La niebla de la guerra siempre suele impedir un recuento certero del número de soldados fallecidos y heridos en combate. Esta dificultad se incrementa exponencialmente si uno de los bandos se niega en rotundo a reconocer, siquiera, que tal guerra existe.
Rusia no ha publicado un número oficial de bajas desde hace 22 días, cuando reveló una cifra considerada como poco realista por analistas occidentales. El Ejército ucraniano publica a diario una lista de los soldados enemigos que han abatido, pero resulta difícil darle credibilidad. El aparato de Inteligencia estadounidense cuenta con sus propias estimaciones, aunque advierte de que su margen de error es considerable. Con el objetivo de visualizar el volumen de pérdidas humanas en el Ejército ruso, El Confidencial ha establecido su propio intervalo basado en los datos disponibles.