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¿Por qué Sanna Marin ha perdido en Finlandia? Una pista: ni por Ucrania ni por la OTAN
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¿Por qué Sanna Marin ha perdido en Finlandia? Una pista: ni por Ucrania ni por la OTAN

La derrota de uno de los rostros europeos más visibles del apoyo europeo a Ucrania puede parecer un ejemplo del coste electoral de la guerra, pero la realidad es mucho más aburrida

Foto: La primera ministra saliente de Finlandia, Sanna Marin. (Reuters/Tom Little)
La primera ministra saliente de Finlandia, Sanna Marin. (Reuters/Tom Little)

Sanna Marin, el rostro joven al frente de Finlandia durante la pandemia y la invasión rusa a gran escala de Ucrania, además de liderar el mayor cambio de política exterior en décadas con el inminente acceso del país a la OTAN, ha perdido las elecciones. Aunque su partido socialdemócrata obtuvo un mejor resultado que en las elecciones anteriores, con tres diputados más en el parlamento (43), ha dejado de ser la primera fuerza del país por el ascenso del centroderechista Kokoomus (Partido Coalición Nacional, 48 escaños) y el ultraderechista Partido de los Finlandeses (46), además del descenso drástico de sus compañeros de coalición de centro e izquierda.

Dada la vorágine geopolítica que Finlandia, país fronterizo con Rusia, se ha visto obligada a atravesar en los últimos años, resulta tentador intentar encontrar un ángulo de política exterior a la derrota de Marin. Sin embargo, el hecho de que la política de 37 años sea una figura menos popular en su casa que en el extranjero tiene poco o nada que ver con estos monumentales cambios en la arena internacional. Tampoco, como muchos de sus detractores en el resto de países europeos han querido señalar, han pesado mucho las polémicas fotos y los vídeos en los que aparecía festejando con amigos en la residencia del primer ministro.

En su lugar, pese al momento histórico que vive el país, el debate político durante las elecciones ha estado centrado en un tema aburrido que podrían esperarse de tiempos mucho menos interesantes: la deuda pública. Durante su etapa al frente del Ejecutivo, pero especialmente de cara a las elecciones, Marin ha movido a su partido más a la izquierda en temas de gasto público. Mientras tanto, sus rivales de derecha han prometido recortarlo para reducir la deuda, que actualmente se sitúa en un 73% del PIB (inferior a la media europea y más de 40 puntos por debajo de España).

Para entender por qué una deuda pública no especialmente abultada se convirtió en el factor electoral decisivo, basta echar un vistazo al vencedor de las elecciones, Petteri Orpo. Una de las primeras declaraciones del líder de Kokoomus y exministro de finanzas tras la victoria fue la siguiente: “Primero a Ucrania: estamos a vuestro lado, con vosotros”. “No podemos aceptar esta terrible guerra. Y haremos todo lo necesario para ayudar a Ucrania y al pueblo ucraniano, porque luchan por nosotros (...). Y el mensaje para [el presidente ruso, Vladímir] Putin es: aléjate de Ucrania, porque perderás”, dijo Orpo durante el evento de celebración. Poco después, en entrevista con AP, manifestó lo siguiente: "¿Sabes lo que es importante para nosotros? Que seamos un miembro activo de la Unión Europea, que construyamos a la nueva Finlandia en la OTAN y que arreglemos nuestra economía".

Foto: La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin. (Reuters/Tom Little)

Son, todas ellas, frases que podrían haber salido de la boca de Marin. Porque la realidad es que en Finlandia, donde más de un 75% de la población respalda el acceso del país a la OTAN y donde el apoyo a Ucrania supera el 90%, existe una práctica unanimidad entre los partidos políticos sobre estos temas. Después de todo, 184 de los 200 diputados del anterior Parlamento votaron a favor de la entrada en la Alianza. "La entrada en la OTAN es un cambio histórico. Pero, debido a que existe una visión tan unificada entre los partidos, no ayuda a diferenciar entre ellos. La diferenciación ha llegado de mano de la economía: es una cuestión ideológica", explicaba al Financial Times, poco antes de las elecciones, Jarmo Lindberg, excomandante de las Fuerzas Armadas de Finlandia y político de Kokoomus.

Por eso, la deuda pública se acabó volviendo el tema estrella. Con una economía ralentizada y una elevada inflación, los opositores de Marin la acusaron de no controlar el gasto público. La primera ministra, mientras tanto, se negó a sacar adelante ningún recorte, manteniendo que el crecimiento económico debía ser la prioridad. En el lanzamiento de su campaña, aseguró que cerraría las "lagunas fiscales" para garantizar que la economía se mantuviera saludable, lo que podía incluir impuestos más altos sobre los ingresos y las herencias. Orpo, por su parte, vendió la conocida fórmula de la austeridad, asegurando que Finlandia corría el riesgo de socavar su estado del bienestar por la falta de rigor fiscal de Marin. La segunda visión acabó imponiéndose a la primera.

Foto: El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. (EFE/EPA/Necati Savas)
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Ahora, corresponderá a Orpo la responsabilidad de formar Gobierno en Finlandia. Cuestionado por la prensa extranjera sobre si estaría dispuesto a formar Gobierno con el ultraderechista Partido de los Finlandeses, el líder conservador se limitó a decir que "en Finlandia no hay partidos de extrema derecha", lo que podría indicar que la formación sería su socio de coalición preferido. Los conservadores de Kokoomus y el partido liderado por Riikka Purra comparten una misma visión económica, pero mantienen enormes discrepancias en asuntos como la inmigración, la Unión Europea y las leyes medioambientales. Además, necesitaría el apoyo de otros partidos más pequeños para formar un Gobierno, una tarea complicada dada la negativa de la mayoría a pactar con la formación ultra.

Sanna Marin, el rostro joven al frente de Finlandia durante la pandemia y la invasión rusa a gran escala de Ucrania, además de liderar el mayor cambio de política exterior en décadas con el inminente acceso del país a la OTAN, ha perdido las elecciones. Aunque su partido socialdemócrata obtuvo un mejor resultado que en las elecciones anteriores, con tres diputados más en el parlamento (43), ha dejado de ser la primera fuerza del país por el ascenso del centroderechista Kokoomus (Partido Coalición Nacional, 48 escaños) y el ultraderechista Partido de los Finlandeses (46), además del descenso drástico de sus compañeros de coalición de centro e izquierda.

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