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La frontera de los extremos: así explica el barrio más pobre de Roma el jaque populista en Europa
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La frontera de los extremos: así explica el barrio más pobre de Roma el jaque populista en Europa

Italia es el escenario privilegiado de la irrupción en Europa de los extremos políticos, los 'ismos'. De la victoria del Movimiento 5 Estrellas, populistas calificados de antisistema, al auge de los partidos populistas de extrema derecha

Foto: El barrio Tor Bella Monaca, uno de los más pobres de Roma. (Fabio Moscatelli)
El barrio Tor Bella Monaca, uno de los más pobres de Roma. (Fabio Moscatelli)

El Confidencial, en colaboración con el Parlamento Europeo, presenta la primera entrega de 'Las fronteras de Europa', parte del proyecto editorial 'Decodificando la mente del Parlamento Europeo', cofinanciado por la institución. Durante el último año, hemos publicado más de 50 entrevistas con eurodiputados de todas las familias políticas sobre los grandes debates que van a marcar nuestro futuro. Ahora, aterrizamos esta amplia mirada en una serie de reportajes para comprender estos desafíos sobre el terreno. En esta crónica, analizamos la frontera ideológica de los extremos desde Tor Bella Monaca, el barrio más pobre de la rica Roma.

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La señora Carmela Pierella, de 73 años, cobra una pensión de 650 euros y vive con su hija Tatiana y su nieto autista, Gioele, en una casa muy humilde levantada por su exmarido en la periferia de Roma, en el conflictivo barrio de Tor Bella Monaca. Cuando le pregunto sobre la UE, dice: "Digamos que Spinelli [uno de los padres fundadores de la UE] quería hacer una cosa grande, pero luego eso no ha sucedido. La globalización ha sido el horror del mundo. Desde el euro en adelante, la UE no me ha dado nada. Mi marido me traía a casa 900.000 liras. Eso nos daba la opción de pagar un alquiler, comprar este terreno, unos zapatos… Ahora intente usted vivir con 900.000 liras [unos 450 euros de hoy]".

¿Sería mejor si Italia saliera de la UE? "Para mí, sí. Es la Europa de las multinacionales", responde apresurada su hija, Tatiana, de 53 años, desempleada, que recibe una ayuda de 500 euros para el cuidado de su hijo. La señora Carmela —mientras levanta algo la vista y controla que el gato se baje de la vieja estantería de su sala de estar sin romper nada— explica: "Un día he visto en la tele que en Sicilia, por esta cosa de favorecer la globalización, pagaban a los agricultores para que no cultivaran. Esto me da escalofríos. Quizá digo tonterías, soy inculta, pero digo lo que pienso. ¿No podemos trabajar ya nuestra tierra?, ¿por qué permiten a Europa hacer eso?". Su hija Tatiana responde: "Porque es una dictadura".

placeholder Foto: Fabio Moscatelli.
Foto: Fabio Moscatelli.

¿A quién votaron en las recientes elecciones municipales? "Yo hace 20 años que no voto porque no creo en el sistema", responde Tatiana. "Yo he votado a Fratelli d'Italia [FdI, partido de extrema derecha]", responde Carmela. ¿Vota usted a FdI en Tor Bella Monaca por una cuestión de soberanía? "Yo votaré a ojos cerrados a uno que me diga que se va a volver a sembrar la tierra", responde ella.

Las palabras de Carmela y Tatiana podrían ser solo unas palabras más de dos desheredaras, dos de esas mujeres que apenas tienen voz ni importan demasiado porque viven en la periferia de la periferia pobre. Hasta que alguien las recuenta, las convierte en votos y descubre que son mayoría. Entonces, en las élites culturales y financieras saltan las alarmas y un montón de analistas comienzan a debatir sobre cómo es posible que en la desarrollada Europa haya tantas personas que votan a partidos extremistas y populistas que amenazan con acabar con un sistema tan avanzado de libertades y derechos sociales que permite pagar pensiones no contributivas de 650 euros y dar ayudas por un hijo con necesidades especiales de 500. ¿Es mucho, poco? Es ciencia ficción en el 70% del planeta y 'pobreza' en Italia. El mundo y sus prismas.

placeholder Vista de Tor Bella. (Fabio Moscatelli)
Vista de Tor Bella. (Fabio Moscatelli)

En Italia ya ha pasado la victoria de los considerados extremos. Pasó en 2018, cuando venció claramente el Movimiento 5 Estrellas, populistas calificados por muchos como antisistema, y montaron un Gobierno con la Lega, partido soberanista perteneciente a la extrema derecha europea, lo que desde Bruselas se vio como una amenaza que podía derrumbar todo.

