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"Una vergüenza para todo el país": el circo-show ruso en TV saca los colores a Italia
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La entrevista de la discordia

"Una vergüenza para todo el país": el circo-show ruso en TV saca los colores a Italia

La entrevista al ministro ruso de Exteriores desata una oleada de críticas y un debate sobre los límites de la información y los programas de televisión con simples polemistas

Foto: Manifestación contra Putin en Italia. (EFE/Alessandro Di Marco)
Manifestación contra Putin en Italia. (EFE/Alessandro Di Marco)

“Buen trabajo, ministro”. Esas son las ¿desafortunadas? palabras de cortesía con las que el presentador Giuseppe Brindisi despedía al ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, tras una entrevista en el programa Zona Bianca, del canal italiano de televisión Rete 4. Los 40 minutos de coloquio con una de las figuras más importantes del Kremlin han levantado una enorme polémica de nuevo sobre el tratamiento informativo que algunos medios en Italia están dando a la guerra de Ucrania.

Una parte de la televisión italiana, que combina información con un circo-show en el que se prima que haya muchas voces discordantes para generar audiencia (¿les suena en España?), está siendo acusada de mezclar opiniones, activismo y noticias. La entrevista a Lavrov, en la que el ministro dijo “¿y qué si Zelenski es judío? El hecho no niega los elementos nazis en Ucrania. Cuando preguntan 'qué clase de nazificación es esta si somos judíos', bueno, creo que Hitler también tenía orígenes judíos, así que no significa nada”, ha sido el último capítulo de una larga serie de polémicas.

Tras la entrevista, múltiples voces se han alzado para exigir que se acabe con la constante presencia de personas cercanas al Kremlin en los programas de máxima audiencia en Italia. El primer ministro, Mario Draghi, tachó las palabras de Lavrov en el programa de “falsas y obscenas”. También el líder del izquierdista Partido Democrático, Enrico Letta, afirmó sobre la entrevista en sus redes sociales: “Buen trabajo, Ministro Lavrov. El abismo. Pero lo que es más grave es permitir que esta propaganda contra Ucrania esté sucediendo sin casi réplicas. ¿Somos tan pocos los que pensamos que esto no es posible y aceptable y que esto es una vergüenza para toda Italia?”.

Foto: El primer ministro Italiano, Mario Draghi. (EFE/Horacio Villalobos)

El debate abierto en Italia es interesante. Cualquier periodista querría entrevistar hoy a Lavrov o a su portavoz, Maria Zajarova, como hizo el mismo programa y presentador italiano justo siete días antes, pero hay muchos que creen que se debe diferenciar entre periodismo y propaganda. En ambos encuentros, consideran, se permitió una burda manipulación de la verdad sin réplica. “Repugnante propaganda ante tanto sufrimiento humano. Subrayable lo vergonzoso de que el entrevistador no le haya desafiado en nada”, dijo sobre la entrevista a Lavrov el analista político Fabrizio Tassinari.

En redes sociales muchos comparaban la entrevista a Lavrov de Brindisi con la dura entrevista que en CNN la periodista Christiane Amanpour hizo al portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. “Supongo que no puedo preguntarle por qué dicen estas mentiras, pero ¿cómo cree que se puede tomar en serio a Rusia después de todas estas mentiras?”, le llegó a soltar la británica a Peskov tras enumerarle todas las veces que el Kremlin había asegurado que no atacaría Ucrania.

“Eres como Putin, una mierda humana”

“Los nazis matan miles de judíos, Goebbels lo niega”, es una frase con la que un analista en México, en medio del inicio del fenómeno Trump, intentaba diferenciar lo que es buen periodismo y mal periodismo ante la avalancha de “Fake News” que soltaba el candidato neoyorquino. “Periodismo no es reproducir todas las opiniones, es saber cuál es la verdadera”, aseveraba entonces.

La periodista ucraniana Olga Tokariuk, que estudió en la universidad en Italia y habla el idioma, ha denunciado en repetidas ocasiones el trato mediático que se está dando a esta guerra en su país de “adopción”. “Hablo italiano, pero no comento nada para los medios allí. He estado tratando de hablar de Ucrania desde 2013. El nivel de desinformación me duele físicamente. Se coloca al mismo nivel a agresor y víctima. No lo soporto más”, escribió el pasado 5 de marzo.

Foto: Tropas prorrusas en Mariúpol acarrean el cuerpo de un civil muerto para llevarlo a la morgue. (Reuters/Alexander Ermochenko)

Otros periodistas del país, como Vladislav Maistrouk, que participaba en algunos de los polémicos programas de debate en la televisión italiana, ha decidido renunciar a acudir a más emisiones. “No quiero participar más en este teatro de los horrores donde se confronta a personas que están viviendo la guerra sobre el terreno con italianos que no saben dónde está Mariúpol, no conocen la lengua ucraniana ni han estado en Ucrania, y hablan solo de paz, paz, paz, cuando la única paz que ellos quieren es la suya y que no suba el precio de la gasolina", denunció. "¿Cómo puedes meter en un estudio a propagandistas con periodistas y decir que esto ayuda a hacerse una opinión? (…) Con un propagandista la charla se convierte en una discusión de mierda”, agregó el ucraniano.

