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Cómo el Gobierno de UK ayudó al líder del Grupo Wagner en una 'vendetta' personal
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Cómo el Gobierno de UK ayudó al líder del Grupo Wagner en una 'vendetta' personal

Con pasmosa facilidad, uno de los belicistas más notorios del mundo pudo usar el sistema legal del Reino Unido para tratar de promover sus objetivos a pesar de estar sancionado

Foto: El centro del grupo militar privado Wagner abre sus puertas en San Petersburgo. (Reuters/Igor Russak)
El centro del grupo militar privado Wagner abre sus puertas en San Petersburgo. (Reuters/Igor Russak)
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Una fría noche de marzo de 1980, un joven de 18 años llamado Yevgeny Prigozhin salió junto con tres amigos de un café de San Petersburgo y vieron a una mujer caminando sola. Mientras uno la distraía pidiéndole un cigarrillo, él la apretó del cuello hasta hacerle perder el conocimiento. Tras quitarle todas sus pertenencias, el cuarteto salió corriendo, dejando a la víctima tirada en la calle. Fue uno de sus muchos robos, tal y como concluyó luego el tribunal que le sentenció a prisión por diferentes actividades delictivas. Cuando fue liberado en 1990, se puso a vender perritos calientes en la calle. Pero su ambición estaba más allá de un puesto de comida rápida.

Prigozhin es hoy uno de los miembros más poderosos de la corte de Vladímir Putin, al que llama papá. Oficialmente, dirige un consorcio de catering en expansión que proporciona comidas a millones de soldados, policías, fiscales, pacientes de hospitales y escolares rusos. Pero su papel clave es la dirección del Grupo Wagner, la sangrienta y despiadada organización de mercenarios fundada en 2014 que ofrece sus servicios a los dictadores de todo el mundo, como una valiosa herramienta de política exterior no oficial del Kremlin. En los últimos meses, dado que las fuerzas rusas han sufrido importantes reveses en Ucrania, las unidades de Wagner se han convertido en una parte cada vez más importante de la invasión.

Foto: Protesta a favor de Vladímir Putin y Rusia, en abril de 2022. (Reuters/Zorana Jevtic)

Eso es lo que realmente le aporta una inmensa fortuna y cada vez más influencia. También lo que le convierte en una de las personas más sancionadas del planeta a lo largo de los últimos cinco años, aunque el Gobierno de Reino Unido le ayudó a eludir las sanciones para lanzar un ataque legal contra el periodista británico que estaba sacando a la luz sus peligrosas actividades. La noticia ha creado consternación en Westminster.

La notoria demanda por supuesta difamación contra Eliot Higgins por las revelaciones publicadas en su web Bellingcat sobre las operaciones en la sombra del Grupo Wagner tuvo lugar en 2021. El caso colapsó en marzo de 2022, a raíz de la invasión rusa de Ucrania. Pero no ha sido hasta ahora cuando ha salido a la luz el papel que tuvo el Ejecutivo británico para facilitar la causa del oligarca, dejando al descubierto la increíble facilidad con que uno de los belicistas más notorios del mundo pudo usar el sistema legal de Reino Unido para tratar de promover sus objetivos, incluso mientras estaba sancionado.

La información ha sido publicada por los medios independientes openDemocracy y The Intercept, que han tenido acceso a una gran cantidad de correos electrónicos y documentos pirateados a uno de los bufetes de abogados más importantes de Rusia, Capital Legal Services (CLS). Los archivos sin clasificar se proporcionaron primero a una organización periodística sin ánimo de lucro de Estados Unidos, llamada Distributed Denial of Secrets, que los pone a disposición de cualquier persona con la experiencia necesaria.

Foto: Serhiy Haidai, gobernador de Lugansk. (Cedida)

Por su parte, otra investigación del Financial Times basada también en este material demuestra cómo Prigozhin ha utilizado abogados corporativos líderes en todo el mundo para tratar de mantener a raya a los gobiernos occidentales. Después de haber instruido a una empresa líder en Moscú, estableció una serie de compañías ficticias que han permitido que sus operaciones mercenarias en África y Siria sigan funcionando. Los documentos brindan una visión sin precedentes de las operaciones comerciales de Wagner, y revelan un grupo de empresas fachada conectadas con el Chef de Putin, como RN Trading, que han logrado operar sin autorización hasta el día de hoy.

