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Xi y Biden se hacen una foto agradable para calmar al mundo
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cumbre del G-20 en Bali

Xi y Biden se hacen una foto agradable para calmar al mundo

Sus equipos llevaban semanas trabajando en un encuentro que escenificara una necesaria desescalada de tensiones. La política ha conseguido su objetivo. El mundo respira hoy algo más tranquilo

Foto: Xi y Biden, en la cumbre del G-20 en Bali. (EFE/EPA/Xinhua Li)
Xi y Biden, en la cumbre del G-20 en Bali. (EFE/EPA/Xinhua Li)

Los grandes encuentros entre líderes sirven para poner en dos minutos de televisión todo eso que se habla durante días entre bambalinas. La diplomacia es el arte de trabajar lo invisible y la política es justo lo contrario. El encuentro entre los presidentes de EEUU, Joe Biden, y China, Xi Jinping, en el G-20 celebrado en Bali tenía mucho de todo eso. Sus equipos llevan semanas trabajando en un encuentro que escenificara una necesaria desescalada de tensiones. La política, tras un encuentro que ha mostrado cierta proximidad, ha conseguido su objetivo. El mundo respira hoy algo más tranquilo.

Ambos se han comprometido, al menos, a jugar limpio en el partido por ser la superpotencia dominante del siglo XXI. Ahora les queda a la diplomacia y técnicos, los del gotelé y fontanería fina, hacer realidad algunos pasos dados para retomar una cierta normalidad. Lo del partido limpio, en última instancia, parece improbable. La cumbre de Bali ha sido el primer encuentro entre los dos gigantes tras el tsunami de la pandemia y la invasión de Ucrania. Hasta ahora, los dos mandamases del mundo solo se habían visto las caras en persona cuando ambos eran vicepresidentes. Había un aire de Guerra Fría en este encuentro: un recuerdo de esas viejas cumbres entre soviéticos y estadounidenses en las que dos presidentes decidían el destino del resto del planeta.

Foto: Seguridad en la cumbre de la APEC. (EFE/Narong Sangnak)

Antes de la cumbre, lo que se esperaba era un Biden debilitado por la supuesta ola roja republicana que parecía que iba a sufrir en las elecciones de medio mandato de Estados Unidos frente a un Xi pletórico y reforzado tras su paseo triunfal en el congreso del Partido Comunista chino del mes pasado. Pero los buenos resultados de las filas demócratas —que han retenido el Senado y todavía pelean por el Congreso— han cambiado el contexto. La voz de Biden es la voz firme de un presidente que controlará el poder durante su mandato. Hace no tantas horas, eso estaba en duda, y en una mesa de negociación ese es un punto clave.

Sobre el tapete, había muchos temas. El más delicado, Taiwán. Ninguno cambió de opinión, pero esta vez parece que fueron amables en mantener ambos exactamente lo mismo que les llevó hace semanas a amenazarse entre ejercicios militares de buques y aviones. "EEUU se opone a cualquier cambio unilateral sobre Taiwán" y rechaza "las reacciones coercitivas y cada vez más agresivas de China", dijo Biden a Xi, según el comunicado de la Casa Blanca sobre el encuentro. Luego, en rueda de prensa, el norteamericano se mostró más tajante: “No creo que haya un intento inminente de invasión china en Taiwán”.

Xi, por su parte, replicó que "siempre nos hemos esforzado por mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, pero la independencia de Taiwán es tan incompatible con la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán como el fuego y el agua". El presidente chino puntualizó, de hecho, que "Taiwán es una línea roja que no debe cruzarse".

Es inaceptable para ambos

Una vez tocado el tema más delicado entre ambos países, se habló de Rusia y Ucrania. Xi ha mantenido lo mismo que expresó recientemente al canciller alemán, Olaf Scholz, en su visita a Pekín: se opone al uso de armas nucleares por parte de su ¿aliado? Putin. Ese es un punto de entendimiento entre EEUU y China, que marcan otra línea roja, en este caso a Rusia, que no se debe cruzar. "Es inaceptable para ambos", dijo Biden en la rueda de prensa posterior al encuentro. No se avanzó más ahí, al menos de puertas para afuera.

Sigue sin haber condena ni apoyo claro de China a Putin. "China está muy preocupada por la situación actual en Ucrania. Es un tema complicado que no tiene una solución simple", dijo Xi, manejando el arte de justificar una postura complicada con una frase simple. El horizonte en Ucrania, por tanto, se mantiene con los mismos nubarrones. En todo caso, Rusia no es Taiwán, sino la tercera superpotencia militar —y nuclear—, con una voz propia. En la cumbre de Bali está su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, para poder dar algunos pasos en ese sentido.

Foto: Artillería rusa en el este de Ucrania. (EFE)

Finalmente, se tocaron otros temas entre Xi y Biden. Tres horas de encuentro dan para mucho. Decidieron retomar las conversaciones sobre políticas para mitigar el cambio climático, trataron la deuda de muchos países y conversaron sobre la crisis financiera. Es ahí donde se juega la gran batalla entre ambos, en el ámbito comercial y financiero. “EEUU competirá vigorosamente, pero sin buscar conflictos. Estoy intentando manejar esa competencia de forma responsable. Quiero asegurarme de que todos los países cumplen las reglas”, señaló Biden. China, por su parte, dijo en su comunicado sobre el encuentro que busca “promover el regreso de las relaciones entre ambos en un camino estable de desarrollo”.

Pero todo eso ya son cuestiones técnicas que no salen en las sonrientes estampas de las cumbres. Lo importante ayer era el tono. Y ambos han coincidido en calificar el encuentro como “cándido”, que en lenguaje diplomático apunta a una conversación directa y franca. Además, se han comprometido a mantener abierta la vía de comunicación de cara a una próxima futura visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a China. El encuentro deja todo igual que estaba, pero ordenado. Una foto y buenas maneras. No hacía falta mucho más.

Los grandes encuentros entre líderes sirven para poner en dos minutos de televisión todo eso que se habla durante días entre bambalinas. La diplomacia es el arte de trabajar lo invisible y la política es justo lo contrario. El encuentro entre los presidentes de EEUU, Joe Biden, y China, Xi Jinping, en el G-20 celebrado en Bali tenía mucho de todo eso. Sus equipos llevan semanas trabajando en un encuentro que escenificara una necesaria desescalada de tensiones. La política, tras un encuentro que ha mostrado cierta proximidad, ha conseguido su objetivo. El mundo respira hoy algo más tranquilo.

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