Es noticia
A regañadientes y un país fracturado: así ha votado Francia entre Macron y Le Pen
  1. Mundo
Las cifras de la elección

A regañadientes y un país fracturado: así ha votado Francia entre Macron y Le Pen

La victoria Macron no esconde las fracturas internas de una Francia donde la extrema derecha se ha impuesto en 30 departamentos en todo el territorio francés, 28 más que en las últimas elecciones presidenciales

Foto: Partidarios de Macron celebran su victoria frente a la Torre Eiffel. (EFE/Christophe Petit Tesson)
Partidarios de Macron celebran su victoria frente a la Torre Eiffel. (EFE/Christophe Petit Tesson)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Emmanuel Macron logró ayer la reelección en las presidenciales francesas tras imponerse con el 58,54% de los votos frente al 41,46% de su rival, la ultraderechista Marine Le Pen. Se convierte así en el primer presidente en permanecer en el cargo tras su primer mandato después de la victoria aplastante de Jacques Chirac frente a Jean-Marie Le Pen en 2002. Pero, si hace 20 años el antiguo Frente Nacional (rebautizado Agrupación Nacional en 2017) obtuvo cinco millones de votos y un 17,79% del escrutinio, ahora se han multiplicado hasta superar los 13 millones. Macron se ha alzado con la victoria gracias al apoyo de casi 19 millones de franceses, tras dejarse dos por el camino en su primer quinquenio en el Palacio del Elíseo.

¿Cómo se reflejan estos datos en el mapa de Francia?Tenemos dos bloques muy característicos geográficamente”, avanza el director de la Cátedra de Inteligencia Espacial de la Université Polytechnique Hauts-de-France, Jacques Lévy. Si ya en la primera votación las grandes ciudades —en concreto el centro de las mismas— se volcaron con Macron frente al voto lepenista en lugares como Pas de Calais y la cuenca minera del norte de Francia, esta fragmentación geográfica se ha profundizado en la segunda vuelta.

“El mapa de estas elecciones se parece al del referéndum sobre el Tratado de Maastricht de 1992, cuando surgió la división entre quienes votaban masivamente por Europa y quienes se posicionaban en contra”, continúa el experto. “Podemos interpretar la sociedad política francesa dividiéndola en dos bloques: uno que se presenta como progresista y otro antisistema y contestatario” que incluye a Le Pen, pero también a una parte de los seguidores de Jean Luc Mélenchon, ahonda Lévy. Los candidatos han jugado con la sociología francesa en campaña. Le Pen apelando al localismo patriota frente a la globalización europeísta y Macron planteando la elección como un referéndum sobre el futuro de la Unión Europea.

“El mapa de estas elecciones se parece al del referéndum sobre el Tratado de Maastricht de 1992, cuando surgió la división entre quienes votaban masivamente por Europa y quienes se posicionaban en contra”

París, donde el 85% de la ciudadanía escogió a Macron este domingo, es el mejor ejemplo del ‘progresismo’ que ha vuelto a elegir a Macron, aunque una parte importante del electorado lo haya hecho a regañadientes. En la región capitalina de Île de France, que alberga a 12 de los 67 millones de habitantes del país, Macron se impuso con el 73% de los votos.

Pero hay más ejemplos, que van desde la 'banlieue' (arrabales) de la capital hasta el resto de grandes ciudades como Lyon (80%), Nantes (77%) o Estrasburgo (77%). Sus resultados contrastan con las zonas rurales y periurbanas deprimidas que han elegido a Le Pen, de norte (Hauts de France, 52%) a sur (Provenza-Alpes-Costa Azul, 50,5%) y de este a oeste de Francia, donde el voto a la ultraderecha ha aumentado su porosidad. “Hay una parte de la periferia geopolítica de Francia donde la dimensión protestataria del voto es lo suficientemente importante como para que no hagan caso a las diferencias entre Mélenchon y Le Pen”, apunta el experto.

La victoria clara de Macron no esconde las fracturas internas de una Francia donde el discurso de extrema derecha se ha normalizado hasta imponerse en 30 departamentos en todo el territorio francés, 28 más que en las últimas elecciones presidenciales. En comparación con el duelo Macron-Le Pen de hace cinco años, la ventaja del liberal se ha reducido prácticamente a la mitad, del 33% al 17%.

La estrategia de Le Pen para ganar las elecciones pasaba por reunir el voto contra Macron y ensanchar su base electoral por la izquierda recogiendo votos de Mélenchon. La candidata de ultraderecha centró su campaña en el poder adquisitivo —con mucho la principal preocupación de los franceses a la hora de votar— y ha tenido resultados: el 67% de los obreros ha optado por ella (una subida de 11 puntos), así como el 57% de los trabajadores (otros 11 puntos más que en 2017), según los primeros sondeos de Ipsos. No obstante, no ha sido suficiente para lograr la Presidencia en su tercer intento.

