Fuga de Irpín con Kristina

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Fuga de Irpín con Kristina
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Mapa de localización del puente de Irpín
Mapa de localización del puente de Irpín
Mapa de localización de la calle Slov'yanska
Mapa de localización de la calle Troitska
Mapa de localización de la calle Slov'yanska
Mapa de localización de la calle Haharina
Mapa de localización de la calle Hromadyans'ka
Mapa de localización de la calle Soborna
Mapa de localización de la calle Universitetska
Mapa de localización del Hospital Infantil de Kiev
Texto y foto
Marcin Suder | Outriders
Formato
Sergio Beleña | Laura Martín | Pablo L. Learte
Desarrollo
Luis Rodríguez
Traducción
Blanca Marabini
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Las tropas rusas llevan tiempo atacando Irpín, pero durante los últimos días la ciudad ha estado bajo un intenso fuego de artillería. Ese día, los rusos anuncian la apertura de un corredor humanitario para los residentes.

Ataques sobre la ciudad de Irpín

A las 15:39, los padres de Kristina, de 10 años de edad, llegan al puente. El Ejército ucraniano voló la estructura original para impedir el paso a las columnas blindadas rusas, pero se ha establecido un sistema de pasarelas para permitir la evacuación de los habitantes de Irpín.

Hace aproximadamente una hora, el fuego sobre la ciudad se hizo más intenso y los rusos empezaron a bombardear el puente, por lo que se detuvo la evacuación. La gente se escondió bajo el puente.

Gente escondida bajo el puente de Irpín
Soldados ucranianos controlando el paso sobre el puente de Irpín

Sin embargo, los padres de Kristina están desesperados por alcanzar a su hija, que permanece con sus abuelos en la casa de su madre, Stella. Tras cruzar el puente, son detenidos por los soldados, que no les permiten seguir adelante debido al intenso fuego de artillería y a los combates que tienen lugar en la ciudad.

Mientras los últimos afortunados de la ciudad asediada llegan al puente, Stella y su marido convencen a los soldados de que les dejen pasar. Están aterrorizados por la situación en Irpín, pero también decididos a llegar hasta su hija. Los soldados finalmente se rinden y, tras comprobar y verificar su identidad, para asegurarse de que no están dejando entrar a espías en las posiciones del Ejército ucraniano, les permiten entrar en la ciudad.

Línea defensiva del puente de Irpín
Los padres de Kristina junto con unos soldados parando un coche para llevarlos a la ciudad
Coche recorriendo las calles de Irpín bajo el bombardeo de la artillería rusa
El coche se detiene justo al lado del edificio de los padres de Stella
Casas destruidas por proyectiles de artillería
Gente se agrupa en busca de refugio

Los padres de Kristina llegan a la línea defensiva del puente, a un kilómetro de distancia, pero los soldados los detienen y no les permiten avanzar. Los rusos han tomado los rascacielos que se ven en la distancia, de donde proviene el fuego.

Como son algunos de los puntos más altos de la ciudad, allí se encuentran coordinadores de artillería rusos que apuntan a la ciudad. Los soldados ucranianos dicen a los padres de Kristina que no vayan más allá porque la artillería ucraniana está a punto de disparar contra los rascacielos.

De pronto, se acerca un coche. Los padres le gritan para que pare. Los soldados se unen a ellos y el coche se detiene. El conductor acepta llevarlos a la ciudad.

La ciudad está desierta. El coche recorre las calles bajo bombardeo de la artillería rusa.

Los padres de Kristina han tenido mucha suerte: el conductor se dirige a la calle de los padres de Stella. Además, el coche se detiene justo al lado de su edificio. Según se bajan del coche, una mujer se acerca corriendo en busca de refugio.

Su casa, allí cerca, acaba de ser destruida por un proyectil de artillería. La mujer y su hija de pocos años han sobrevivido milagrosamente, pero ahora no tienen dónde esconderse y buscan refugio en los sótanos de los rascacielos cercanos.

El grupo va creciendo a medida que se les une más gente en busca de refugio. Rodean los edificios tratando de encontrar una forma de entrar al sótano.

Al final, encuentran la entrada. En el sótano, reina una oscuridad absoluta. Los recién llegados llaman a otros en voz alta, buscando a los escondidos.

Al fin, los encuentran.

Stella encuentra a su padre, pero no encuentra a Kristina.

Stella entrando en el sótano de un edificio
Stella encuentra a su padre
Stella preocupada porque no encuentra a Kristina

El padre de Kristina empieza a convencer a los que están allí de que huyan de la ciudad. Les dice que hay autobuses esperando al otro lado del puente para llevarlos a un lugar seguro. Más tarde, serán evacuados a Kiev, un lugar más seguro en comparación con Irpín.

