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Las distópicas imágenes del Shanghái confinado que muestran el pánico de China al covid-19
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Las distópicas imágenes del Shanghái confinado que muestran el pánico de China al covid-19

En la gran megalópolis china, donde viven 25 millones de habitantes y se ha aplicado un duro confinamiento para contener uno de los mayores brotes de covid desde el inicio de la pandemia, empieza a brotar el descontento

Foto: Guardias con traje protector vigilan las barricadas de una zona confinada en Shanghái. (Reuters/Aly Song)
Guardias con traje protector vigilan las barricadas de una zona confinada en Shanghái. (Reuters/Aly Song)

El silencio de las avenidas de Shanghái, la ciudad más poblada de China con más de 25 millones de habitantes y sometida a un estricto confinamiento desde que se detectó el peor rebrote de coronavirus en el país, ha hecho revivir lo peor de la pandemia y han convertido a la megalópolis china en un gran escenario vacío por donde deambulan solo los sanitarios y personal esencial que revela la obsesión de China por mantener intacta su estricta estrategia 'cero covid' y el pánico a que la situación se descontrole.

No es la primera vez que China confina ciudades por brotes mucho más pequeños de los que estamos acostumbrados en Europa, pero esta vez las distópicas imágenes de las calles vacías y mudas y los controles sanitarios masivos se mezclan con escenas inéditas para el país de gente protestando, peleándose e incluso escapando de sanitarios con traje protector para no ser sometidos a un aislamiento que separa a padres de sus hijos. Los ciudadanos también han compartido en redes sociales vídeos que muestran perros-robot anunciando las medidas por megafonía o drones nocturnos patrullando el cielo para vigilar que la gente se quede en sus casas.

En Shanghái, centro financiero y enclave logístico, se ha abierto una brecha por la que brota el hartazgo y el cansancio de la sociedad china ante la 'tolerancia cero' al coronavirus de la que hizo gala al inicio de la pandemia. A fecha de 5 de abril, el brote en Shanghái acumulaba unos 60.000 casos activos, la gran mayoría de ellos asintomáticos.

placeholder Un trabajador con traje protector vigila fuera de una entrada acordonada de una vivienda. (Reuters/Aly Song)
Un trabajador con traje protector vigila fuera de una entrada acordonada de una vivienda. (Reuters/Aly Song)

"La gente no le tiene miedo al virus, sino a las medidas que se están aplicando", explica a El Confidencial Mei*, una ciudadana de Shanghái que prefiere mantener el anonimato. La gente teme los protocolos de cuarentena y las condiciones higiénicas de las instalaciones públicas de aislamiento. Las reglas indican que es obligatoria la hospitalización de todas las personas que den positivo y el aislamiento en instalaciones estatales tanto de los contagiados asintomáticos como de todos los contactos cercanos, lo que añade presión al sistema hospitalario.

Según esos protocolos, los hijos son separados de sus padres si están contagiados o muchos trabajadores esenciales deben quedarse a dormir en su lugar de trabajo, como los repartidores de los supermercados.

En esta ocasión, los duros protocolos sanitarios que China aplicó en Wuhan al principio de 2020 no están siendo fácilmente soportables para la población de Shanghái, habituada a un estilo de vida más cosmopolita y con más conexiones en el exterior.

"¡Déjennos salir!", claman en un vídeo difundido en las redes sociales los vecinos de un complejo residencial, donde también quedaron registradas escenas tensas durante el frenesí de la población para abastecerse ante el confinamiento general.

Durante la cuarentena, los residentes deberán permanecer en sus hogares y el transporte público, incluidos los taxis, quedará suspendido. Se han organizado campañas masivas de pruebas PCR y aún no hay fecha confirmada de cuándo acabará. Los vehículos privados no podrán circular por las calzadas "a no ser que sea necesario". Además, se establecerán controles en las vías de acceso y salida de la ciudad, donde solo aquellos residentes con una prueba PCR negativa en las últimas 48 horas recibirán permiso para abandonar Shanghái.

placeholder Reparto de comida en Shanghái. (Reuters)
Reparto de comida en Shanghái. (Reuters)

Aunque Mei puede teletrabajar desde casa, explica que la gente está preocupada y enfadada porque no se pueda salir de casa en ningún supuesto y los supermercados, que están cerrados al público, solo tengan unos 15.000 repartidores para dar servicio toda la población de la ciudad, algo que es insuficiente para proveer todos los hogares. Muchos han estado días sin poder recibir alimentos y en su comunidad se han visto obligados a organizarse para comprar comida a productores fuera de la ciudad.

Las imágenes de descontento, aunque son contenidos que duran poco en las controladas redes sociales chinas, han sido compartidos también en plataformas occidentales como Twitter o Facebook —censuradas en el país asiático— ilustrando que la sociedad china, pese a su pánico cerval al virus, se resiente tanto económica como psicológicamente de la dureza de las medidas de contención.

A pesar del estricto control al que suele estar sometida la población china, muchos empiezan a estar incómodos y a ser reacios a someterse a una PCR por miedo a ser aislados en los centros estatales o ser separados de sus hijos, y empiezan a sentir que este confinamiento estricto es un sacrificio que no merece la pena debido a la baja virulencia de la nueva variante y al bajo riesgo de colapso del sistema sanitario.

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Aunque se ha dividido en dos periodos, se trata del mayor confinamiento de población en un núcleo urbano desde el inicio de la crisis sanitaria y se espera que el parón de la megalópolis también repercuta tanto en la economía china como en la internacional. A fecha de este miércoles, las autoridades sanitarias chinas detectaron 1.415 nuevos positivos de coronavirus y 19.199 casos asintomáticos. Las provincias o ciudades con mayor número de casos de transmisión comunitaria fueron Jilin (noreste, 973), Shanghái (este, 311) y Zhejiang (sureste, 17).

Los casi 20.000 casos asintomáticos locales provienen la mayoría en Shanghái, pero Pekín no los computa como casos confirmados a no ser que manifiesten síntomas. El número total de contagiados activos en la China continental asciende a 24.565, 75 de ellos en estado grave.

*Nombre falso para proteger su identidad.

El silencio de las avenidas de Shanghái, la ciudad más poblada de China con más de 25 millones de habitantes y sometida a un estricto confinamiento desde que se detectó el peor rebrote de coronavirus en el país, ha hecho revivir lo peor de la pandemia y han convertido a la megalópolis china en un gran escenario vacío por donde deambulan solo los sanitarios y personal esencial que revela la obsesión de China por mantener intacta su estricta estrategia 'cero covid' y el pánico a que la situación se descontrole.

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