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El 'Trussonomics' ha muerto y los conservadores buscan ya nuevo primer ministro
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Enésimo volantazo de Truss

El 'Trussonomics' ha muerto y los conservadores buscan ya nuevo primer ministro

Con poco más de un mes al frente del Gobierno, Truss lucha por su supervivencia política después de que su nuevo titular del Tesoro haya echado por tierra su polémica masiva bajada de impuestos

Foto: La primera ministra británica, Liz Truss (Reuters/Daniel Leal)
La primera ministra británica, Liz Truss (Reuters/Daniel Leal)

La 'Trussonomics' ha muerto. Si es que alguna vez llegó a existir. Cuando lleva poco más de un mes al frente del Gobierno, Liz Truss lucha por su supervivencia política después de que su nuevo titular del Tesoro, Jeremy Hunt, haya echado por tierra este lunes la masiva bajada de impuestos que la primera ministra había convertido en el eje de su mandato. Es tal el descontento entre los conservadores que valoran cambiar las reglas de la formación para poder forzar su salida de Downing Street y poner a un nuevo líder. Sería el tercero en menos de un año, lo que denota fuertes síntomas de agotamiento tras doce años en el poder.

Desde que el mes pasado presentara el llamado “mini presupuesto”, Truss -que nunca fue la favorita entre las filas 'tories' y se coló en la final de las primarias del pasado verano tan solo gracias al apoyo del ala dura- no ha hecho otra cosa que aglutinar humillación tras humillación por sus constantes volantazos.

Foto: (Reuters: Dado Ruvic)

Su plan estaba destinado a promover el crecimiento. Pero, en su lugar, el paquete de recortes de impuestos más radical para el Reino Unido desde 1972 provocó un desplome histórico de la libra que obligó al Banco de Inglaterra a lanzarse a comprar bonos británicos. La industria de fondos de pensiones estuvo al borde del colapso y ante la preocupación de que los tipos de interés llegue al 6% en los próximos meses, el número de hipotecas canceladas por algunas entidades ha duplicado al registrado en el inicio de la pandemia.

El nuevo 'Chancellor', Hunt, comparecía este lunes en la Cámara de los Comunes para prometer que el Gobierno “hará todo lo necesario para garantizar la estabilidad económica”. No será hasta el próximo 31 de octubre cuando presente su plan detallado para hacer frente a la deuda neta acumulada -que ya equivale al 97% del PIB-, aunque ya ha advertido que “se deberán tomar decisiones difíciles”.

Un presupuesto con menos de tres semanas

Es tal la presión de las filas 'tories' por el nerviosismo de los mercados que, antes de su intervención en la Cámara Baja, el titular del Tesoro realizaba a primera hora un breve anuncio televisado donde revertía prácticamente todas las medidas anunciadas hace tan solo tres semanas.

Ha anulado la rebaja prevista del 20% al 19% de la banda básica del impuesto sobre la renta. También da marcha atrás a las ayudas para limitar el precio de la factura energética para empresas y hogares. Debían durar dos años, pero se restringirán al inicio del nuevo ejercicio fiscal en abril. Ya no habrá una eliminación del IVA para los extranjeros que compraran productos en Reino Unido. Tampoco se seguirán adelante con las ayudas fiscales para los autónomos, ni la rebaja del impuesto sobre el alcohol.

placeholder Un momento de la intervención del nuevo ministro del Tesoro, Jeremy Hunt. (Parlamento británico)
Un momento de la intervención del nuevo ministro del Tesoro, Jeremy Hunt. (Parlamento británico)

El pasado viernes, cuando despidió a Kwasi Kwarteng como titular de Economía, la 'premier' ya se vio obligada a abandonar una de las promesas totémicas de su campaña de liderazgo, anunciando que aumentará el impuesto de sociedades como había planeado originalmente su contrincante Rishi Sunak, el que realmente era el favorito entre los diputados. Días antes, la 'premier' ya había dado su primer volantazo renunciando a abolir el tipo máximo del 45% del IRPF para las rentas más altas.

De su plan original se mantienen tan solo la congelación de las contribuciones a la seguridad social y la rebaja del impuesto sobre la compra de la vivienda. Y esto es solo porque ya se había aprobado la legislación correspondiente.

Con los nuevos cambios anunciados este lunes, el nuevo titular del Tesoro asegura que el Gobierno ahorrará casi 37.000 millones de euros que, de otro modo, habrían engordado aún más la deuda pública.