El misterio legal

Volviendo a la implicación del Gobierno de Reino Unido en la batalla que el oligarca emprendió contra el periodista: ¿cómo es posible que el Ejecutivo otorgara las licencias necesarias para que un bufete de abogados británico trabajara en el caso?

Estos permisos solo pueden ser aprobados por un departamento poco conocido dentro del Tesoro, llamado Oficina de Implementación de Sanciones Financieras (OFSI), para que las personas puedan tener derecho a representación legal cuando sea necesario. En ese momento, al frente de este ministerio estaba Rishi Sunak, actual inquilino de Downing Street, lo que le coloca en una situación bastante complicada.

Entre otras cosas, porque para 2021 el Chef de Putin ya había sido sancionado por Estados Unidos por dirigir las granjas de trols rusas que difundieron desinformación e interfirieron en la campaña electoral presidencial de 2016 (cuando ganó Donald Trump) y las elecciones al Congreso de 2018. Las mismas que fueron también acusadas de interferir en el referéndum del Brexit de 2016.

Desde el Ejecutivo, aseguran ahora que no pueden comentar "casos individuales". Sin embargo, en declaraciones a openDemocracy, el periodista que sacó a la luz las actividades del oligarca acusa al departamento de la OSFI del Gobierno de verse "involucrado en un esquema para socavar las mismas sanciones que eran responsables de aplicar".

Foto: Captura del vídeo donde "mandan" un mazo ensangrentado a Bruselas.

El bufete británico que trabajó con los abogados rusos de Prigozhin fue Discreet Law. Se trata de un exclusivo despacho de Londres, dirigido por Roger Gherson, especializado en representar a clientes extranjeros con fortunas de dudosa procedencia. Y su objetivo era aplicar las llamadas slapps (demandas estratégicas contra la participación pública), donde los mega ricos explotan procedimientos legales largos y costosos para acallar a aquellos que investigan lo que no conviene que se sepa. La herramienta ha sido denunciada en varias ocasiones por activistas, ya que la consideran clave en los procesos de lavado de dinero, extraordinariamente fáciles, dicho sea de paso en el Reino Unido.

De ahí que el oligarca decidiera emprender acciones legales a título personal contra el periodista basado en suelo británico, en lugar de demandar su web Bellingcat, con sede en Países Bajos.

El secretario del Tesoro, James Cartlidge, aseguró este miércoles en la Cámara de los Comunes que la guía para estas exenciones era "de larga data", pero dijo que el Gobierno "ahora está considerando si este enfoque es el correcto y si se pueden hacer cambios". Por su parte, un portavoz del Tesoro añadió que estas solicitudes son revisadas por funcionarios sin implicación política.

El periodista afectado

Discreet Law retiró sus servicios en marzo del año pasado, un mes después de la invasión rusa de Ucrania, y finalmente fue anulado en mayo. Sin embargo, Higgins tuvo que afrontar unos costes legales estimados en 70.000 libras que ahora no puede recuperar. En teoría, la normativa británica está para permitir a las personas sancionadas cubrir sus "necesidades básicas", incluida la capacidad de solicitar una licencia para pagar los honorarios legales. Pero en la práctica, según los activistas, lo que hace es ayudar a oligarcas de todos los países a burlar el sistema.

Foto: Unos soldados británicos pasan al lado de unos tanques polacos durante un ejercicio de defensa. (EFE/Olivier Hoslet)

En este sentido, Eliot Higgins, periodista afectado en este caso, pide una "mayor transparencia sobre cómo se aplican las reglas". "Para mí, la pregunta es: '¿Cuál es el proceso?'. Nadie parece entenderlo del todo, hasta que haya más transparencia, no podemos juzgar si se aplicó correctamente. Entonces, la siguiente pregunta es: '¿Queremos este tipo de proceso en el que se pueda demandar a los periodistas?", planteó en declaraciones a la BBC. "¿Cómo sé que otro oligarca no volverá a hacerme lo mismo la próxima semana? Esta vez los costos fueron de cinco cifras, pero podría ser de cinco o seis cifras la próxima vez", añadió.

La parlamentaria laborista Margaret Hodge, que preside un grupo anticorrupción de todos los partidos en el parlamento, asegura que las revelaciones son "increíbles". "Es absolutamente ridículo que se acuse al Gobierno de evadir las sanciones que él mismo impuso", dijo. "Si esto es cierto, ¿por qué el Parlamento no lo sabía? Se tienen que asumir responsabilidades", matiza. Toda la defensa del Chef de Putin se construía sobre la base de que él no tenía ninguna implicación con el Grupo Wagner. Es más, negaba incluso que existiera esta sangrienta unidad paramilitar.

