Las 'mahknovistas de Londres': okupar mansiones de oligarcas rusos para meter a refugiados ucranianos
El Gobierno pagará 420 libras al mes a los ciudadanos que acojan refugiados en sus casas y estudia expropiar temporalmente a los oligarcas con vínculos con Putin para ayudar a refugiados ucranianos
Belgravia es un exclusivo barrio londinense con el código postal más caro del planeta. Las casas victorianas están pintadas de un blanco impoluto que contrasta con el verde de Regent´s Park. Es un minioasis sin apenas ruido en pleno centro de la capital. Pero la paz de sus selectos vecinos se vio enturbiada este lunes después de que un grupo de okupas se hiciera con una mansión a la que colocaron la bandera de Ucrania y un gran mensaje: “Esta propiedad ha sido liberada”.
La mansión, se cree, pertenece Oleg Deripaska, uno de los oligarcas con estrechos vínculos con Vladímir Putin que acaba de ser sancionado por el Gobierno de Boris Johnson. Su riqueza se estima en 2.300 millones de libras y tiene una cartera de propiedades multimillonaria en el Reino Unido que, según una sentencia del Tribunal Superior de 2007, incluye la casa en 5 Belgrave Square. Los registros indican que no ha cambiado de manos desde entonces y pertenece a una empresa 'offshore' de las Islas Vírgenes Británicas.
Downing Street trata ahora de cambiar las reglas, pero durante décadas Londongrado ha sido la capital del mundo de lavado de dinero. Esto, gracias a un sistema donde los oligarcas campan a sus anchas porque, entre otras cosas, permite comprar propiedades a través de 'empresas pantalla' situadas en paraísos fiscales y que impiden saber la identidad real del propietario.
Los okupas se llaman a sí mismos los “mahknovistas de Londres”, en honor a Nestor Makhno, quien lideró una fuerza anarquista que intentó formar una sociedad sin Estado en Ucrania durante la Revolución rusa de 1917-1923. “Deripaska sabía que se avecinaba la guerra, pero no dijo nada. Su silencio es violencia”, explicaba uno de los cuatro okupas, sentado tranquilamente en el balcón. La policía antidisturbios ingresó en la propiedad, pero no encontró nadie dentro. Y a los que observaban la escena desde el balcón no se les veía especialmente preocupados.
“El Gobierno ha dicho que las casas de los oligarcas deberían ser expropiadas para albergar a refugiados ucranianos. Simplemente, estamos haciendo el trabajo para ellos y lo estamos haciendo de forma gratuita, por lo que espero un reembolso significativo”, señalaba uno de ellos a los periodistas, asegurando que no temía ser arrestado por sus principios. “Si nos detienen por esto, se van a parecer a la policía rusa arrestando a gente por manifestarse”, añadía.
Entre los vecinos de Belgravia se encuentra el billonario Alexander Lebedev, exagente de la KGB, cuyo hijo Evgen, propietario de varios diarios británicos, ha sido nombrado 'Lord' ruso con asiento en la Cámara Alta de Westminster, cuyos miembros no son elegidos por el electorado. También se encuentra la mansión de Lubov Chernukina, casada con un exministro de Putin y convertida ahora en la mayor donante femenina del Partido Conservador.
En el Reino Unido, la okupación de edificios residenciales es ilegal. Pero tampoco se puede decir que los 'mahknovistas de Londres' estuvieran mintiendo, porque es cierto que el ministro de Vivienda y Comunidades, Michael Gove, ha anunciado que el Gobierno valora expropiar las propiedades de los oligarcas sancionados para poder acoger a los refugiados ucranianos. “Quiero explorar una opción que nos permita usar las casas y propiedades de las personas sancionadas con fines humanitarios y de otro tipo”, declaró a la BBC.
Gove admitió que había “un listón legal bastante alto que cruzar” y no estaba hablando “de una confiscación permanente”. “Lo que estamos diciendo es que si estás sancionado, estás apoyando a Putin, esta casa está aquí, no tienes derecho a utilizarla ni sacar provecho de ella. Y más que eso, mientras no la uses ni te beneficies de ella, si podemos usarla para ayudar a otros, hagámoslo”, matizó.
