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Cómo la gestación subrogada se convirtió en una industria en EEUU (explotada por famosos)
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Laboratorio sociopolítico del futuro

Cómo la gestación subrogada se convirtió en una industria en EEUU (explotada por famosos)

No hay proyecto moral o político, de cualquier signo, que no haya sido aplicado en al menos media docena de sus 50 estados. Por ejemplo, la gestación subrogada

Foto: Leche materna. (Getty/Diana Bagnoli)
Leche materna. (Getty/Diana Bagnoli)

Desde hace años, algunas de las personas más famosas de Estados Unidos cuelgan en Instagram la foto de una mano diminuta agarrándoles el pulgar, y el mensaje: "Ya te amamos más allá de las palabras". O "quería agradecérselo particularmente a nuestra maravillosa subrogada que la llevó en el vientre y le dio a luz con enorme gracia y cuidado". Kim Kardashian, Nicole Kidman, Paris Hilton, Anderson Cooper, Grimes y Elon Musk, Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick, por mencionar algunos casos, han recurrido a vientres de alquiler por las más distintas razones: desde dificultades, o imposibilidad, de quedarse embarazadas, a la mera comodidad.

"Simplemente, parecía la opción correcta para mí, porque estaba trabajando y no sabía cuándo iba a poder parar", declaró a People la actriz Lucy Liu, que reveló en 2015 que había recurrido a la gestación subrogada para tener un hijo estando soltera y ya mediada la cuarentena. La actriz Amber Heard, por otra parte, presentó su decisión como una manera de rebelarse contra la convención social del matrimonio. "Espero que lleguemos al punto en que se haya normalizado no tener que querer un anillo para tener una cuna", declaró en su cuenta de Instagram.

Foto: Ana Obregón en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Estas y otras celebridades se han convertido en la cara pública de una costumbre cada vez más extendida en Estados Unidos, donde la proporción de personas solteras se ha duplicado en el último medio siglo, hay cada vez más parejas del mismo sexo y tres de cada 10 hombres, según la American Pregnancy Association, padecen problemas de infertilidad. El precio total del proceso de gestación subrogada oscila entre los 110.000 y los 170.000 dólares, y el índice de éxito es del 75%, o de un 95% una vez la madre biológica se queda embarazada.

Una de las ventajas de vivir en Estados Unidos es que, a veces, tenemos la impresión de estar en un laboratorio sociopolítico; una especie de campo de pruebas en el que se diseña lo que puede ser el futuro de las sociedades occidentales, para lo bueno y para lo malo. Más que un país, este es un continente, y no hay proyecto moral o político, de cualquier signo, que no haya sido aplicado en al menos media docena de sus 50 estados. Por ejemplo, la gestación subrogada.

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Según Creating Family Connections, una agencia de Washington que ofrece servicios legales para esta práctica, la subrogación de vientres es completamente legal en 11 estados del país, donde uno puede encargarla sin mayores dificultades y donde los padres "no genéticos" figuran en la partida de nacimiento del bebé. En la mayoría de los estados, 32, también es legal, pero con algunas peculiaridades. En Nueva York, el permiso del juez solo entra en vigor una vez ha nacido el bebé, y en Georgia es legal porque no hay ninguna ley que lo prohíba. Idaho, por su parte, vive un vacío similar al de Georgia, pero con una añadidura: una vez ha nacido el bebé, los padres no genéticos tienen que adoptarlo para poder ser reconocidos legalmente.

Idaho está en una zona gris junto con Tennessee, donde será la madre biológica quien figure en la partida de nacimiento del bebé, a no ser que la gestación se haya hecho con los óvulos y el esperma de los padres que lo han encargado, y Virginia. En Arizona o Indiana, la gestación subrogada no es ilegal, pero los obstáculos son mucho más numerosos, y en Luisiana, Nebraska y Michigan, está prohibida por ley.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero, atiende a los medios en el Congreso que este miércoles celebra sesión de control al Gobierno. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Lo interesante de esta variedad geográfica de políticas de gestación subrogada, además de su diversidad, es que, a diferencia de cuestiones altamente ideologizadas como el aborto, no existe una clara división partidista al respecto. Hay estados demócratas, como Michigan, donde está prohibida, como también lo está en la republicana Luisiana. Y viceversa: es plenamente legal en la demócrata Maine y en la republicana Nevada.

El debate sobre si es moral o no pagar a una mujer para que lleve en su vientre a un niño que le quitarán al nacer ha dividido al Partido Demócrata. Si miramos los debates que se celebraban en el parlamento neoyorquino en 2020, percibimos que las mujeres demócratas de mayor edad, de un feminismo más clásico, tendían a considerarlo una práctica inmoral: una manera de mercantilizar el cuerpo femenino. Las generaciones demócratas más jóvenes, en cambio, tendían a defenderlo, ya que la gestación subrogada beneficia al colectivo LGBT. Es una de las maneras en que las parejas gais o los transexuales pueden tener hijos. Un debate similar se dio dentro del Partido Republicano, donde las voces más críticas con la subrogación eran católicas, en línea con la opinión oficial del Vaticano.

Foto: ¿En qué países es legal la gestación subrogada? (iStock)

Unas veces los famosos enfadan a sus audiencias, como el presentador y opinólogo conservador Dave Rubin. El año pasado anunció que él y su pareja serían padres gracias a la gestación subrogada. Poco después, una parte de la derecha, que escucha sus pódcast, desató la ira contra lo que consideraba "moralmente equivocado": que se criase a un niño de otra madre y, según la presentadora Jenna Ellis, en un "estilo de vida homosexual".

Otras veces son las madres biológicas las que aparecen en los medios compartiendo, con un nombre falso para proteger su identidad y la de la pareja que encargó el bebé, los claroscuros de su historia. Una de ellas, en la Pensilvania rural, reconoció a la BBC su decepción al descubrir que la famosa cuyo bebé llevaba en el vientre había encargado, al mismo tiempo, un bebé a otra madre. De las tres veces que alquiló su vientre, dos fueron "hermosas" y una "terrible y transaccional", en un país donde esta práctica no deja de crecer y consolidarse entre la opinión pública.

Desde hace años, algunas de las personas más famosas de Estados Unidos cuelgan en Instagram la foto de una mano diminuta agarrándoles el pulgar, y el mensaje: "Ya te amamos más allá de las palabras". O "quería agradecérselo particularmente a nuestra maravillosa subrogada que la llevó en el vientre y le dio a luz con enorme gracia y cuidado". Kim Kardashian, Nicole Kidman, Paris Hilton, Anderson Cooper, Grimes y Elon Musk, Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick, por mencionar algunos casos, han recurrido a vientres de alquiler por las más distintas razones: desde dificultades, o imposibilidad, de quedarse embarazadas, a la mera comodidad.

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