Y pasa ahora, cuando las encuestas avisan de que la extrema derecha soberanista de Fratelli d'Italia, que gobierna en Tor Bella Monaca, encabeza las encuestas de intención de voto, pegada a la izquierda del Partido Democrático (PD), y podría formar Gobierno en 2023 con Lega y la liberal Forza Italia, con los que previsiblemente se presentará en coalición.

La creciente animosidad entre Bruselas y algunos estados miembro como Polonia y Hungría es identificado por un 25% de los eurodiputados como uno de los mayores riesgos potenciales para la estabilidad de la Unión Europea -un 8% lo ve como el primero-, según un sondeo realizado por El Confidencial, en colaboración con el Parlamento Europeo, que se publicará íntegramente la próxima semana. Este enfrentamiento por la violación de los principios del Estado de derecho y las competencias entre la UE y los países rebeldes hace que hasta un 7% de los legisladores europeos consideren que incluso existe el riesgo de otra salida del bloque comunitario fomentada por el auge del euroescepticismo en algunos países. Como Italia.

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Foto: Fabio Moscatelli.

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Tor Bella Monaca es, de hecho, una cubeta de política experimental. Al recontar aquí los votos, se ha vuelto a descubrir que hay una mayoría de Carmelas y Tatianas que optan por partidos considerados extremistas o populistas. En 2016, en el Municipio VI (distrito) arrasó el M5S con casi un 80% de los votos y una participación del 48,8%. Ahora ha ganado FdI con un 61% de los votos y una baja participación de apenas un 32%, 16 puntos menos que cinco años antes.

"Somos la derecha del pueblo, un laboratorio de cómo gestionar un territorio muy pobre y marginal", explica Nicola Franco, presidente municipal de FdI que gobierna el barrio con la mayor tasa de pobreza, desempleo, fracaso escolar, vivienda pública, porcentaje de discapacitados y venta de droga de toda la capital. ¿Un éxito de FdI y la coalición conservadora? No gobiernan en ninguno de los otros 14 municipios de Roma, donde lo hace la izquierda, pese a que un año antes de las elecciones aspiraban a ganar en la ciudad según los sondeos. Pero el que gobiernan es especialmente significativo.

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Foto: Fabio Moscatelli.

La patria y la soberanía son parte esencial de la retórica constante de FdI. ¿Italia debe permanecer en Europa? "La idea de la UE era una unión de pueblos, pero más que una comunidad de pueblos estamos en una Europa de las finanzas. Una Europa de los pueblos genera igualdad, pero una de las finanzas hace lo contrario porque el país más fuerte aplasta al más pequeño, como ha pasado con Grecia y Portugal a favor de Francia o Alemania. Esta UE se debe cuestionar", responde Franco.

La idea de Europa en un lugar como este es ajena a una realidad donde la gente se organiza en las calles. "Los vecinos asfaltamos al instalarnos aquí algunas calles porque al llover eran un lodazal y no se podía caminar", recuerdan en el barrio.

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Foto: Fabio Moscatelli.

Roma es una cosa lejana, Bruselas sencillamente no existe. "Nadie sabe nada ni le importa nada de la UE. La gente aquí cree que eso es algo que no afecta a sus vidas, que no es nuestro", señala en su casa de la Torre Amarilla Tiziana Ronzio, una sanitaria de 52 años condecorada con la Orden del Mérito por el presidente Sergio Mattarella por su lucha contra las drogas en el barrio y su labor al frente de la asociación 'Tor Più Bella'.

Hacerlo le ha costado agresiones de los traficantes que viven en su mismo edificio y tener protección de los 'carabinieri' 24 horas. Ella, hace seis años, fue una entusiasta votante del M5S. "La gente quería un cambio, estaba cansada de lo que pasaba. Cuando la gente me decía que 'estos no tienen experiencia', yo les contestaba que 'los otros tienen mucha experiencia y no han hecho nada'. Hoy te digo que voté por ignorancia a gente que decía que iba a hacer de todo, pero no es así. He aprendido que la política debe ser fuerte, saber lo que hace, casi debes olvidar los ideales. Es feo que diga esto yo, que soy una que cree en tantas cosas".

placeholder Luna Park, único lugar de juegos para niños en Tor Bella Monaca. (Fabio Moscatelli)
Luna Park, único lugar de juegos para niños en Tor Bella Monaca. (Fabio Moscatelli)

¿En qué cree que falló el M5S para perder tantos votos? "Las cosas no funcionaron. La basura, las viviendas públicas… Hemos vivido en un abandono total, como todos los barrios. Al principio, se justificaban en que eran los primeros meses, pero al final ha sido una catástrofe. Aquí ha ganado la derecha porque Nicola Franco, el personaje, representa la seguridad". ¿No ha habido demasiada abstención? "A la gente no le importa, no cree en nada. La gente cree que no es su responsabilidad. Si van a votar no cambia nada, su voto no es importante, al final deciden todo otros… Esto es un grave problema", señala Tiziana.