Se antoja complicado, porque el Gobierno está teniendo, ya de por sí, serias dificultades para actuar con la rapidez que le gustaría ante los oligarcas debido a los problemas que plantea ahora el nuevo sistema de sanciones que implantaron tras el Brexit, que supone más trabas administrativas que el de la UE. Esto, cuando se suponía que el divorcio era precisamente para liberarse del papeleo comunitario.
Por ahora, por lo tanto, se trata tan solo de un plan. Sin embargo, lo que ya se ha materializado es la nueva vía legal para ofrecer visados de hasta tres años a refugiados ucranianos que lleguen al país invitados por residentes que se ofrezcan a hospedarles en sus hogares. Esto, sin necesidad de tener que ser familia, como pasaba hasta ahora. “Los británicos ya han abierto sus corazones de muchas maneras. Esperamos que ahora estén listos para abrir sus casas y contribuir a que aquellos que huyen de la persecución encuentren paz, sanación y la perspectiva de un futuro brillante”, explicó Gove en la Cámara de los Comunes.
El Ejecutivo ofrecerá un pago de 350 libras al mes (420 euros, libres de impuestos) por cada familia acogida en el Reino Unido, “en reconocimiento a la generosidad” de sus anfitriones, además de una partida adicional de 10.500 libras (12.500 euros) a la autoridad local del lugar donde sean recibidos. Hasta ahora, el Gobierno ofrecía visados de entrada al país a ucranianos que ya contaran con familia directa en territorio británico, una vía por la que ya ha concedido 4.000 permisos. Pero había recibido muchas críticas por las medidas tan estrictas.
En un primer momento, el programa anunciado este lunes se dirigirá solo a personas con “conexiones conocidas” en el Reino Unido, aunque se ampliará en el futuro para que más ucranianos puedan ser “conectados” con residentes dispuestos a compartir sus viviendas. Cualquier persona con permiso para vivir en el Reino Unido durante al menos los próximos seis meses, con independencia de su nacionalidad, puede solicitar acoger a un refugiado a través de una página web. En las primeras horas, más de 20.000 personas se han dado de alta para abrir las puertas de sus casas. Entre ellos, el propio ministro de Transporte, Grant Shapps, y el actor británico Benedict Cumberbatch.
Los ucranianos que lleguen al país por esta vía tendrán derecho a vivir y trabajar en el Reino Unido durante un periodo de hasta tres años, con acceso a la sanidad pública, educación y ayudas sociales. Gove recalcó que esperan minimizar en lo posible la “burocracia” asociada al programa, pero recalcó que se llevarán a cabo las comprobaciones necesarias para dar garantías de seguridad tanto a las familias de acogida como a los refugiados. Algo que no está exento de críticas.
La portavoz de Interior de la oposición laborista, Lisa Nandy, criticó la exigencia de que las personas que quieran hospedar a refugiados tengan que señalar de antemano el nombre de los ciudadanos ucranianos a quienes quieren hospedar en su hogar. “No puede usted pretender seriamente que las familias ucranianas que huyen de Putin, que han dejado sus casas con las manos vacías, tengan que entrar en Instagram a anunciarse a sí mismas con la esperanza de que una familia británica repare en ellas”, dijo. Gove respondió que el Gobierno está “trabajando tan rápidamente como es posible” con organizaciones no gubernamentales y autoridades locales para conectar a individuos que necesitan refugio con familias dispuestas a ayudarles.
Belgravia es un exclusivo barrio londinense con el código postal más caro del planeta. Las casas victorianas están pintadas de un blanco impoluto que contrasta con el verde de Regent´s Park. Es un minioasis sin apenas ruido en pleno centro de la capital. Pero la paz de sus selectos vecinos se vio enturbiada este lunes después de que un grupo de okupas se hiciera con una mansión a la que colocaron la bandera de Ucrania y un gran mensaje: “Esta propiedad ha sido liberada”.
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