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Un pueblo desierto y sin niños: ¿cómo se vive en el país que ha perdido el 20% de su población?
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"No queda mucha gente por aquí"

Un pueblo desierto y sin niños: ¿cómo se vive en el país que ha perdido el 20% de su población?

Bulgaria es uno de los países más pobres de Europa y ha perdido más de un 20% de su población desde finales de 1980 por la baja natalidad y el aumento de la migración

Foto: Dos mujeres, en un mercado del centro de Sofía, Bulgaria. (Mónica Redondo)
Dos mujeres, en un mercado del centro de Sofía, Bulgaria. (Mónica Redondo)

En Gabrovo, casi no hay niños. En esta ciudad de Bulgaria, al pie de los Montes Balcanes, Bistra Kamburova es una de las pediatras que cuida de la salud de todos los niños. "No quedan muchas personas en edad fértil por aquí. Los jóvenes se fueron a buscar trabajo en las grandes ciudades o en el extranjero", explica la doctora. En 1985 nacieron más de 1.000 bebés, pero en 2021 el número bajó a los 263 nacimientos. Gabrovo es uno de los ejemplos de la despoblación en Bulgaria, uno de los países más pobres de Europa, que ha perdido más de un 20% de sus habitantes desde finales de 1980.

En 1988, el país balcánico contaba con una población de 8,9 millones de personas y descendió hasta los 6,9 millones en 2020. Eso significa que, en poco más de 30 años, el país ha perdido a un 22,5% de la población. La caída supera a países como Bosnia-Herzegovina después de años de guerra y a otros que sufren un fenómeno parecido, como Rumanía o Serbia. Los últimos datos no son mejores y en el último censo de 2021 se ha registrado una caída de casi 400.000 personas, de los 6,9 millones en 2020 a 6,5 millones en 2021.

A 250 kilómetros de distancia de Gabrovo, Alexandar Klepalski alquila una casa por Airbnb en Borovets, un famoso centro turístico de montaña. En este pueblo siempre ha sido normal que en los meses de temporada baja de turismo no haya mucha afluencia de gente, aunque incluso aquí se ha notado el decrecimiento de la población. "Desde hace más o menos tres años, en las estaciones de esquí y balnearios no tenemos suficientes personas para trabajar y estamos contratando a personas ucranianas. Está sucediendo desde antes de la guerra. No hay forma de que el país pueda crecer económicamente si la población no aumenta", explica Klepalski a El Confidencial desde Borovets.

El búlgaro cree que las razones que explican la caída de la población son los bajos ingresos para las familias, la migración y los índices de natalidad. "Muchas personas están preocupadas por tener hijos porque no saben cómo van a cuidarlos. Y eso también hace que mucha gente se vaya a trabajar a otros países para tener una mejor vida", apunta.

Foto: El primer ministro búlgaro Petkov. (Reuters/Spasiyana Sergieva)

No va desencaminado. El Instituto Nacional de Estadística de Bulgaria lleva años recopilando todos los datos para motivar a los políticos a tomar medidas que puedan ayudar a mejorar la situación. Magdalena Kostova, directora de la Dirección de Estadísticas Demográficas y Sociales, aclara para este periódico que las estadísticas que han ido sacando a la luz y que muestran una bajada histórica del número de la población responden al movimiento natural (nacimientos y defunciones) y a la migración neta. "Los resultados de los últimos 40 años muestran que el aumento natural negativo tiene un mayor peso en la disminución de la población. Es una de las bajadas de la población más fuertes que hemos visto", añade.

placeholder Una mujer en el centro de Sofía, Bulgaria. Mónica Redondo
Una mujer en el centro de Sofía, Bulgaria. Mónica Redondo

Para explicarlo con fechas exactas, Kostova aclara que, durante 2011 y 2021, el crecimiento natural de la población ha sido responsable del 59,3% de la caída en las cifras. El 40,7% corresponde al número de personas que salieron del país entre 2011 y 2021, y que llegaron a las 344.000.