Foto: Una iglesia en Belfast durante las últimas elecciones de Irlanda del Norte en mayo de 2022. (Reuters/Clodagh Kilcoyne)

Con todo, Hunt ya ha anticipado que “todos los ministerios van a tener que duplicar sus esfuerzos para ahorrar, y algunas áreas de gasto público sufrirán recortes”. No se descarta que se meta tijeretazo incluso a Defensa y Sanidad, pese a las amenazas de los enfermeros del Sistema Nacional de Salud pública que en los próximos días podrían protagonizar, por primera vez en la historia, una huelga, sumándose así a los paros de otros sectores, como el de conductores de ferrocarriles.

Los mercados financieros recibieron con agrado los últimos cambios a los planes económicos del Ejecutivo. La libra esterlina se revalorizaba un 0,57 % frente al dólar estadounidense y caían los intereses sobre el bono soberano a 30 años y cinco años.

Buscando un nuevo primer ministro

Pero si Truss ha tenido que renunciar a los recortes de impuestos que había convertido en el eje de su mandato, ha tenido que sacrificar a su primer ministro del Tesoro y no tiene ningún tipo de confianza entre sus propias filas, ¿tiene algún sentido mantenerla en Downing Street?

Son ya muchos los que se refieren a ella como “Pino” (prime minister in name only), “primer ministro sólo de nombre”, porque se considera que es Hunt quien lleva ahora realmente las riendas del Ejecutivo. Truss pidió de hecho este lunes perdón por los "errores" que ha cometido en el comienzo de su mandato y aseguró que será la candidata conservadora en las próximas elecciones generales. "Quiero aceptar la responsabilidad y pedir perdón por los errores que he cometido", dijo la primera ministra en una entrevista con la BBC con la que intenta pelear por mantenerse en el cargo, pese a la creciente presión para que dimita.

El nuevo 'Chancellor' —que se posiciona más al centro— quedó como finalista en las primarias de 2019 que alzaron a Boris Johnson como líder. Lo volvió a intentar en las primarias de este verano, pero fue eliminado en la primera ronda. Aun así, su nombre se baraja ahora como un posible sucesor a Truss, si finalmente se fuerza la dimisión de esta última.

El lugar más seguro para un primer ministro en plena crisis siempre ha sido el puesto en la Cámara de los Comunes, desde donde contesta a las preguntas planteadas por la oposición. Tiene un mínimo de control y puede defenderse ante las críticas.

Foto: La primera ministra británica, Liz Truss, a su llegada a la primera reunión de la Comunidad Política Europea en Praga. (Getty/Pool/Alastair Grant)

Sin embargo, este lunes Truss apostaba (equivocadamente) por la estrategia opuesta. En lugar de comparecer en la sesión extraordinaria planteada por el laborista Keir Starmer, mandaba a Penny Mordaunt, líder de los conservadores en la Cámara de los Comunes (con rasgo ministerial). Es precisamente otro de los miembros del Gabinete que también suena con fuerza para sustituirla. Aunque tampoco se descarta a Rishi Sunak, Ben Wallace (actual titular Defensa), o el mismísimo Boris Johnson.

En medio del caos, Truss optó por aparecer tan solo media hora en la Cámara Baja reaccionando a lo que ocurría a su alrededor tan sólo con parpadeos. Era la pura imagen de la derrota.

Para calmar la tensión, la aún primera ministra quiso reunirse con el ala más moderada de su partido a fin de evitar una rebelión interna. Pero las próximas 72 horas serán críticas. El miércoles se reúne la nueva ejecutiva del llamado Comité 1922 -que reúne a los tories sin cartera-. En teoría, los líderes conservadores están inmunes a mociones de confianza en su primer año. Pero si hubiera más de 100 solicitudes formales pidiendo su dimisión -como apuntan algunos medios- no se descarta cambiar las reglas para forzar su salida, evitando incluso otro tortuoso proceso de primarias.

Con las últimas encuestas dando una ventaja a la oposición laborista de hasta 36 puntos, los conservadores quieren evitar a toda costa elecciones anticipadas. Pero cada vez hay más signos evidentes de que en Westminster se avecina el fin de un ciclo.

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La 'Trussonomics' ha muerto. Si es que alguna vez llegó a existir. Cuando lleva poco más de un mes al frente del Gobierno, Liz Truss lucha por su supervivencia política después de que su nuevo titular del Tesoro, Jeremy Hunt, haya echado por tierra este lunes la masiva bajada de impuestos que la primera ministra había convertido en el eje de su mandato. Es tal el descontento entre los conservadores que valoran cambiar las reglas de la formación para poder forzar su salida de Downing Street y poner a un nuevo líder. Sería el tercero en menos de un año, lo que denota fuertes síntomas de agotamiento tras doce años en el poder.

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