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Rusia se está transformando en la nueva Soria y "no podrá hacer nada para remediarlo"
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Despoblación en la estepa

Rusia se está transformando en la nueva Soria y "no podrá hacer nada para remediarlo"

Todos los indicadores demográficos pronostican un futuro negro para Rusia. Los nacimientos, las defunciones, la edad media... todos estos datos no son los mejores aliados de Moscú

Foto: Día del Defensor de la Patria en Donbás. (EFE/Dave Mustaine)
Día del Defensor de la Patria en Donbás. (EFE/Dave Mustaine)
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Rusia tiene un problema. Y no solo en el frente. Se trata de la demografía: un enemigo silencioso que se escapa entre las balas, los tanques y los misiles, pero que golpea de igual manera a Moscú. Frente a esto, serán las próximas generaciones las que sufran las consecuencias de esta batalla, que parece perdida si se miran las estadísticas.

Los índices demográficos de Rusia, ahora el noveno país más poblado del mundo con 143 millones de habitantes, siguen la estela de Soria, una de las provincias más despobladas de España. Fuga de la población joven, éxodo laboral, envejecimiento de la edad media (para 2050, será de 43 años, la de Soria es 47) y baja tasa de natalidad. La guerra de Ucrania, con los miles de muertos que acumula el Ejército ruso, y la hégira de cientos de miles de jóvenes por miedo a ser llamados a filas, son la puntilla que acelerarán el proceso.

Foto: Un tanque Leopard en una foto de archivo. (EFE)

"Antes de la guerra, Rusia ya arrastraba tendencias negativas. A pesar del repunte en la tasa de nacimientos a mediados de la pasada década, la estadística ha ido disminuyendo. Todo esto, sumado al covid y ahora la guerra, han supuesto un claro descenso de todos los indicadores demográficos", afirma Ryhor Nizhnikau, investigador del Finnish Institute of International Affairs, en entrevista con El Confidencial.

Cuando comenzó la guerra, Moscú no tenía unos números muy diferentes al resto de países occidentales, muy afectados por el envejecimiento de la población y descenso de la natalidad, "pero la invasión ha supuesto un impacto masivo a los datos demográficos, cientos de miles de personas mueren en Ucrania y cada vez son más las personas que son llamadas a filas. Todo esto supondrá un desajuste de población que el país tardará décadas en recuperar, incluso con el paso de las generaciones", explica el investigador.

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Las estimaciones de fallecidos en el frente de Ucrania más conservadoras, más allá de las ofrecidas por el Kremlin (5.900), apuntan al menos 40.000 soldados muertos. Las inteligencias estadounidense y británica apuntan a más de 100.000 entre muertos y heridos, sin especificar desde hace meses las estimaciones de fallecimientos. La inmensa mayoría, hombres (en edad fértil), acentuando el desequilibrio entre géneros de las próximas generaciones.

Pero más allá de los muertos o el paréntesis familiar de los llamados a filas (un ya numeroso Ejército ruso engrasado por unos 300.000 hombres extra), también está el éxodo. Desde que comenzó la invasión, se han producido dos olas migratorias en Rusia. La primera, en primavera, cuando se extendieron rumores sobre el cierre de fronteras. La segunda fue tras el anuncio de la "movilización militar parcial" del pasado septiembre. Aunque es difícil apuntar a una cifra exacta, medios como el Moscow Times estiman que al menos "500.000 rusos han huido del país y no han regresado" desde el inicio de la invasión.

"El impacto directo de la movilización por sí solo podría ascender a 25.000 nacimientos 'perdidos' en 2023"

"El impacto directo de la movilización por sí solo podría ascender a 25.000 nacimientos perdidos en 2023", según los cálculos de Mikhail Denisenko, demógrafo ruso citado por el mismo medio.

En términos migratorios, medio millón "no es un gran número", pero lo que sí que importa es que una gran parte de esa gente "es población joven, lo cual afectará a la calidad y capacidad de la economía rusa", apunta por su parte Nizhnikau. En especial a sectores tecnológicos o de investigación y desarrollo. De hecho, la fuga de cerebros en esos sectores es tan grave que el Gobierno ruso anunció exenciones de la movilización para los trabajadores tecnológicos, así como para aquellos que regresaran al país. Sin éxito reseñable.

