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Para Rusia, la ofensiva acaba en Bajmut, pero ¿dónde está el avance ucraniano?
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El Kremlin apuesta por una 'pausa técnica'

Para Rusia, la ofensiva acaba en Bajmut, pero ¿dónde está el avance ucraniano?

Ante una posible caída de Bajmut, Ucrania está centrando sus esfuerzos en este frente en lugar de diversificar sus esfuerzos en otras zonas y evitar que se congele la ofensiva rusa

Foto: Soldado ruso en el frente de Bajmut. (Reuters/Oleksandr Ratushniak)
Soldado ruso en el frente de Bajmut. (Reuters/Oleksandr Ratushniak)

Ucrania empezó su esperada contraofensiva en agosto del año pasado con una política de silencio táctico. La portavoz de las fuerzas armadas, Natalia Gumenyuk, afirmaba, después de los primeros ataques de artillería en la región de Jersón, que la operación militar necesita huir de la sonoridad. "En condiciones de una guerra híbrida, la reacción a las noticias del frente perjudica a las fuerzas armadas", dijo. Más de seis meses después del inicio de los planes de Kiev para arrebatar a Moscú parte de las zonas conquistadas en las primeras semanas de invasión, todos los esfuerzos se concentran en el frente de Bajmut y no hay indicios de que las tropas de Volodímir Zelenski estén movilizándose para la siguiente fase de la contraofensiva.

Bajmut se ha descrito por soldados rusos y ucranianos como "una trituradora de carne" en la que, a pesar de todo, siguen resistiendo. Los costes militares y humanos son muy altos para los dos bandos, que sufren además una escasez cada vez mayor de munición para seguir la presión en este frente. Los últimos reportes apuntan a los rápidos avances de las tropas del Kremlin en torno a la ciudad y al deterioro de las defensas ucranianas, mientras que el Grupo Wagner afirmó que ya controlaba la zona oriental.

Foto: Un soldado ucraniano, en una trinchera a las afueras de Bajmut. (Getty/John Moore)

A pesar de los altos costes de esta batalla, Ucrania está decidida a a seguir luchando en este frente que, más allá de su importancia estratégica, se ha convertido en un logro simbólico. Algunos analistas militares apuntaron que las fuerzas de Kiev deberían dejar Bajmut atrás y avanzar en otros territorios. ¿Por qué Ucrania está ralentizando el inicio de la nueva fase de su contraofensiva?

Una 'pausa técnica'

El frente de Bajmut se ha convertido en una suerte de símbolo del momento actual de la guerra. Después de meses de batalla de desgaste, los contratistas militares de Grupo Wagner se unieron a la ofensiva con la estrategia de lanzar oleadas de reclutas sin apenas entrenamiento y en su mayoría presos rusos liberados para ser llevados al frente. No obstante, los mercenarios parecen estar tomando una "pausa táctica" en esta región, según un informe del Institute for the Study of War (ISW). Los analistas explican que las fuerzas en la zona están esperando a que lleguen refuerzos por parte de tropas rusas convencionales y armamento para empezar una nueva fase de la batalla.

El informe del ISW coincide con la teoría de analistas militares, que sostienen que el Kremlin, en el caso de tomar Bajmut, está interesado en frenar su ofensiva. Ese parón permitiría que las fuerzas rusas se recuperen tanto a nivel humano como militar y evitaría que, mientras tanto, sigan perdiendo territorios que han ocupado en Ucrania. "Rusia quería una ofensiva rápida, pero no funcionó. Una guerra larga es realmente la única opción que queda. Están evaluando si tienen más mano de obra para lanzar otra ofensiva con el tiempo, y si el apoyo occidental a Ucrania pudiera ser frágil a medida que se prolongue la guerra", explica Bryden Spurling, director adjunto del grupo de Investigación de Defensa y Seguridad en RAND Europa, a El Confidencial.

