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"No al 12 de octubre": Holanda enfrenta sus esqueletos en el armario para criticar a España
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¿Nada que celebrar?

"No al 12 de octubre": Holanda enfrenta sus esqueletos en el armario para criticar a España

En Holanda ha llamado la atención la celebración del Día de la Hispanidad en medio de un revisionismo por parte del país en lo que respecta a su pasado colonial

Foto: Manifestación convocada por la plataforma Cataluña Suma por España con motivo del 12 de octubre. (EFE/Quique García)
Manifestación convocada por la plataforma Cataluña Suma por España con motivo del 12 de octubre. (EFE/Quique García)

Festejar un 12 de octubre sin discutir las secuelas de la llegada de Colón al Nuevo Mundo, en las Américas, es insólito en Holanda. Que no se mencione el "dolor, la muerte y la tristeza" de un largo proceso de "conquista, cristianización y colonización" de esas tierras, también. En un país centrado en pedir perdón y hacer las paces con las víctimas de su pasado colonial, ha llamado mucho la atención la relación de los españoles con el Día de la Hispanidad. La protesta anticolonialista en Madrid, que peregrinó desde la Fuente de Neptuno hasta la plaza de Colón, llegó a los medios holandeses con esas palabras y la pregunta del millón: ¿debería España seguir celebrando la llegada de Colón?

La pregunta del titular es de 'NRC', uno de los periódicos holandeses de mayor calidad, y el reportaje de su corresponsal en Madrid es un resumen completo de todo lo que pasó en Madrid el miércoles. "4.000 soldados, 150 vehículos, 85 aviones y 220 caballos pasan entre fuertes aplausos. Cuando los aviones de combate cruzan el bulevar, dejando estelas de humo rojo y amarillo, la multitud vitorea en voz alta: ¡Viva España!", describe. La familia real española y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, miran apasionados la "exhibición de poder" que costó este año alrededor de un millón de euros, específica.

Foto: La reina Letizia, en la recepción en el Palacio Real. (LP)

La fiesta nacional de España centra su atención en su "descubrimiento" del "Nuevo Mundo" en 1492, pero a esto siguieron siglos de "conquista, cristianización y colonización de lo que ahora es América Latina", lo que el Ayuntamiento de Madrid reseña como "el aniversario de la expansión cultural y lingüística más allá del continente europeo". El periódico se traslada hasta la capital española para hablar con los espectadores del desfile del 12 de octubre, pero sin dejar de lado a los participantes de la contraprotesta, cuya voz ha viajado más allá de Madrid.

"En un momento en que los países occidentales prestan cada vez más atención al genocidio y la explotación de la población originaria en la época colonial, esta es una fiesta que hoy en día también provoca resistencia. En algunos estados y ciudades de EEUU, el Día de la Raza ya pasó a llamarse el Día de los Pueblos Indígenas. Y en España también hay una creciente crítica desde la izquierda a la naturaleza 'colonial' de la fiesta". En Holanda, el propio Gobierno y la Casa Real hablan de "página negra" de la historia holandesa cuando se mencionan la esclavitud, el colonialismo y el control de tierras lejanas. El rey Guillermo Alejandro incluso ha dejado de lado una de sus carrozas porque realza la esclavitud.

La sorpresa de 'NRC' se enmarca en el revisionismo holandés de su pasado y en la visión crítica del papel que tuvieron los bancos, instituciones y autoridades varias en el tráfico de personas a través del Atlántico y en la explotación de tierras colonizadas por los holandeses, desde Surinam hasta Indonesia. El arrepentimiento es tal que incluso los holandeses que hoy portan apellidos (despectivos) vinculados a la esclavitud podrán cambiarlos de forma gratuita en ciudades como Utrecht. Los esclavos no podían tener apellidos puramente holandeses, así que alguien se los elegía basándose en el nombre de su propietario, el de una plantación o incluso con términos tan despectivos como Poepjes (caquita).

"¿Por qué no celebrar el orgullo?"

Sin embargo, los testimonios en el desfile del 12 de octubre no son compatibles con los de la protesta. Fernando, un chico de 30 años, interrumpe la conversación de la periodista con Alicia Montero, que estaba impresionada con los helicópteros Apache. "¿Por qué todo es un problema? ¿Por qué no celebrar el orgullo de ser españoles? Estoy orgulloso de mi país y de mi bandera, y esta fiesta nacional enfatiza una vez más cuántas personas sienten lo mismo. Deberíamos dejar en el pasado lo que pasó hace cientos de años", expone Fernando, al grito de "¡Viva el rey! ¡Viva la patria!".

