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Se busca país africano para tanque francés, razón aquí
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Tras ser expulsados de Malí y Burkina

Se busca país africano para tanque francés, razón aquí

Tras ser expulsados de Malí y Burkina Faso (mano rusa mediante), Francia necesita reorganizar sus tropas en la región, a la que no puede permitirse abandonar totalmente

Foto: Los últimos soldados franceses de la operación Barkhane, abandonando Gossi, Malí. (Reuters/Paul Lorgerie)
Los últimos soldados franceses de la operación Barkhane, abandonando Gossi, Malí. (Reuters/Paul Lorgerie)

Burkina Faso ha puesto las maletas (militares) de Francia en la puerta. El pasado 24 de enero, la Junta militar burkinesa dio un ultimátum para retirar, en el plazo de un mes, a los 400 soldados franceses desplegados en el país. Para el 20 de febrero, Francia lo había abandonado. El de Uagadugú es el tercer portazo que recibe París en menos de un año, tras ser expulsados los franceses de Malí y República Centroafricana.

Ahora, Francia necesita reorganizar sus tropas en la región del Sahel, y, más ampliamente, África Subsahariana. Pero las relaciones con los posibles países anfitriones ya no son lo que eran. Con el poder y presencia franceses cada vez más debilitados en la región, con el historial colonial y militar lleno de manchas y la opción de potencias alternativas, desde Rusia a China, ¿quién quiere unos tanques franceses?

Foto: El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, junto a su homólogo congolés, Jean-Claude Gakosso. (EFE/EPA/Ministerio de Exteriores ruso)

Indicios en las últimas semanas apuntan a Benín, un pequeño país en África Occidental (algo más de 114.000 kilómetros cuadrados), mientras que otras opciones puestas sobre la mesa pasan por Níger, Costa de Marfil (donde Francia ya cuenta con bases militares) o Chad. "Con la salida de nuestras fuerzas de Burkina Faso, estamos prácticamente desnudos [en el Sahel]", dice una fuente militar a Le Figaro. Ese es el resumen: el Sahel es una zona caliente que París no puede permitirse abandonar, ya sea por la importancia geopolítica, migratoria o de seguridad. Ahora toca reorganizar.

Y no es que la sociedad francesa esté forzando la salida de sus tropas del Sahel. Según una encuesta de la empresa demoscópica Odoxa, el 61% de los votantes opina que Francia debería mantener su presencia en África por sus intereses económicos y de seguridad, así como para prevenir olas migratorias masivas a Europa. Pero un porcentaje similar se mostraba pesimista en cuanto al futuro de las relaciones francoafricanas.

En Burkina o Malí, Francia se enfrenta al problema concreto: desde las difíciles relaciones, con golpes de Estado de por medio, al fracaso de las operaciones antiyihadistas, pasando por la entrada del factor ruso (creciente presencia de milicianos de Wagner o campañas de desinformación generalizadas). Pero el alcance es general en el continente: lo que parece ya el final de la Françafrique y esos años en los que, para hablar con estos países, el primer teléfono que había que levantar era en París.

Foto: El presidente francés, Emmanuel Macron, en una imagen de archivo. (Getty/Leon Neal)

Un ejemplo cinematográfico. En la película de Marvel Black Panther: Wakanda Forever (2022), unos mercenarios vestidos en uniforme de camuflaje discuten sobre el pillaje de los recursos del reino ficticio africano Wakanda. Al parecer, el tipo de estampado es muy similar al de los soldados franceses desplegados durante casi 10 años en Malí. El asunto llegó incluso al Ministerio de Defensa francés: "Si bien todos los demás elementos de la película son nombres y lugares ficticios, aquí se señala claramente a Francia. Se describe que el Ejército francés está involucrado en el saqueo de los recursos del país y, por supuesto, eso es inaceptable. Condeno esta falsa y engañosa representación de nuestras fuerzas armadas".

En los últimos años, la influencia francesa en el continente se está desvaneciendo. Económicamente (China ha superado ya con creces el intercambio comercial con el continente, el franco francés está en entredicho como moneda y países como Gabón o Togo han abandonado la esfera francesa para unirse a la británica Commonwealth), política y socialmente.

