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Irán 2.0: permitida la transexualidad, prohibido enseñar 6 centímetros de piel
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Irán 2.0: permitida la transexualidad, prohibido enseñar 6 centímetros de piel

Crónica de una sociedad que se las ingenia para sortear velos, censuras y prohibiciones en la “estricta” República Islámica y su Policía Moral

Foto: Isfahan. (J.B.)
Isfahan. (J.B.)

Debajo del bello puente de Khaju, entre las arcadas, en la ciudad iraní de Isfahán, se escuchan palmas y cánticos. Un grupo de gente, medio escondida, celebra una fiesta improvisada. Cantan, entre vítores, una canción de desamor. La letra explica que ella ya no le quiere y él ha decidido darse por vencido. De pronto se oye un chistido. Todos dejan de cantar, bajan el volumen y se escucha: “Han venido, han venido”. La reunión se disuelve rápido. ¿Quién ha venido?, preguntamos. “La Policía de la Moral”.

Dos minutos después, en la parte alta del puente, cruza una comitiva política con varios agentes. De pronto, un policía, que va junto a una colega vestida con un chador negro que sólo deja su rostro descubierto, le hace unas señales con el dedo a su compañera. Señala a los tobillos de una chica joven que cruza frente a nosotros. La agente para a la joven, le hace unas advertencias y la deja ir mientras nos mira de reojo. Unos metros después le preguntamos a ella. ¿Qué te ha dicho? “Son policías de la moral. Me dijo que no puedo ir vestida así. Yo le pedí perdón y le dije que no lo sabía e iré a cambiarme. Supongo que os vio y eso me ayudó”, explica. La joven llevaba unos pantalones pesqueros y unas zapatillas deportivas con calcetines bajos que mostraban unos seis centímetros de prohibida piel.

Foto: Niños transportan botellas en un campo de refugiados cerca de Saná, Yemen. (Reuters/Khaled Abdullah)

En Teherán, en la cafetería del moderno teatro Nofel Loshato, L, una joven de 33 años, soltera, activista por los derechos de las mujeres que vive sola en una casa de su propiedad y habla varios idiomas, se moldea su pelo con mechas de colores. El espacio, como sucede en varios locales de la zona, derriba de una mirada muchos estereotipos: un mural de Maradona a la entrada, junto a un cartel de un club de la comedia, fotografías diversas y una larga fila de chicos y chicas de aspecto moderno que esperan el inicio de la función. Podría ser un café-teatro de Nueva York, Londres o Tokio, pero está en Teherán, como L, que no tiene nombre porque algunas de sus ideas no pueden tenerlo. Ella, explica, aprendió a convivir con eso.

-¿Sientes que no eres libre o has normalizado que recorten tus derechos?

-Convivo con que según las leyes islámicas las mujeres son provocativas para los hombres y por eso hay que limitar su libertad. No lo acepto para nada, pero como no puedo cambiar las reglas debo convivir con ello.

-¿Te han detenido alguna vez?

-Sí. En una ocasión estaba en el Mar Caspio, en una tienda de campaña con una amiga, su hermano y un amigo. Al amanecer, abrieron la cremallera de golpe. Era la Policía de la Moral. Nos llevaron a la Comisaría y echaron de la ciudad.

placeholder Teatro Nofel Loshato. (J.B.)
Teatro Nofel Loshato. (J.B.)

Jomeini acepta la transexualidad

No muy lejos del Nofel está el Teatro de la Ciudad. Una plaza en cuyos alrededores se mueve el soterrado y absolutamente prohibido ambiente homosexual de Teherán . Un lugar donde empezar a entender que el país vive un equilibrio inesperado.

-Aquí es la zona donde vienen también transexuales, señala L.

-¿Está permitida la transexualidad en Irán?, preguntamos con absoluta sorpresa.

-La transexualidad sí, la homosexualidad no. Jomeini dictó que una persona podía cambiar de sexo si pasaba un dictamen sicológico. El Gobierno ayuda a pagar la intervención y les da nuevos papeles con el cambio de género.

Ese es un avance que no se permitía en los tiempos del Sha. Una fatwa de Jomeini en 1986, tras convencer al Ayatolá la abogada y activista trans iraní, Maryam Khatoon, dictó: “En el nombre del Todopoderoso. Dios permite la reasignación de sexo si es aconsejada por un médico confiable. Espero que estés a salvo y que te traten bien”. Esas revolucionarias palabras se convirtieron finalmente, en marzo de 2013, en una ley ratificada por el parlamento.

