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El trágico dinosaurio futbolístico de Estonia y otras decepciones europeas en el Mundial
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El trágico dinosaurio futbolístico de Estonia y otras decepciones europeas en el Mundial

En esta edición, que publicamos en abierto, podrás leer estos temas: cuando la desilusión llega, el trágico dinosaurio futbolístico de Estonia, corrupción y silencio en Polonia, 10.000 y el doble rasero europeo en Qatar

Foto: European Focus
European Focus

¡Hola desde Budapest! Siendo húngara, siempre he tenido sentimientos encontrados sobre el fútbol. Somos la nación de Ferenc Puskás, uno de los mejores jugadores del siglo XX, cuya estatua se encuentra cerca de mi oficina. También somos un país donde se invierten miles de millones en la obsesión de un primer ministro cuya ventana de la cocina da a un estadio de fútbol que construyó en su pueblo.

Con el inicio de la Copa Mundial en Qatar, muchos fanáticos del fútbol de todo el planeta tienen sentimientos encontrados. Muchos, pero no todos. Mientras algunos boicotean los juegos en respuesta a la corrupción y los abusos de los derechos humanos, otros solo quieren disfrutar del juego. Como me dijo un amigo: "Es fútbol, solo quiero mi tele y cerveza".

En cierto modo, tiene razón en que este no es el primer Mundial plagado de escándalos. ¿Significa eso que tenemos doble rasero, o acaso el alma del fútbol se ha arruinado para siempre? Esperamos que el boletín de esta semana sirva para arrojar luz sobre nuestras perspectivas en torno a este hermoso juego.

  • Viktória Serdült, editora jefe de esta semana

En esta edición, que publicamos en abierto, podrás leer estos temas: Cuando la desilusión llega, el trágico dinosaurio futbolístico de Estonia, corrupción y silencio en Polonia, 10.000 y el doble rasero europeo en Qatar

La versión original en inglés, cada miércoles:

La versión en español, los jueves:

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Cuando la desilusión llega

placeholder Nacido en un barrio pobre, adorado como el salvador. Pero incluso la historia de Maradona está ligada al cielo y al infierno del negocio del fútbol. Foto: imagen.
Nacido en un barrio pobre, adorado como el salvador. Pero incluso la historia de Maradona está ligada al cielo y al infierno del negocio del fútbol. Foto: imagen.

En mi familia, veíamos todos los partidos internacionales de fútbol juntos. Cada Mundial, cada Eurocopa. Mis padres me contaban historias sobre sus jugadores favoritos. Sobre Maradona o Ronaldo. Yo era un fan acérrimo.

El último partido que vimos juntos fue la final del Mundial de Sudáfrica 2010: España contra Holanda. Nadie habló durante todo el partido y nadie fue al baño. Mirábamos embelesados ​​la televisión, hasta que saltamos de alegría cuando Andrés Iniesta marcó en la prórroga y coronó a España como campeona del mundo. El tiki-taka español cautivó al mundo, pero para mí esta pasión no duró más allá de 2010 debido al desarrollo de mis actitudes políticas y sociales, contrarias a los eventos deportivos corruptos.

Cuando era más joven, el único equipo que tenía que elegir era uno de fútbol al que apoyar. Eso resultaba bastante fácil. Siempre España, segundo Brasil, tercero Argentina y el cuarto lugar para cualquier país pequeño que pudiera dar la sorpresa. Sin embargo, conforme fui creciendo, aprendí que Maradona no era exactamente el santo que mis padres decían que era y que mi deporte favorito estaba plagado de criminalidad.

Todo parece girar en torno a sumas de dinero, ya no en torno a la pelota. Solo puedo ver un partido durante un cuarto de hora, hasta que me pongo a pensar que el fútbol profesional no tiene conexión alguna con mi realidad; que está plagado de fraudes y sobornos; que los índices de audiencia, los derechos televisivos y las finanzas dominan el juego, en lugar de la estrategia y la táctica.

Había un fútbol que me encantaba. Pero los escándalos parecen formar parte del fútbol profesional. Tengo nostalgia del juego que me hizo saltar de alegría y extraño la montaña rusa de emociones, pero el fútbol profesional ya no está a la altura de eso. El campeonato de Qatar no es una excepción.