Las protestas callejeras alimentadas por el sentimiento antifrancés son cada vez más comunes, desde contra la presencia de las tropas francesas (Malí, Burkina Faso, República Centroafricana, incluso el todavía fiel aliado Níger) hasta contra el propio Macron en su último viaje a principios de mes a Gabón y República Democrática del Congo (RDC). El presidente de RDC, Felix Tshisekedi, arengó a Macron —frente a las cámaras— sobre que París tenía que mostrar "respeto" y reconsiderar su relación "paternalista" con los países africanos. El propio Macron admitió la culpa: "Los días de la Françafrique son algo del pasado".

Foto: Emmanuel Macron de visita en El Congo (Reuters/Justin Makangara)

A finales del febrero pasado, el Ejecutivo de Emmanuel Macron presentó "un cambio fundamental" de la estrategia política francesa con África. Humildad, asociación e inversión han sido las palabras clave de su discurso. Aunque en el marco de la reorganización de sus fuerzas en el Sahel esta nueva estrategia adquiere una importancia especial, no es la primera vez que Macron intenta cambiar el marco conceptual de las relaciones de Francia con los países africanos, muy manchado por su pasado histórico. Con escaso éxito. Pero esta añade un componente clave en términos de seguridad y militares.

“La política de Francia en África sigue dominada por la dimensión de la seguridad. Es en su propio interés que París debe preservar y mantener su presencia militar en la región. No solo para limitar la influencia rusa en el continente, sino porque cualquier inestabilidad de África es una amenaza directa para la seguridad europea, debido a su proximidad geográfica”, apunta Abishek Mishra, analista enfocado en la relación de potencias como China o India en África subsahariana en el instituto ORF.

Según la nueva estrategia francesa, "no habrá bases militares como tales", reenfocándolas, en cambio, a "asociaciones militares" con países aliados africanos. En la práctica, la idea es que las bases militares francesas que ya existen en el continente, como Senegal, Gabón y Costa de Marfil, pasen a ser "coadministradas" entre Francia y el país anfitrión, y que la mayoría de las operaciones se centrarán solo en entrenamiento, con una "disminución visible" de tropas durante los próximos meses. En su pico, la zona acogía a algo más de 5.100 soldados, reducidos ahora a menos de la mitad. Y la nueva estrategia francesa apunta a un futuro con incluso menos efectivos en el terreno. La única base que permanecería puramente en manos de Francia sería la de Yibuti (mar Rojo). "Hemos llegado al final de un ciclo de la historia de Francia en el que las cuestiones militares tenían preeminencia en África (...) Las bases como tal son una herencia del pasado", defendió Macron en el discurso de presentación de la estrategia.

Foto: Un soldado francés, frente a un helicóptero durante la operación Barkhane, en 2019, en Malí. (Reuters/Benoit Tessier)

Según esta nueva estrategia, Macron "no cree que los franceses deban tratar de igualar a Rusia, volviendo a expandir su propia presencia militar para igualar lo que ofrece Moscú", apunta Paul Melly, investigador del programa para África del Chatham House. “En cualquier caso, esa difícilmente sería una opción”, en el contexto de la expulsión de las tropas francesas de Malí y Burkina Faso. Francia ya ha perdido ese tren y, con su nueva política, Macron está intentando hacer de la necesidad virtud, siendo más pragmático.

Reduciendo esa huella militar, Francia espera evitar más retiradas forzosas en zonas estratégicas del continente, como sigue siendo el Sahel. Pero también es un compromiso de puertas adentro. Cambiar el enfoque —al menos en la denominación— es un término medio entre las voces dentro del Elíseo que abogan por no ceder más espacio a rivales geopolíticos en el Sahel (como Rusia) y las que prefieren dar carpetazo a la aventura africana y reenfocar las fuerzas armadas francesas en la preparación del que puede ser el próximo gran enfrentamiento militar: el Indo-Pacífico.

Burkina Faso ha puesto las maletas (militares) de Francia en la puerta. El pasado 24 de enero, la Junta militar burkinesa dio un ultimátum para retirar, en el plazo de un mes, a los 400 soldados franceses desplegados en el país. Para el 20 de febrero, Francia lo había abandonado. El de Uagadugú es el tercer portazo que recibe París en menos de un año, tras ser expulsados los franceses de Malí y República Centroafricana.

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