Foto: La obra de Lorca en Teherán. (Cedida)

Eso no significa que el proceso no sea complejo y el colectivo transexual no sufra el mismo rechazo que sufre en la mayoría de comunidades del globo. “Según el Dr Morteza Rostami, sociólogo iraní que enseña en la Universidad de Tabatabaí en Teherán, las presiones sociales sobre las personas trans son tan altas que se especula que el 100% ha tenido al menos un pensamiento suicida y el 70% ha intentado suicidarse”, explica un informe de Out Right International.

En todo caso, esa sorprendente apertura social a la transexualidad sigue sin afectar al colectivo homosexual que sigue estando perseguido en el país. “El caos sexual continúa hoy en día en los países occidentales, donde existen graves vicios morales como la homosexualidad que son demasiado vergonzosos para siquiera hablar de ellos”, ha dicho recientemente el Ayatolá Jamenei.

VPN, cd’s piratas, parabólicas

La realidad es complicada en Irán, tiene muchos prismas. Hay una especie de Irán 2.0 moderno, más abierto y poco conocido fuera, alejado de velos, mártires y rezos. Un Irán vanguardista que existe en cada gran ciudad y sortea el Irán ortodoxo y legal que domina la vida pública. “Todo está prohibido en Irán y todo puede hacerse”, explica Zahid, un joven que acompaña a L y que en ese momento está leyendo Twitter.

Esa red social, como prácticamente todas y muchos medios de comunicación entre los que está El Confidencial, no pueden abrirse en Irán. Pero eso no impide que el ex presidente Mahmud Ahmadineyad tenga su propia cuenta de Twitter, así como existen cuentas en diversos idiomas del Ayatolá Jamenei con cientos de miles de seguidores, que usan las redes sociales occidentales que ellos mismos han prohibido, para soltar sus soflamas. “Todo el mundo en Irán usa una VPN para conectarse a internet y saltarse las prohibiciones”, explica Zahid.

placeholder Calle de Teherán. (J.B.)
Calle de Teherán. (J.B.)

Lo mismo pasa con cierta música, cine, televisión y libros censurados. Ante esa imposición legal, existe una realidad paralela: “Todo el mundo accede a cualquier película. Se venden en el mercado negro, las bajas de internet o las ves por las televisiones con la parabólica…”, nos explica L.

Pero ese “todo el mundo” tiene también muchos matices. L es una joven cosmopolita de una Teherán cosmopolita. En la propia ciudad, como en muchos pueblos o barrios más populares, hay mucha gente que apoya por convicción las restricciones de la República Islámica. “Sí, hay una parte tradicional y extremista de la sociedad que todavía apoyan estos recortes de derechos y lo ven muy necesario”, admite ella.

Los libros son un buen ejemplo de ese equilibrio entre norma y realidad. Junto a la estación de Metro Meydan-e Enghelab-e, Plaza de la Revolución, comienza la calle de las librerías. Frente a los negocios hay multitud de vendedores ambulantes que exponen sus obras. Entre ellas está “Mi Lucha”, de Hitler, cuya venta sí está permitida, junto a libros de filosofía, pensamiento o biografías del Sha Reza Pahlavi que están prohibidos. “Alguna vez vienen agentes y piden que se retiren algunas obras, pero al día siguiente se vuelven a vender a la vista de todos”, nos comentan.

Mujeres Iranís Vanguardistas

La calle de los libreros es también simbólica en la lucha de las mujeres por la libertad. Aquí comenzó la famosa revuelta de los velos blancos. “Una chica se subió a un cuadro de electricidad de la calle (colocaron hoy un cono de metal para que nadie se suba) con el pelo descubierto y agitando un velo blanco en la mano. Fue arrestada. Días después dos chicas hicieron allí lo mismo. De la primera no se ha sabido nada y las dos siguientes tuvieron unos cortos arrestos. Luego llegó una tercera chica que repitió la escena. La historia de ella se hizo muy famosa y ella aprovechó para marcharse a vivir a Nueva York”, nos resume Bita Talebi, una iraní, guía de viajes que tiene un proyecto llamado “Mujeres Iranís Vanguardistas”.

