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No solo es el trigo o el gas: los peligros de un invierno sin garbanzos
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Malos tiempos para los fanáticos del hummus

No solo es el trigo o el gas: los peligros de un invierno sin garbanzos

La guerra de Ucrania y la crisis climática provocarán una caída de la producción del garbanzo de hasta el 20%. España no tendrá problemas de suministro, pero sí notaría una subida de los precios

Foto: Un vendedor de garbanzos en Pakistán. (EFE/Rehan Khan)
Un vendedor de garbanzos en Pakistán. (EFE/Rehan Khan)
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La subida de precios no deja títere sin cabeza. La guerra de Ucrania ha afectado a la producción y suministro del trigo, y los países europeos miran con miedo a un invierno que se antoja más frío que de costumbre por la escasez de gas. La inflación se nota en la gasolina, en el precio de la luz y en la cesta de la compra. No se salva ni el hummus. Un estudio de la organización Global Pulse Confederation (GPC) arrojó que, este año, la producción de esta legumbre podría caer hasta un 20%. El conflicto bélico y las condiciones climáticas adversas son las principales causas.

El trigo —del que Ucrania es el quinto exportador mundial—, el maíz y la soja llegaron a sus máximos de inflación este mayo, con encarecimientos de hasta el 50% el primero y 30% los dos últimos. La crisis de suministro del garbanzo no ha llegado a su punto más alto, pero el mercado ya está empezando a notar una subida de los precios. El encarecimiento se espera para finales de año y "se calcula que aumente al mismo nivel que la caída global de la producción, cerca de un 20%", afirma a este medio Navneet Singh Chhabra, director de la empresa de exportación internacional de garbanzos Shree Sheela International y quien ha elaborado un informe sobre las consecuencias de la guerra en la escasez de esta legumbre.

Foto: Sacos de trigo. (EFE)

Aunque no es considerado un grano de primera necesidad como el arroz o el trigo, el garbanzo sigue siendo clave en la cesta alimentaria de países tan poblados como India, Pakistán o Etiopía (todos por encima de los 120 millones de habitantes), Turquía o Myanmar. Más ahora, especialmente en un contexto donde el flujo de trigo ucraniano se ha visto muy limitado por el bloqueo ruso y la crisis de los fertilizantes ha limado también la producción de arroz. "Ya estamos en una crisis alimentaria mundial y esto exacerbará aún más la situación", asegura Lara Gilmour, editora de la revista 'Pulse Pod' de GPC, la organización que ha realizado el informe, a El Confidencial.

Sin el trigo ucraniano, crece la demanda de otras semillas como el garbanzo, lo que afectará también a los países exportadores como Estados Unidos, México y Argentina, los principales vendedores de esta legumbre a España. ¿Podríamos sufrir aquí una crisis por la escasez de este producto? "España no importa prácticamente garbanzos ni de Rusia ni de Ucrania, así que no sufriremos directamente la falta de suministros de estos países", explica Juan Luis Manzano, de Tecoser, empresa intermediadora entre las empresas del sector de las legumbres y cooperativas y agricultores en España.

"Si comparamos los datos de 2020, España importó únicamente 25.000 kilos de Ucrania (...) y de Argentina 9.500 toneladas, o sea, 9,5 millones de kilos", compara. Tendremos garbanzos, pero del aumento de los precios no nos vamos a librar. "Rusia y Ucrania abastecen otros mercados y estos tendrán que recurrir a otros países. Ahí sí entramos en conflicto porque buscarán lugares que nos suministran a nosotros. Eso aumentará la demanda", continúa Manzano.

España no tiene en su principal lista de importadores de garbanzo a Ucrania y Rusia porque la calidad del producto es diferente. La legumbre ucraniana y rusa se utiliza sobre todo para producir hummus. Aunque en España este producto que se vende en los supermercados se ha convertido en un alimento conocido por todos, el consumo sigue siendo más residual en comparación con el garbanzo seco o en bote.

Bajo las sanciones occidentales, que bloquean su acceso al sistema de pagos internacionales SWIFT, Rusia seguirá teniendo problemas para exportar sus bienes y productos. Paralelamente, mientras continúe la invasión, Ucrania no será capaz de llegar a la producción de años anteriores. Ante el temor de escasez alimentaria, el Ministerio de Agricultura pidió durante los primeros meses de conflicto que los agricultores ucranianos plantaran trigo, avena o mijo en detrimento de otros granos menos "vitales", como el girasol, colza, maíz o soja, más rentables económicamente, pero que no hacen frente al hambre. El garbanzo tampoco es prioritario.

Es difícil predecir cuándo acabará el conflicto, pero la diferencia de precio de un kilo de garbanzos de 2022 respecto a años anteriores se hará notar. "Hubo una sobreproducción de garbanzos durante un par de años, lo que significó que los precios fueran realmente bajos", por lo que la subida se notará todavía más, asegura Monika Tothova, economista de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). "También hay una crisis de fertilizantes, ya que Rusia y Ucrania son grandes exportadores, lo que también está provocando un aumento de los precios. En México, por ejemplo, los costos de insumos ya han subido alrededor de 17%", concluye la experta.

