Rusia se vuelca en los bombardeos aéreos mientras reorganiza la invasión terrestre
Tras el fracaso del primer corredor humanitario para evacuar civiles, Rusia ha reanudado su ofensiva, centrándose en los bombardeos. La OTAN dice que los próximos días "serán peores"
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Tras el fracaso del primer intento de alto el fuego para evacuar a los civiles el sábado, Rusia ha anunciado la reanudación de la ofensiva. La madrugada del domingo, la cercada Mariúpol se enfrentaba a una nueva tanda de fuego de artillería y la sensación de urgencia ante un previsible asalto ruso. Pese a los desesperados pedidos del presidente ucraniano Volodímir Zelenski para la aplicación de una 'zona de exclusión aérea' sobre el país, la OTAN se muestra decidida a mantener el teatro bélico confinando solo a Ucrania sin una intervención directa; "todo lo que la Alianza ha sido capaz de hacer hoy [sábado] ha sido pasar 50 toneladas de diésel para Ucrania", según Zelenski. La que no parece verlo tan claro es Rusia, que asegura que Occidente ya es parte del conflicto.
El presidente ruso Vladímir Putin ha advertido este sábado a la OTAN que, si decretan una zona de exclusión aérea, será considerado equivalente a una declaración de guerra. Un 'casus belli' que ya habría rozado Occidente, según Putin: "Estas sanciones que se están imponiendo son similares a una declaración de guerra", ha asegurado el mandatario. En la misma línea se posicionaba poco antes el jefe del comité de Defensa del Parlamento ruso, Andrei Kartapolov, quien declaró en la televisión estatal que Rusia "está en guerra con la OTAN de facto, porque todas las formaciones militares de Ucrania están llevando a cabo los objetivos que marca la OTAN".
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En el mensaje del presidente ruso no se habló de alto el fuego ni de negociaciones —el sábado por la noche se reunió con el 'premier' israelí, en un intento de mediar en el conflicto—, sino que insistió en los objetivos del Kremlin "desmilitarizar" y "desnazificar" Ucrania. Putin lazó una nueva advertencia a Ucrania y a su Gobierno, asegurando que "tiene que entender que si siguen haciendo lo que están haciendo… Pondrán en cuestión el futuro de Ucrania como país".
Invasión terrestre, retrasada
Con la invasión por tierra aparentemente atascada en el norte del país —con pocos avances del convoy militar de 60 kilómetros hacia Kiev, enfrentándose a problemas de suministros y falta de combustible— y sin lograr alcanzar la velocidad esperada en el sur y el este, Moscú estaría recurriendo a una intensa campaña de bombardeos en ciudades, multiplicando las víctimas civiles. Con el objetivo, ha asegurado Kiev, de propagar el pánico y minar la moral con sus "tácticas de terror", en palabras de Zelenski, para forzar su capitulación. Ya el viernes, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió que los próximos días "probablemente serán peores" a medida que Rusia comience a aprovechar su poder aéreo y de artillería para irrumpir en las ciudades que se resisten, desde Járkov a Mariúpol.
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La mezcla de corredores humanitarios e intensos bombardeos sería una táctica que, apuntan los expertos, puede parecerse cada vez más a la utilizada por Rusia en Siria. "El alto el fuego propuesto por Rusia en Mariúpol fue seguramente un modo de desviar la condena internacional al tiempo que reorganizaba sus fuerzas para una renovada actividad ofensiva", apunta uno de los últimos informes de situación hechos públicos por el Ministerio de Defensa británico. "Hemos atestiguado, en varias ocasiones, cómo se alentaba a los civiles a salir a través de corredores de evacuación civil con límites de tiempo, y luego… quienes no pudieron o no quisieron huir se encontraron con una violencia extraordinaria e indiscriminada desatada contra todos y todo lo que quedaba atrás, incluyendo muchos médicos y civiles", apunta por su parte Stephen Cornish, director general de Médicos Sin Fronteras.
El hecho de que Rusia, en los 11 días que se prolonga la invasión, todavía no haya sido capaz de asegurar su superioridad aérea sobre Ucrania "está obstaculizando su capacidad para brindar un apoyo efectivo a las tropas rusas. Es probable que esto contribuya al retraso general en el avance de Rusia", según la inteligencia británica. Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, en apenas 24 horas Rusia acusó la pérdida de más de media decena de aeronaves bajo fuego ucraniano, unas cifras corroboradas por análisis de inteligencia de fuentes abiertas OSINT a partir de imágenes geolocalizadas.