Foto: Mujeres iraníes pasan por delante de un mural del Ayatolá Jomeini durante el aniversario de la Revolución Iraní en Teherán, el 1 de febrero de 2016 (Reuters)
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Bita explica en el modernísimo V Café, un espacio de co-working, joven, de estilo y ambiente occidental, su proyecto de recuperación de memoria.

-Eres la creadora de un proyecto para recuperar las figuras de las mujeres vanguardistas en Irán. ¿No son vanguardia y mujer en Irán términos hoy antagónicos?

- Sí, ¿pero hasta cuándo queremos seguir con esta mentalidad? Hay que parar y revisar lo que ha pasado, corregir los pasos falsos y empezar otra vez.

Hay que dar a conocer figuras como Iran Darroudi, una pintora famosa del nivel internacional. Nunca dejó de trabajar y siempre pedía que criticaran su arte y trabajo sin ver su género. O a Turan Mirhadi (educadora) y Mahlaghah Mallah (Madre del Medioambiente de Irán) que no aceptaron ser solo madres e insistieron en seguir trabajando.

-Trabajas con extranjeros que vienen a Irán, ¿tienes la percepción de que fuera del país hay una imagen distorsionada y enfocada al extremismo religioso?

-Sí. Está demasiado enfocada al extremismo religioso y con información de los primeros años de la Revolución y nada más.

En ese sentido, Hossein Zali, director de la agencia de viajes Fotros, especializada en mercado en español, cuenta una divertida anécdota: “Hace dos o tres semanas recibí a una persona que venía de Santiago de Compostela. Paseando me dijo que me quería traer una tarta de Santiago pero su hija lo disuadió por la cruz, pensaba que aquí “matarían” a una persona que llevara una cruz. Cuando me contaba esta historia vimos una tienda que vendía colgantes con una cruz. Los viajeros que vienen aquí ven la realidad y se sorprenden”.

Una intelectual que acepta las leyes islámicas

La voz de la mujer iraní no es única. En esa pluralidad hay matices y figuras como la intelectual Najmeh Shobeiri, catedrática de español y traductora de muchos libros al persa, que nos recibe en su despacho de la universidad Tabatabaí. Reproducimos íntegra la parte en que se trató el tema de la mujer, dentro de una charla de una hora, por la singularidad de encontrar en Irán una voz tan cualificada que mezcla tantos Irán a la vez.

-Muchos en Occidente ven la obligación del velo como un símbolo de opresión de la mujer. ¿Qué le parece?

-Yo no te puedo juzgar por tu camiseta, blusa, corbata o turbante. Esa mirada a la vestimenta, para mí, es de gente ignorante que trata de manipular a los demás. ¿Cómo no nos sorprendemos cuando vemos a un africano que se pone tres anillos en la boca o sale sin ropa?

-Perdón, ¿pero la diferencia no sería si el africano está obligado a llevar los tres anillos o es su elección?

-Efectivamente, está en eso, pero hay una cosa que hay que entender: hay leyes islámicas. Yo no voy a poder discutir la ley del celibato contigo porque es un dogma. ¿Tú me puedes explicar por qué existe el celibato y por qué hay tantas relaciones extra oficiales entre los curas y las monjas? Es dogma del cristianismo. El velo es una ley del islam. En el Islam se dice que la mujer se tiene que cubrir, como en el judaísmo llevan unas ropas singulares. Mucha gente quiere llevar el velo y mucha gente no quiere llevarlo.

placeholder Shobeiri. (J.B.)
Shobeiri. (J.B.)

-Hay un matiz que es importante: si yo no soy sacerdote no debo ser célibe. En este caso, si yo no soy religioso no debería tener que cumplir una ley religiosa. No hay por tanto libertad de elección…

-Estoy de acuerdo, pero hubo la revolución islámica y la gente votó 98% a favor de la República Islámica y de aplicar las normas islámicas.

-En el año 79. Hace 43 años…

-Yo ni estoy de acuerdo, ni en contra. Ni me va ni me viene…

-¿Las nuevas leyes son también una contraposición al Sha y su forma de vida?

-En el tiempo del Sha, la misma gente que usaba el hijab se lo quitaba por obligación y entonces Europa no decía nada. Mi abuela, una mujer cultísima y hermosa, me decía: ‘yo no podía salir a la calle porque te quitaban el pañuelo’. Aquello también fue agresivo.

-En Occidente mucha gente entiende que en las Repúblicas Islámicas a la mujer se la tiene sometida y sin derechos. ¿Cómo ve el papel de la mujer iraní?

