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EEUU reabre sus puertas al mundo y pone fin (oficioso) a la pandemia
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EEUU reabre sus puertas al mundo y pone fin (oficioso) a la pandemia

Los grupos de influencia empresariales llevan tiempo presionando a la Casa Blanca para que levantase estas restricciones, que la UE había suspendido en junio. Bruselas, frustrada, llegó a barajar volver a implementar los límites

Foto: Viajeros internacionales, en el aeropuerto de Boston tras la reapertura de EEUU. (EFE/EPA/CJ Gunther)
Viajeros internacionales, en el aeropuerto de Boston tras la reapertura de EEUU. (EFE/EPA/CJ Gunther)

Casi 20 meses después de que Estados Unidos echara el candado en reacción a la pandemia, sus fronteras vuelven a estar abiertas para los viajeros de 33 países por motivos no esenciales. Un hito personal para los europeos que tienen amigos o familiares viviendo aquí, y un hito económico para sectores como el del turismo y el transporte, deseosos de recuperar las cifras previas a la debacle y completar la recuperación de una economía que muestra signos de calentamiento.

La US Travel Association calcula que estos 604 días de cierre fronterizo han costado a la industria del viaje, valorada en 233.000 millones de dólares, pérdidas semanales de 1.500 millones. El dinero que no se han gastado los canadienses, europeos y británicos que habrían venido de no ser por la crisis sanitaria. Una crisis ahora que parece bajo control. Aunque de manera más dificultosa, EEUU ya ha puesto al menos una dosis de la vacuna al 68% de su población. La edad elegible ha bajado a cinco años.

En primera fila de la reapertura están las aerolíneas. United Airlines estimaba que solo este lunes el tráfico de viajeros internacionales crecería 50% con respecto al volumen del lunes anterior: de 20.000 a 30.000 pasajeros. El mes que viene espera recuperar un 70% de la capacidad internacional de 2019. La web Hopper asegura que, desde que la Casa Blanca anunció la reapertura en septiembre, las búsquedas de billetes a Estados Unidos internet se han multiplicado por cuatro.

Aunque puede que la recuperación del turismo o las visitas familiares no baste. Según la agencia Reuters, la clave de la bonanza en los viajes transatlánticos reside en la clase business. Son los caros asientos de la parte delantera del avión los que de verdad generan beneficios y los que dependen de que las corporaciones, después de un año y medio de operar en el ciberespacio, a través de Zoom, reemprendan los viajes de negocios. Una encuesta de Deloitte recoge que los viajes corporativos, este año, solo alcanzarán un 25% o 30% de los volúmenes de 2019. Habría que esperar a finales de 2022 para rozar el 80% de lo que solía ser antes de la pandemia.

Las aerolíneas europeas dependen de este segmento aún más que las estadounidenses. En torno a una cuarta parte de los ingresos de la alemana Lufthansa, por ejemplo, emana de viajes de empresa. Entre las grandes de EEUU, la cifra oscila entre el 11% y el 17%. Por eso algunas compañías invierten en seducir al viajero medio para que gaste más en comodidad, confiando en los ahorros apilados estos meses.

Foto: Aeropuerto de Los Ángeles. (EFE)

Los grupos de influencia empresariales llevan tiempo presionando a la Casa Blanca para que levantase estas restricciones, que la Unión Europea había suspendido en junio. Bruselas, frustrada, llegó a barajar volver a implementar los límites. Desde esta semana, los socios transatlánticos vuelven a estar en igualdad de condiciones. Ambos exigen vacuna a los viajeros. EEUU, además, un test PCR en el espacio de tres días anteriores al viaje. Las autoridades han advertido de que los retrasos en las aduanas serán mucho más largos que de costumbre en los próximos días.

Roedores en la Gran Manzana

Las ciudades más visitadas del país también están listas para dar la bienvenida. Nueva York está a la cabeza de las reservas de billetes, según Bloomberg. Además de su carisma intrínseco, la temporada navideña suma alicientes a la Gran Manzana, siempre que los turistas estén dispuestos a padecer la marea humana que se arremolina estas fechas por las calles comerciales. Nueva York es especialmente apetecible para los británicos, quienes representarán un 18% de las visitas.

