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La 'newsletter' para entender una Europa en crisis: "Estamos juntos en esto"
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'Newsletter' European Focus

La 'newsletter' para entender una Europa en crisis: "Estamos juntos en esto"

De Hungría a Estonia, lee la primera edición de European Focus, una 'newsletter' colaborativa de nueve medios europeos en la que participa El Confidencial

Foto: (EC Diseño)
(EC Diseño)

Bienvenidos a European Focus #1.

¿Te has preguntado alguna vez por qué la esfera pública europea sigue siendo tan débil?

"No hace falta ser un entusiasta ingenuo de Europa para hacerse esta pregunta", comentó nuestro colega polaco durante la primera reunión editorial que dio a luz este proyecto de una newsletter colaborativa entre nueve medios de comunicación europeos.

Y tiene razón, ¿no? La guerra de Rusia contra Ucrania, el aumento de los populismos, la rápida expansión de las teorías de la conspiración sobre el coronavirus, la emergencia climática y la crisis energética son solo algunos ejemplos que prueban que nuestras sociedades europeas se enfrentan a grandes retos y peligros que transcienden de nuestras fronteras.

Debería estar claro ya: estamos en esto juntos.

Es por eso que tenemos —también nosotros— que desarrollar nuevos hábitos. Salir de nuestras burbujas nacionales y empezar a debatir nuestros problemas comunes, en lugar de hablar siempre de "los otros".

Con European Focus, tratamos de abrir una pequeña ventana europea cada semana en tu correo electrónico, con cinco piezas cortas escritas por nuestro equipo de autores de distintos países europeos.

¡Gracias por unirte a este nuestro experimento!

Foto: Foto: EC Diseño.

En esta edición, que publicamos en abierto, podrás leer estos temas: Sin debate europeo, no hay democracia europea | 3,6% | Cómo insultar a los bálticos | El monopolio de Orbán en la narrativa | ¡No hay tiempo para juegos de culpas!

La versión original en inglés, cada miércoles:

La versión en español, los jueves:

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

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Sin debate europeo, no hay democracia europea

placeholder Orban y Meloni
Orban y Meloni

Italia se ha levantado esta semana con el ascenso del líder más hacia la derecha desde Mussolini. En cada una de las capitales europeas, la extrema derecha se regocijó. Si el debate público fuera más maduro, habríamos previsto no solo la victoria de Giorgia Meloni, sino también sus tácticas.

Si hubiéramos mirado más de cerca a lo que está pasando en Budapest, por ejemplo, habríamos visto que su "democracia iliberal" sirve de puntos de conexión a la extrema derecha europea. Estuve allí para cubrir las elecciones del pasado abril, y lo que encontré preocupa tanto a Roma como a París.

En el Instituto Danubio (pro Orbán), Erik Tegnér, mano derecha del candidato presidencial francés Éric Zemmour, es analista invitado. Está también la presidenta húngara Katalin Novak, quien anteriormente hizo equipo con Lorenzo Fontana, de la italiana La Lega, para invocar la "familia tradicional". Francesco Giubilei, joven ideólogo del "giro conservador" de Meloni, ha construido también lazos con 'think tanks' cercanos a Orbán.

De vuelta a Roma, los Fratelli d'Italia de Meloni utilizaron su campaña para atacar a la primera pareja del mismo sexo en la serie Peppa Pig. No es una coincidencia. En Hungría, han denunciado varios dibujos animados bajo la ley anti-LGTB. Orbán comenzó su nueva legislatura declarando el género "el gran problema de Europa". Mientras tanto, todo sigue igual entre Hungría y Rusia.

Cuanto más entiendan los europeos cómo la extrema derecha juega con las políticas identitarias, mejor se pueden desenmascarar.

Días antes de que Italia votara, Ursula von der Leyen dijo que "tenemos las herramientas" para lidiar con países que toman la senda iliberal. Pero la precondición necesaria para una fuerte democracia europea es que exista un debate europeo real, y empieza desde abajo. Esto no significa solo las redes sociales: Mark Zuckerberg ya está representado, con un presupuesto para hacer lobby en Bruselas que ha pasado de 450.000 euros en 2015 a 6 millones de dólares.

Un grupo crucial de presión está todavía infrarrepresentado: la opinión pública europea. Para construirla, empecemos con nosotros.

  • Francesca de Benedetti. Redactora de Domani (Italia)

El número de la semana

En Francia, solo el 3,6% de las noticias televisivas entre 2015 y 2020 se centraban en temas específicos de la UE, según un estudio reciente del think tank Jean Jaurès. En comparación, la media europea en 2018 era el 13%.

El porcentaje francés baja incluso más, al 2,5%, si eliminamos los datos del canal francoalemán "Arte", fundado en 1991 para "dirigirse a los ciudadanos cosmopolitas y curiosos en Europa, especialmente en Francia y Alemania".

Más de tres décadas después, el discurso público y mediático europeo todavía parece un 'nicho' en la programación televisiva francesa.

  • Léa Masseguin. Redactora de Libération (Francia)

Cómo insultar a los países bálticos

Está en el New York Times, está en el Wall Street Journal, está en los medios de Europa occidental. Y no se va a ir. Hablo del truco ya anticuado pero persistente por el que cada uno de los países bálticos se les llama "antigua república soviética", sin importar si el artículo va sobre economía, tecnología, turismo o la invasión rusa de Ucrania.

