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¿Quiénes son los talibanes?
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¿Quiénes son los talibanes?

En 1996 se hicieron con el control del país, aunque los talibanes dejaron Kabul en 2001. 20 años más tarde, y tras una rápida ofensiva, han recuperado el control de la capital de Afganistán

Foto: Insurgentes talibanes en Kabul tras la toma de la capital de Afganistán (EFE)
Insurgentes talibanes en Kabul tras la toma de la capital de Afganistán (EFE)

​Varias semanas de ofensiva, la salida de las tropas estadounidenses del país, el abandono del presidente, Ashraf Ghani, y, poco después, la toma de Kabul. El avance talibán ha sido imparable y hace solo unos días el Gobierno afgano ya daba casi por perdido el país. No esperaban que fuera cuestión de meses, sino de semanas, y finalmente ha sido cuestión de días. La toma de Afganistán deja un escenario incierto y peligroso para un país que ya ha vivido antes bajo el control de las milicias talibanas, antes de la que luego se convirtió en la guerra más larga de Estados Unidos, que acabó sin victoria, con una agria crisis para el país y dando paso a lo que podría ser una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo.

Quien está detrás de todo esto son los talibanes. Transliterados como 'talibán' (طالبان‎), su denominación significa literalmente los 'estudiantes'. Se trata de un movimiento político-paramilitar fundamentalista del islam suní, cuya primera acción se remonta a 1994, dos años antes de dirigir Afganistán. Nacidos a comienzos de los años noventa en el norte de Pakistán, fueron fruto de la salida de los soldados soviéticos de Afganistán, y se cree que su crecimiento estuvo sufragado económicamente por Arabia Saudí, partidario de la línea dura del sunismo. Su promesa entonces fue restablecer la paz y la seguridad y hacer cumplir su versión estricta y austera de la 'sharia' o ley islámica.

1994: el nacimiento de los talibán

Fue el mulá Mohamed Omar, miembro de la tribu pastún y primer comandante 'muyahidín' afgano, quien impulsó la organización de un grupo que buscaba expulsar a la URSS del país. Se cree que Mohamed Omar vivió hasta 2013 en el sur del país, cerca de una base estadounidense; en julio de 2015 fue su propio hijo quien, según explicó un exmninistro talibán que había sido miembro del órgano directivo del movimiento integrista, identificó el cuerpo de su padre, fallecido a causa de una tuberculosis. Tras la derrota de Estados Unidos en Vietnam y la posibilidad de una intervención de Washington en Irán en tiempos de la revolución islámica, la URSS trató de extender su influencia a un país que, ya entonces, se encontraba inmerso en un conflicto interno entre el Gobierno y las tribus contrarias a las normas laicas de Kabul.

placeholder El mulá Mohamed Omar, fundador de los talibanes afganos
El mulá Mohamed Omar, fundador de los talibanes afganos

Fue aquí donde surgió la insurgencia muyahidín, para frenar la corrupción y el crimen desatado en el Afganistán postsoviético. En 1994, con pocos miembros entre sus filas, se hicieron con el control de Kandahar y un año más tarde se hicieron con Herat, en la frontera con Irán. Fue exactamente un año más tarde, en 1996, cuando tomaron la capital, poniendo fin al Gobierno del entonces presidente, Burhanuddin Rabbani, primer mandatario del Afganistán islámico postsoviético. Desde este momento los talibanes impusieron sus estrictas normas: prohibieron la televisión y la música, prohibieron la escolarización de las niñas y el burka se convirtió en vestimenta obligatoria para todas las mujeres. Fue también el Afganistán talibán el que dio refugio a Osama Bin Laden mientras preparaba el que fue el mayor ataque terrorista de la historia, el atentado del 11-S en Nueva York, que dejó casi 3.000 muertos.

En 1998, los talibanes controlaban casi el total del país —el resto, menos de un 10% del país, estaba controlado por la denominada Alianza del Norte o Frente Islámico Unido por la Salvación de Afganistán—, y tras la época socialista, en los inicios del Emirato Islámico de Afganistán la población afgana no rechazaba su presencia ni liderazgo. En sus inicios. Solo tres países en el mundo reconocía al Emirato como estado: Pakistán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos; todos los demás reconocían a Rabbani como presidente en el exilio. Fueron cinco años de barba obligatoria —larga, también obligatorio— para los hombres, burka para las mujeres y castigos físicos muy estrictos: azotes en público, lapidaciones...

2001: caída del Gobierno talibán

Tras los atentados del 11-S, el Gobierno de Estados Unidos exigió a Afganistán, aún Emirato, la entrega inmediata del 'cerebro' de la operación. El que fue el terrorista más buscado durante varios años, Bin Laden, fue abatido en una operación de la que todavía se desconocen muchos detalles, cuando se encontraba oculto en Abbotabad (Pakistán): fue una operación que se fraguó durante mucho tiempo pero que culminó en ocho horas, y que finalizó con el cadáver del terrorista siendo lanzado al mar. Pero todo esto ocurrió en 2011, diez años después de la invasión estadounidense a Afganistán, diez años antes del repliegue de las tropas estadounidenses del país; diez años después de la caída de los talibán, diez años antes de su vuelta al poder.