Una migración "sin complejos"

La tasa de natalidad ha caído en picado y eso siempre tiene un origen en las tendencias del desarrollo económico. Por ejemplo, en el periodo de 2003 a 2008, cuando Bulgaria vivía una época de crecimiento económico y estabilidad financiera tras su entrada en la UE, se registró un aumento de la tasa de natalidad. Ahora, en cambio, el panorama es completamente distinto. "Los estudios sobre actitudes reproductivas muestran que las principales razones por las que las personas no quieren tener hijos o más hijos están relacionadas principalmente con razones económicas y ambientales", explica Magdalena Kostova.

Del lado migratorio, no hay un mecanismo específico para monitorear las razones por las cuales los búlgaros salen del país, continúa la directora del centro de estadística, pero habitualmente se resumen en el trabajo, los salarios, la educación y la reunificación familiar.

Marcin Sułkowski, balcanólogo y periodista especializado en política búlgara, cree que los altos índices de migración se explican también porque Bulgaria, afirma, es una nación sin complejos. "El búlgaro vive donde se siente bien y no tiene resistencia mental a la emigración. Por eso hace las maletas y se lanza al mundo y se siente bien en todas partes". El experto hace referencia al autor local Aleko Konstantinov y su obra clásica 'Bay Ganyo' sobre un hombre de provincias que se va a vivir a Viena. "¿Por qué tengo que hacer turismo en esta Viena? (...) Sin complejos, ¡el mundo es nuestro!".

Foto: Imagen de archivo realizada el 1 de septiembre de 2001 que muestra un Euro minikit valorado en 12,40 euros. (EFE/Herwig Vergult)

La falta de oportunidades laborales y una crisis económica son el caldo de cultivo perfecto para que muchas personas decidan seguir su vida en otro país. Sulkowski añade la impotencia que sienten muchos búlgaros por las acciones del Gobierno y la falta de estabilidad del país. El pasado 2 de octubre, Bulgaria celebró sus cuartas elecciones en año y medio tras la moción de censura que acabó en junio pasado con la coalición del primer ministro Kiril Petkov.

En un país cansado de la corrupción, Rumen Radev fue reelegido presidente a pesar de ser criticado por sus detractores por formar parte de esta lacra para la sociedad. Además, el mandatario ha sido considerado cercano a Rusia y manifestó que la UE debería restablecer el diálogo con el Kremlin en el marco de la guerra de Ucrania. "Es muy importante ser pragmático en política exterior. Las sanciones que se impusieron como resultado de Crimea y Ucrania no están dando resultados", apuntó. La postura no ha sido bien recibida por sus socios europeos.

placeholder Una mujer, en el centro de Sofía, Bulgaria. (Mónica Redondo)
Una mujer, en el centro de Sofía, Bulgaria. (Mónica Redondo)

La situación política preocupa a los búlgaros, pero otra razón que el balcanólogo argumenta para explicar la migración —sobre todo por qué los que se han ido no vuelven— son los territorios abandonados. Esa 'Bulgaria vaciada' en la que muchas casas ya no pueden ser utilizadas ni siquiera como casas vacacionales por las familias porque han sido destruidas, en muchas ocasiones por el pueblo gitano, añade Marcin Sułkowski. "Arrancan ventanas, puertas e instalaciones eléctricas. Los búlgaros vendrían con gusto a sus antiguas casas familiares, pero después de un tiempo pierden la paciencia. Abandonan las viviendas porque no pueden dejar un vaso sobre la mesa, será robado en un momento", sostiene.

Respecto a la solución contra el decrecimiento, Magdalena Kostova hace referencia a políticas a largo plazo que consigan revertir poco a poco las cifras. Para Sułkowski, la situación tiene pocas oportunidades de mejorar. "Nadie invertirá dinero donde no hay gente. La economía no permite tal fenómeno. Los búlgaros se concentrarán en unas pocas ciudades grandes. Vivirán y trabajarán allí construyendo un Estado de ingresos medios", argumenta a este periódico.