De ahí por qué este tuit del político estonio Eerik-Niiles Kross, un tutorial sarcástico sobre cómo describir otros países alrededor del mundo, se ha hecho viral este mes.

Aquí en Estonia tratamos de tomárnoslo con buen humor, pero de hecho demuestra la superficialidad de muchos medios de comunicación. Para ser claro: las "antiguas repúblicas soviéticas" nunca acordaron ser parte de la Unión Soviética. Fueron forzadas violentamente. Lo que somos o hacemos ahora no tiene nada que ver con nuestro legado soviético.

  • Holger Roonemaa. Jefe de investigación en Delfi (Estonia)

Orbán y el monopolio del relato

Una hora después de que Vladímir Putin ordenara la movilización de 300.000 reservistas, Viktor Orban fue a Facebook, no para expresar su preocupación por una nueva y potencialmente más peligrosa fase de la guerra en Ucrania, sino para acusar a Occidente. "Los precios de la energía están subiendo por las equivocadas sanciones impuestas por Bruselas", escribió.

El hecho de que Orbán se ponga del lado de Rusia y el que socave una fuerte respuesta europea no es simplemente un asunto interno. La pregunta clave que enfrenta Europa es si se puede detener el imperialismo ruso. Las narrativas falsas son las que ayudan a Putin a ganar.

Orbán busca un chivo expiatorio para sus propios errores: penurias económicas, florín debilitado, deuda en aumento, inflación por encima de la media… Por eso condena las sanciones europeas y guarda silencio sobre la amenaza rusa. Su herramienta más importante es el idioma húngaro, con el que construye una realidad privada para sus compatriotas. La clave de esto es el control de la prensa.

Lo que dice Orbán resuena mil veces más fuerte que las palabras de cualquier otro en húngaro. Y pocas personas en su país pueden escuchar o leer opiniones disidentes en inglés, alemán, francés o incluso ucraniano. Orbán tiene el monopolio en las narrativas sobre los peligros que plantea el mundo exterior de los que, según cuenta la historia, solo él puede salvar a los húngaros.

Todavía hay una parte libre de la prensa húngara que se apega a su vocación y trata de presentar todas las facetas de lo que está pasando. Pero su poder y posibilidades están limitadas por el sistema. Con impuestos injustos, legislación y el poder de los oligarcas, los medios de comunicación aún libres se aprietan en un espacio tan estrecho que no pueden llegar a los rincones más recónditos del país.

El destino de Europa también depende de cuánto del mundo puedan ver los húngaros. Y sobre qué conclusiones sacan los ciudadanos europeos de la autocracia húngara.

  • Márton Gergely. Editor jefe de la revista HVG

No hay tiempo para buscar culpables

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European Focus 1

Johannes Hillje es consultor político con foco en comunicación paneuropea y autor del libro "Plataforma Europa", en la que desarrolla su visión de un discurso público europeo vital.

PREGUNTA. Es usted muy crítico sobre cómo las esferas públicas europeas están todavía generalmente organizadas en función nacional. ¿Por qué?

RESPUESTA. Aunque hay muchos reportajes sobre temas europeos, casi siempre están enfocados en los intereses nacionales. En la mayoría de los casos, la perspectiva preferida es: ¿cuál es 'nuestro' beneficio nacional? Nunca ¿cómo sirve a nuestro interés común europeo?

P. ¿Y cuáles son los riesgos?

R. En general, esto genera un problema democrático, porque vivimos en un sistema político común. Los estados nacionales han cedido una cantidad considerable de poder de decisión a la UE. Nuestras instituciones políticas comunes toman decisiones que influyen en nuestras vidas a diario. Pero no tenemos un debate democrático común y público en el que podamos discutir estas decisiones juntos.

Además, los gobiernos nacionales seguirán utilizando esta falta de debate una y otra vez como un juego de culpas: a menudo se culpa a Bruselas de la responsabilidad de las decisiones impopulares, mientras que se afirma que las decisiones populares las toma la capital nacional. Casi nadie corrige la descripción estereotipada de la UE o de los otros estados miembros. Así que puedes alimentar fácilmente el sentimiento antieuropeo.

P. ¿Qué sugiere?

R. En general, necesitamos más espacios de comunicación compartidos y medios de comunicación verdaderamente europeos. También imagino algo realmente grande: una plataforma de comunicación europea digital común y de propiedad pública que proporcione la infraestructura para un discurso paneuropeo. Debe proporcionar no solo noticias sobre asuntos europeos, sino también entretenimiento y contenido cultural que promueva una identidad europea. Deberíamos tener programas de entrevistas políticas con políticos europeos y series que cuenten historias de europeos que viven juntos, por ejemplo en regiones fronterizas, Erasmus o Interrail. Y podría permitir un intercambio verdaderamente paneuropeo que incluya traducciones respaldadas por inteligencia artificial o reuniones de realidad virtual.

  • Teresa Roelcke. Redactora de Tagesspiegel (Alemania)

Bienvenidos a European Focus #1.

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