Los visitantes, sin embargo, deberían de ser conscientes de algunos detalles. Por ejemplo, que las proverbiales ratas neoyorquinas están en muy buena forma. Las llamadas al 911 para denunciar un problema de ratas han pasado de 15.000 en 2019 a 21.000 en lo que va de año. Las inspecciones sanitarias por “ratas activas” se han duplicado con respecto a 2020.

Una razón es el pobre servicio de recogida de basuras en una de las ciudades más derrochadoras del planeta. Otro, la reactivación del sector de la construcción, que obliga a las ratas a cambiar de morada recorriendo las calles. Y otro: que la pandemia ha animado a los restaurantes a desplegar sus terrazas por las aceras. No son pocos los comensales que han visto a una rata subiéndose a la mesa. Además de numerosa, esta nueva generación de ratas parece estar especialmente gorda.

Foto: El candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, Eric Adams, habla con los medios tras reunirse con el presidente Joe Biden. (EFE)

La siguiente ciudad de la lista es Miami, que durante la pandemia ha sido el refugio de las personas más reacias a la mascarilla y las restricciones públicas. Lo permite su buen tiempo y lo permite su gobernador, el republicano Ron DeSantis, que ha mantenido los límites oficiales al mínimo. Una actitud que mantiene con su oposición a los mandatos de vacunación que emanan del Gobierno federal. Los principales interesados en visitar Miami provienen de América Latina.

Orlando, sede de Disney World, también espera un fuerte influjo de gente. Lo mismo que San Francisco y Los Ángeles, con la salvedad de que los billetes a la Meca del Cine son los que más se han encarecido recientemente. Dice la web Hopper que volar a Los Ángeles costará un 33% más que en 2019.

Tribalización pandémica

La economía estadounidense que recibirá estas divisas está relativamente en forma. El PIB se ha recuperado oficialmente del batacazo sufrido el año pasado. El índice de paro, en el 4,6%, continúa bajando y ya está cerca de aquellos niveles dorados de 2019. Por otra parte, la enorme inyección pública en los bolsillos de los ciudadanos, con los sucesivos programas de ayuda, y la explosión de gasto derivada de los ahorros, está calentando la inflación. El aumento del consumo, sumado a la escasez de mano de obra que sufren casi todos los sectores, hacen temer un problema de desabastecimiento que puede extenderse a mediados del año que viene.

Foto: Foto: Reuters/Henry Nicholls.

La apertura de Estados Unidos marca un final oficioso, sino a una pandemia que sigue activa en todo el mundo, al menos a una de sus etapas más restrictivas. Los sucesivos mandatos de vacunación decretados por la Casa Blanca en los últimos meses, que ya cubren al personal de las empresas con más de 100 trabajadores, son munición política para los republicanos.

Pocos días después de que el Gobierno anunciase la medida, varios estados conservadores pusieron una demanda. Un tribunal federal de apelaciones congeló temporalmente la ley, al presentar, en palabras del juez responsable, "graves" preocupaciones "estatutarias y constitucionales".

Foto: El presidente estadounidense, Joe Biden. (EFE)

La tribalización y la insidia política siguen marcando las vicisitudes estadounidenses. Una crisis sanitaria tan grave como la del covid no es una excepción. El año pasado, de acuerdo a 'The New York Times', las muertes por covid por habitante en estados demócratas y republicanos fueron bastante parecidas. Si bien los territorios conservadores eran más reacios a restringir o llevar mascarilla, sus más abundantes espacios rurales podrían haber compensado la balanza.

En lo que llevamos de 2021, en cambio, con las vacunas disponibles desde enero, el desequilibrio de incidencia ha ido aumentando. Los datos de octubre indican que, en aquellos condados donde Joe Biden ganó con más de un 60% de los votos, las muertes por covid rondan las 7,8 por cada 100.000 habitantes. En los estados que se llevó Donald Trump, la mortandad es tres veces mayor: 25 por cada 10.000.

Casi 20 meses después de que Estados Unidos echara el candado en reacción a la pandemia, sus fronteras vuelven a estar abiertas para los viajeros de 33 países por motivos no esenciales. Un hito personal para los europeos que tienen amigos o familiares viviendo aquí, y un hito económico para sectores como el del turismo y el transporte, deseosos de recuperar las cifras previas a la debacle y completar la recuperación de una economía que muestra signos de calentamiento.

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