-Pero cómo que no tengo derechos si llevo 20 años dirigiendo el mejor departamento de español que existe en Irán. Si he estado invitada a una reunión con el ministro de orientación islámica. A mí no me gusta entrar en política, pero me han invitado muchas veces a ser diputada en el parlamento.

-Usted va mucho a España, ¿cómo ve la mujer española a la mujer iraní?

- Que me miren a mí. Yo tengo un currículo de 32 páginas. ¿Cómo es que la mujer iraní vive sumisa y yo estoy viajando cada dos por tres a todos los países del mundo? El día que yo me casé firmamos un acuerdo de derechos que pide la mujer. Yo no he pedido dote a mi marido, sino viajar por mi voluntad. Y llevo 20 años haciéndolo (…)Yo viví en Madrid, en casa de una mujer licenciada en derecho. Cada noche venía el marido a casa borracho, la pegaba, le hacía de todo y tenía su amante. Puede que un hombre se porte mal con una mujer en todo el mundo, pero eso ocurre también en Europa.

-¿Qué piensa del feminismo?

-Yo estuve en muchas reuniones feministas que me invitaron en España. Yo no soy feminista, yo soy humanista. Eso de que la mujer aquí no tiene derechos es una mentira. La mujer se casa en Irán y tiene dote. El hombre debe mantener económicamente a la mujer, no necesita trabajar. La mujer puede presumir de tener mucha mejor vida.

-Evidentemente su situación no es representativa porque usted forma parte de una élite intelectual. ¿Pero una mujer de clase social más baja tienen su vida o derechos?

-Hay miles como yo. ¿Cómo analizamos un país? Estáis en una universidad…

- ¿Qué porcentaje de mujeres universitarias hay?

-Esta es la universidad más grande de humanidades en Irán y Oriente Medio. La mayoría de estudiantes son chicas. Yo dirijo el departamento de español. El departamento de francés y chino también lo llevan mujeres. Esto ocurre en todo el país. Vas a una cafetería y no existe esta imagen que se vende. Es todo muy normal. El pueblo iraní es un pueblo muy culto, no lo confundáis con lo que se vende allí. Yo pertenezco a una familia muy religiosa y mi prima es médico, mi tía es médico.

¿Más importante un trabajo que el velo?

Según los datos del Banco Mundial, en 2020, sólo un 13,84% de las personas que tienen un empleo en Irán son mujeres. Eso genera una dependencia económica de las mujeres con los hombres que impide ciertos divorcios, algo que está permitido y en general ya estipulado en los contratos matrimoniales previos de los que hablaba Shobeiri.

“Tener la libertad para elegir la ropa que quiero es importante, pero es más importante sentirme una persona independiente y que tiene el control de su vida”, nos explica Mehruaz Jorsandi, directora del genuino Toranjestan Hotel de Shiraz. Ella es una de las pocas mujeres iraníes en dirigir un alojamiento para turistas muy singular: una casa tradicional en la parte más antigua y conservadora de la ciudad. Eso, y su decisión de que todas las trabajadoras fueran mujeres, levantó suspicacias entre los conservadores vecinos.

placeholder Shiraz tradicional. (J.B.)
Shiraz tradicional. (J.B.)

-¿Cómo ha asimilado el barrio un negocio dirigido por una mujer?

-Este es uno de los barrios más antiguos de la ciudad y tiene una cultura tradicional muy arraigada. Es muy difícil cambiar la mentalidad de la gente. Hay gente que no quieren que aquí se abran nuevos negocios porque cambia la cultura tradicional.

-¿Es difícil ser una mujer profesional en Irán?

- Como a lo largo de nuestra vida nos dicen que no valemos lo mismo que un hombre y que no tenemos los mismos derechos, nos lo acabamos creyendo. Por eso es importante inculcar a las mujeres que tienen el mismo valor que un hombre.

Un pomo macho y un pomo hembra

Esa fricción entre Mehruaz y sus vecinos es la fricción entre esos dos Irán que hay en todo el país. En las grandes ciudades como Shiraz, hay calles como la moderna Afif Abad en cuyas vanguardistas galerías de arte atienden mujeres con total soltura, y en las pequeñas localidades, como el tradicional pueblo de Laft, en la isla de Qeshm, hay galerías en las que las mujeres necesitan un tiempo sólo para atreverse a hablar con los hombres.

