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La pacífica Dinamarca se arma hasta los dientes: así ha dinamitado Putin el oasis nórdico
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Unidos frente a la amenaza rusa

La pacífica Dinamarca se arma hasta los dientes: así ha dinamitado Putin el oasis nórdico

El país escandinavo aprueba renovar su política de Defensa con mayor presupuesto, independencia del gas ruso y un referéndum para abolir la exclusión danesa en la defensa común de la UE

Foto: Entrenamiento de un batallón danés tras la invasión rusa de Ucrania. (EFE/Bo Amstrup)
Entrenamiento de un batallón danés tras la invasión rusa de Ucrania. (EFE/Bo Amstrup)
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Dinamarca ha aparecido consistentemente entre los cinco países más pacíficos del mundo. Como sus vecinos nórdicos, la estabilidad política, las libertades sociales y el alto nivel de vida han hecho de esta región una de las más desarrolladas y felices. Pero la invasión de Ucrania por Rusia ha disparado los temores a un empeoramiento de la situación de seguridad en el norte de Europa, donde la tensión aumentó en los últimos años por las provocaciones por la actividad militar rusa en el mar Báltico y en la región del Ártico. Ahora, la guerra de Vladímir Putin ha pinchado esta burbuja de —relativa— paz y tranquilidad. Copenhague ha anunciado un refuerzo histórico de su gasto militar y un referéndum para cambiar su política de defensa. Pese a ser socio fundacional de la OTAN, el país escandinavo renunció en los 90 a participar en política de defensa común de la Unión Europea, algo que podría cambiar en junio, cuando esta cuestión sea sometida a votación.

Los Servicios de Inteligencia y de Defensa daneses han advertido en numerosos informes acerca de las islas del Báltico —en concreto la isla de Bornholm— como una zona potencialmente crítica en caso de una posible agresión militar rusa y donde se debería reforzar su defensa. Desde principios de año, Dinamarca también ha incrementado los ejercicios militares y los movimientos de tropas en el marco de la Joint Expeditionary Force (JFF), una alianza de cooperación militar entre 10 países del norte de Europa.

Geográficamente, el país no se encuentra expuesto en la primera línea de las tensiones entre Rusia y Occidente, como sí lo están sus vecinos nórdicos, Suecia, Finlandia —donde la opinión pública está cambiando rápidamente a favor de una entrada en la OTANy Noruega. Sin embargo, por su ubicación como entrada al mar Báltico, el ministro de Defensa, Morten Bødskov, subrayó recientemente que Dinamarca debe tener en el futuro “una posición y una presencia clave” para defender los intereses de la Unión Europea y de la OTAN en la región.

Foto: Ejercicios militares 'Cold Response' en el Ártico noruego. (Reuters/Yves Herman)

Desde el Gobierno de la primera ministra Mette Frederiksen, no hay duda de que, para hacer frente a la agresión de Putin en Ucrania y a la retórica amenazadora del Kremlin, hace falta una respuesta firme y contundente. Por esto, a principios del mes de marzo, el Gobierno anunció los tres puntos clave en política de Defensa para dar respuesta a la amenaza rusa y que significan un cambio de tendencia en la seguridad del país escandinavo: aumentar el gasto militar hasta el 2% del PIB, independizarse del gas ruso y la celebración de un referéndum para incluir al país en la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE.

Un acuerdo histórico

El anuncio del acuerdo se hizo de forma solemne en la Sala de los Espejos del Palacio de Christiansborg en Copenhague. La decisión fue aprobada de forma conjunta por los cinco partidos con más representación en el Parlamento en una demostración de unidad para hacer frente a los cambios sustantivos en la política de Defensa: “Los tiempos históricos también requieren decisiones históricas, hoy hemos hecho esto juntos para garantizar la seguridad de Dinamarca y nuestro futuro en común”, afirmó la primera ministra Frederiksen.

Para Kristian Søby, profesor de Políticas de Seguridad y Defensa en la Universidad de Copenhague, el anuncio supone “la confirmación y la aceleración de una tendencia en los últimos años para priorizar la defensa colectiva y la seguridad en el Báltico y en el Ártico”, afirma el experto. Søby reconoce que la invasión de Ucrania “causó una gran conmoción entre el Gobierno y la clase política danesa, que, de no haberse producido, sin duda no estarían reconsiderando los fundamentos de la seguridad del país”.

Foto: Vehículos militares suecos en la isla de Gotland, en el mar Báltico, movilizados ante la amenaza rusa. (EFE/Karl Melander)

Según el acuerdo anunciado, Dinamarca aumentará gradualmente el presupuesto en Defensa a partir del 2024, y en 2033 alcanzará el objetivo de gastar el 2% del PIB en Defensa, objetivo polémico y muy discutido desde que en el año 2014 los países miembros de la OTAN se comprometieron a trabajar para lograrlo.

Actualmente, el país escandinavo destina alrededor del 1,5% del PIB en Defensa después del acuerdo logrado en 2018 para incrementarlo, que antes era de apenas del 1,2%. Según el Ministerio de Hacienda, en el año 2030 el presupuesto total de las fuerzas armadas será de 52.000 millones de coronas danesas (alrededor de 6.900 millones de euros), lo que representa, según el periódico económico 'Berlingske', 10.000 millones de coronas más que el gasto actual destinado a la educación pública de seis a 16 años.