Cuando Stella averigua que su hija no está en el refugio porque se ha quedado con su abuela en un apartamento del cuarto piso, sale corriendo del sótano para ir con ella.

Stella sale corriendo del sótano para buscar a su hija

Llega al piso donde se encuentra el apartamento de sus padres y, en él, su madre y su hija. El pasillo donde están las puertas de los pisos está separado de la escalera por una puerta de entrada. Sin embargo, los timbres no funcionan porque no hay electricidad.

Al final, Stella consigue encontrar a su hija Kristina.

Stella intenta convencer a sus padres de que huyan de la ciudad asediada. Al principio no quieren, pero al final su hija les convence y empiezan a hacer las maletas.

Stella llega al piso donde se encuentra el apartamento de sus padres
Stella consigue encontrar a su hija Kristina
Stella convence a sus padres para hacer las maletas
Hay constantes explosiones alrededor del edificio y pronto oscurecerá

A pesar de la amenaza constante, es difícil decidirse a dejar todo atrás. También es un reto elegir qué llevarse, nunca se sabe dónde terminarán los que se marchan. La falta de ahorros tampoco ayuda porque nadie sabe cómo sobrevivir. Sin embargo, Stella explica a sus padres que hay voluntarios en Kiev y que los refugiados reciben ayuda. El tiempo se agota. Hay constantes explosiones alrededor del edificio y pronto oscurecerá.

Al fin, están listos para marcharse.

Al fin, están listos para marcharse

En el sótano, el padre de Kristina intenta convencer a los vecinos de que huyan de Irpín, porque los rusos ya están en la ciudad y podrían llegar en breve a esa zona. A pesar de ello, no son muchos los que se deciden a irse.

No son muchos los vecinos decididos a abandonar Irpín
Stella y su familia deciden dirigirse al puente

Siguen intentando persuadir a la gente durante un tiempo, pero finalmente deciden dirigirse al puente.

Stella está feliz de haber encontrado a Kristina
Se han puesto en marcha con lo poco que han conseguido coger a toda prisa
En total, el grupo con el que va la familia de Stella consta de 10 personas
El fuego continúa y los misiles explotan por todas partes
A veces caen cerca del grupo
No les queda otra que alcanzar el puente si quieren sobrevivir
Hay señales de la presencia de tanques
Rascacielos ocupados por el Ejército ruso

Stella está feliz de haber encontrado a Kristina, pero, por desgracia, esto no ha hecho más que empezar. Ahora tienen que llegar al puente. Esta vez no han encontrado un coche que los lleve hasta allí. Les espera una marcha de cinco kilómetros para alcanzar un lugar relativamente seguro desde el que puedan ser evacuados.

Se han puesto en marcha con lo poco que han conseguido coger a toda prisa.

En total, el grupo con el que va la familia de Stella consta de 10 personas. Tienen un largo camino que recorrer, y la ciudad está bajo fuego de artillería constante.

Es difícil sentirse seguro, pero los bombardeos están relativamente lejos.

Sin embargo, el fuego continúa y los misiles explotan por todas partes.

A veces caen cerca del grupo.

No obstante, no les queda otra que alcanzar el puente si quieren sobrevivir.

También hay señales de la presencia de tanques. No está claro si las tropas rusas ya han llegado a esta zona de la ciudad o no.

Consiguen acercarse, relativamente seguros, hasta estar a solo 1,7 km del puente. Sin embargo, ahora están cerca de los rascacielos ocupados por el Ejército ruso, desde donde los coordinadores dan a la artillería la posición de sus objetivos en la ciudad.

De pronto, aumenta el número de proyectiles, que empiezan a caer cada vez más cerca. Los proyectiles caen silbando, y el grupo tiene que tirarse al suelo de vez en cuando para protegerse de las explosiones.

Aunque acaban de caminar varios kilómetros, ahora resulta difícil avanzar unos pocos metros.

Buscan cobijo. Para protegerse de los proyectiles a su alrededor.

El grupo tiene que tirarse al suelo de vez en cuando para protegerse de las explosiones
Buscan cobijo para protegerse de los proyectiles a su alrededor
Buscan cobijo para protegerse de los proyectiles a su alrededor
Buscan cobijo para protegerse de los proyectiles a su alrededor

El suelo comienza a temblar a medida que las explosiones se acercan cada vez más.

El miedo es paralizante.

El miedo es paralizante

Empiezan a caer fragmentos de proyectiles sobre ellos.

Avanzar un paso es todo un reto. Llega un momento aterrador en el que se dan cuenta de que ya no se trata de un bombardeo accidental de la ciudad: se han convertido en un objetivo. El coordinador de artillería ajusta las coordenadas de su posición. Los proyectiles caen cada vez más cerca.

