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La otra amenaza rusa en Zaporiyia: el nuevo frente en Ucrania es el del saqueo energético
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Tensión en la planta nuclear

La otra amenaza rusa en Zaporiyia: el nuevo frente en Ucrania es el del saqueo energético

La desconexión energética de la red eléctrica ucraniana presenta un riesgo inmediato de un posible accidente nuclear en la central, pero es, también, la primera fase de la guerra energética contra Ucrania

Foto: Vista de la planta nuclear de Zaporiya por el satélite europeo Copernicus Sentinel-2 (Unión Europea)
Vista de la planta nuclear de Zaporiya por el satélite europeo Copernicus Sentinel-2 (Unión Europea)

El jueves, los dos últimos reactores activos de la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania y bajo control de las tropas rusas, fueron desconectados de la red eléctrica ucraniana, “por primera vez en la historia de la planta”, según informó la compañía energética Energoatom. Con las líneas habituales de suministro energético cortadas, la planta ha esquivado un posible accidente nuclear gracias a la línea de emergencia de una planta geotérmica vecina, pero que no durará mucho tiempo. Si todas las conexiones externas fallan, será necesario utilizar generadores alimentados con diésel para impedir el sobrecalentamiento del material radiactivo.

"Ucrania está haciendo todo lo posible para restaurar una de las principales líneas [de conexión con la red]", defiende Oleksandr Kharchenko, viceministro de Energía de Ucrania, en entrevista con El Confidencial. "El mayor riesgo es ahora mismo dentro de la planta, que no puede sostenerse energéticamente a sí misma. Sabemos que los rusos tienen gasoil [para esos generadores de emergencia], pero nadie sabe cuánto va a durar". En el momento de publicar esta pieza, la planta seguía desconectada.

Foto: Fotografía de la planta nuclear de Zaporiya (Ministerio de Defensa ruso)

La desconexión energética de la red eléctrica ucraniana presenta un riesgo inmediato de un posible accidente nuclear, principalmente por un escape radiactivo, como parte de la apuesta de Moscú para usar como rehén a la planta nuclear, según denuncia Kiev, y presionar a una comunidad internacional espantada, y quizá obtener posibles concesiones. "Esto es claramente un elemento más de provocación rusa, pensada para crear puntos de presión adicionales a la comunidad internacional", insiste Kharchenko. Una estrategia similar a la que ya intentó Moscú con el bloqueo del grano ucraniano en los puertos del Mar Negro, con el riesgo de una crisis alimentaria global -una presión que finalmente le valió para lograr algunas facilidades para el comercio de sus propios granos y fertilizantes, pese a las sanciones occidentales-.

Pero es, también, la primera fase de una de las caras de la invasión: la guerra energética contra Ucrania. "Es muy claro que Rusia está queriendo hacer la guerra en todos los campos, más allá de lo militar, y especialmente en lo energético. Y la ocupación de la planta de Zaporiyia es parte de esta guerra [energética]", advierte el viceministro ucraniano.

Saqueo energético

La infraestructura energética ucraniana ha sido uno de los objetivos más claros de la invasión rusa de Ucrania. Además de refinerías e instalaciones de almacenamiento de gas y petróleo, objetivos prioritarios, también han quedado dañadas o destruidas las líneas de transmisión eléctrica y subestaciones de la red de distribución, la mayoría por artillería y misiles.

Ucrania -que genera más electricidad de la que utiliza- quiere venderse como un proveedor clave de energía a una Europa cada vez necesitada y deseosa de deshacerse de la dependencia del gas ruso. Se trata, por supuesto, de un plan a futuro, pero que ya ha empezado con algunos pasos, como la conexión a la red eléctrica europea -que consiguió tras un acelerado proceso apenas unas semanas antes de la invasión, y está logrando mantener-, o el inicio de la venta de excedente eléctrico a países vecinos europeos. Según estimaciones del Ministerio de Energía, tras algunas reformas técnicas de sincronización y seguridad de la red, y especialmente si se supera la situación de inseguridad actual, Ucrania podría exportar a Europa 2,73 gigavatios de electricidad, y si se le permite una exportación eléctrica a escala total, podría reemplazar más de 5.000 millones de metros cúbicos de gas ruso.