Un referéndum de resultado incierto

No obstante, la parte del acuerdo que ha levantado más debate no es el incremento del gasto destinado a las fuerzas militares, sino el decreto de abordar en un referéndum la decisión de alinearse defensivamente con la UE. Después de que los daneses votaran en 1992 en contra del Tratado de Maastricht (acuerdo fundacional de la UE), Copenhague obtuvo la posibilidad de quedar excluida en cuatro áreas a cambio de ser miembro de la UE. Una de las áreas de exclusión era la política de Defensa y Seguridad. Esto significa que actualmente Dinamarca no forma parte de la Política Exterior y de Seguridad de la UE y, por lo tanto, no participa en las misiones y operaciones militares lideradas por la UE.

Foto: comparacion-ejercito-europeo-defensa-comun

En el año 2015, los daneses volvieron a votar no en un referéndum para fortalecer la cooperación con la UE en materia policial y de seguridad, por el temor de perder la soberanía en el control de la inmigración. Hoy, la mayoría de los partidos en el Folketing y los principales medios de comunicación abogan por la inclusión de Dinamarca en los asuntos de Defensa de la UE.

“Sin embargo, el resultado final en el referéndum es muy incierto”, afirma Marlene Wind, directora del Centre for European Politics de la Universidad de Copenhague. Wind asegura que, históricamente, el partido socialdemócrata que actualmente lidera el Gobierno “ha mantenido una postura un poco tibia a la hora de defender una mayor integración en la UE”. Una situación que, además, se verá aprovechada por la extrema derecha “para infundir el miedo y la incertidumbre de participar en un proyecto europeo común en Defensa”, agrega la experta. Las primeras encuestas publicadas por la cadena pública DR muestran que el 38% votaría sí a la abolición de la reserva de defensa con la UE, mientras que el 23% se mantendría con el estatus actual. “Ya ha pasado con otros referéndums que los resultados no salen como los políticos habían planeado” avisa Wind.

Independencia del gas ruso

La tercera parte del acuerdo en Defensa incluye también la política energética, “lo que confirma que la energía ha pasado a ser un asunto de seguridad”, explicaba Kristian Søby. El objetivo es una eliminación gradual del gas natural que proviene de Rusia, que, según afirmaba el ministro de Energía y Clima, Dan Jørgensen, “Dinamarca puede liberarse de la presión del gas ruso en seis meses”. Según los expertos, esto se conseguiría sustituyendo el gas natural por la eficiencia energética y las energías renovables, pero el cómo y el cuándo exactamente aún se plantean inciertos.

Foto: Planta nuclear de Civaux, en Francia. (Reuters/Stephane Mahe)

Según Brian Vad Mathiesen, ingeniero y profesor en la Universidad de Aalborg, el hecho de que Dinamarca sea un país pequeño, con una industria bastante electrificada y con casi dos tercios de los edificios conectados a un sistema de calefacción urbana central, “hace que dependamos menos del gas que en otros países europeos, pero hablar de una independencia total del gas ruso es absurdo porque estamos conectados a la red europea”, afirma Vad Mathiesen.

En el siguiente año, Dinamarca se convertirá en exportador neto de gas cuando se retomen las extracciones del principal yacimiento en aguas danesas del mar del Norte. Para Vad Mathiesen eso significa que “podremos contribuir sustancialmente al resto de Europa a salir de la dependencia del gas ruso si reducimos nuestro consumo de gas y al mismo tiempo exportamos grandes cantidades de energía eólica y biogás”.

Para el experto en seguridad Søby, esta crisis de seguridad se plantea también como una buena oportunidad “para liderar una transición energética sin depender de los combustibles fósiles”. Finalmente, señala: “Dinamarca es un país pequeño y dependemos de nuestros aliados para defendernos, pero ahora nos encontramos en un nuevo plano, obligados a equilibrar la defensa de nuestro territorio y a defender los territorios aliados en el este y en el Báltico”.

Dinamarca ha aparecido consistentemente entre los cinco países más pacíficos del mundo. Como sus vecinos nórdicos, la estabilidad política, las libertades sociales y el alto nivel de vida han hecho de esta región una de las más desarrolladas y felices. Pero la invasión de Ucrania por Rusia ha disparado los temores a un empeoramiento de la situación de seguridad en el norte de Europa, donde la tensión aumentó en los últimos años por las provocaciones por la actividad militar rusa en el mar Báltico y en la región del Ártico. Ahora, la guerra de Vladímir Putin ha pinchado esta burbuja de —relativa— paz y tranquilidad. Copenhague ha anunciado un refuerzo histórico de su gasto militar y un referéndum para cambiar su política de defensa. Pese a ser socio fundacional de la OTAN, el país escandinavo renunció en los 90 a participar en política de defensa común de la Unión Europea, algo que podría cambiar en junio, cuando esta cuestión sea sometida a votación.

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