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Dos mociones de censura y un país en llamas: ¿puede Macron ganar este pulso?
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Mucho ruido. ¿Habrá nueces?

Dos mociones de censura y un país en llamas: ¿puede Macron ganar este pulso?

Las protestas continúan contra el Gobierno de Emmanuel Macron tras su aprobación de la reforma de las pensiones. También enfrentará dos mociones de censura en el Parlamento. Puede que nada de esto sea suficiente

Foto: Un póster de Emmanuel Macron arde durante las protestas en París. (EFE/Teresa Suárez)
Un póster de Emmanuel Macron arde durante las protestas en París. (EFE/Teresa Suárez)

¿Arde París? Depende de a quien le pregunte. Las protestas contra el Gobierno de Emmanuel Macron, desatadas tras su aprobación de la reforma de las pensiones por decreto, saltándose el voto de los diputados, inundado este viernes la capital francesa y el resto del país por segundo día consecutivo, saldándose con centenares de detenciones. Paralelamente, el Ejecutivo se enfrentará a dos mociones de censura diferentes presentadas en la Asamblea Nacional. Sin embargo, en un sistema tan presidencialista como el francés, existen pocos frenos reales que puedan detener la voluntad del Elíseo, cuyo principal ocupante no ha hecho declaraciones desde que se dio a conocer el decretazo. Una misma pregunta ronda la cabeza de aliados y rivales del mandatario por igual: ¿puede Macron, pese a todo, ganar este pulso?

El duelo está servido. La primera moción contra el Gobierno fue firmada por 91 diputados de varios partidos y está encabezada por el pequeño grupo centrista Libertades Independientes, Ultramar y Territorios (LIOT), anunció su presidente, Bertrand Pancher. No recibió el respaldo escrito, sin embargo, de ningún diputado del partido conservador Los Republicanos (LR), cuyos apoyos serán necesarios en el momento en que se vote para que tenga éxito. "Lamento que ningún diputado de LR sea firmante, pero espero que sean muy numerosos a la hora de apoyarla", señaló Pancher en declaraciones a la prensa en la Asamblea sobre su moción, que previsiblemente se debatirá el lunes próximo. "Hago un llamamiento a la responsabilidad de todos los diputados para proteger la democracia", afirmó el jefe de este grupo de una veintena de diputados, quien subrayó que hay "una profunda crisis política" en Francia.

Foto: Protestas tras aprobar el Gobierno la reforma de las pensiones sin votación parlamentaria. (EFE/Yoan Valat)

La segunda moción de censura la formalizó la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, y recibió el apoyo de los otros 87 diputados de su partido, la Agrupación Nacional (RN). Le Pen, que ha hecho saber que votará no solo la suya, sino también cualquier otra —aunque sea de la izquierda— que sirva para tumbar el Ejecutivo de la primera ministra, Élisabeth Borne, explicó en un comunicado que su objetivo es anular la adopción de la "injusta" reforma de las pensiones. "En un momento en que los franceses se manifiestan de forma masiva su oposición a esta reforma, la representación nacional no ha podido en ningún momento votar este texto que, pese a la legalidad del proceso, supone un ataque grave a los principios democráticos", manifestó la política.

Foto: Manifestación en Francia contra la reforma de pensiones (Reuters/Benoit Tessier)

El presidente Macron no ha hablado en público desde la activación el jueves por la tarde del artículo 49.3 de la Constitución que le permitió adoptar el proyecto de ley de la reforma de las pensiones sin someterlo al voto de la Asamblea Nacional, donde temía no contar con la mayoría suficiente. Eso dio lugar a una serie de manifestaciones espontáneas en diferentes ciudades que degeneraron en altercados en muchas de ellas y en particular en París. Hasta la noche del viernes, en total se habían producido 310 arrestos, de los cuales 258 en la capital.

Este viernes se produjeron numerosos incidentes por todo el país. La Policía francesa dispersó a cerca de 4.000 manifestantes que se había concentrado en la Plaza de la Concordia, en París, y detuvieron a varias personas en el marco de unos enfrentamientos en los que los manifestantes lanzaron adoquines, bengalas y otros objetos para hacer retroceder a los agentes, según informó el diario 'Le Figaro'. Al margen de la capital, cientos de personas salieron a las calles de otras ciudades francesas, como Marsella o Burdeos, donde las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a las multitudes, de acuerdo con TF1 Info.

Los sindicatos han convocado una novena jornada de huelgas y manifestaciones el próximo jueves. Mientras tanto, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció hoy la movilización forzosa de los trabajadores de la limpieza de París para poner fin al paro de recogida de basuras que afecta a la mitad de los distritos de la capital, aunque hará falta tiempo para retirar las 10.000 toneladas de residuos acumulados en las calles.

Foto: Los parisinos temen que la basura que se amontona en las calles provoque la aparición de ratas (iStock)
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Un parlamento con poco poder

El reglamento de la Asamblea Nacional establece que hay que esperar al menos 48 horas entre la presentación de una moción de censura y su debate y votación, por lo que —a falta de una decisión de la Mesa de la cámara— como pronto se tratarían a partir del domingo a las 14:00. Hace falta una mayoría absoluta para derribar al Gobierno, lo que supone reunir 289 votos, que en estos momentos son 287 debido a que hay varios escaños vacantes.

El umbral se antoja lejano, pero no inalcanzable, si bien sería necesario que una gran mayoría de miembros de Los Republicanos, el partido más tradicional del centro-derecha, terminasen de romper definitivamente con el Gobierno. Si prospera la moción, supondría la caída del actual Ejecutivo y Macron debería entonces designar un nuevo equipo, sin cortapisas. De hecho, tendría en su mano volver a nombrar a Elisabeth Borne como primera ministra, aunque la imagen de la dirigente ha salido dañada de todas estas semanas de pulsos parlamentarios y protestas en las calles.

Foto: Ilustración: L. Martín.
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La ley francesa no obliga al mandatario a disolver la Asamblea Nacional y, por tanto, convocar nuevas elecciones, algo que vienen reclamando en estos últimos meses algunas de las principales voces de la oposición. Pese al descontento popular y la presión política, en un país con tan pocos límites al poder presidencial, resultará difícil pararle los pies a Macron.

¿Arde París? Depende de a quien le pregunte. Las protestas contra el Gobierno de Emmanuel Macron, desatadas tras su aprobación de la reforma de las pensiones por decreto, saltándose el voto de los diputados, inundado este viernes la capital francesa y el resto del país por segundo día consecutivo, saldándose con centenares de detenciones. Paralelamente, el Ejecutivo se enfrentará a dos mociones de censura diferentes presentadas en la Asamblea Nacional. Sin embargo, en un sistema tan presidencialista como el francés, existen pocos frenos reales que puedan detener la voluntad del Elíseo, cuyo principal ocupante no ha hecho declaraciones desde que se dio a conocer el decretazo. Una misma pregunta ronda la cabeza de aliados y rivales del mandatario por igual: ¿puede Macron, pese a todo, ganar este pulso?

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