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Coordenadas | Otro asalto al palacio presidencial: ¿por qué está Irak ante el colapso?
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El bloqueo político sin fin

Coordenadas | Otro asalto al palacio presidencial: ¿por qué está Irak ante el colapso?

Un grupo de manifestantes ha irrumpido en el Palacio Presidencial de Bagdad para protestar contra la retirada política del clérigo Al Sadr tras 10 meses de crisis política en el país

Foto: Los simpatizantes de Al Sadr en la piscina del Palacio Presidencial. Alaa Al-Marjani / REUTERS
Los simpatizantes de Al Sadr en la piscina del Palacio Presidencial. Alaa Al-Marjani / REUTERS

Las imágenes de los manifestantes irrumpiendo en la residencia presidencial en Sri Lanka se han repetido, ahora en Irak. Una marabunta ha entrado en el Palacio Presidencial de Bagdad después de que el clérigo chií Muqtada al Sadr anunciara su retirada de la política. Los choques con las fuerzas de seguridad han provocado la muerte de al menos 22 personas y más de 250 heridos, mientras que las autoridades han decretado el toque de queda en la capital y en la mayoría de las provincias. Por su parte, la misión de Naciones Unidas en el país ha calificado la actual escalada de "extremadamente peligrosa" e instó a los manifestantes a "cooperar con las fuerzas de seguridad y evitar acciones que puedan desencadenar una cadena de acontecimientos imparable", según un comunicado.

En breve

La tensión ha llegado hoy a su punto más alto después de meses de inestabilidad política por la imposibilidad de formar un Gobierno. Al Sadr ganó las elecciones de octubre de 2021 con 73 de los 329 escaños en el Parlamento, pero la fragmentación política ha provocado que resulte imposible nombrar a un nuevo presidente y primer ministro. Los bloqueos de la Oposición provocaron que Al Sadr exigiera a los miembros del Parlamento leales a él que renunciaran, lo que marcó el inicio de una de las mayores crisis políticas en el país.

Foto: El clérigo chií Muqtada al-Sadr. (REUTERS/Alaa Al-Marjani)

Contexto

Al Sadr está al frente del movimiento popular que nació tras la invasión de Estados Unidos en 2003. El mensaje nacionalista se ha reforzado desde entonces y se ha presentado como la solución reformista en Irak. El mensaje ha calado entre sus seguidores y en octubre ganó las elecciones frente a la coalición Al Fateh (Conquista), que agrupa a varios partidos proiraníes.

El bloqueo constante a los candidatos de la formación de Al Sadr provocaron que el clérigo exigiera a su bloque que renunciara a los escaños. "Este paso se considera un sacrificio por la patria y el pueblo para salvarlos de un destino desconocido. (...) Si la supervivencia del bloque Sadrista es un obstáculo para la formación del gobierno, entonces todos los representantes del bloque están dispuestos a renunciar al Parlamento", dijo en un comunicado. La alianza opositora Marco de Coordinación propuso como primer ministro, a finales de julio, a Mohamed Shia al Sudani, un exministro de Trabajo y Asuntos Sociales, para que ocupara el cargo. En señal de protesta, Al Sadr pidió a sus seguidores que protestaran contra la candidatura.

Estos respondieron a su llamado y tomaron las calles de Bagdad en dirección a la Zona Verde, donde se encuentran los edificios gubernamentales y el Parlamento. Los simpatizantes del clérigo chií acabaron irrumpiendo en el edificio: entraron en el hemiciclo, se tomaron fotos y desplegaron pancartas contra la corrupción y contra la influencia de Irán en el país. Como respuesta, el presidente del Parlamento, Mohamed al Halbusi, anunció la suspensión de las sesiones parlamentarias e instó a retomar las negociaciones para desbloquear la crisis política.

Foto: Una plataforma de producción de petróleo en Irán. (Reuters/Raheb Homavandi)

La decisión de Al Sadr ha sido también una reacción al retiro político del ayatolá Kadhim al Haeri, que cuenta con el apoyo de la mayoría de seguidores de Al Sadr. El día antes del comunicado del clérigo, Al Haeri anunció que dejaría de ser una autoridad religiosa y pidió a sus simpatizantes que apoyaran al ayatolá de Irán, Ali Khamenei. La decisión fue un golpe para Al Sadr, que afirmó que Al Haeri no la ha tomado por su propia voluntad, haciendo referencia a posibles presiones por parte de Irán. Además de la pérdida de un posible líder del movimiento sin el clérigo, la afirmación del ayatolá supone también un revés para las ideas de Al Sadr en contra del Gobierno iraní.

Finalmente, la toma del Parlamento acabó en una sentada que ha durado todo el mes de agosto para reclamar la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones parlamentarias. La decisión de Al Sadr de retirarse de la política ha sido la gota que ha colmado el vaso que ha motivado a los seguidores del clérigo a tomar el Palacio Presidencial.

Actores

Muqtada al Sadr está considerado una de las figuras más influyentes de Irak. A pesar de que no siempre ha sido partidario de formar parte activa de la política —nunca ha ostentado un cargo público dentro del Gobierno—, ha tenido una gran influencia y ha logrado movilizar a cientos de personas, sobre todo entre la población chií de origen humilde. Al Sadr está muy bien valorado por muchos iraquíes, y algunos hasta lo consideran un semidiós por pertenecer a una familia de clérigos asesinados por el suní Sadam Huseín. Además, es una de las voces más importantes contra la invasión de Estados Unidos en 2003.

