Meloni se estrena en Bruselas para lanzar un mensaje tranquilizador: "No somos marcianos"

Giorgia Meloni, recién elegida primera ministra de Italia, ha decidido viajar a Bruselas como su primer destino fuera del país transalpino, un importante mensaje al resto de la Unión Europea y también a los mercados, señalando que se trata de una de sus prioridades. La nueva líder italiana se ha reunido con Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, con Ursula von der Leyen, de la Comisión Europea, y con Charles Michel, del Consejo Europeo. "Estoy contenta del clima que he encontrado. Hablar en persona sirve para desmontar esa narrativa que se había construido sobre nosotros. No somos marcianos, somos personas de carne y hueso. Desde el punto de vista humano se ha creado una interlocución franca, positiva, estoy contenta de cómo ha ido la jornada", ha explicado la primera ministra tras la ronda de contactos.

Uno de los principales objetivos del primer viaje de Meloni, además de tomar contacto con los tres presidentes, es empezar a desplegar sus prioridades en política europea. Entre ellas se encuentra una revisión del plan nacional italiano que da acceso a unos 200.000 millones de euros del Fondo de Recuperación y que elaboró el Ejecutivo de unidad nacional liderado por Mario Draghi, así como la cuestión de la crisis energética. El intento de revisión del plan nacional italiano puede ser uno de los primeros puntos de fricción entre Bruselas y el nuevo Ejecutivo italiano. Meloni es líder del partido post-fascista Fratelli d’Italia y comparte el Gobierno con el partido de extrema derecha Lega y con la formación de Silvio Berlusconi, Forza Italia. Se trata del primer Gobierno de uno de los cuatro grandes Estados miembros liderado por la extrema derecha.

TE PUEDE INTERESAR

Meloni se estrena con una ley anti-'raves' que la oposición cree que limita el derecho a reunión

EFE

En todo caso la primera ministra y su equipo, así como los tres presidentes de las principales instituciones de la Unión, han sido muy discretos respecto al contenido del encuentro. Se trata de una primera toma de contacto en una relación no deseada pero de necesidad por ambas partes. Los líderes de la UE habrían preferido un Gobierno abiertamente proeuropeo y moderado a las riendas de Italia, pero lo que arrojaron las elecciones generales de finales de septiembre ha sido a un Ejecutivo liderado por la radical Meloni y compuesto por su partido de extrema derecha Fratelli d’Italia y sus aliados de la coalición de derechas.

Durante la campaña electoral, en la que ya se veía a Meloni como favorita, la líder de FdI ya lanzó guiños tanto a los mercados como a Bruselas y Washington. Su primer discurso en el cargo de primera ministra reafirmó el mensaje de tranquilidad: aseguró que su Gobierno seguiría siendo un socio fiable tanto en la Unión Europea, aunque mantenga posturas críticas en algunos aspectos, como en la OTAN, defendiendo el apoyo total a Ucrania ante la invasión a Rusia.

Esta primera toma de contacto en persona entre la cúpula institucional de la Unión y la nueva líder italiana sirve para confirmar si Meloni es una socia fiable o si la UE puede esperar turbulencias en el futuro próximo. Nadie espera que la primera ministra vaya a abandonar sus postulados, y de hecho en sus primeros discursos ya ha expresado la intención de su Gobierno de defender una reforma de las reglas fiscales europeas y los intereses italianos, pero eso entra dentro de la total normalidad.

El miedo en Bruselas

El temor es, más bien, que Meloni vuelva al discurso que ha mantenido a lo largo de los años respecto a la Unión, antes de que comenzara la última campaña electoral, mucho más agresivo y euroescéptico. Por el momento se da por hecho que la primera ministra quiere encontrar cierta estabilidad y no buscará chocar ni inquietar a los Veintisiete, pero en estos momentos nadie descarta que su estrategia pueda cambiar con el tiempo para volver a un discurso más euroescéptico si eso le beneficia electoralmente. Mientras la nueva líder italiana no demuestre que no va a dar marcha atrás en la moderación de sus mensajes respecto a Europa, el resto de líderes mantendrán una postura de prudencia y cierta desconfianza.

TE PUEDE INTERESAR

Meloni niega su simpatía por el fascismo y anuncia una amnistía fiscal y prospecciones de gas

EFE

De las primeras cosas que hizo Meloni al ser confirmada como presidenta del Consejo de Ministros fue telefonear a Bruselas. Von der Leyen tuiteó sobre la llamada, señalando que trabajarían “juntas para abordar los desafíos críticos de nuestro tiempo, desde Ucrania hasta la energía”. El mensaje venía acompañado de una fotografía de la presidenta de la Comisión Europea durante la conversación, e incluía un mensaje al Gobierno italiano: en ella la alemana estaba sentada en un sofá con una gran fotografía de la firma del Tratado de Roma colgada detrás, señalando que el lugar de Italia está en el corazón de la Unión. Unos días antes de las elecciones la presidenta del Ejecutivo comunitario aseguró que si se producía un deterioro del estado de derecho en el país la UE cuenta con instrumentos para abordarlo, un comentario que se consideró como una intromisión en la campaña.

“He querido enviar la señal de que Italia quiere participar, colaborar, pero también defender el interés nacional en el seno de la UE buscando las mejores soluciones para los grandes desafíos", ha señalado Meloni al concluir sus reuniones. Y ha señalado que ante Metsola, Von der Leyen y Michel ha hablado de otro de los asuntos espinosos en las nuevas relaciones entre Bruselas y Roma, que es el duro mensaje contra la inmigración del recién estrenado Ejecutivo italiano.