Si muchos búlgaros han salido de su país, la pregunta es si una parte de ellos planean volver en un futuro. La organización Tyk-Tam, una comunidad que reúne a migrantes procedentes de Bulgaria, realizó una encuesta el año pasado para saber más acerca de sus necesidades e intenciones de volver a Bulgaria. La mayoría de los participantes no planeaban cambiar su lugar de residencia, y el hecho de permanecer o regresar a Bulgaria polarizó las opiniones. "El porcentaje de quienes declaran su intención de regresar/permanecer en Bulgaria es igual a los que rechazan esta idea. Aunque alrededor del 40% de los participantes declaran su voluntad de regresar, esta es más una intención a largo plazo que podría suceder en 5 a 6 años. A corto plazo, se prevé el regreso de un tercio de los residentes en el extranjero", informa Lilia Merdzhanova, directa de comunicación de Tyk-Tam.

Foto: Un anciano camina por el centro de Sofía durante una protesta de agricultores, en diciembre de 2011. (Reuters)
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Merdzhanova explica que en la encuesta le preguntaron a los búlgaros fuera del país qué les motiva o les detiene para permanecer en Bulgaria. "Fue muy interesante observar que las barreras y los motivadores son los mismos", afirma. A la cabeza, la calidad de vida, los salarios bajos y la falta de oportunidades para la realización personal.

La economía del país es una de las preocupaciones principales de los búlgaros, y no es para menos. En 2020, el 23.8% de la población vivía bajo el umbral de la pobreza, según datos del Instituto Nacional de Estadística. A pesar de que el dato era mejor que el del año anterior, los sistemas de protección social son una de las piezas clave en la reducción de la pobreza y los datos de 2020 mostraban los ingresos de los hogares que se benefican de ayudas como prestaciones o pensiones. Sin estas compensaciones, el nivel de pobreza se elevaría del 23.8% a un 29.9%.

El inicio de un fenómeno imparable

El fenómeno que vive Bulgaria se repite en otros países de la región. En Rumanía, en 1990, la población alcanzó un máximo de 23,2 millones, pero a principios de 2019 era de 19,4 millones. Desde la caída del dictador Nicolae Ceausescu en 1989, la población residente del país ha disminuido un 16,4%. En Serbia, por otro lado, el Banco Mundial prevé que la población pase de alrededor de los siete millones de personas actuales a 5,8 millones en 2050.

Foto: El gusano C. elegans. (Cedida)

Los orígenes del decrecimiento de la población son los mismos en cada país, y a estos se suma además un tercer factor: una sociedad cada vez más envejecida. Según la Organización Mundial de la Salud, el número de personas de 60 años o más alcanzará los 2.100 millones en 2050. Y esto no solo está sucediendo en Europa, sino en todo el mundo. "El mayor problema para la sociedad y los sistemas sociales es el envejecimiento. La falta de reproducción de la población en edad de trabajar y el aumento de la población anciana ya son una carga para el sistema de seguridad social", apunta la directora de la Dirección de Estadísticas Demográficas y Sociales.

En la 'Bulgaria vaciada', los pocos que quedan viven a diario las consecuencias del decrecimiento. En Zaya, un pueblo a 35 kilómetros de Gabrovo, viven 25 personas. No hay colegio electoral, tampoco una tienda en la que comprar comida. "Decidimos juntarnos para ir de compras. Nos las acabamos arreglando de una manera u otra", explica Maron Krastev, uno de los vecinos de la zona.

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En Gabrovo, casi no hay niños. En esta ciudad de Bulgaria, al pie de los Montes Balcanes, Bistra Kamburova es una de las pediatras que cuida de la salud de todos los niños. "No quedan muchas personas en edad fértil por aquí. Los jóvenes se fueron a buscar trabajo en las grandes ciudades o en el extranjero", explica la doctora. En 1985 nacieron más de 1.000 bebés, pero en 2021 el número bajó a los 263 nacimientos. Gabrovo es uno de los ejemplos de la despoblación en Bulgaria, uno de los países más pobres de Europa, que ha perdido más de un 20% de sus habitantes desde finales de 1980.

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