Foto: Foto: iStock

Navneet Singh Chhabra es positivo y no vaticina una crisis en los mercados por la subida del precio del garbanzo porque en la mayoría de países del mundo no está considerado una comida de primera necesidad, "como puede ser el pan y el arroz". Sin embargo, la inflación de la carne puede revertir la balanza. “El presupuesto de los consumidores está cambiando y lo más probable es que recurran a las legumbres como fuente de proteína, en lugar de la proteína animal, que es más cara”, destaca Tothova.

Los garbanzos y la geopolítica

Además del conflicto entre Rusia y Ucrania, el informe de Global Pulse Confederation también apunta al cambio climático como otra de las consecuencias de la bajada de producción de garbanzos en el mundo. Las condiciones climáticas fluctuantes han afectado a la producción de este año, sobre todo en Australia, el mayor exportador de garbanzos, que llegó a las 800.000 toneladas en 2021.

En Australia, los garbanzos se siembran entre mayo y julio para cosechar en octubre. "Las recientes inundaciones en la costa este del país afectaron la cosecha de garbanzos ya sembrada, inundando los campos y limitando la producción, y es probable que sean uno de los principales factores detrás de las preocupaciones sobre la disponibilidad de garbanzos en la próxima temporada", alerta Tothova. Si Australia tiene problemas para abastecer a todos los clientes, deberían ser los otros grandes exportadores los que ayudarían a compensar la balanza: Rusia y Turquía.

Foto: Camiones llenos de grano esperan a cruzar la frontera a Moldavia, cerca de Odesa. (Reuters/Igor)

En un contexto de sanciones internacionales, Vladímir Putin tendría aquí otra oportunidad para continuar utilizando el hambre como arma de guerra. Además de culpar a la comunidad internacional de agravar todavía más la crítica situación alimentaria, ha destruido campos en Ucrania para limitar la producción y, hasta hace apenas dos días, sus barcos bloqueaban millones de toneladas de grano en los puertos de Odesa y Nikoláev. El trigo es la máxima expresión de esta crisis alimentaria que una subida de los precios de los garbanzos aumentará todavía más. António Guterres, secretario general de la ONU, ya lo avisó hace unos meses: "Los precios de los alimentos no han sido nunca más altos, afrontamos hambre en una escala sin precedentes".

Tras el 'shock' inicial de la pandemia de coronavirus, que sacudió las cadenas de suministros, y ahora la guerra, muchos países están buscando una realineación de sus líneas de comercio mundial. Depender más de socios que son vecinos y con cadenas de suministro más cortas que faciliten las exportaciones en los tiempos que corren. La Unión Europea ya ha tomado medidas en este sentido y, junto con Estados Unidos, pretenden aislar a Rusia.

Foto: Una bomba petrolífera. (EFE/Larry W. Smith)

No obstante, la Organización Mundial del Comercio (OMC) apunta a un trabajo conjunto entre los gobiernos y las organizaciones para facilitar el comercio en medio de un periodo de inflación que afecta a prácticamente toda la población. "La historia nos enseña que dividir la economía mundial en bloques rivales y dar la espalda a los países más pobres no conduce a la prosperidad ni a la paz. La OMC puede desempeñar un papel fundamental proporcionando un foro en el que los países puedan debatir sus diferencias sin recurrir a la fuerza, y merece que se la apoye en esa misión", ha defendido la presidenta del organismo, Ngozi Okonjo-Iweala.

Por otro lado, el contexto actual de guerra ha aumentado el proteccionismo de algunos países y eso ha sido otro factor para el aumento de los precios. India anunció que restringiría las exportaciones de grano para asegurar los suministros internos, mientras que Indonesia prohibió la exportación de aceite de palma durante casi un mes.

Ucrania tiene condiciones climáticas favorables para la cosecha del suelo, sobre todo en las regiones del sur y del este, donde se sigue concentrando la ofensiva rusa. A pesar de que no es uno de los principales exportadores de la legumbre, envió más de 40.000 toneladas en 2020. Por otro lado, Australia limitará este año sus exportaciones por las inundaciones. El mercado del garbanzo se ajusta cada vez más en medio de una crisis de inflación y de suministro de la que ningún producto se salva. Este invierno seguiremos comiendo cocido, pero más caro.

La subida de precios no deja títere sin cabeza. La guerra de Ucrania ha afectado a la producción y suministro del trigo, y los países europeos miran con miedo a un invierno que se antoja más frío que de costumbre por la escasez de gas. La inflación se nota en la gasolina, en el precio de la luz y en la cesta de la compra. No se salva ni el hummus. Un estudio de la organización Global Pulse Confederation (GPC) arrojó que, este año, la producción de esta legumbre podría caer hasta un 20%. El conflicto bélico y las condiciones climáticas adversas son las principales causas.

Conflicto de Ucrania Exportaciones FAO
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