Sin embargo, el pasado mes de septiembre salió a la luz un video en el que un hombre lanzaba un discurso a los prisioneros que le escuchaban con atención en el patio de una cárcel rusa. "Represento a una empresa militar privada", les dice a los reclusos con uniformes negros que lo rodean en un círculo. "¿Habéis oído hablar de Wagner?", planteaba. El hombre era Prigozhin, el mismo que había pasado los últimos cuatro años buscando todas las opciones legales para ocultar sus operaciones mercenarias.

Foto: Imagen: EC.
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El oligarca explicó a los reclusos que probablemente morirían en el frente. Pero si sobrevivían durante seis meses, serían liberados con un indulto completo y pagados generosamente, un mensaje que caló en el patio de la cárcel. Los prisioneros le ven como uno de los suyos. Al fin y al cabo, él pasó 10 años entre rejas. No confían en las autoridades, pero creen a Prigozhin cuando les promete que los liberará. De ahí que muchos se hayan alistado al grupo Wagner.

La confesión definitiva

Las filas se han disparado a unos 50.000, según estimaciones de la inteligencia occidental, incluidas decenas de miles de prisioneros, a menudo reclutados personalmente por el propio Prigozhin.

A los pocos días de la publicación en redes del video, el oligarca hizo otra declaración sorprendente: admitió haber fundado el grupo de mercenarios. "Yo mismo limpié las armas viejas, arreglé los chalecos antibalas y encontré especialistas que podrían ayudarme con esto. A partir de ese momento, el 1 de mayo de 2014, nació un grupo de patriotas que luego pasó a denominarse Batallón Wagner", dijo. Más tarde también admitió haber intentado interferir en las elecciones estadounidenses.

Foto: Soldados ucranianos, en una maniobra militar cerca de la frontera de Ucrania y Bielorrusia, el 20 de enero de 2023. (Reuters/Gleb Garanich)

En definitiva, estaba confesando públicamente que las estrategias de su defensa legal en los casos que había tenido en el Reino Unido y los Estados Unidos estaban basadas en auténticas mentiras. En noviembre, Prigozhin dio el último paso para dejar de fingir: abrió una sede de varios pisos con fachada de vidrio para Wagner en San Petersburgo, con el logotipo grabado en relieve del grupo de mercenarios.

¿Qué es lo que ha cambiado para que actúe ahora así? Frente a los reveses sufridos por el Ejército ruso en los últimos meses, la unidad paramilitar va tomando cada vez más protagonismo y la prensa local presenta ahora a Prigozhin como el "héroe de Rusia".

Foto: Centro del Grupo Wagner PMC en San Petersburgo. (Reuters/Igor Russak)

Los que le conocen aseguran que ni el dinero ni el poder han sido el único factor motivador, aunque ha acumulado mucho de ambos en el camino. Lo que le mueve realmente es la creencia de que está luchando contra las élites corruptas en nombre del hombre común y el deseo de aplastar a sus rivales.

A lo largo de los años, el vendedor de perritos calientes que acabó montando un exclusivo restaurante y logró hacerse con la confianza del responsable del Kremlin, ha ido cosechando muchos enemigos: ex socios comerciales que se sienten engañados, generales del ejército a los que ha criticado como burócratas de escritorio y altos funcionarios de seguridad que temen sus posibles ambiciones de tomar el poder político. Pero hasta ahora, ha conservado el apoyo de su patrocinador más importante: el propio Putin, el hombre al que llama papá.

Una fría noche de marzo de 1980, un joven de 18 años llamado Yevgeny Prigozhin salió junto con tres amigos de un café de San Petersburgo y vieron a una mujer caminando sola. Mientras uno la distraía pidiéndole un cigarrillo, él la apretó del cuello hasta hacerle perder el conocimiento. Tras quitarle todas sus pertenencias, el cuarteto salió corriendo, dejando a la víctima tirada en la calle. Fue uno de sus muchos robos, tal y como concluyó luego el tribunal que le sentenció a prisión por diferentes actividades delictivas. Cuando fue liberado en 1990, se puso a vender perritos calientes en la calle. Pero su ambición estaba más allá de un puesto de comida rápida.

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