-¿Podemos haceros una foto a los dos?, le pedimos tras una entrevista a Ahmad Nadalian, un artista internacional iraní que ha abierto una galería en la que colabora con mujeres en este conservador pueblo. En su casa, donde nos recibe, hay una mujer que le ayuda. Él se excusa con educación y explica:

-“No, ella no está aún preparada para hacerse una foto. Hay mujeres que tardan meses hasta que se atreven a hablar con los clientes. Pero es muy importante que estas mujeres realicen un trabajo y tengan sus propios recursos. Esa será la independencia de la mujer”.

placeholder Shiraz moderno. (J.B.)
Shiraz moderno. (J.B.)

Unos cuantos kilómetros más al norte y unos muchos grados menos de temperatura, en las montañas del centro del país, tropezamos con otro ejemplo de choque cultural. En Abyaneh, un bello pueblo ultra tradicional de casas de adobe, a 2100 metros de altura, los pomos de las puertas de las casas tienen género. “Simbolizan los sexos masculino y femenino para que al llamar, y hacer un sonido distinto, las mujeres sepan si llamó un hombre o una mujer y deben o no cubrirse la cabeza”, explica Bita.

A una hora de allí, comemos en un restaurante de la religiosa ciudad de Kashan que fue un pionero en la ciudad. “Fue de los primeros en abrir. Hace años aquí daban alcohol a los turistas, pero los vecinos se enteraron y le denunciaron”, nos explican unos simpáticos guías locales sentados al lado. ¿Se encuentra alcohol fácilmente en Irán? “Hay gente que lo produce en sus casas y en las ciudades siempre hay alguien que lo vende, pero es ilegal y hay que tener cuidado”, dicen.

Termina el viaje tras un largo recorrido en coche por el país. Antes de partir el vuelo de madrugada en Teherán ,vamos al Mausoleo de Jomeini ya de noche. Sus grandes cúpulas y torres iluminadas homenajean al hombre que inventó este nuevo Irán. El recinto está cerrado por el Nowruz. Hay varias tiendas de campaña en el aparcamiento. Una familia entera cena alrededor de un pequeño hornillo. “Muchas familias sin recursos vienen aquí a dormir porque es un sitio seguro y no pueden pagar los hoteles de Teherán”, explica Bita. Jomeini fue la voz de los pobres, los parias del Sha, y lo sigue siendo.

placeholder Pomos Abyaneh. (J.B.)
Pomos Abyaneh. (J.B.)

La Revolución no ha eliminado la pobreza, sólo la ha “democratizado” desde los corruptos tiempos del Sha y su corte de privilegiados. Según datos del Parlamento iraní, entre un 23 y un 40% de la población vive en la pobreza. Otros estudios elevan mucho esa cifra. La inflación se ha disparado en tres años por encima del 40% y el desempleo, oficial, supera el 10% (cifra parece que muy subestimada). El posible acuerdo nuclear con EEUU y el fin de las duras sanciones económicas son para muchos iranís una esperanza. Una revolución de la revolución parece plausible, pero sin saberse si será para que haya más revolución o para acabar con ella. El papel que jueguen las mujeres podría ser definitivo para que emerja ese Irán 2.0 o se regrese a un Irán analógico, al estilo de su vecino Afganistán. Quizá de tanto tirar fuerte para los lados, ley física, nada se mueva hasta que el movimiento sea suave y no provoque resistencia.

-¿Cómo imaginas a la mujer iraní dentro de 20 años?, le preguntamos al despedirnos a Bita.

-Será diferente. No quiero decir completamente distinto, pero cambiará. Seguramente las mujeres iraníes aprenderán del pasado y elegirán lo mejor, pero los cambios no ocurren rápidamente.

Debajo del bello puente de Khaju, entre las arcadas, en la ciudad iraní de Isfahán, se escuchan palmas y cánticos. Un grupo de gente, medio escondida, celebra una fiesta improvisada. Cantan, entre vítores, una canción de desamor. La letra explica que ella ya no le quiere y él ha decidido darse por vencido. De pronto se oye un chistido. Todos dejan de cantar, bajan el volumen y se escucha: “Han venido, han venido”. La reunión se disuelve rápido. ¿Quién ha venido?, preguntamos. “La Policía de la Moral”.

Islam Mahmud Ahmadineyad Irán