Macron gana el debate pero no convence: qué dicen las encuestas a tres días de la votación

El presidente francés, Emmanuel Macron, resultó vencedor del debate con su rival por la reelección, la ultraderechista Marine Le Pen. Así lo piensa un 41% de los franceses, por el 31% de Le Pen, según el sondeo de Opinion Way posterior a la reedición del duelo televisivo de 2017. Entonces, Marine Le Pen perdió todas sus opciones de llegar al Palacio del Elíseo, pero en esta ocasión el resultado fue mucho más ajustado, como también apuntan las encuestas de cara a la noche electoral del próximo domingo 24 de abril. Un 27% de los espectadores afirma que "ni uno ni otro" les convenció. Macron ganó, pero no logró decantar de manera definitiva el signo de las elecciones.

Aunque la mayoría de expertos avisaba en las horas previas de que los debates presidenciales no suelen cambiar las tendencias, favorables a Macron desde su victoria en primera ronda, el precedente de hace cinco años y la gran bolsa de votantes todavía en juego —en particular los casi ocho millones de electores del izquierdista Jean-Luc Mélenchon— dotaba al encuentro un aire de última oportunidad para que se produjera un giro inesperado en la campaña. Pese a que Macron es claro favorito, la incertidumbre sigue ahí después de que Le Pen se mostrara más sólida y preparada en esta ocasión. Un 56% de quienes vieron el debate reconoce que no les ayudó a tomar una decisión de cara a la votación final.

Otra encuestadora francesa, Elabe, da unos mejores datos para Macron, con un 59% de electores que encontraron más convincente al presidente que a Le Pen, 39%, y un 2% que no tenía opinión al respecto. Al no dar una tercera opción y obligar a elegir entre uno de los dos candidatos, ambos mejoran sus datos frente al sondeo de Opinion Way, pero Macron sube 10 puntos más que su rival ultraderechista. Entre los electores de Mélenchon, según la encuesta de Elabe, un 61% opta por Macron, por el 36% de Le Pen. La candidata optó por un estilo defensivo que, si bien no parece haber convencido a la mayoría de franceses, buscaba demostrar su estatura presidencial, evitar un chasco como el de 2017 y conectar con la Francia que desprecia a su presidente.

No obstante, las encuestas diarias de intención de voto en la segunda vuelta todavía no recogen bien el efecto que el debate haya podido surtir en las decisiones. La última ola de los sondeos diarios de Ipsos aumenta dos puntos la ventaja de Macron hasta los 15, con un 57,5% para Macron frente a un 42,5% para Le Pen. La ventaja es amplia, pero todavía está lejos del 66%-33% con el que Macron arrasó en su primer enfrentamiento a Le Pen por la Presidencia.

En cuanto a las estimaciones de intención de voto según el candidato votado en la primera vuelta, para aquellos que no escogieron ni a Le Pen ni a Macron. La clave está en el electorado de la Francia Insumisa de Mélenchon, que quedó en tercera posición, a pocas décimas de Le Pen. Sus 7,7 millones de votantes reparten sus preferencias de forma más igualada entre los dos candidatos que el resto de electorados. Siguiendo las encuestas publicadas, algo más del 40% votará a Macron, un 22,5% a Le Pen y el cambio más importante se encuentra entre los que no votarán a ninguno de los dos, un 37% que refleja un aumento de siete puntos sobre el dato anterior. Una tasa alta de abstención el domingo aumentaría las incógnitas en la noche electoral.

Entre los que votaron por Valérie Pécresse y los seguidores del ecologista Yannick Jadot, a priori caladeros de votos de Macron, por el que se decantan con claridad, también aumenta el número de electores que piensa abstenerse, tras una semana de bajada constante. Los votantes de Éric Zemmour son los que menos dudas tienen, prefieren por mucho a Le Pen y se ubican como los menos abstencionistas en las encuestas.

En el debate, la candidata de Agrupación Nacional apostó por reforzar su imagen de mujer normal, preocupada por los intereses de los franceses, mientras Macron trataba de desmontar su programa y poner en primer plano las sombras de su pasado, como la relación de Le Pen con Vladímir Putin, y su financiación con bancos afines al presidente de Rusia. El día después, los dos candidatos han optado por acudir a algunas de las zonas más pobres del país, en una nueva muestra de que la batalla clave de esta elección es el voto del descontento.