Empiezan a caer fragmentos de proyectiles sobre ellos

Permanecer ahí conlleva la muerte. Para sobrevivir, tienen que seguir avanzando hasta la posición de los soldados ucranianos, donde los padres de Kristina consiguieron detener el coche.

Entonces todo se vuelve blanco. El aire se llena de chirridos.

Un destello deslumbrante. Y luego oscuridad. Dicen que cuando te disparan, no oyes la bala. Esta vez fue así, quizá porque no era un proyectil de artillería, sino un mortero.

Aquí se corta el audio, probablemente por la onda expansiva de la explosión. La cámara graba unos minutos después de la explosión, pero, después de eso, la grabación se detiene.

La onda expansiva del primer proyectil lanza al grupo por los aires como muñecos de trapo y los desperdiga por todas partes.

Es muy probable que eso les salvase la vida cuando cayeron dos proyectiles más, porque en ese momento estaban todos en el suelo.

Proyectiles lanzados al grupo
La onda expansiva del primer proyectil lanza al grupo por los aires

Cuando empezaron a levantarse, conmocionados, el coordinador ruso siguió dirigiendo la artillería hacia su posición.

El coordinador ruso siguió dirigiendo la artillería hacia su posición

Es posible que el primer proyectil alcanzase un edificio y cayera en un apartamento en vez de aterrizar junto a ellos en la calle. De lo contrario, habrían muerto al instante.

Tras un momento, cuando la conmoción desaparece, te das cuenta de lo que ha pasado y te das cuenta de que sigues vivo. Compruebas si estás herido y quién está herido a tu alrededor.

Y empiezas a intentar salvarle la vida a tu hija herida a pesar de que los proyectiles siguen cayendo y tú también estás herido.

Los padres de Stella comprobando si están heridos y los hay a su alrededor
Los padres de Kristina comprobando si están heridos y los hay a su alrededor
Los padres de Kristina intentando salvarle la vida a su hija herida de gravedad

De las 10 personas que se dirigían al puente, cinco han resultado heridas, incluida Kristina, de 10 años de edad, y su abuela, ambas de gravedad.

A pesar de que el fuego continuaba, algunos de los supervivientes se sentaron en una parada de autobús, conmocionados. El resto del grupo, que se escondió en el bosque cercano, les llamó a gritos para que se unieran a ellos. El bosque cercano, que se extendía hasta la línea del Ejército ucraniano, es el segundo elemento que contribuyó a salvarles la vida, porque el coordinador ruso perdió de vista a los fugitivos.

Allí también comenzó el triaje. El grupo decidió dejar atrás a la abuela, gravemente herida, porque no podían cargar con ella debido a sus propias lesiones. Deciden luchar principalmente por la vida de Kristina, aunque llevarla en brazos será un gran reto para ellos.

El fuego continuaba
Algunos de los supervivientes se sentaron en una parada de autobús

El bosque les dio esperanza y un momento de descanso. Cuando solo les quedaban 550 m, el bosque se volvió más ralo y los proyectiles volvieron a volar hacia ellos. El grupo quedó inmovilizado una vez más. Heridos y agotados por llevar a Kristina, decidieron que no podrían llegar a las trincheras ucranianas, así que enviaron a un miembro del grupo solo a buscar ayuda. Con éxito.

El bosque les dio esperanza y un momento de descanso

Los soldados ucranianos se dirigieron inmediatamente al lugar indicado, donde les esperaba el grupo con Kristina, herida, y sus padres. El padre de Kristina también resultó herido.

Enviaron una furgoneta para recogerlos y llevarlos al puente. Gracias a las instrucciones de los supervivientes y utilizando un dron, los soldados consiguieron localizar a la abuela herida y a los demás miembros del grupo, que también fueron evacuados al puente.

Los soldados ucranianos se dirigieron inmediatamente al lugar indicado

Desde allí, una ambulancia militar los transportó a un hospital situado a 6 km.

La columna de humo indica el lugar donde el grupo fue bombardeado. En la parte izquierda del encuadre se pueden ver los rascacielos, donde se encontraba el coordinador de artillería ruso.

Vista de la columna de humo donde el grupo fue bombardeado

Los heridos han sido llevados a un hospital, donde recibieron ayuda.

También tomaron sus datos. A pesar de sus heridas, todos sobrevivieron y consiguieron llegar a su destino. Aunque salieron de Irpín y su situación mejoró, no escaparon de la guerra. En los alrededores del hospital se escucharon explosiones durante toda la noche.

Los heridos han sido llevados a un hospital, donde recibieron ayuda
Todos sobrevivieron y consiguieron llegar a su destino

Al día siguiente, Kristina fue trasladada al hospital infantil Okhmatdyt, en el centro de Kiev. Ese mismo día, la defensa aérea ucraniana de la capital derribó un misil lanzado por los rusos, dirigido a este mismo hospital.