Foto: Joe Biden junto a Pedro Sánchez. (EFE/Riccardo Antimiani) Opinión
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Fue durante la guerra de Irak cuando se convirtió en uno de los líderes de la insurgencia y la milicia de la que forma parte fue una de las más activas contra la coalición liderada por el Gobierno estadounidense. Al Sadr fue calificado por Washington como una de las personas "más peligrosas" de Irak. Una de las características políticas más importantes del chií es su intención de acabar con la influencia iraní en Irak y apuesta por el patriotismo y por la independencia de Irak hacia terceros países.

El enemigo histórico de Al Sadr es Nuri al-Maliki, quien ocupó el cargo de primer ministro de Irak de 2006 a 2014. El político es ahora el líder de la alianza Marco de Coordinación que están respaldados por Irán y la Oposición principal a un Gobierno del clérigo chií.

La enemistad se remonta a 2008, cuando Al Maliki envió al Ejército iraquí a la ciudad de Basora para expulsar a la milicia de Al Sadr. Tiempo después, el primer ministro fue destituido por su actuación frente al Estado Islámico, que ocupaba en ese momento un tercio del territorio de Irak. Después de las elecciones de octubre, Al Maliki fue nominado para volver a ocupar el cargo a pesar de las críticas de Al Sadr, pero su candidatura nunca llegó a materializarse por la crisis política actual.

¿Y ahora qué?

Irak está en un callejón sin salida desde hace 10 meses. Este ha sido el periodo más largo del país sin un Gobierno y las salidas a lo que muchos consideran un golpe de Estado no parecen fáciles.

A pesar de la escalada de las tensiones, no hay indicios por ahora de que la alianza de Al Sadr y el Marco de Coordinación logren un acercamiento. En este escenario, la crisis podría alargarse durante meses, mientras el presidente y el primer ministro en funciones continúan el cargo. El analista Hamzeh Haddad apuntaba para AFP que una amenaza externa, como el Estado Islámico, podría ser el único mecanismo para empujar a los dos grupos a entenderse y llegar a un acuerdo. Sin estas presiones, la crisis puede continuar hasta que consigan cumplir con sus intereses políticos.

Si los manifestantes consiguen su objetivo, el Parlamento podría disolverse para convocar nuevas elecciones. Para ello, al menos un tercio de los diputados debe reunirse y presentar la propuesta que luego debe ser aprobada por mayoría más uno. La poca voluntad política convierte este escenario en poco probable y, por otro lado, la poca participación en los comicios de octubre puede repetirse y que el resultado no sea lo suficientemente representativo.

Algunos analistas dudan de la verdadera implicación de la decisión de Al Sadr de abandonar la política. No es la primera vez que el clérigo ha hecho la misma afirmación y poco después ha retomado sus actividades. Por lo tanto, esta podría ser una estrategia para mostrar su poder de influencia entre la población y fortalecer su posición como negociador para conseguir formar un gobierno en Irak.

Del mismo modo que su posición como negociador podría ayudar a formar un gobierno, también podría llamar a nuevas protestas. Si abandonara realmente la política y se formara un Ejecutivo con la influencia de Irán como telón de fondo, podría volver a utilizar su capacidad para movilizar a miles de personas.

Para seguir el hilo

Este usuario de Twitter ha compartido prácticamente en tiempo real vídeos e imágenes de la toma del Palacio Presidencial en Bagdad. Además, ha recopilado vídeos de la actuación de las fuerzas de seguridad ante la escalada de tensión tras la reacción de los manifestantes a la renuncia política de Al Sadr.

Otro ángulo

A mediados de julio, los manifestantes de otro país asaltaban el edificio presidencial como protesta contra el Gobierno. Era el caso de Sri Lanka que, tras meses de protestas, reclama el fin político de Gotabaya Rajapaksa y de su gabinete. A esta escalada de la tensión le precedía una crisis económica sin precedentes y una inflación disparada que provocó una rampante escasez de alimentos.

Foto: Manifestantes frente a la oficina de Ranil Wickremasinghe, primer ministro y ahora presidente interino de Sri Lanka. (Reuters/Dinuka Liyanawatte)

En una imagen

placeholder Los manifestantes han logrado irrumpir en el Palacio Presidencial de Bagdad. Alaa Al-Marjani / REUTERS
Los manifestantes han logrado irrumpir en el Palacio Presidencial de Bagdad. Alaa Al-Marjani / REUTERS

Han sido semanas frente al Parlamento para condenar la crisis política que vive Irak. Hasta que los manifestantes han agotado su paciencia y han derribado los muros que les separaban del Palacio Presidencial de Bagdad, donde han tenido lugar enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Las imágenes de los manifestantes irrumpiendo en la residencia presidencial en Sri Lanka se han repetido, ahora en Irak. Una marabunta ha entrado en el Palacio Presidencial de Bagdad después de que el clérigo chií Muqtada al Sadr anunciara su retirada de la política. Los choques con las fuerzas de seguridad han provocado la muerte de al menos 22 personas y más de 250 heridos, mientras que las autoridades han decretado el toque de queda en la capital y en la mayoría de las provincias. Por su parte, la misión de Naciones Unidas en el país ha calificado la actual escalada de "extremadamente peligrosa" e instó a los manifestantes a "cooperar con las fuerzas de seguridad y evitar acciones que puedan desencadenar una cadena de acontecimientos imparable", según un comunicado.

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