"Intentamos cuadrar el círculo": la UE sigue sin ser capaz de acordar un tope al gas

El encuentro extraordinario de ministros de Energía de este martes, en el que se intentaba cerrar un acuerdo para el establecimiento de un tope para el precio del gas, ya se veía como una cita difícil. "Intentamos cuadrar el círculo", admitía una fuente europea este lunes por la tarde. Los dos lados del debate, con un grupo de Estados miembros que quieren un tope ambicioso sí o sí, entre los que se encuentran España, Francia o Italia, y los que creen que provocará efectos secundarios indeseados, como Alemania o Países Bajos, "vienen de mundos distintos", admitía la misma fuente.

Los ministros han sido incapaces de alcanzar un pacto y el asunto podría acabar en la mesa de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que se reúnen este jueves en Bruselas. No hay una decisión tomada sobre si será materia de discusión en el Consejo Europeo y lo cierto es que los líderes tienen un margen de discusión bastante limitado: se trata de un debate extraordinariamente técnico, muy complejo en ocasiones hasta para los propios ministros.

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De forma que para los jefes solamente quedaría una discusión política que trate de cerrar la brecha que separa a sus ministros en cuestiones técnicas. En todo caso los encargados de la cartera de Energía de los Veintisiete volverán a reunirse el próximo lunes en un encuentro ya programado pero en el que ahora toda la atención volverá a estar sobre este tope al gas.

Distintas cifras

La Comisión Europea hizo una primera propuesta en noviembre: un tope que se activaría cuando el gas superara durante dos semanas los 275 euros/MWh en el mercado de referencia europeo, el TTF holandés, y hubiera una diferencia de al menos 58 euros respecto al precio de referencia del mercado global. Era una propuesta prácticamente inaplicable. Los países más ambiciosos criticaron duramente la idea del Ejecutivo comunitario, que consideraban que estaban diseñada para contentar a Berlín y para nunca llegar a ser utilizada.

Pero ya había al menos una propuesta encima de la mesa, después de que el equipo de Kadri Simson, comisaria de Energía, hubiera arrastrado los pies durante meses. A partir de ese momento fue cuando la presidencia checa del Consejo de la Unión tomó las riendas. “Algunos decían que la propuesta de la Comisión Europea era de máximos, otros que no era ni siquiera un punto de inicio”, recuerda una fuente diplomática checa, explicando que el trabajo de la presidencia en las últimas semanas ha sido intentar acercar a dos campos aparentemente irreconciliables.

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Este fin de semana las cosas empezaron a estabilizarse. Había una propuesta que más o menos empezaba a cuajar. En ella el precio que llevaría a la activación se rebajaba de los 275 euros/MWh hasta los 220 euros/MWh y la brecha respecto al precio de referencia del mercado global del gas natural licuado (GNL) se reducía de los 58 euros de la propuesta de la Comisión Europea a unos 35 euros. Al mismo tiempo mantenía todas las salvaguardias que se ofrecieron a Alemania y Países Bajos con la propuesta original de Bruselas: ante el riesgo de problemas de suministro el tope dejaría de aplicarse de forma inmediata.

La cifra seguía siendo demasiado alta para algunos Estados miembros y ciertos ministros han empezado a perder la paciencia. "Se acabó el tiempo de debates. Todos nosotros debemos ponernos de acuerdo sin demora sobre un mecanismo de corrección (tope). Este es un momento histórico en el que todos estamos siendo juzgados", ha asegurado Konstantinos Skrekas, ministro de Energía griego.

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EFE

"Creo firmemente que tenemos sobre la mesa una solución sólida. Ahora les toca a los ministros mostrar si están listos para llegar a un acuerdo o no. Hemos preparado una propuesta que dé garantías a todos", defendía a su llegada al encuentro Josef Síkela, ministro de Industria de República Checa, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo.

La reunión ha sido compleja, trabada, llena de números, de pequeñas idas y venidas, de la búsqueda de un espacio de posible consenso. A las 12:30 se hacía un receso que ha durado hasta las 16:00, intentando trabajar con una nueva propuesta que pudiera servir a todas las partes. Tras un nuevo parón en las negociaciones de unos 15 minutos, los ministros han acabado rindiéndose a las 19:00. Los equilibrios para intentar encontrar una propuesta que valga a las dos partes son complejos, como explicaba una fuente checa: "cuanto más bajas en un número (el del precio de activación del tope) tiene que ofrecer algo por el otro lado".

La posición de España

España querría que todo girara sobre un mecanismo dinámico que se activara si hay demasiada diferencia entre el mercado de referencia europeo, el TTF holandés, con el mercado global del GNL, para evitar precios injustamente altos para Europa. Pero otros Estados miembros opinan que el esquema planteado por la Comisión y continuado por la presidencia checa y quieren concentrar sus esfuerzos en bajar el precio al que se activaría el tope e intentar que se establezca por debajo de los 200 euros/MWh.

“Hay cuatro puntos clave y hemos logrado avances en dos y medio, queda uno y medio", ha explicado al terminar la reunión Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno. "Hay aproximación entre todos y consenso sobre cuándo dejar de aplicar un mecanismo de corrección, por ejemplo si hay inestabilidad financiera o problemas de suministro o un súbito aumento de la demanda. Hay un nivel de consenso sobre qué productos quedan cubiertos", ha señalado.

Ribera ha mostrado confianza en poder conseguir un acuerdo, señalando que los campos en los que hay diferencias son ya cada vez menos. “Confío en que el lunes haya acuerdo porque ha habido avances importantes y un debate muy comprometido hoy", ha explicado. España, junto a otros 14 Estados miembros, los que han sido críticos con la primera propuesta de Bruselas y que calificaron de “broma de mal gusto”, se han reunido antes del inicio del Consejo para coordinar sus posturas y al terminar el encuentro, a diferencia del tono duro de otros encuentros han mostrado una moderada satisfacción.