"Cada vez habrá menos personal cualificado. La situación será trágica"

El problema no afecta solo a estos sectores, claves para la economía rusa y su clase media. Nizhnikau apunta también a "las instituciones rusas como la sanidad, educación, construcción..., ya que será sobre estos sectores donde faltará mayor cantidad de mano de obra, puesto que cada vez habrá menos personal cualificado. La situación será trágica".

Entre el número de soldados y la población que emigra, hay una gran cantidad de jóvenes que estudian en el país y que, a causa de la invasión, no podrán ejercer su profesión. Lo que también se traducirá en un grave problema para las administraciones rusas, que ya atraviesan una escasez de personal.

Y el problema no es a corto plazo: "¿Cuánta población rusa estará dispuesta a volver cuando acabe la violencia y cuantos morirán en la guerra?", se pregunta Nizhnikau.

"¿Cuánta población rusa estará dispuesta a volver cuando acabe la violencia?"

Otras voces apuntan a que otro "factor importante" es que la gente está "posponiendo tener hijos hasta que la situación sea mejor", apunta Salavat Abylkalikov, investigador del Instituto Demográfico de la Higher School of Economics de Moscú.

Una las razones que más condiciona es la economía. El descenso del 2,8% del PIB en Rusia, muy afectada por las sanciones occidentales, no generan una situación de confianza para los nuevos nacimientos. El miedo, el peligro y la incertidumbre que acompañan a la guerra son también factores que dificultan el desarrollo del Estado.

Las primeras estimaciones rusas ya apuntan al descenso de la natalidad. "Veremos una disminución inminente de la tasa de fecundidad total a 1,3 y luego a 1,2 por mujer, frente al 1,5 del año pasado, lo que reducirá el número de nacimientos el próximo año a 1,2 millones", afirma Igor Yefremov, demógrafo ruso, en declaraciones al Moscow Times.

"No hay ninguna forma de que Rusia pueda remediar la tendencia demográfica"

"No hay ninguna forma de que Rusia pueda remediar la tendencia demográfica porque su gobierno es incapaz de encontrar o tomar buenas decisiones", sostiene el investigador finés. Consciente del peligro demográfico y viniendo de la debacle de la crisis de deuda de los noventa, en las últimas décadas el Gobierno de Vladímir Putin ha intentado diferentes planes para sostener las tasas de nacimientos mediante ayudas a la maternidad, que tuvieron cierto éxito en la estabilización de las cifras en 2007 y 2015.

Y, a diferencia de otras naciones también envejecidas de la Unión Europea, la estrategia migratoria rusa previa a la guerra tampoco ayudaba. A diferencia de Moscú, la Unión Europea posee mayor libertad fronteriza, y el flujo de personas permite rebajar la edad media y aumentar la población, ya que, por lo general, las personas migrantes suelen ser población joven y que están en disposición de crear una familia.

"La inmigración en Moscú está extremadamente restringida. El gobierno y las empresas necesitan mano de obra. Sin embargo, no quieren la afluencia de inmigrantes centroasiáticos. Y esto lleva al hecho de que las estadísticas estén en descenso, tanto en mano de obra como en población", apunta Nizhnikau.

Y las soluciones que se pueden aplicar para remediar esta situación no funcionarán "como ya se ha visto en anteriores políticas que ha aplicado el gobierno. Tan solo hay que mirar la tasa de nacimientos cuando en 2014 se invadió Crimea, para comprobar que las estadísticas no se pueden remediar en mitad de un conflicto armado", sostiene el investigador.

Todos estos datos conforman un panorama poco prometedor en el futuro económico y demográfico de Rusia. Las consecuencias de la guerra están aún latentes en la herida abierta de Ucrania, pero el futuro será mucho más desgarrador de lo que se conoce hasta la fecha.

Para el experto, estas son las razones por las que la población rusa sufrirá las consecuencias bélicas en un futuro. Concluye Nizhnikau: "La guerra traerá consecuencias catastróficas. Las cuales todavía no sabemos a ciencia cierta cuáles serán, porque aún no sabemos cuantas vidas humanas se perderán".

Rusia tiene un problema. Y no solo en el frente. Se trata de la demografía: un enemigo silencioso que se escapa entre las balas, los tanques y los misiles, pero que golpea de igual manera a Moscú. Frente a esto, serán las próximas generaciones las que sufran las consecuencias de esta batalla, que parece perdida si se miran las estadísticas.

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