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La investigación interna carga contra el 'partygate' de Johnson: "Hubo fallos de liderazgo y juicio"
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Escándalo en Downing Street

La investigación interna carga contra el 'partygate' de Johnson: "Hubo fallos de liderazgo y juicio"

"Algunos de los comportamientos en torno a estas reuniones sociales son difíciles de justificar", concluye el informe, elaborado por la alta funcionaria británica Sue Gray

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson. (Reuters/Henry Nicholls)
El primer ministro británico, Boris Johnson. (Reuters/Henry Nicholls)

Boris Johnson se enfrenta a la hora de la verdad. La actualización del tan esperado informe sobre el escándalo del 'partygate' ha salido a la luz este lunes y las conclusiones son demoledoras. “Hubo fallos de liderazgo y de juicio por parte del Número 10 y de la Oficina del Gabinete en diferentes momentos. No se debería haber permitido la celebración de algunos de los eventos. No se debería haber permitido que otros acontecimientos se desarrollaran como lo hicieron”, afirma Sue Gray, la 'torie' responsable de la pesquisa interna.

Tal y como se esperaba, la alta funcionaria no nombra a ninguna persona concreta ni critica directamente a ningún político. En cualquier caso, recalca que “con el telón de fondo de la pandemia”, al menos “en algunas de las reuniones” se cometió “un grave incumplimiento, no solo de las normas éticas exigibles a los que trabajan en el corazón del Gobierno, sino de las que podían exigirse a la población británica en general”. Asimismo, la vicesecretaria permanente de la Oficina del Gabinete sugiere que todos los departamentos gubernamentales deberían tener una “política clara y sólida” sobre el consumo de alcohol en el trabajo.

Foto: Fachada del Número 10 de Downing Street. (EFE/Andy Rain)

Gray ha investigado hasta 16 eventos que tuvieron lugar en una docena de fechas entre mayo de 2020 y abril de 2021, en plenas restricciones sociales. Todos se celebraron en Downing Street o en la Oficina del Gabinete, excepto uno en el Departamento de Educación. Scotland Yard está investigando 12 de estas reuniones. La Policía había pedido que se hiciera “referencia mínima” a los eventos que evalúan ahora los agentes, por lo que Gray explica que está “extremadamente limitada”.

Lo que se publica este lunes es, por tanto, tan solo una actualización de la investigación interna, no se trata del informe completo. No hay detalles, por ejemplo, de la famosa invitación que realizó el secretario personal del primer ministro el 20 de mayo de 2020, animando a la gente a “traer su propia bebida para disfrutar del buen tiempo en los jardines de Downing Street”, lo que Johnson justificó en su momento como “evento de trabajo”.

Tampoco se alude directamente a la reunión social que los trabajadores del Número 10 alargaron con alcohol hasta altas horas de la madrugada apenas unas horas antes de que se celebrara el entierro en abril de 2021 del príncipe Felipe, esposo de Isabel II. En cualquier caso, la actualización de la pesquisa interna es una auténtica bomba de relojería.

“El uso del jardín del número 10 de Downing Street debe ser principalmente para el primer ministro y los residentes privados del número 10 y 11 de Downing Street. Durante la pandemia se utilizó a menudo como una extensión del lugar de trabajo, como medio más seguro de celebrar reuniones de grupo en un espacio ventilado. Se trataba de una medida sensata que el personal apreciaba, pero el jardín también se utilizaba para reuniones sin una autorización o supervisión claras. Esto no era apropiado. Cualquier acceso oficial al espacio, incluso para reuniones, debería ser sólo por invitación y en un entorno controlado”, describe el informe.

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson, el pasado 4 de enero. (Getty/Pool/Jack Hill)

“Algunos empleados querían plantear sus preocupaciones sobre los comportamientos que presenciaban en el trabajo, pero a veces se sentían incapaces de hacerlo. Ningún miembro del personal debería sentirse incapaz de denunciar o desafiar una mala conducta cuando la presencie”, recalca.

El escándalo del 'partygate' ha hecho que el primer ministro haya perdido la popularidad en la calle y la autoridad en sus propias filas. Siempre se había dicho que los diputados rebeldes esperarían a ver las conclusiones de la investigación interna antes de decidir si finalmente plantean desafío al liderazgo de Johnson. Por lo que está por ver ahora si finalmente alcanzan las 54 cartas necesarias para demandar moción de confianza.

Cambios en el Gobierno como distracción

Tal y como había prometido, nada más conocerse los detalles, Johnson ha acudido a la Cámara de los Comunes a dar explicaciones, una estrategia para que los titulares se centren más en su versión de los hechos. Y a última hora de la tarde, se reunirá con sus propias filas a fin de intentar evitar la rebelión.

Durante su comparecencia en Westminster, el aún líder tory ha pedido perdón aunque entiende que “eso no es suficiente”. Ha asegurado que “no sirve de nada decir que esto o aquello estaba dentro de las reglas” o que la gente estaba “trabajando duro”. “Esta pandemia fue dura para todos”, señala. “Pedimos a la gente de todo el país que hiciera los sacrificios más extraordinarios”, añade.

Foto: Boris Johnson corriendo por St. Jame's Park en Londres en medio de la crisis del 'partygate'. (Reuters/Hannah McKay) Opinión

Johnson ha anunciado una reestructuración de Downing Street con la nueva Oficina del Primer Ministro y se ha comprometido a revisar los códigos de conducta para el personal y los asesores, adelantando que en los próximos días ofrecerá “más detalles sobre cómo mejorar el funcionamiento del Número 10”. Aunque la compostura apologética le ha durado poco porque rápidamente ha pasado al ataque ante las críticas de la oposición, asegurando que, tal y como prometió a los británicos, “ejecutó el Brexit” y ahora ha logrado que “la economía británica sea la que más ha crecido del G7 tras la pandemia”, gracias a “la exitosa campaña de vacunación”.

Él se aferra al poder con los dientes y ha elaborado un plan para intentar garantizar su supervivencia, la 'Operación salvar gran perro', que básicamente consiste en culpar, de puertas para dentro, a sus asesores de todos sus males y hacer una gran limpia dentro de Downing Street. Nadie se explica cómo es posible que Martin Reynolds, su secretario personal y responsable de la famosa invitación para el evento de mayo de 2020, siga manteniendo su puesto. El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, ha acusado a Johnson de tomar a los británicos por tontos asegurando que “no es la persona adecuada de ocupar el puesto de primer ministro”.

En cualquier caso, la amenaza más seria viene ahora de sus propias filas. En el tenso debate de esta tarde en los Comunes, varios tories de peso, como Andrew Mitchell, han dicho públicamente que ya no apoyan al primer ministro. El descontento es importante. Está por ver, si la reunión de este lunes por la noche calma los ánimos para evitar desafío al liderazgo.

Boris Johnson se enfrenta a la hora de la verdad. La actualización del tan esperado informe sobre el escándalo del 'partygate' ha salido a la luz este lunes y las conclusiones son demoledoras. “Hubo fallos de liderazgo y de juicio por parte del Número 10 y de la Oficina del Gabinete en diferentes momentos. No se debería haber permitido la celebración de algunos de los eventos. No se debería haber permitido que otros acontecimientos se desarrollaran como lo hicieron”, afirma Sue Gray, la 'torie' responsable de la pesquisa interna.

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