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Al menos 35 muertos en un bombardeo ruso contra una base militar cerca de Polonia
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EN LA PROVINCIA DE LVIV

Al menos 35 muertos en un bombardeo ruso contra una base militar cerca de Polonia

Se producen nuevos ataques en el oeste ucraniano, que acoge a miles de desplazados internos huidos del resto del país. El objetivo ha sido un centro de entrenamiento militar

Foto: Los sanitarios auxilian a un militar herido en el ataque. (Reuters/Kai Pfaffenbach)
Los sanitarios auxilian a un militar herido en el ataque. (Reuters/Kai Pfaffenbach)

La madrugada del domingo, varias explosiones en los alrededores de la ciudad ucraniana de Lviv hicieron trizas la relativa ilusión de seguridad que sentía el oeste ucraniano ante el avance militar ruso y han acercado la guerra hasta apenas 25 kilómetros de la frontera con la OTAN. La alarma antiaérea sonó desde las 3:30 de la mañana hora local, y dos horas después, a las 5:45, desde los refugios subterráneos antiaéreos se pudieron escuchar varias explosiones, las primeras desde el inicio de la ofensiva rusa el 24 de febrero.

El objetivo de los bombardeos rusos ha sido un campo de entrenamiento militar ucraniano en Yavoriv (Lviv óblast), a 50 kilómetros del centro de Lviv y a apenas 25 kilómetros de la frontera con Polonia, país donde se concentra el grueso del despliegue de las fuerzas de la OTAN, en una peligrosa escalada del alcance de la ofensiva militar del Kremlin. Al menos 35 personas han fallecido y otras 134 han resultado heridas, según ha informado el responsable de la administración regional del óblast de Lviv, Maksym Kozytskyi. Los heridos han sido trasladados a un hospital militar en Lviv, y la administración ha solicitado ayuda y material médico a los voluntarios de la ciudad.

Foto: Una barricada en la carretera que lleva a Kiev. (EFE/Zurab Kurtsikidze)

Al menos 30 misiles

"El enemigo disparó más de 30 misiles de crucero y misiles aire-tierra contra el Centro Internacional para el Mantenimiento de la Paz y Seguridad (IPSC), la mayoría de los cuales fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea", ha comunicado la Administración Militar Regional. El centro, una importante sede del Ejército ucraniano, ha sido utilizado en los últimos años como sede para varias operaciones de entrenamientos conjuntos con tropas internacionales y de la OTAN, como EEUU, Canadá, Reino Unido, Polonia y Lituania.

Se desconoce si en el momento del ataque había tropas extranjeras en el centro. “Rusia ha atacado el IPSC cerca de Lviv. Instructores extranjeros trabajan allí. Se está aclarando la información sobre las víctimas”, ha asegurado el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov.

Los bombardeos rusos en el IPSC y el resto de la región podrían llegar a bloquear lo que se ha convertido en un centro logístico vital para el traslado desde Europa y EEUU al frente ucraniano no sólo de material humanitario, sino también militar. Rusia ha asegurado que las líneas de suministro occidentales son "objetivos legítimos" para sus ataques desde el aire, pese a los retrasados avances de sus tropas terrestres.

Tras el ataque a la base militar, tan solo a 25 kilómetros de Polonia, el alcalde de Lviv, Andriy Sadovyi, ha lanzado un mensaje dirigido al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y a Joe Biden: "¿Entendéis que la guerra está más cerca de lo que imagináis? Rusia está ya en vuestras fronteras".

"Ninguna ciudad segura"

Con los primeros sonidos de las explosiones, Lviv desarrolló el ensayo que ya tienen aprendido de sus conocidos, amigos y familias que viven en otras ciudades de Ucrania. "¡Silencio! No digáis nada de dónde han caído, que los rusos pueden corregir el rumbo [de los misiles]", "¡No compartáis fotos ni vídeos en directo hasta que todo haya acabado!". Los minutos pasan en la ansiedad de la oscuridad informativa, todos pegados a la última novedad de Telegram, principal canal de comunicación en Ucrania, y bajo la fría luz de las bombillas del refugio antiaéreo.

"No hay ninguna ciudad segura", sentencia Halyna, una vecina de Lviv resguardada bajo un paso subterráneo de peatones con varios de sus hijos. Hasta el momento, Lviv, principal ciudad en el oeste ucraniano, había quedado a salvo de los bombardeos rusos, que están arrasando otras partes del país, como las ciudades de Járkov o Mariúpol.

Ya la madrugada del viernes, Rusia amplió el alcance de su campaña de bombardeos a las primeras ciudades en el oeste del país, con Lutsk e Ivano-Frankivsk —a menos de 150 kilómetros de Lviv al norte y sur, respectivamente— como objetivos. En Lutsk, los bombardeos alcanzaron el aeródromo militar, dejando al menos dos muertos. Tanto Lutsk como Ivano-Frankivsk, y ahora Lviv, están lejos de los objetivos principales de la ofensiva rusa y el avance de las tropas terrestres, por lo que el objetivo parece ser acabar con las opciones aéreas de Ucrania -a la espera de recibir jets militares de los aliados occidentales- y controlar los cielos del país.

Este domingo, la ciudad de Ivano-Frankivsk también ha sido objeto de bombardeos rusos, con el aeródromo como principal objetivo. "Las explosiones de esta mañana han sido por un ataque en el aeropuerto. El objetivo del enemigo es sembrar pánico y miedo. El enemigo puede y atacará la retaguardia de Ucrania", ha declarado el alcalde de la ciudad, Ruslan Martsinkiv, quien ha pedido a los vecinos de los barrios cercanos al aeropuerto que se trasladen a otras zonas.

Foto: Un hospital de Mariúpol destruido tras un ataque aéreo. (Reuters)

"La firme resistencia de las fuerzas de defensa aérea ucranianas está obligando a Rusia a depender de municiones de ‘distanciamiento’ para llevar a cabo ataques contra objetivos en las profundidades de Ucrania", aseguraba en este sentido el Ministerio de Defensa británico en uno de sus últimos informes de situación.

"Es muy raro que no nos estén bombardeando, estamos justo en medio de Lutsk e Ivano-Frankivsk", comentaba el sábado Melani, una joven voluntaria de 17 años, quien apunta también a la importancia de Lviv como el centro neurálgico de la gestión de suministros para hospitales y soldados en el frente. Sus palabras han resultado proféticas, pero representan el ambiente de los últimos dos días en la ciudad, considerada hasta el momento un refugio seguro lejos del frente en medio de la guerra que asola el país.

Lviv ha recibido 200.000 desplazados internos (la cifra lleva sin actualizarse desde finales de la semana pasada, el número real es muy superior), y es el principal centro logístico tanto para la salida de refugiados hacia Polonia, en trenes cargados hasta los topes o en incesantes caravanas de coches y autobuses como para la gestión de la ayuda humanitaria (más de 30.000 toneladas, según las autoridades locales) y militar enviada por los países europeos.

La madrugada del domingo, varias explosiones en los alrededores de la ciudad ucraniana de Lviv hicieron trizas la relativa ilusión de seguridad que sentía el oeste ucraniano ante el avance militar ruso y han acercado la guerra hasta apenas 25 kilómetros de la frontera con la OTAN. La alarma antiaérea sonó desde las 3:30 de la mañana hora local, y dos horas después, a las 5:45, desde los refugios subterráneos antiaéreos se pudieron escuchar varias explosiones, las primeras desde el inicio de la ofensiva rusa el 24 de febrero.

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