"Con el M5S hubo una ola de ilusión, pero en realidad aquí ha ganado ahora la abstención. La mayor parte de la gente no cree en nada ni tiene ya ningún interés en votar", explica Denise Dell'Acqua, propietaria del Adelandia Luna Park, el mítico único lugar de juego de los niños en todo el barrio que abrieron sus padres hace décadas.

En esa desconfianza, esa desazón de saberse olvidados por todos, como pasa en tantas periferias de tantas ciudades europeas a las que las autoridades echan un invisible cerrojo con la esperanza de que sus males no se contagien al resto de barrios, hay un germen para lo diferente. ¿Las fuertes ayudas que la UE ha dado a Italia por la pandemia han cambiado su idea sobre Europa? "No, yo estoy convencida que con este dinero harán mil reglas para que se lo queden los de siempre", dice la señora Carmela.

"Digamos que ha habido una igualdad imprevista porque Alemania y Francia salían muy favorecidas y el sur de Europa era aplastado. La pandemia ha metido algo de equilibrio y ha tenido algo positivo: estamos todos en riesgo", señala Nicola Franco.

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A nivel político, dos eventos recientes, pandemia y la guerra de Ucrania, han cambiado o rebajado el euroescepticismo de muchos. "Fuera nos quedamos solos. Nosotros no somos Inglaterra, ni tenemos la fuerza de dar un paso así. En este momento, es absolutamente desaconsejable salir de la UE", señala el presidente municipal. ¿Esta es una postura de Nicola Franco o compartida por su partido? "Yo creo que es también de FdI. Nuestra líder, Giorgia Meloni, es la presidenta de los conservadores europeos. Somos una fuerza estable que trabaja en el Parlamento Europeo. Nosotros estamos con la Europa unida, pero con un ojo muy crítico para vigilar que esto sea la unión de los pueblos y no la unión financiera".

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Foto: Fabio Moscatelli.

No parece muy claro que eso no sea un mensaje rebajado y electoral en un momento en que en Italia la mayoría de encuestas señalan un retroceso del euroescepticismo. A finales de 2021, en pleno proceso de la llegada de fondos europeos a Italia, la encuesta del Instituto de Asuntos Internacionales señalaba que un 57% de los italianos estaba a favor de permanecer en la UE y un 32% de salir. En la primavera de 2020, en ese mismo sondeo un 48% apoyaba el 'Italexit'.

En todo caso, es evidente, al menos, que FdI pretende impulsar cambios profundos en la UE. "El euro no es irreversible. Es una moneda, no un dios", señalaba recientemente Meloni, reafirmando sus posiciones de años atrás, cuando dijo que "Italia debe salirse del euro". El partido que lidera la actual intención de voto en Italia no habla ya directamente de salir de Europa, pero sí de recuperar soberanía y modificar pilares básicos de la UE. ¿Hasta dónde llegarían en el poder FdI? En la política actual es complicado aventurar nada: no iba a haber Brexit, ni ganaría Trump, ni Rusia se atrevería a invadir Ucrania

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Foto: Fabio Moscatelli.

Pero esas son frases dichas en la oposición, luego gobernar es otra cosa. Hagamos historia. En junio de 2018, el proyecto europeo parecía tambalearse en Italia. Un Gobierno señalado por muchos como antisistema, populista y soberanista, formado por el Movimiento 5 Estrellas y la Lega, tomaba las riendas en Roma. Luigi Di Maio, líder del M5S que sacó un 33% de los votos en las elecciones de 2018, ha pasado de decir que "esta Europa en tres meses está acabada" a decir ahora, como actual ministro de Asuntos Exteriores, "la guerra en Ucrania demuestra que sirve una UE todavía más rápida y unida".

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El Confidencial ha entrevistado a Tiziana Beghin, portavoz del M5S en el Parlamento Europeo, para entender este cambio de que en 2014 el M5S flirteara con unirse al UKIP de Nigel Farange y ahora respalde a Von der Leyen y pida una Europa más fuerte.

PREGUNTA. El M5S llegó a la política calificado como un movimiento antisistema. ¿Se identifican con esta catalogación?