El tratamiento mediático italiano sobre la guerra en algunos medios (hay también muchos periodistas y medios italianos que están ofreciendo información de alta calidad sobre el terreno alejada de rentables polémicas), ha saltado fronteras y captado la atención de países como Estonia, Polonia o Lituania, que ven inadmisible, por ejemplo, que se ofrezca al radical Vladimir Solovyev, un tipo que bromea sobre el uso de la bomba atómica y alardea de su apoyo a Putin, un espacio preferente en diversos programas televisivos italianos para soltar todo tipo de soflamas.

El nivel de bochornoso espectáculo que se ha alcanzado tratando temas tan graves y delicados como una guerra ha tenido su punto álgido en el vodevil que ocurrió en 'Maurizio Costanzo Show', un histórico programa de debate en “prime time”. En la emisión del pasado 5 de mayo, ante un teatro lleno de gente, debatían sobre la actualidad Vittorio Sgarbi —político, historiador de arte y eterno polemista italiano que lo mismo habla de sexo, que de Berlusconi, raperos o Caravaggio— y el veterano periodista Giampiero Mughini —convertido en “opinador” de la televisión nacional desde finales de los 80—. Para entender el nivel de la tertulia, baste decir que en ella participaban también, entre otros, Iva Zanicchi, cantante, presentadora y ex eurodiputada que el año pasado comentaba el Supervivientes italiano, y el cantante Al Bano.

De pronto, cuando el veterano Maurizio Costanzo preguntaba por Vladímir Putin, se alteraron los ánimos y Sgarbi le soltó a Mughini “cálmate tú, imbécil”. El periodista, de 81 años, se levantó en ese momento de su silla y empujó a Sgarbi, tirándole al suelo mientras lo llamaba “pedazo de mierda”. El historiador, levantándose del suelo ayudado por Al Bano, le respondía “cara de culo, gilipollas" y acababa con un “eres como Putin, una mierda humana”.

“Feo, cretino, ¿qué estás haciendo?”

Desde los medios que ofrecen este tipo de programas, se justifica este tratamiento informativo con la excusa de la libertad de expresión y se hace gala de la necesidad de conocer todos los puntos de vista y, desde luego, de conseguir entrevistas relevantes como la de Lavrov, que cualquier medio de comunicación querría tener.

Brindisi, el experimentado periodista que entrevistó al ministro ruso, ha replicado a la infinidad de críticas recibidas por su coloquio. “La otra acusación que me hacen es que debería haber sido un poco más agresivo. Ahora bien, dado que no estamos hablando del alcalde de algún pueblo, sino del líder de la diplomacia rusa, prácticamente la mano derecha de Putin, con quien hay un deber de hospitalidad, debo decir 'buenos días, bienvenido', y al final también tengo que decir adiós", argumenta. "Luego está la controversia sobre mi frase final de 'buen trabajo'. Bien, tenía dos opciones, hacer el caballero intachable e intrépido que le dice a Lavrov 'feo cretino, ¿qué estás haciendo?', y seguramente Lavrov se levanta y se va y yo no he traído nada a casa, o ser lo más neutral posible y tener una noticia”, agrega.

Foto: El presidente ruso, Vladimir Putin. (EFE/EPA/Kremlin/Sputnik/Pool/Mikhail Klimentyev)

El razonamiento de Brindisi ha generado dudas, incluso, en los organismos que deben velar por la seguridad. “Hemos previsto tener una investigación con los dirigentes de RAI y Agcom (Agencia para la garantía en las comunicaciones). La intervención de Lavrov, por la forma en que se produjo y la montaña de 'fake news' que ha soltado, confirma nuestras preocupaciones”, dijo el senador Adolfo Urso, presidente de Copasir (Comité Parlamentario por la Seguridad), en su perfil de Twitter.

El debate sobre el tratamiento mediático de una guerra deja al final preguntas en el aire. ¿Se censura la información o se censura la desinformación? ¿Se puede soltar y reproducir cualquier tipo de soflama en los medios? ¿Informar es ser equidistante y ofrecer sin filtros todas las opiniones y visiones? ¿Se puede criticar, como ha sucedido desde el entorno mediático ucraniano, que la RAI haga reportajes de la guerra desde el Dombás y ofrezca la visión de la parte prorrusa? ¿Vivimos en la era de la verdad o de la posverdad?

“Buen trabajo, ministro”. Esas son las ¿desafortunadas? palabras de cortesía con las que el presentador Giuseppe Brindisi despedía al ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, tras una entrevista en el programa Zona Bianca, del canal italiano de televisión Rete 4. Los 40 minutos de coloquio con una de las figuras más importantes del Kremlin han levantado una enorme polémica de nuevo sobre el tratamiento informativo que algunos medios en Italia están dando a la guerra de Ucrania.

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