Qué es la bomba sucia que Rusia asegura que Ucrania planea usar y cómo dispara la amenaza nuclear
Este artefacto combina explosivos convencionales y elementos radioactivos, pero no se trata de una bomba nuclear, aunque supondría una escalada del conflicto
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha rechazado con dureza las acusaciones del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, que este domingo mostró su preocupación ante la posibilidad de que Kiev use en un futuro una bomba sucia en su propio territorio. Según Shoigu, estos planes podrían materializarse ante la "tendencia constante a la intensificación descontrolada" del bando ucraniano. Sin embargo, la utilización de un artefacto así supondría una escalada sin precedentes en el conflicto y, por ello, el mandatario ucraniano ha pedido que "el mundo reaccione de la manera más dura posible" ante estas "historias". "Todos entienden bien quién es el origen de todo lo sucio que se pueda imaginar en esta guerra en Ucrania", ha agregado dirigiendo sus acusaciones a Rusia.
Una bomba sucia es un explosivo con la capacidad de dispersar material radioactivo, al combinar materiales explosivos convencionales, como la dinamita, con elementos radioactivos, pero no se trata de una bomba nuclear. La destrucción que puede causar es sensiblemente menor a la de un arma nuclear, pero, aun así, representa una grave amenaza por su carácter contaminante.
Según la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, los explosivos pueden provocar más víctimas mortales que la radiación, puesto que esta última no sería liberada en suficiente cantidad como para provocar muertes o enfermedades graves. Por ello, no es considerada un "arma de destrucción masiva", pero puede crear un gran efecto de pánico y terror, además de una contaminación cuya limpieza tendría elevados costes.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos advierten, en cualquier caso, de que el polvo y el humo sí pueden esparcirse y ser peligroso en caso de inhalación, por lo que recomiendan permanecer en lugares cerrados o, en caso de estar en el exterior, cubrirse nariz y boca con algún tipo de prenda. También desaconseja tocar objetos que puedan estar contaminados. Consumir yoduro de potasio puede ser recomendable en el caso de contaminación radioactiva, pero los CDC no lo consideran una prioridad, puesto que no hay forma de conocer de primeras la composición del artefacto y puede ser contraproducente.
Este tipo de bombas no han sido utilizadas aún en ningún conflicto, aunque no hay ningún tratado internacional que las prohíba. Sin embargo, podría ser considerado un movimiento ilegal debido al riesgo que plantea para los civiles. Además, el daño reputacional podría ser también demasiado costoso para cualquier bando de un conflicto, arriesgándose a perder aliados mientras que los beneficios en el campo de batalla son limitados. De acuerdo con un estudio publicado en 2021 por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) del Ministerio de Defensa de España, solo algunos grupos terroristas, principalmente islamistas radicales y supremacistas de EEUU, barajan su posible utilización.
En la guerra de Corea (1950-1953), Estados Unidos se planteó y descartó su uso, señala el informe del IEEE, pero fue Sadam Husein, en la década de 1980, quien estudió su incorporación a un ejercito regular con el objetivo de eludir las prohibiciones internacionales sobre armas nucleares. Finalmente también abandonó el proyecto. Según científicos de la ONU, Irak también habría ensayado en 1987 la explosión de una bomba radiológica, desestimada por la baja letalidad.
La propia destrucción de una planta nuclear como la Zaporiyia, la más grande de Europa y que ha sido testigo de combates en sus instalaciones, podría convertirse en una bomba sucia. Precisamente en este sentido, Zelenski ha afirmado en su discurso a última hora de este domingo que "fue Rusia quien chantajeó con el desastre de radiación en la central nuclear de Zaporiyia" y ha destacado que "esta es la trayectoria de los misiles rusos que pasan sobre las instalaciones nucleares ucranianas".
"Ucrania siempre trata sobre la recuperación, sobre la vida. Solo hay un sujeto que puede usar armas nucleares en esta parte de Europa, y este sujeto es el que ordenó a Shoigu que llamara" a sus homólogos de Francia, Turquía y Reino Unido, a los que les ha expresado sus temores, ha apuntado el presidente ucraniano en referencia al líder ruso, Vladímir Putin.
En este mismo sentido, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha conversado este domingo con el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, para reafirmar el apoyo de Washington a Kiev, así como expresar el rechazo de las "acusaciones claramente falsas" de Shoigu. Además, Blinken ha sostenido que el mundo "vería a través de cualquier intento de Rusia" usar esta acusación como pretexto para la escalada.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha rechazado con dureza las acusaciones del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, que este domingo mostró su preocupación ante la posibilidad de que Kiev use en un futuro una bomba sucia en su propio territorio. Según Shoigu, estos planes podrían materializarse ante la "tendencia constante a la intensificación descontrolada" del bando ucraniano. Sin embargo, la utilización de un artefacto así supondría una escalada sin precedentes en el conflicto y, por ello, el mandatario ucraniano ha pedido que "el mundo reaccione de la manera más dura posible" ante estas "historias". "Todos entienden bien quién es el origen de todo lo sucio que se pueda imaginar en esta guerra en Ucrania", ha agregado dirigiendo sus acusaciones a Rusia.
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