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Putin desgasta las defensas de Kiev mientras ahoga con bombardeos a Mariúpol
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DÍA 17 DE COMBATES

Putin desgasta las defensas de Kiev mientras ahoga con bombardeos a Mariúpol

Un alto el fuego parece una posibilidad muy remota, tras más de dos semanas de invasión, en un momento en el que Rusia está bombardeando con intensidad ciudades clave

Foto: Un hospital de Mariúpol destruido tras un ataque aéreo. (Reuters)
Un hospital de Mariúpol destruido tras un ataque aéreo. (Reuters)

Tras diecisiete días de invasión, Rusia sigue sin lograr victorias estratégicas que cambien la narrativa de la guerra y ha aumentado de nuevo la potencia de sus ataques a las principales ciudades del país, empezando por Kiev. La capital ha vivido un sábado de intensos combates en los suburbios, sobre todo en el este de la ciudad, donde el Ejército ruso ha logrado pequeños avances en su objetivo de cercar el corazón de la resistencia de Ucrania. Las defensas ucranianas han logrado mantener a raya los intentos rusos de penetrar hacia el centro de Kiev, pero la artillería y los tanques rusos se acumulan en las afueras, a unos 25 kilómetros de la ciudad.

Allí permanece el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, junto a su equipo, que ha mantenido hoy una primera reunión telemática con los negociadores rusos después de tres encuentros infructuosos en la frontera con Bielorrusia y un cuarto entre los ministros de Exteriores de ambos países en Turquía. Los intentos diplomáticos por encontrar una salida a la crisis han sufrido un nuevo revés tras la llamada de los líderes francés y alemán, Emmanuel Macron y Olaf Scholz, a su homólogo ruso Vladímir Putin. El presidente de Rusia ha vuelto a dejar clara su intención de continuar la “operación militar especial” hasta la consecución de sus objetivos, la “desnazificación” y “desmilitarización” de Ucrania. Como ha resumido un alto funcionario del Elíseo tras la llamada, Macron y Scholz no han "detectado ninguna voluntad en Putin de acabar con la guerra".

Foto: Mural de Putin y Zelenski del artista LKN. (EFE/Villar López)

A última hora del sábado, la Casa Blanca ha anunciado que Estados Unidos enviará armas por valor de 200 millones de dólares a Ucrania para reforzar sus defensas mientras la tensión traspasa fronteras. Horas antes, Rusia ha advertido a EEUU de que los convoyes con armas enviados a Ucrania serán "objetivos legítimos" para los militares rusos. Es una nueva escalada dialéctica del Kremlin, que amenaza directamente a Occidente por su ayuda militar a Ucrania.

Un alto el fuego parece una posibilidad muy remota, tras más de dos semanas de invasión, en un momento en el que Rusia está bombardeando con intensidad las ciudades de Járkov, Chernihiv, Sumy o Mariúpol. En esta última, las autoridades ucranianas aseguran que han muerto al menos 1.582 civiles y han denunciado el ataque a la mezquita del sultán Suleimán el Magnífico, que servía de refugio a más de 80 personas, incluidos niños. Zelenski ha acusado a Moscú de librar una “guerra de aniquilación” con el objetivo de aterrorizar población ucraniana para quebrar su resistencia.

Mientras algunos enclaves como Kiev todavía resisten, la situación en otras localidades importantes, como puede ser Mariúpol, comienza a ser insostenible y distintas organizaciones, al margen de las autoridades locales, han advertido que no tienen acceso a la ayuda que precisan y tampoco al material necesario para subsistir.

Balance de bajas

Por primera vez desde el inicio de la ofensiva rusa, y como recoge Efe, Zelenski dio una cifra de bajas militares ucranianas: informó de que 1.300 miembros de las fuerzas armadas han muerto, mientras aseguró que los rusos han perdido a 12.000 soldados. "Han muerto unos 1.300 militares nuestros, y Rusia ha perdido a unos 12.000. Uno a diez. No me alegro de que hayan muerto 12.000 de los suyos", afirmó,"porque los rusos también tienen padres", y -dijo-"la mayoría de los soldados rusos no saben nada en general, y fueron a Ucrania porque les dijeron algo de luchar contra el fascismo".

De igual modo, Zelenski lanzó un aviso a Rusia, al indicar que únicamente conseguirán entrar en Kiev si destruyen a "todos" los ucranianos que la defienden. "Esta guerra, esta difícil guerra, ha unido de verdad a nuestro país. Me preguntan cómo es la situación en el frente... la línea del frente está en todas partes", zanjó Zelenski.

Tras diecisiete días de invasión, Rusia sigue sin lograr victorias estratégicas que cambien la narrativa de la guerra y ha aumentado de nuevo la potencia de sus ataques a las principales ciudades del país, empezando por Kiev. La capital ha vivido un sábado de intensos combates en los suburbios, sobre todo en el este de la ciudad, donde el Ejército ruso ha logrado pequeños avances en su objetivo de cercar el corazón de la resistencia de Ucrania. Las defensas ucranianas han logrado mantener a raya los intentos rusos de penetrar hacia el centro de Kiev, pero la artillería y los tanques rusos se acumulan en las afueras, a unos 25 kilómetros de la ciudad.

Allí permanece el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, junto a su equipo, que ha mantenido hoy una primera reunión telemática con los negociadores rusos después de tres encuentros infructuosos en la frontera con Bielorrusia y un cuarto entre los ministros de Exteriores de ambos países en Turquía. Los intentos diplomáticos por encontrar una salida a la crisis han sufrido un nuevo revés tras la llamada de los líderes francés y alemán, Emmanuel Macron y Olaf Scholz, a su homólogo ruso Vladímir Putin. El presidente de Rusia ha vuelto a dejar clara su intención de continuar la “operación militar especial” hasta la consecución de sus objetivos, la “desnazificación” y “desmilitarización” de Ucrania. Como ha resumido un alto funcionario del Elíseo tras la llamada, Macron y Scholz no han "detectado ninguna voluntad en Putin de acabar con la guerra".

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