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"Si Ucrania cae, ¿de verdad os creéis los europeos que Putin se detendrá ahí?"
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Entrevista a Serhiy Kiral

"Si Ucrania cae, ¿de verdad os creéis los europeos que Putin se detendrá ahí?"

Serhiy Kiral es vicealcalde de Lviv, la ciudad ucraniana donde se concentran los flujos de refugiados. Se prepara para lo peor y acusa a Occidente de ignorar sus advertencias

Foto: El vicealcalde de Lviv, Serhiy Kiral. (Foto cedida)
El vicealcalde de Lviv, Serhiy Kiral. (Foto cedida)

Lviv, una ciudad ucraniana de tamaño medio del oeste ucraniano, era hasta hace poco conocida principalmente por su gran belleza y atractivo turístico. Denominada 'la pequeña París', siempre ha sido considerada un núcleo cultural para Ucrania que, incluso a lo largo de la tumultuosa última década que ha atravesado el país, se había mantenido alejado del conflicto y de los titulares de la prensa internacional. Pero esa realidad ya no existe. Hace 12 días, de la noche a la mañana, la urbe se convirtió en el centro neurálgico de la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, al Gobierno local de Lviv la guerra e invasión iniciadas por Rusia no lo pillaron desprevenido. “Hace tiempo que empezamos a prepararnos para una crisis de este tipo”, asegura Serhiy Kiral, vicealcalde de la ciudad, en entrevista con El Confidencial. El político local, quien anteriormente ejerció como diputado en el Parlamento de Ucrania, señala que es Europa la que durante años ha ignorado sus llamadas a prepararse para la agresión de Vladímir Putin. Ahora, mientras los bombardeos destruyen día a día varias ciudades de su país, lamenta que Occidente vuelva rechazar las peticiones ucranianas, en este caso las de crear zonas de exclusión aérea o, en su defecto, otorgarles aviones de combate con los que defenderse. “Si realmente respaldan nuestra causa, por favor, contribuyan con la parte necesaria”, sentencia.

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PREGUNTA. Como vicealcalde de Lviv, ¿se imaginaba que algún día estaría hablando con la prensa extranjera sobre una gran guerra en su país?

RESPUESTA. Quizá no hasta ese punto, pero en Ucrania llevamos tiempo alertando a Occidente, como yo mismo hice durante mi etapa en el Parlamento ucraniano entre 2014 y 2019, de que la agresión rusa no iba a detenerse en Crimea y el Donbás. Dijimos que eso solo era el principio y que había que estar preparados para una escalada. Desgraciadamente, nuestras advertencias cayeron en oídos sordos. Nos respondieron que éramos unos paranoicos y que Rusia era un socio importante para los intereses comerciales de Europa. Parecía que el coste de vida y la comodidad de los ciudadanos de la Unión Europea eran más importantes que el riesgo que Rusia suponía para su seguridad.

Lo que vivimos hoy en día son las consecuencias de esa política de apaciguamiento. La escala de la agresión y la brutalidad de Rusia, que dispara contra civiles y bombardea zonas residenciales día a día, nos deja atónitos, pero para nosotros la invasión en sí no supone ninguna sorpresa. En Lviv, hace tiempo que empezamos a prepararnos para una crisis de este tipo. Hace seis meses, empezamos a cooperar con la embajada británica para diseñar una hoja de ruta para responder a una situación de emergencia de gran escala, lo que nos ha permitido estar a la altura a lo largo de la agresión rusa.

"Nuestras advertencias cayeron en oídos sordos. Nos respondieron que éramos unos paranoicos y que Rusia era un socio comercial importante"

P. Los países de la OTAN se han negado a establecer una zona de exclusión aérea, como solicita Ucrania. Expertos occidentales señalan que el riesgo es demasiado grande, dado que tal escalada podría desembocar en una guerra directa entre la Alianza y Rusia. ¿Cómo lo ve usted?

R. La zona de exclusión aérea es algo que el presidente y el pueblo ucranianos están pidiendo, no por falta de medios para combatir contra el enemigo, sino para salvar tantas vidas civiles como sea posible. Hablamos de niños y mujeres atrapados en ciudades como Mariúpol, Járkov o Sumy que están siendo bombardeados sin cesar. Putin está intentando llevar a cabo algo similar a un genocidio en nuestro territorio, exterminando a la población ucraniana. No necesitamos soldados europeos o estadounidenses luchando codo con codo con nosotros, solo estamos pidiendo maneras de rescatar a nuestro pueblo.