Foto: Chamanes peruanos piden por la paz en 2023. (EFE/Paolo Aguilar)

El congelamiento del frente no sería, en este sentido, una buena noticia para Ucrania, aunque no ha dado signos de avanzar significativamente en otras zonas por la intensa batalla de Bajmut. "Los ucranianos tienen ahora pocas opciones, tienen que centrarse en ese punto. Las pérdidas están siendo muy fuertes para los dos bandos, pero los informes afirman que no tanto como lo son para los rusos", afirma Mark Cancian, investigador sénior del Center for Strategic and International Studies (CSIS), a este periódico. "Es probable que estén esperando a que Moscú desgaste sus fuerzas en los ataques alrededor de Bajmut y en otros lugares antes de lanzar su propia ofensiva. Además, con el tiempo, llegan más armas occidentales y se entrenan más tropas", añadió el analista.

Una parte de las fuerzas de Kiev está recibiendo entrenamiento de militares de tácticas de combate combinadas por parte de países como Canadá, Reino Unido, Estados Unidos, Polonia y Alemania. En particular, el entrenamiento está especializado en los sistemas de carros de combate como los Challenger y los Leoapard 2, los tanques que enviará Occidente a Ucrania y que se prevé que estén operativos en el frente en los próximos meses.

Foto: Almacén de Leopard 1 en Tournais, Bélgica. (Reuters/Yves Herman)

Esta es una de las razones por las cuales Ucrania puede estar alargando el inicio de nuevas ofensivas, aunque los expertos apuntan que el entrenamiento es un punto indispensable para las tropas de Zelenski. "Además, da tiempo al personal fuera de la línea para descansar y prepararse. Y asegura que cuando regresen al conflicto, probablemente tengan una ventaja cualitativa sobre sus contrapartes, especialmente porque Rusia, por su parte, depende cada vez más de personal movilizado, mal capacitado y equipado", sostiene Bryden Spurling.

Por otro lado, el analista militar ucraniano Mykola Bielieskov destacó a este periódico que Ucrania no puede darse el lujo de elegir las batallas, especialmente porque el enemigo está listo para expandir todas las fuerzas posibles para avanzar —aunque sea lentamente—. Kiev, continuó Bielieskov, solo puede dejar de pelear para concentrarse en los preparativos de las futuras ofensivas. "Si se lanza a la ofensiva prematuramente sin los preparativos adecuados y antes de que el enemigo esté agotado en las operaciones defensivas, las posibilidades de éxito disminuyen considerablemente. La ofensiva prematura sin la preparación adecuada ayuda a Putin igual o más que la falta de avances".

El peligro de un frente estancado

Los funcionarios occidentales están divididos sobre si la nueva fase de la contraofensiva, a pesar de las ayudas militares, será suficiente para expulsar a Rusia del cerca del 18% de territorio de Ucrania que todavía controla. Solamente una parte de los soldados ucranianos será entrenada y una gran parte del Ejército tiene experiencia militar limitada. Además, los problemas de abastecimiento de las municiones siguen siendo un problema grave por los problemas de producción en Occidente. Sin embargo, si los avances de Kiev consiguieran en los siguientes meses recuperar más territorios ocupados por los rusos, se rompería con el temor de algunos generales de que la guerra está condenada a un punto muerto.

Hasta ahora, Occidente ha respaldado a Ucrania hasta un grado que Vladímir Putin no esperaba en el inicio de su invasión y ha suministrado unas ayudas sin las cuales Rusia podría haber finalizado con éxito su "operación especial". Sin embargo, se avecina un momento complicado en las nuevas fases de la guerra.

Foto: Los buques de la OTAN llegan a Londres. (Reuters/Hannah McKay)

A pesar de que los países occidentales no han puesto condiciones sobre los avances que esperan en el frente tras el envío de ayuda militar, otra pregunta es si un estancamiento podría ser un impedimento para la continuación de ese apoyo. "No puedo leer la mente de los políticos de Occidente que apoyan a Ucrania, pero sí sé que no quieren que los vean como perdedores", afirma Uri, analista de inteligencia de código abierto (Osint), a El Confidencial. "La visita del presidente estadounidense Joe Biden a Ucrania, así como la de otros líderes, envía una señal clara de que Occidente apoyará a Ucrania mientras pueda defenderse y, creo, incluso más allá de eso".