Por aquel entonces, tras el 11-S (2001), George Bush ordenó el ataque: comenzó el bombardeo por Kabul, Kandahar y Herat, las tres provincias que primero cayeron en manos de los talibán. Mientras la Alianza del Norte se hacía con el control de Kunduz y los talibanes abandonaban la capital, Hamiz Karzai asumía el cargo de presidente interino; es en este momento cuando Bin Laden huye a Pakistán. En diciembre de 2001 cayeron las últimas posiciones de los talibán en el país, aunque la insurgencia permaneció. En enero de 2002 murió el primer soldado estadounidense en el terreno; hasta abril de 2021 lo hicieron muchos más, casi 2.500, amén de otros 1.100 aliados, 66.000 policías y soldados afganos, cerca de 50.000 civiles, casi 500 trabajadores humanitarios y 72 periodistas. 102 militares españoles perdieron la vida durante el conflicto —incluidas las víctimas del accidente del Yak-42— Este ha sido el coste de la guerra de Afganistán.

¿Quién es su líder?

Desde el fin del Emirato Islámico de Afganistán, el líder de los talibán sobrevivió —y no a pocos atentados— escondiéndose entre Afganistán y Pakistán. Si bien se confirmó que Omar había fallecido en 2013 a causa de una tuberculosis, no existe información oficial sobre su fallecimiento. El segundo líder talibán fue el mulá Ajtar Mohamed Mansour. Fue nombrado públicamente cuando se conoció la muerte de Omar, en julio de 2015, aunque parte de sus familiares no reconocieron al nuevo líder, al asumir que de este modo estarían confirmando el fallecimiento de Omar. La familia del primer mulá llegó a creer que Mansour estaba detrás de un posible envenenamiento del hasta entonces líder de los talibanes afganos.

La familia de Omar se negó a reconocer al nuevo líder: suponía reconocer la muerte de Omar

Durante el régimen talibán afgano Mansour había sido ministro de Aviación. Al igual que Omar, Mansour también fue objeto de múltiples atentados, y en un ataque en Quetta (Pakistán) varios medios dieron por muerto al líder talibán. No obstante, su muerte no fue real hasta mayo de 2016: un operativo de la CIA aprovechó un viaje de Mansour a su familia en Irán para acabar con el líder talibán. La Inteligencia estadounidense logró rastrear su objetivo y cuando Mansour cruzaba la frontera por la región paquistaní de Baluchistán enviaron 'drones' que alcanzaron al mulá Mansour. Fue un momento crítico en la política exterior del Gobierno de Barack Obama, ya que había sopesado dar un paso hacia las conversaciones de paz, pero también supuso un mensaje para Pakistán: Estados Unidos tomaría medidas en su terreno si fuera necesario, sin previo aviso.

placeholder La muerte del mulá Mansour, en la prensa paquistaní (Reuters)
La muerte del mulá Mansour, en la prensa paquistaní (Reuters)

Tras la muerte de Mansour fue elevado al cargo de líder talibán el ulema Haibatulá Ajundzada, quien durante el régimen había sido jefe de Justicia, principal encargado de la aplicación de la 'sharia' en Afganistán.En 2019 el hermano del líder talibán murió en una explosión en una mezquita próxima a Quetta (Pakistán), llevada a cabo mediante un artefacto con temporizador colocado debajo de la silla del líder de la oración. La estructura actual de los talibán es profundamente irregular: el mulá Mohamed Yaqub, hijo del fundador de los talibanes, Mohamed Omar, es el jefe militar de la organización y, a diferencia del líder, apuesta por cierta liberalización en las políticas sociales y una solución negociada, según el experto del Instituto Real de Servicios Unidos de Londres, Antonio Giustozzi. En la 'cúpula' talibán se encuentra otro 'moderado', el negociador jefe de las conversaciones de paz con Doha (Qatar), el mulá Abdul Ghani Baradar.

¿Cómo se financian los talibanes?

En gran medida el movimiento talibán depende de las drogas. En el pasado los talibanes fueron acusados de estar implicados en el tráfico de órganos humanos, extraídos principalmente de niños sin recursos y sin nombres, tal y como denunció en 2001 la Organización Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (Rawa). Ya entonces las arcas de los talibanes se llenaba a costa del impuesto al tráfico de opio, materia prima para la fabricación de heroína, y aunque antes de la guerra los milicianos prohibieron el cultivo de la amapola, tras el fin del régimen talibán se restableció: Estados Unidos y la OTAN consideraban que el 60% de la financiación del movimiento talibán en Afganistán procedía del tráfico de drogas, gracias a una extensión de cultivos equivalente a 30 veces el tamaño de Barcelona.

Además, los talibanes imponen impuestos a las empresas, se benefician del comercio de combustible en las zonas fronterizas bajo su control y operan minas ilegales dentro del país. Asimismo, los talibanes reciben fondos externos de simpatizantes, principalmente de Pakistán y de los países del Golfo. Seún investigadores de la OTAN, los talibanes recaudan unos 1.600 millones de dólares cada año.

​Varias semanas de ofensiva, la salida de las tropas estadounidenses del país, el abandono del presidente, Ashraf Ghani, y, poco después, la toma de Kabul. El avance talibán ha sido imparable y hace solo unos días el Gobierno afgano ya daba casi por perdido el país. No esperaban que fuera cuestión de meses, sino de semanas, y finalmente ha sido cuestión de días. La toma de Afganistán deja un escenario incierto y peligroso para un país que ya ha vivido antes bajo el control de las milicias talibanas, antes de la que luego se convirtió en la guerra más larga de Estados Unidos, que acabó sin victoria, con una agria crisis para el país y dando paso a lo que podría ser una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo.

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