Hasta cierto punto, entiendo los argumentos de aquellos que temen que Rusia considere un movimiento así de la OTAN como una participación directa en la guerra. Pero también es importante comprender que, si Ucrania cae y se ve forzada a aceptar la sumisión a Rusia, ¿de verdad os creéis los europeos que Putin se detendrá ahí?, ¿que no se verá motivado para seguir hacia adelante? Creando problemas en Georgia, en Moldavia, chantajeando a Polonia y a los Estados bálticos… Cuando un dictador siente que su política expansionista está siendo exitosa, no suele detenerse. Ahí está el ejemplo de Hitler y la Segunda Guerra Mundial. Esto es exactamente lo mismo. El mundo libre tiene que estar unido. Los ucranianos lucharemos en el frente, pero necesitamos todo el respaldo que puedan darnos.

P. Una zona de exclusión aérea significa, en esencia, estar dispuesto a derribar aviones rusos si se niegan a aceptarla. ¿Cómo podría Rusia no verlo como una entrada de la OTAN en la guerra, con el peligro nuclear que eso conlleva?

R. Por una parte, claro, estás en lo cierto. Pero, al mismo tiempo, no es algo que se establezca de una noche para otra y sin el conocimiento de Rusia. No se trataría de ninguna maniobra ofensiva por parte de la OTAN, no están ahí para atacar a Rusia, estarían ahí para asegurarse de que la población civil no sea bombardeada. También hay otra alternativa que el Gobierno ucraniano está planteando. Si no están dispuestos a establecer una zona de exclusión aérea, por favor, dennos aviones de combate para combatir contra los rusos y más sistemas de defensa antiaérea. Las Fuerzas Armadas rusas son las segundas más grandes del mundo y estamos logrando plantarles cara no gracias al tamaño de nuestro Ejército, sino a la voluntad de los ucranianos por defender su patria y su futuro. Si realmente respaldan nuestra causa, por favor, contribuyan con la parte necesaria.

P. ¿Cree usted que Ucrania es capaz de resistir la invasión rusa con su actual Ejército y arsenal militar?

R. El presidente ruso cometió un error de cálculo, en esto coincide todo el mundo. Eso tiene mucho que ver con la corrupción dentro del Ejército ruso. No sabemos cuánto del poder militar que Rusia dice tener es real. Sabemos que sus soldados tienen la moral baja. Todo esto juega a favor de Ucrania y de sus posibilidades de ganar esta guerra. Los ucranianos tenemos una alta motivación y voluntad de luchar, todo el pueblo se ha movilizado.

Lo ves aquí en Lviv, donde los hombres llegan, dejan a su familia a salvo y quieren volver inmediatamente a sus ciudades para defenderlas. No se puede ganar contra este pueblo. Puedes tener 200.000 o 300.000 soldados, pero no puedes vencer a 40 millones de personas dispuestas a luchar. Algunos millones están huyendo del país, pero el resto se queda aquí para luchar. Por todo esto, estoy seguro de que vamos a vencer. La pregunta es cuántas personas morirán antes de la victoria.

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P. Hablemos del reclutamiento militar. En Lviv, todos los hombres ucranianos de entre 18 y 60 años que llegan a la ciudad desde el este están obligados a registrarse en una oficina del Ejército. ¿Es el objetivo final que todos empuñen un rifle?

R. Muchos hombres, como he dicho, vuelven a sus ciudades de origen tras dejar a sus familias a salvo. Ellos no tienen que registrarse, están listos y preparados para lo que quieren hacer. Por supuesto, hay otros hombres que deciden quedarse aquí. Ellos están obligados a identificarse, proporcionar pruebas de su lugar de residencia y, después, registrarse para poder ser reclutados en el Ejército.

Hasta donde yo sé, ahora mismo tenemos más gente ofreciéndose voluntariamente a ser reclutada de la que podemos aceptar. Este registro obligatorio no significa que vayan a ser enviados al frente. Probablemente sean organizados en brigadas y entrenados, incluyendo ejercicios de tiro. Si al final serán movilizados para el combate o no, es todavía una incógnita.

"Puedes tener 200.000 o 300.000 soldados, pero no puedes vencer a 40 millones de personas dispuestas a luchar"

P. A estos hombres no se les permite abandonar el país. ¿Qué patriotismo hay en obligar a la gente a quedarse y luchar, quieran o no?