Por ahora, continúa Uri, "no creo que ningún retraso en el inicio de una ofensiva desencadene una reacción negativa por su parte, en particular porque el retraso es el resultado de los planes de Occidente de proporcionar las armas y el entrenamiento necesarios para una ofensiva". Además, los asesores militares en Occidente nunca instarían a Ucrania a intentar una gran ofensiva hasta que se entreguen todos los nuevos sistemas de armas y sus fuerzas estén bien entrenadas y abastecidas, añade.

Los retos de la próxima contraofensiva

No hay fecha para la próxima contraofensiva ucraniana, pero es cuestión de tiempo. A diferencia del año pasado, cuando las tropas recuperaron los territorios de Járkov y Jersón, esta vez puede ser más complicado conseguir victorias tan significativas. En ese momento, Ucrania se aprovechó de las debilidades estratégicas de los soldados rusos —en el caso de Jersón, las tropas estaban situadas en una posición débil a la orilla oriental del río Dniéper—. Ahora, en cambio, las fuerzas del Kremlin atacarán desde posiciones mejor preparadas.

En una publicación de Twitter, el experto Osint Uri sostuvo que el Gobierno de Zelenski insiste en la importancia de los aviones militares, a pesar de los problemas logísticos que eso conlleva, y la necesidad de más munición para hacer frente a estos nuevos retos. "La oportunidad de llevar a cabo una ofensiva continua, como fue el caso de Járkov y Jersón, ya no existe. En cambio, cualquier ofensiva en este momento requerirá una gran fuerza que degrade y asalte a las fuerzas rusas a lo largo de una larga línea defensiva estática. Hasta que puedan realizar un ataque con los nuevos recursos militares".

Volodímir Zelenski ya ha confirmado que está preparando un nuevo gran ataque. "Nos estamos preparando para el regreso de nuestras tropas a los esfuerzos activos por la liberación de nuestras tierras. Tenemos esta meta en nuestra mente todos los días, y cada día se acerca más a su cumplimiento", dijo en recientemente en un discurso televisado.

Foto: Imágenes satelitales muestran blindados rusos agazapados a las afueras de Vuhledar. (Reuters)

Después de Bajmut, podrían continuar las batallas en otros frentes como Vuhledar y dentro de los objetivos está la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014. Llegar hasta allí se ha convertido en una posibilidad, pero el primer paso es conseguir hasta allí. En primer lugar, las fuerzas ucranianas tenían que seguir avanzando desde Zaporiyia hasta Melitópol, a unos 80 kilómetros de distancia. Luego, todos los ojos estarían puestos en los puestos de control Chingar y Armiansk, dos posiciones clave que unen Crimea con Ucrania.

Todo apunta a que la siguiente contraofensiva será más desafiante y exigente que la de finales de verano de 2022, pero Kiev está decidida a llevarla hacia adelante y a intensificar la presión contra Rusia cuando los tanques de Occidente estén operativos. "La nueva ofensiva podría parecerse más a la que vimos en Jersón, con una lucha de desgaste lento para romper el cinturón defensivo de las fuerzas rusas, más que la acción rápida que vimos en Járkov. Por eso Ucrania solicita constantemente más armamento y munición, porque anticipan una pelea difícil", concluye el analista militar Mykola Bielieskov.

Ucrania empezó su esperada contraofensiva en agosto del año pasado con una política de silencio táctico. La portavoz de las fuerzas armadas, Natalia Gumenyuk, afirmaba, después de los primeros ataques de artillería en la región de Jersón, que la operación militar necesita huir de la sonoridad. "En condiciones de una guerra híbrida, la reacción a las noticias del frente perjudica a las fuerzas armadas", dijo. Más de seis meses después del inicio de los planes de Kiev para arrebatar a Moscú parte de las zonas conquistadas en las primeras semanas de invasión, todos los esfuerzos se concentran en el frente de Bajmut y no hay indicios de que las tropas de Volodímir Zelenski estén movilizándose para la siguiente fase de la contraofensiva.

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