RESPUESTA. No me gusta la definición 'anti,' porque prevé una oposición a algo. El M5S nació y creció en la sociedad gracias a muchas propuestas innovadoras basadas en la justicia social: desde la renta ciudadana hasta las comunidades energéticas, desde la protección ambiental hasta la protección pública del agua... Entonces, claro, era fácil que cierta prensa nos tildara de antisistema, pero nosotros siempre nos hemos colocado en defensa de los valores constitucionales.

P. Ustedes hablaban de hacer un referéndum para salir del euro y cambiar la UE. ¿Piensan hoy lo mismo?

R. En 2014 ingresamos al Parlamento Europeo pidiendo una mayor participación de los ciudadanos en las políticas europeas. En los últimos años, nuestra fuerza política ciertamente ha madurado, digamos que somos menos ingenuos, pero la Unión Europea también ha cambiado. El plan Next Generation EU, negociado por Giuseppe Conte en Bruselas gracias a un eje con los presidentes Sánchez, Costa y Macron, se basa en el tema de la deuda común y prevé transferencias a fondo perdido a los países que más han sufrido la crisis de la pandemia. Esta fue una revolución copernicana inimaginable unos años antes, cuando el paradigma europeo era el de la austeridad.

P. ¿Podría Italia sobrevivir hoy sin fondos de la UE?

R. Italia no podría vivir sin la Unión Europea, pero la Unión Europea tampoco existiría sin Italia. El fondo de recuperación sin duda nos ha echado una mano y ahora nuestro PIB está creciendo por encima de la media europea. Italia ya no se queda atrás en Europa y esto también beneficia a Alemania y los Países Bajos, ya que el mercado europeo está interconectado.

Italia no podría vivir sin la Unión Europea, pero la Unión Europea tampoco existiría sin Italia

P. ¿Existen opciones reales de que Italia pueda abandonar la UE o pueda liderar un movimiento de cambio profundo para crear una UE con menos poderes?

R. Los soberanistas tienen nostalgia de una era que nunca podrá volver, la de los Estados nacionales. Orbán, uno de sus principales intérpretes, con sus vetos les está haciendo un gran favor a Putin y a quienes atacan nuestros valores de libertad y democracia. El M5S está en otro frente, comprometido con el fortalecimiento de la Unión Europea, porque solo juntos podemos competir contra los gigantes EEUU, China, Brasil e India. Nuestro europeísmo, sin embargo, se basa en hechos concretos: necesitamos un fondo de recuperación energética que traiga mayores inversiones en renovables y nos independice del gas ruso, un nuevo Pacto de Estabilidad que se centre en el crecimiento y menos en el rigor... Europa debe volver a tener producción propia.

placeholder Foto: Fabio Moscatelli.
Foto: Fabio Moscatelli.

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La UE es una realidad social tambaleante en Italia y otros países donde hay una fuerte fluctuación en el sentimiento de pertenencia a la nave europea. Los populismos y extremismos, calificados como enemigos del proyecto europeo, han cambiado también la forma de hacer política. La acomodada 'política tradicional', basada en dos grandes bloques ideológicos en muchos países, tiene ahora que meter las manos en el fango y acercarse a realidades como la de Tor Bella Monaca si quiere sus votos. El votante ha perdido la paciencia y el miedo a lo tachado hasta hace nada de radical. La memoria es corta y palabras tabú en Italia como 'fascismo' empiezan a perder su efecto.

Extremismo, para algunos ciudadanos, es lo que pasa dentro de sus casas, y no el votar a un partido que amenaza con dejar Europa o al que califican de antisistema. "He trabajado y tengo una pensión baja porque no me hacían contratos. Por aquí solo pasan políticos a pedir el voto", señala la señora Carmela, que cuando nos despedimos en la verja de su humilde vivienda repite, casi pidiendo excusas: "Tengo poca cultura, pero espero que mi opinión le haya servido de algo".

El Confidencial, en colaboración con el Parlamento Europeo, presenta la primera entrega de 'Las fronteras de Europa', parte del proyecto editorial 'Decodificando la mente del Parlamento Europeo', cofinanciado por la institución. Durante el último año, hemos publicado más de 50 entrevistas con eurodiputados de todas las familias políticas sobre los grandes debates que van a marcar nuestro futuro. Ahora, aterrizamos esta amplia mirada en una serie de reportajes para comprender estos desafíos sobre el terreno. En esta crónica, analizamos la frontera ideológica de los extremos desde Tor Bella Monaca, el barrio más pobre de la rica Roma.

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