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La gran amenaza nuclear en Ucrania no es la que crees: detrás de la batalla por las plantas
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Ucrania acusa a Rusia de "terrorismo nuclear"

La gran amenaza nuclear en Ucrania no es la que crees: detrás de la batalla por las plantas

El Gobierno ucraniano afirma que el Ejército ruso no solo controla las dos plantas ya mencionadas, sino que trata de avanzar hacia una tercera

Foto: Foto de satélite de la zona de la planta nuclear de Chernóbil. (BlackSky)
Foto de satélite de la zona de la planta nuclear de Chernóbil. (BlackSky)
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La semana pasada, mientras las autoridades ucranianas alertaban sobre un incendio en la planta nuclear de Zaporizhia durante los combates entre soldados rusos y de su país, el presidente Zelenski afirmó: “Si hay una explosión, será el final de todos nosotros, el fin de Europa, la evacuación de Europa. Solo la acción inmediata de Europa puede parar a las tropas rusas y prevenir la muerte de Europa del desastre en una estación nuclear”. Poco después, el incidente se saldó con la extinción del fuego y con la toma de la planta por el Ejército ruso.

Este miércoles, tuvimos otro sobresalto cuando la operadora energética Ukrenergo alertó sobre los daños en la red que proporciona electricidad a Chernóbil. "Los generadores diésel de reserva tienen una capacidad de 48 horas para alimentar la central nuclear de Chernóbil. Después de eso, los sistemas de enfriamiento de la instalación de almacenamiento de combustible nuclear gastado se detendrán, lo que hará que las fugas de radiación sean inminentes. La bárbara guerra de Putin pone en peligro a toda Europa. ¡Debe parar de inmediato!", tuiteó el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.

Foto: Entrenamiento de la OTAN en Letonia, el pasado lunes. (Getty/Paulius Peleckis)

Si citamos en detalle las declaraciones de ambos altos cargos ucranianos es para ilustrar uno de los elementos de esta espinosa cuestión: hay quien considera que las autoridades de Ucrania están exagerando el peligro nuclear para ganar más apoyos para su causa. De hecho, la Organización Internacional de la Energía Atómica le enmendaba la plana a Kuleba y rebajaba la tensión, sosteniendo que la central tiene agua suficiente para asegurar una correcta refrigeración, y que “en este caso no ve un impacto crítico para la seguridad”. Fuentes consultadas por El Confidencial confirman que, al ser Chernóbil una planta en desmantelamiento, no hay riesgo de liberación de radioactividad porque la actividad residual es muy baja. Y la “explosión atómica” descrita anteriormente por Zelenski es directamente ciencia ficción, puesto que no es así como funcionan las plantas nucleares.

'Conquistar' las plantas

La cuestión, sin embargo, está lejos de ser una broma. Por este motivo, la OIEA lleva monitorizando la situación desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero. Ese día, el director de la institución, Rafael Grossi, afirmó que esta “sigue con gran preocupación la situación en Ucrania y hace un llamamiento a la máxima prudencia para evitar cualquier acción que pueda poner en peligro las instalaciones nucleares del país”. Grossi añadió que la organización presta “especial atención a la seguridad tecnológica y la seguridad física de sus centrales nucleares y de otras instalaciones relacionadas con la energía nuclear”. Desde entonces, el organismo emite actualizaciones diarias sobre esta cuestión.

Hasta ahora, los combates no han afectado de forma significativa ninguna de las instalaciones nucleares de Ucrania. Sin embargo, el Gobierno ucraniano afirma que el Ejército ruso no solo controla las dos plantas ya mencionadas, sino que trata de avanzar hacia una tercera: la de Yuzhnoukrainsk, a unos 120 kilómetros al norte de la localidad de Mykolaiv, actualmente objeto de una potente ofensiva rusa. El objetivo ruso parece hacerse con el control de estas infraestructuras para poder controlar el flujo energético y presionar a Ucrania. En ese contexto, no es descartable que se produzcan daños significativos en estas centrales.