R. Creo que muchos países tienen reglas similares inscritas en su Constitución. Ser el ciudadano de un país no solo es un privilegio, también implica obligaciones como la de defender a tu país, la de alzarse y luchar contra el enemigo invasor que amenaza la misma fundación del Estado. Ese es el deber de todo hombre. Hay ciertas reglas que establecen excepciones para los hombres demasiado jóvenes, demasiado viejos, con discapacidad o cuyo trabajo es fundamental para el funcionamiento de la economía del país, como la producción alimenticia.

A algunos podrá gustarles esto o no. Algunos están asustados, y no necesariamente por su propia vida, sino la de sus familias, con las que prefieren mantenerse unidos. Por el contrario, algunos tienen un sentido más agudo del deber ante su país. La realidad es la que es. Y para ser honesto, no escucho muchas historias, aquí en Lviv o en las noticias nacionales, de hombres que estén intentando escapar. Es al revés, y el mundo entero está reconociendo la forma ejemplar en que los ucranianos se están comportando al defender voluntariamente su Estado contra la agresión rusa.

P. Lviv funciona actualmente como el mayor centro de tránsito de refugiados que intentan abandonar Ucrania. Sin embargo, también hay muchos que están decidiendo quedarse en la zona. ¿Cuántos más pueden ser absorbidos por la ciudad antes de que se vea desbordada?

R. Hemos hecho nuestras estimaciones. De acuerdo con estas, podemos asegurar una acogida cómoda para no más de 200.000 personas en la ciudad. Según nuestros últimos análisis, ya hemos acomodado a más de 100.000. Sin embargo, nuestra región cuenta con una capacidad mucho mayor. La administración regional se está encargando de distribuir a los refugiados que llegan hacia pequeñas ciudades y pueblos de nuestro ‘oblast’.

Yo provengo de una pequeña ciudad a 80 kilómetros al norte de Lviv capital y allí ya están llegando muchos refugiados. Mis propios padres están involucrados en su acogida. La gente está siendo extremadamente solidaria y amable a la hora de recibirlos, coordinándose a nivel local. “Aquí acaban de llegar tres personas de Járkov, ¿quién tiene tres camas disponibles?”, y así. En las regiones más occidentales de Ucrania, probablemente tengamos espacio para tres millones de desplazados internos. Por supuesto, nuestro objetivo no es estimular el flujo de refugiados a través de la frontera, queremos que todos los posibles se queden aquí.

"Esta no es únicamente una lucha por la integridad y soberanía de nuestro territorio, sino una lucha por nuestro derecho a existir"

P. ¿Tienen alguna fe en que las negociaciones con Rusia lleven a algún tipo de resolución pacífica a la invasión? Ya sean las que han tenido lugar en Bielorrusia o las nuevas anunciadas en Turquía.

R. Nosotros ya sabemos las exigencias de Rusia. Quieren que Ucrania reconozca a Crimea como parte de Rusia, así como los ‘oblasts’ de Donetsk y Lugansk. A nuestro presidente, Volodímir Zelenski, se le ha ofrecido continuar siendo presidente ‘pro forma’, pero con un primer ministro prorruso que tenga el poder real. Somos lo bastante adultos como para entender que tras 12 días de guerra, miles de muertes entre civiles y militares y la movilización total de la sociedad ucraniana en la lucha contra el agresor, esto no es aceptable.

Esta no es únicamente una lucha por la integridad y soberanía de nuestro territorio, sino una lucha por nuestro derecho a existir. Todos en Ucrania entendemos que no podemos aceptar soluciones a medias. Porque incluso si firmáramos un acuerdo de ese tipo, no existe garantía alguna de que Putin no continuaría planeando la eliminación del Estado ucraniano dentro de unos años. Ni yo ni nadie con sentido común esperamos ningún resultado positivo de estas negociaciones hasta la victoria total de las fuerzas ucranianas ante la agresión rusa.

Lviv, una ciudad ucraniana de tamaño medio del oeste ucraniano, era hasta hace poco conocida principalmente por su gran belleza y atractivo turístico. Denominada 'la pequeña París', siempre ha sido considerada un núcleo cultural para Ucrania que, incluso a lo largo de la tumultuosa última década que ha atravesado el país, se había mantenido alejado del conflicto y de los titulares de la prensa internacional. Pero esa realidad ya no existe. Hace 12 días, de la noche a la mañana, la urbe se convirtió en el centro neurálgico de la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

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