Habrá pasado hace siglos, pero la herida sigue abierta entre los descendientes. Un grupo creciente de inmigrantes latinoamericanos ve el 12 de octubre como "un recordatorio del genocidio en el que fueron masacrados sus antepasados" desde el siglo XV. "Hasta el día de hoy todavía experimentamos el daño del pasado colonial. Nuestros sistemas políticos en América Latina parten de ahí, pero la jerarquía social también está muy ligada al capitalismo. Todavía hay empresas españolas que se aprovechan de nuestra riqueza", dice el activista colombiano Alexander Ríos Pachón. Bolivianos, peruanos, hondureños y chilenos con vestidos y trajes coloridos bailan en el desfile anticolonial.

Foto: São Paulo, destino favorito de las empresas españolas. (Reuters)

Le avala Wilma Choque. "¿Cómo podemos celebrar la masacre, el saqueo y el robo de nuestros antepasados? Venimos de países ricos, pero somos pobres. ¿Cómo es eso posible? Porque todavía nos explotan hasta el día de hoy. ¡Devuélvenos nuestras riquezas!", dice indignada. Un hombre con un chaleco verde que pasaba por la zona en ese momento le grita: "Mamahuevo". Y sigue su camino espetando otros insultos machistas y racistas de los que la corresponsal fue testigo. Y ese es el problema, para Wilma. "Es un día de dolor, muerte y tristeza. Quisieron borrarnos de esta tierra, pero estamos aquí en la cuna del reino para demostrar que siempre lucharemos por nuestro territorio y por nuestros antepasados", promete la chilena Melida Molina Morgado.

El 'revisionismo holandés'

Mientras la cuestión del pasado parece más algo que España quiere enterrar, los holandeses están sacando a relucir todos los trapos sucios de sus antepasados con debates, exposiciones en los museos más grandes del país, investigaciones en profundidad sobre el rol de cada institución en el colonialismo y, sobre todo, con múltiples eventos en los que algunos piden disculpas una y otra vez. Este verano, el Banco Central Holandés (DNB) se excusó ante el Monumento Nacional a la Historia de la Esclavitud por la contribución del banco a la esclavitud. Una investigación encargada por el propio DNB confirmó que estaba involucrado en las prácticas esclavistas durante el periodo colonial, de lo que básicamente se hizo rico.

ABN Amro, un banco que pertenece al Estado holandés, también se disculpó en abril. Una investigación realizada por el Instituto Internacional de Historia Social (IISH) dejó claro que, en los siglos XVIII y XIX, los antecesores de ABN Amro estuvieron involucrados en la trata de esclavos, la esclavitud en las plantaciones y el comercio de productos derivados de estas prácticas. El Museo de Historia de Ámsterdam lleva tres años sin usar el término 'Siglo de Oro' para referirse al XVII, porque considera que no tiene en cuenta el lado oscuro de esa época, en la que Holanda experimentó su hegemonía con el comercio, la cultura y la ciencia en todo el mundo, pasando de ser ese pequeño país a una potencia europea.

Foto: Los niños concebidos con semen donado, Yonathan Heij y Merel-Lotte atienden a la prensa antes de conocer la decisión de los tribunales en el caso contra el médico Jan Karbaat. Remko De Waal / EFE

Adicionalmente, en Holanda se realza cada vez más que el racismo que sufren los holandeses con orígenes "no blancos" es consecuencia de la esclavitud y de ese pasado colonial. El 1 de julio, el país conmemora la abolición de la esclavitud en Surinam y las Antillas en 1863, aunque se tuvo que esperar hasta 1873 para que la esclavitud realmente llegara a su fin en Surinam. Más de 150 años después, el plan del Gobierno de Mark Rutte es que 2023 sea "el año en que anclaremos de forma permanente el cambio en el que venimos trabajando desde hace tanto tiempo". Se esperan eventos, conferencias, actos públicos y sobre todo disculpas oficiales en memoria de las personas que fueron esclavizadas durante el pasado colonial holandés. De ahí que los holandeses se pregunten: ¿a qué espera España?

Festejar un 12 de octubre sin discutir las secuelas de la llegada de Colón al Nuevo Mundo, en las Américas, es insólito en Holanda. Que no se mencione el "dolor, la muerte y la tristeza" de un largo proceso de "conquista, cristianización y colonización" de esas tierras, también. En un país centrado en pedir perdón y hacer las paces con las víctimas de su pasado colonial, ha llamado mucho la atención la relación de los españoles con el Día de la Hispanidad. La protesta anticolonialista en Madrid, que peregrinó desde la Fuente de Neptuno hasta la plaza de Colón, llegó a los medios holandeses con esas palabras y la pregunta del millón: ¿debería España seguir celebrando la llegada de Colón?

Plaza de Colón Pedro Sánchez
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