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La última frontera que no se podrá regular (aunque la UE lo intenta)
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Análisis de GZERO Media

La última frontera que no se podrá regular (aunque la UE lo intenta)

La mayoría de los expertos están de acuerdo en que debería haber reglas para regir el comercio digital transfronterizo, pero el problema está en los detalles

Foto: Foto de archivo de una noticia sobre Jack Ma, el exCEO de la plataforma Alibaba (Reuters)
Foto de archivo de una noticia sobre Jack Ma, el exCEO de la plataforma Alibaba (Reuters)

Durante la pandemia, mucha gente alrededor del mundo abandonaron las tiendas físicas para pedir cosas en línea y recibirlas en la puerta de su casa. Y esa tendencia ya no va a desaparecer.

Pero la conveniencia de obtener casi cualquier cosa que se desee con unos pocos clics en el teléfono no significa que sea fácil para las empresas que le venden los bienes o servicios, o para los gobiernos que sopesan la necesidad de nuevas normativas para regular el comercio electrónico transfronterizo.

Foto: Un camión circula hacia el puerto de Belfast, en Irlanda. (EFE/Liam McBurney)

¿Qué es el comercio digital transfronterizo? Si bien no existe una definición comúnmente aceptada, la OCDE dice que es "comercio de bienes o servicios habilitado digitalmente, ya sea entregado digital o físicamente".

Cubre transacciones de comercio electrónico (e-commerce) entre compradores y vendedores ubicados en diferentes países, donde (normalmente) se aplican diferentes reglas de comercio digital. La falta de una legislación universal puede hacer que comprar y vender digitalmente sea más difícil de lo que piensas cuando el producto, incluso los flujos de datos, es de origen extranjero.

La mayoría de los expertos están de acuerdo en que debería haber reglas para regir el comercio digital transfronterizo, pero el problema está en los detalles. Los defensores del libre mercado creen que los trámites burocráticos deben reducirse al mínimo para que el comercio electrónico fluya sin problemas desde, digamos, un pequeño fabricante de alfombras en el Oriente Medio hasta los clientes en Europa.

Pero, ¿qué pasa si esa pequeña empresa usa una plataforma de venta en línea que recopila datos de una manera que entra en conflicto con las leyes de privacidad de un país? ¿O si el fabricante utiliza productos químicos prohibidos por el país de destino? ¿Qué sucede si la transacción en línea funciona con un servidor ubicado en China que no permite una auditoría para la recaudación de impuestos local?

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Uno de los debates más espinosos es el de la protección de datos, donde Europa está en cabeza. ¿Alguna vez se preguntó por qué tantos sitios web le preguntan si desea aceptar sus 'cookies'? Las 'cookies' ayudan a las empresas a aprender más sobre usted y, especialmente, cómo atraerlo. Pero en Europa, se consideran datos personales. Así que si las empresas hacen negocios en la UE, que (posiblemente) tiene la ley de protección de datos en línea más avanzada del mundo, los consentimientos de 'cookies' son obligatorios.

El Reglamento General de Protección de Datos del bloque otorga a los residentes de la UE el derecho a exigir todos los datos que cualquier empresa haya recopilado sobre ellos. La falta de consentimiento puede significar un gran problema.

La otra cara de la moneda es que, si bien esta es una excelente manera de evitar que las 'Big Tech' roben sus datos, las pequeñas empresas fuera de la UE que venden a la UE pueden encontrar el RGPD demasiado oneroso porque dependen de datos de terceros para encontrar clientes. Algunos incluso optan por no participar en el mercado de la UE para evitar el requisito.

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de avanzar? Idealmente, un sistema global crearía condiciones equitativas para que las pequeñas empresas tuvieran una oportunidad justa de expandir su base de clientes en el extranjero, pero les impediría recopilar los datos de los compradores y venderlos a terceros. Sin embargo, para ser efectivo, necesitaría tener un amplio consenso, ser fácil de implementar y tener fuerza para que los malos actores rindan cuentas.

Pero si hemos aprendido algo de la experiencia de la Organización Mundial del Comercio al tratar de resolver disputas entre EEUU y China, es que hacer cumplir las reglas comerciales será todo menos fácil.

*Este artículo fue publicado originalmente en inglés en GZERO Media. Si te interesa la política internacional, pero quieres que alguien te la explique, suscríbete a la 'newsletter' Signal aquí.

Durante la pandemia, mucha gente alrededor del mundo abandonaron las tiendas físicas para pedir cosas en línea y recibirlas en la puerta de su casa. Y esa tendencia ya no va a desaparecer.

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