Definite list of Russian Air Force losses over #Ukraine in the past 26 hours:
— Oryx (@oryxspioenkop) March 5, 2022
- 1x Su-30SM multirole aircraft (pictured)
- 2 Su-34 strike aircraft
- 2 Su-25 close air support aircraft
- 2 Mi-24/35 attack helicopters
- 2 Mi-8 transport helicopter
- 1 Orlan-10 UAV pic.twitter.com/I2JIj19BUD
Pero esas bajas y problemas en la puesta a punto de las capacidades desplegadas pueden implicar también que la aviación rusa bombardee desde mayor altitud y con menor precisión.
En un encuentro en la frontera entre Ucrania y Polonia con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, el ministro de Exteriores ucraniano Dmytro Kuleba ha pedido más suministros de armas y nuevas sanciones contra Rusia. En un esfuerzo diplomático paralelo durante una llamada con un centenar de parlamentarios de las Cámaras legislativas de estadounidenses, Zelenski ha pedido la entrega de cazas y aeronaves militares para contrarrestar el avance militar ruso.
Residente en Mariúpol: "Ayer recogimos nieve y agua de lluvia para poder beber"
Mientras tanto, los bombardeos continúan. La tarde del sábado, Rusia anunció que reanudaba la ofensiva por el "poco interés" de Kiev en "prolongar el régimen de alto el fuego", según declaró el portavoz del Ministerio de Defensa, Ígor Konashénkov, citado por las agencias rusas. El alto el fuego propuesto este sábado para evacuar las ciudades de Volnovaja y Mariúpol (sureste del país), ambas cercadas por las tropas rusas, apenas duró unos minutos antes de convertirse en un estrepitoso fracaso. Según Ucrania, las tropas rusas habrían continuado con sus bombardeos durante la evacuación, mientras que Rusia apuntó a "nacionalistas ucranianos" que habrían disparado contra sus compatriotas para impedirles abandonar las ciudades sitiadas.
Apenas 400 personas de las 15.000 previstas lograron ser evacuadas de la ciudad de Volnovaja, mientras que el Ayuntamiento de Mariúpol, de donde se pretendía evacuar a 200.000, aseguró que posponía la evacuación por el incumplimiento de las tropas rusas.
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Bajo constantes bombardeos, ambas ciudades se enfrentan a una situación crítica. En Volnovaja, el fuego de artillería es tan intenso que las autoridades ucranianas denuncian no ser capaces de recoger los cadáveres, según ha afirmado el parlamentario local Dmytro Lubinets a 'The Guardian'. En Mariúpol, que lleva cuatro días cercada, los bombardeos han dejado a la ciudad prácticamente sin agua, calefacción o electricidad, y el bloqueo de las tropas rusas impide el suministro de alimentos. "Ayer recogimos nieve y agua de lluvia para poder beber. Hoy hemos intentado conseguir agua en las distribuciones, pero la cola era enorme. También intentamos conseguir pan, pero no hay claridad en cuanto al horario ni los lugares donde se distribuye. Seguimos sin electricidad, ni agua, ni calefacción, ni red de telefonía móvil", relata un trabajador ucraniano de MSF en Mariúpol, no identificado por motivos de seguridad.
Once días después de la invasión de las fuerzas rusas, la incapacidad de hacer cumplir el alto el fuego temporal en Mariúpol y Volnovaja es un reflejo de la fragilidad de los esfuerzos para detener los combates en Ucrania. Más de 1,45 millones de personas han abandonado el país, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que es ya la mayor y más rápida crisis migratoria en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
Tras el fracaso del primer intento de alto el fuego para evacuar a los civiles el sábado, Rusia ha anunciado la reanudación de la ofensiva. La madrugada del domingo, la cercada Mariúpol se enfrentaba a una nueva tanda de fuego de artillería y la sensación de urgencia ante un previsible asalto ruso. Pese a los desesperados pedidos del presidente ucraniano Volodímir Zelenski para la aplicación de una 'zona de exclusión aérea' sobre el país, la OTAN se muestra decidida a mantener el teatro bélico confinando solo a Ucrania sin una intervención directa; "todo lo que la Alianza ha sido capaz de hacer hoy [sábado] ha sido pasar 50 toneladas de diésel para Ucrania", según Zelenski. La que no parece verlo tan claro es Rusia, que asegura que Occidente ya es parte del conflicto.