratégica. Pero el problema es si el Ejército ruso logra esas cifras solo con el poder de convicción… O necesita recurrir a nuevas movilizaciones.

“La pregunta es cómo hacerlo [la movilización]. La opción A es una serie continua de llamadas pequeñas. La opción B es una movilización enorme y masiva”, apunta Dara Massicot, investigadora en temas de Defensa para RAND corporation. Para ella, el “reabastecimiento pequeño y continuo” es “lo que el sistema puede admitir y lo que el Kremlin quiere para mantener la estabilidad interna”. “Son métodos ad hoc para aumentar los números, y cuando eso no logre los objetivos, tendrán que escalarlo”.

Foto: Tropas ucranianas disparan un obús cerca de Bajmut. (Reuters/Marko Djurica)

Pero, para no desatar la espita social, el Kremlin está utilizando otros medios para intentar convencerlos y sustituirlos por esos soldados contratados. “Muy seguramente por la cúpula rusa [del Kremlin] sigue temerosa de una reacción política interna negativa. En su lugar, las autoridades rusas han aumentado los esfuerzos en los últimos meses para alentar a los hombres a alistarse voluntariamente y servir como soldados contratados”, sostiene la analista rusa Farida Rustamova en un reciente análisis, donde añade: “Dicho esto, Putin mantiene abierta la opción de movilización por si acaso, su primer decreto de movilización sigue legalmente vigente”.

Al menos 42 regiones en todo el país están, desde el último mes, enviando citaciones a hombres elegibles para el Ejército, según recoge Radio Free Europe, citando a organizaciones pro derechos humanos del país. En varias de ellas —incluida Moscú— se han lanzado campañas de anuncios “para defender la patria y sus intereses” ofreciendo mejores remuneraciones y ventajas sociales. En las zonas más apartadas del país, las llamadas a voluntarios han sido tantas y tan descaradas que varios gobernadores, como el de la república de Udmurtia, han tenido que aparecer en televisión y asegurar que no es una movilización obligatoria.

El Ayuntamiento de Moscú, que tradicionalmente ha tratado de distanciarse de la guerra, ha lanzado una página web, una línea directa y un chatbot de Telegram para aquellos interesados en unirse al ejército. Los nuevos reclutas son elegibles para todo tipo de pagos especiales, incluidos algunos anunciados por el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin. En ninguna parte de la campaña publicitaria del Ayuntamiento se menciona la palabra Ucrania.

Foto: Colas para entrar en Finlandia desde Rusia. (Reuters)
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Paralelamente, la nueva ley aprobada esta semana impide de facto que, si una persona ha sido llamada a la movilización, pueda salir del país; una medida pensada para evitar que se repitan las larguísimas colas en los puestos fronterizos vecinos del éxodo pasado en septiembre. No es el único ejemplo: en las últimas semanas, Rusia ha estado retirando pasaportes a hombres con posiciones de gestión intermedia en determinadas industrias y sectores públicos estatales, según reporta el Financial Times. Con la nueva ley de reclutamiento online, bastará con que se le haya enviado la citación a través de ese portal, ni siquiera sería necesario que la persona que la recibe la hubiera, de hecho, visto.

¿Ha encontrado Putin el delicado equilibrio de cómo seguir alimentando su ejército sin desatar una nueva movilización generalizada y protestas? Por el momento, y pese a las pérdidas humanas especialmente en el frente de Bajmut, Rusia todavía no necesita nuevos soldados de manera masiva. Está por ver si la situación cambiará con el inicio de la esperada contraofensiva ucraniana esta primavera-verano.

Mientras tanto, las condenas por rechazar la movilización en Rusia se acumulan. En 2022, se han producido al menos 77 intentos de atentar contra oficinas de alistamiento militar, según Artem Makarov, juez del Tribunal Militar del Distrito Central.

Este martes, la Duma rusa ha aprobado una nueva ley de registro electrónico para el reclutamiento. Mediante esta ley, las citaciones y avisos de reclutamiento se podrán enviar vía online a través de los portales del Gobierno (en los que hay que registrarse para cualquier gestión habitual), dificultando esquivar la llamada a la movilización. La nueva ley, que se espera que entre en vigor la próxima semana tras la rúbrica de Vladímir Putin, aumenta también los castigos a los evasores.

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