  • Farangies Ghafoor informa sobre temas de salud y estilo de vida desde una perspectiva basada en datos para Tagesspiegel, en Berlín.

El trágico dinosaurio futbolístico de Estonia

placeholder Captura de pantalla de la emisora nacional de Estonia (ERR).
Captura de pantalla de la emisora nacional de Estonia (ERR).

"Irse ahora significaría traicionar el fútbol de Estonia", dijo el presidente de la asociación de fútbol del país báltico, Aivar Pohlak, quien parecía estar muriendo en la cadena nacional de televisión del país.

El monólogo, inspirado en Macbeth, no fue realizado por el propio Pohlak, sino por un comediante del grupo Kinoteater, que llena el espacio televisivo entre partido y partido del Mundial. En el primer día del campeonato, el grupo criticó las violaciones de los derechos humanos y las condiciones inhumanas que enfrentan los trabajadores en Qatar, hechos que Pohlak ha puesto en duda. Fue entonces cuando Kinoteater decidió responder durante una transmisión especial y encendió las redes sociales estonias .

El control de hierro que Pohlak ha mantenido durante décadas sobre el fútbol estonio sigue siendo fuerte, a pesar de que la FIFA situó al equipo masculino del país fuera del top 100 y al femenino en el puesto 96. El presidente tiene un largo historial de polémica. Esta última polémica probablemente pasará, pero su mandato puede estar llegando a la prórroga.

  • Herman Kelomees es un periodista centrado en política de Delfi, en Tallin.

Corrupción y silencio en Polonia

placeholder Las cifras de audiencia de la televisión polaca durante la Copa del Mundo en Qatar son récord. Más de 8 millones de polacos vieron Polonia contra Arabia Saudita. Foto: Kuba Atys / Agencja Wyborcza.pl.
Las cifras de audiencia de la televisión polaca durante la Copa del Mundo en Qatar son récord. Más de 8 millones de polacos vieron Polonia contra Arabia Saudita. Foto: Kuba Atys / Agencja Wyborcza.pl.

La idea de que es probable que Qatar haya ganado el derecho a albergar la Copa del Mundo mediante sobornos está muy extendida en Polonia. Sin embargo, ni la Asociación Polaca de Fútbol (PZPN) ni ningún integrante de la selección nacional ha considerado seriamente boicotear el campeonato por ello.

Una razón importante de este silencio podría ser que la PZPN toleró durante años la corrupción en el fútbol polaco. Algunos de sus miembros incluso estuvieron involucrados directamente en estas tramas. La semana pasada, la policía detuvo a dos miembros de alto rango de la junta directiva de la asociación en el aeropuerto de Varsovia, cuando se dirigían a Qatar para el partido Polonia-México. Los cargos: fraude y lavado de dinero. Las investigaciones aun están en curso.

El seleccionador nacional polaco, Czesław Michniewicz, también es una figura polémica. Los medios del país revelaron que mantuvo más de 700 contactos telefónicos con el representante de un equipo de fútbol polaco que se encargaba de amañar partidos en la liga de fútbol a principios de la década de 2000.

Este fue un gran escándalo en el que fueron imputadas más de 600 personas, entre ellas, futbolistas y entrenadores. La red corrupta decidía los resultados y los jugadores entregaban los sobornos a los árbitros y al equipo contrario en el vestuario antes del partido. Michniewicz nunca fue acusado, pero tampoco explicó por qué estaba en contacto constante con el principal sospechoso.

Por otra parte, el público polaco no parece preocupado por su entrenador. Los llamados a boicotear los campeonatos han sido silenciosos y las cifras de audiencia de los partidos han batido récords. Cezary Kulesza, CEO de la PZPN, dijo lo siguiente: 2Los equipos siempre pueden boicotear cualquier torneo y simplemente no ir, pero ¿cuántos vas a encontrar que lo hagan? Nadie llegará tan lejos".

Parece que en el Mundial no cuenta ni la ética ni la transparencia, solo los resultados.

  • Michał Kokot trabaja cubre la política y la sociedad de Europa Central para la oficina exterior de Gazeta Wyborcza.