Foto: Dos operadores trabajan en la sala de control de Ukrenergo, la compañía estatal de electricidad ucraniana. (Reuters/Valentyn Ogirenko)

Sin embargo, para estos planes es clave precisamente la energía nuclear, más que el gas o el carbón (el 'mix energético' de Ucrania es muy variado y "limpio", según los datos del Ministerio: el 75% es de cero a neutral en cuanto a emisiones, principalmente nuclear y otras renovables). Zaporiyia, la mayor central nuclear de Europa, es una parte importante del pastel. Hasta antes de la guerra, Ucrania es el segundo país europeo, solo por detrás de Francia, con mayor porcentaje de uso de la nuclear para cubrir a sus necesidades energéticas, gracias a sus 15 reactores funcionales. Seis de ellos están en la planta nuclear de Zaporiyia (ZNPP), que producía cerca de un quinto del total de la electricidad ucraniana y casi la mitad de su energía nuclear.

Sin Zaporiyia, Ucrania tendrá más difícil ese plan de vender su excedente a Europa -con los consecuentes jugosos ingresos en un momento de aplastante crisis económica por la guerra-, pero no imposible, según defiende el viceministro. "Tenemos otras capacidades de generación [de energía] que pueden compensar [la generada] por la planta nuclear de Zaporiyia", asegura.

Conectarla a la red rusa

Los planes de Moscú para desconectar Zaporiyia y conectarla a la red rusa, especialmente hacia la Crimea ocupada y asegurarse así su suministro energético no son nuevos ni ocultos, y Kiev los ha denunciado repetidamente. En una primera fase y tras la ocupación de la planta a principios de marzo, cuando siguió suministrando energía a la red ucraniana, Rusia amenazó con cobrar a Kiev por la energía generada en la ZNPP.

Apenas un día antes de la desconexión de la planta esta semana, el director de la agencia atómica ucraniana Energoatom, Petro Kotin, ya advertía en una entrevista con The Guardian de que Rusia tenía un “detallado plan” para desconectar la planta de Zaporiyia de la red energética ucraniana, según unos documentos obtenidos por Kiev. “La condición previa para este plan era el daño severo de todas las líneas que conectan la planta de energía nuclear de Zaporiyia con el sistema ucraniano”, señalaba al medio británico, tal y como finalmente ha sucedido.

Foto: Imágenes de la cámara de vigilancia durante el ataque contra la planta nuclear de Zaporiyia. (NPP/Zaporiyia)
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Además del riesgo inmediato de un fallo en los sistemas de refrigeración, Kotin volvía a incidir en esa segunda fase de la guerra energética rusa contra Ucrania, la de la desconexión de la red ucraniana en favor de la rusa. Ya el 9 de agosto, en una entrevista en la televisión ucraniana, Kotin advertía que "el personal de Rosatom [la agencia nuclear rusa está implementando un plan que les permitirá reconectar la ZNPP a Crimea. Para asegurar que la energía producida en la ZNPP se transmita a Crimea, la totalidad del sur de Ucrania debe desconectarse [de la ZNPP]. Tras ese procedimiento [si se realiza con éxito], será imposible conectarla a la red eléctrica ucraniana, sino que se conectará a la frecuencia rusa. En eso consiste su plan, y han comenzado a implementarlo".

Un plan que, efectivamente, parece coincidir con los últimos desarrollos con la desconexión de los últimos dos reactores en funcionamiento en Zaporiyia, que ha provocado un apagón en toda la región del sur de Ucrania, incluidas también las zonas ocupadas por los rusos.

Pero, preguntado por El Confidencial, el viceministro pone todavía en cuarentena la viabilidad del plan para conectar la ZNPP a la red eléctrica de Crimea. “Soy escéptico de que posibilidad de realización [de este plan], porque varias líneas de la red han sufrido importantes daños [por los bombardeos] y tienen que ser restauradas. Algunas están completamente destruidas, así como una subestación eléctrica clave [en el sur, hacia Crimea], y los rusos no tienen opciones para renovarlas de manera rápida”. Según sostiene Karchenko, unir la planta al sistema eléctrico ruso, "tomaría cinco años y una inversión millonaria".

El jueves, los dos últimos reactores activos de la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania y bajo control de las tropas rusas, fueron desconectados de la red eléctrica ucraniana, “por primera vez en la historia de la planta”, según informó la compañía energética Energoatom. Con las líneas habituales de suministro energético cortadas, la planta ha esquivado un posible accidente nuclear gracias a la línea de emergencia de una planta geotérmica vecina, pero que no durará mucho tiempo. Si todas las conexiones externas fallan, será necesario utilizar generadores alimentados con diésel para impedir el sobrecalentamiento del material radiactivo.

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