Foto: Mapa del avance ruso en el sur (Laura Martín)

En 2014, meses después de la anexión rusa de Crimea y el inicio del conflicto en el Donbás, la Asociación de Reguladores Nucleares de Europa Occidental (Wenra) y los directores de las autoridades competentes de Protección Radiológica Europea (Herca) emitieron unas líneas guía para coordinar internacionalmente las acciones de protección de la población en caso de un accidente nuclear grave. Este miércoles, estas dos instituciones emitieron un comunicado indicando que la actual guerra en Ucrania “debilita la seguridad de las instalaciones nucleares” en ese país, y que consideran que las recomendaciones de entonces siguen siendo “una base válida de referencia”.

Estos organismos consideran que ante una emergencia nuclear, dependiendo de su gravedad, se debería evacuar a la población en un radio de entre cinco y 20 kilómetros, y administrar yodo a los habitantes de entre 20 y 100 kilómetros a la redonda. Una de las principales conclusiones que pueden extraerse del informe es que este tipo de tragedias no entiende de fronteras nacionales, y que las consecuencias se harían notar en otras latitudes.

Batalla propagandística

Otro elemento que contribuye a la inquietud es la disposición, también por parte rusa, de convertir las amenazas nucleares en parte de la batalla propagandística. Rusia no solo no ha dudado en culpar a “nacionalistas ucranianos” tanto del incendio de Zaporizhia como del corte de electricidad en Chernóbil, sino que el pasado 7 de marzo aseguró que el servicio de Inteligencia ucraniano y miembros del batallón ultraderechista Azov preparaban una provocación con posible contaminación radiactiva en Járkov. "Los nacionalistas han colocado explosivos en el reactor de la instalación nuclear experimental, situada en el Instituto de Física y Tecnología de Járkov", afirmó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.

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Captura de la web de Sputnik.

Dado que uno de los 'modus operandi' recurrentes de las autoridades rusas en Siria ha sido acusar de forma preventiva a “terroristas y provocadores” de estar preparando “ataques químicos de falsa bandera”, para que poco después la aviación rusa —o siria— utilice armas químicas contra posiciones rebeldes, los antecedentes en este sentido son poco reconfortantes. Al día siguiente, el citado centro resultó afectado en un bombardeo con misiles contra Járkov, si bien no se produjo un incremento en los niveles de radiación, según confirmaron los responsables de la seguridad nuclear tanto del país como internacionales.

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Captura de pantalla de la web de RT.

El peligro, si bien real, es por ahora un intangible que probablemente nunca se materialice. Los expertos señalan que ahora mismo el mayor riesgo es el que se deriva de la falta de rotación de los 210 trabajadores de Chernóbil, que llevan 13 días trabajando de forma ininterrumpida, prácticamente a punta de pistola, desde la toma rusa de la planta. Pese a que cuentan con acceso a agua, alimentos y algunos medicamentos, su estado general se deteriora, algo que ha denunciado la Organización Internacional de la Energía Atómica, puesto que “la capacidad del personal para tomar decisiones sin presiones indebidas es uno de los siete pilares indispensables de la seguridad nuclear”.

En su última conversación con el presidente francés, Emmanuel Macron, Vladímir Putin aseguró que “no era su intención” bombardear instalaciones nucleares. Nos queda esperar que, en esto, el líder ruso esté diciendo la verdad. El director de la OIEA, Grossi, se ha ofrecido a viajar a Ucrania para mediar entre las partes y asegurar su compromiso con la seguridad de las instalaciones nucleares. Porque, como él mismo ha declarado, “no podemos confiar en que esta buena suerte continúe”.

La semana pasada, mientras las autoridades ucranianas alertaban sobre un incendio en la planta nuclear de Zaporizhia durante los combates entre soldados rusos y de su país, el presidente Zelenski afirmó: “Si hay una explosión, será el final de todos nosotros, el fin de Europa, la evacuación de Europa. Solo la acción inmediata de Europa puede parar a las tropas rusas y prevenir la muerte de Europa del desastre en una estación nuclear”. Poco después, el incidente se saldó con la extinción del fuego y con la toma de la planta por el Ejército ruso.

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