Número de la semana: 10.000

Se espera que 10.000 aficionados franceses viajen a Qatar. Se trata de un tercio de los 27.000 asistentes del país al anterior Mundial de Rusia y casi la mitad de los 17.000 que viajaron a Brasil en 2014. En Doha, hasta las camisetas tricolores de la selección gala son discretas. El corresponsal de Libération no vio ni una sola durante la ceremonia de apertura.

Los seguidores han sugerido varias razones para esta caída: desde las dificultades de tener vacaciones en invierno y los costos más altos hasta las preocupaciones de algunos fanáticos sobre apoyar un Mundial desastroso en materia de derechos humanos.

  • Nelly Didelot trabaja en la oficina exterior de Libération en París cubriendo Europa Central y del Este y temas ambientales.

El doble rasero europeo en Qatar

placeholder El público trazó la línea en la decisión de Doha. Foto: István Fazekas/HVG.
El público trazó la línea en la decisión de Doha. Foto: István Fazekas/HVG.

"¡Queremos cerveza! ¡Queremos cerveza!", rugió la multitud durante el partido inaugural de la Copa del Mundo 2022. En un país donde los trabajadores migrantes han sido privados de sus derechos, donde las mujeres y las personas LGTBQ son oprimidas y donde la candidatura al Mundial se ganó a fuerza de cheques, el público parece haber trazado la línea ante la decisión de Doha de prohibir la venta de alcohol en los alrededores de los estadios.

La Copa del Mundo de Qatar enfrenta el mayor boicot de cualquier evento deportivo importante en la historia reciente. Hay algo de esto que me resulta molesto. Rusia fue sede de la Copa del Mundo en 2018. Rusia, un país notoriamente antidemocrático, donde opositores políticos y periodistas caen por las ventanas, reciben disparos en la puerta de su casa o son envenenados con polonio y donde la candidatura a la Copa del Mundo también se ganó con dinero sucio. ¿Hubo boicot allí? No. Parece que algo ha cambiado... O que hay un doble rasero.

¿Por qué las sociedades europeas estaban 'de acuerdo' con el Mundial de Rusia y no con el de Qatar?

Permítanme subrayar algunos aspectos que podrían desempeñar un papel. Qatar nos resulta muy diferente a nosotros, los europeos, y la prohibición del alcohol es solo una pequeña parte. En Rusia, podíamos cerrar los ojos a la política y centrarnos en el juego con la ayuda de toda la fiesta que este conlleva: cerveza, alegría previa al partido en las calles, peleas con hinchas rivales y hasta prostitución. No puedes encontrar nada de ese ambiente en el emirato. Esta vez, existe un sentimiento anti-Qatar impulsado en parte por sus estrictas leyes islámicas, pero también porque es inalcanzable para el aficionado promedio asistir.

Muchos fanáticos sienten que les han robado el espectáculo. Por eso no tenemos el incentivo de cerrar los ojos, como hicimos con Rusia.

  • Alicia Alamillos es periodista especializada en actualidad internacional para El Confidencial, en Madrid.

Gracias por leer la décima edición de European Focus,

Todavía faltan más de dos semanas para conocer a los finalistas de la Copa Mundial. Hasta entonces, seremos testigos de más drama, giros inesperados, lágrimas y éxtasis dentro y fuera del campo. Pero la cuestión de cómo se recordará el Mundial de Qatar no se trata solo de ganadores y perdedores.

También se trata de reflexionar sobre los errores que podríamos haber cometido y prometernos no volver a repetirlos. Asegurarse de que incluso una pequeña patada pueda hacer un gran cambio.

¡Nos vemos el próximo miércoles!

Y si tiene alguna reacción, comentario o sugerencia para nuestras futuras ediciones, ¡no dude en compartirla!

Viktória Serdült

¡Hola desde Budapest! Siendo húngara, siempre he tenido sentimientos encontrados sobre el fútbol. Somos la nación de Ferenc Puskás, uno de los mejores jugadores del siglo XX, cuya estatua se encuentra cerca de mi oficina. También somos un país donde se invierten miles de millones en la obsesión de un primer ministro cuya ventana de la cocina da a un estadio de fútbol que construyó en su pueblo.

Mundial de Qatar 2022