Mélenchon y la abstención

Los 7,7 millones de electores que apoyaron a Mélenchon en primera ronda parecían divididos entre los dos candidatos y la abstención o el voto nulo antes de la segunda ronda. A la hora de la votación final, pese a los buenos datos de Le Pen entre los obreros, la mayoría de los melenchonistas se han decantado mayoritariamente por Macron (42%) por muy poco frente a al voto blanco o la abstención (41% entre ambos) y Le Pen (17%).

"Hay una parte de la periferia geopolítica de Francia donde la dimensión de protesta del voto es lo suficientemente importante como para que no hagan caso a las diferencias entre Mélenchon y Le Pen"

Las dos comunas con más de 1.000 habitantes más favorables a Mélenchon en primera vuelta, Villetaneuse en la 'banlieue' parisina de Seine-Saint-Dennis (65%) y Apatou en la Guyana Francesa (74% para el izquierdista), han optado por Macron, con un 77% y un 65% respectivamente. Otros territorios de ultramar como las islas de Guadalupe (rozando el 70%), Martinica (60%) y Reunión (58%) han preferido a Le Pen tras haber votado masivamente por Mélenchon en primera ronda. Hace cinco años, Le Pen apenas logró allí entre un 20% y un 30% del sufragio, una muestra del nuevo voto de contestación al mandato jupiteriano de Macron.

La participación, no obstante, ha sido baja en Francia y más aún en las zonas desencantadas. En Apatou, por ejemplo, solo el 25% de los electores acudió a las urnas el domingo, mientras que, en Villetaneuse, la participación alcanzó el 65%, por el 72% del conjunto del país. La abstención del 28% en el conjunto del país, casi tres puntos por encima de 2017, es la más alta desde 1969 y marca una tendencia claramente al alza en los últimos 15 años. Una muestra del descontento de una parte importante de la sociedad francesa con un sistema que los obliga a elegir entre opciones con las que no se identifican en la votación final. En total, los 13,6 millones de abstencionistas superan a Le Pen y más de la mitad de los franceses que estaban llamados a votar ha votado a Macron (el 55% de los 48,7 millones).

Foto: Pósteres electorales en Cambrai, Francia. (Reuters/Pascal Rossignol)

"El hecho de que ningún candidato se corresponda con sus ideas" es citado en primer lugar por un tercio de los abstencionistas (35%). Uno de cada cuatro también está "harto de tener que ir a votar solo para bloquear a un candidato" (25%), o incluso "se niega a elegir entre dos candidatos que rechaza por completo" (24%). Los abstencionistas que votaron a Mélenchon son los más numerosos en rechazar "totalmente" a los dos finalistas (43%) y en negarse a votar contra un candidato (39%).

“La campaña entre las dos vueltas no permitió a Emmanuel Macron ni a Marine Le Pen convencer de verdad más allá de su base electoral”, concluyen en su primer análisis del voto de la segunda vuelta el director general de IPSOS en Francia, Brice Teinturier, y el director general de Asuntos Públicos del instituto, Jean-François Doridot. Una muestra de que la victoria de Macron, pese a su contundencia, no está exenta de una falta de legitimidad a ojos de gran parte de los franceses.

"Sé que muchos de nuestros compatriotas me han votado hoy, no para apoyar las ideas que propongo, sino para frenar las de la extrema derecha", reconoció el propio presidente en su discurso de la noche electoral en el Campo de Marte, con la Torre Eiffel de fondo. Y, a continuación, tras darles las gracias, repitió una fórmula ya utilizada por Chirac en 2002 tras vencer a Le Pen padre: "Este voto me vincula".

Emmanuel Macron logró ayer la reelección en las presidenciales francesas tras imponerse con el 58,54% de los votos frente al 41,46% de su rival, la ultraderechista Marine Le Pen. Se convierte así en el primer presidente en permanecer en el cargo tras su primer mandato después de la victoria aplastante de Jacques Chirac frente a Jean-Marie Le Pen en 2002. Pero, si hace 20 años el antiguo Frente Nacional (rebautizado Agrupación Nacional en 2017) obtuvo cinco millones de votos y un 17,79% del escrutinio, ahora se han multiplicado hasta superar los 13 millones. Macron se ha alzado con la victoria gracias al apoyo de casi 19 millones de franceses, tras dejarse dos por el camino en su primer quinquenio en el Palacio del Elíseo.

Noticias de Francia Elecciones Francia