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Países similares, un abismo en el medallero: ¿por qué España no gana como Italia?
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578 VS. 15O MEDALLAS EN LOS JJOO

Países similares, un abismo en el medallero: ¿por qué España no gana como Italia?

España e Italia son para muchos primos hermanos en casi todo. Pero en el medallero olímpico la brecha todavía es muy amplia, también en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Foto: El equipo italiano de esgrima celebra su medalla de plata en Tokio 2020. (EFE)
El equipo italiano de esgrima celebra su medalla de plata en Tokio 2020. (EFE)

España e Italia son para muchos primos hermanos en casi todo. Socialmente parecidos, comparten además muchos de sus problemas y virtudes. Durante años, los españoles han mirado el espejo italiano como el siguiente escalón a subir. A finales de la década de los noventa y en los primeros años de este siglo, incluso, se barruntaba la idea de alcanzar económicamente a los transalpinos e incrementar el G-7 a G-8 o, incluso, ocupar la silla de una nación emergente por una que parecía estar en una perenne crisis.

Hasta hoy, España sigue teniendo a Italia como el referente europeo más cercano por arriba y un simpático competidor directo del que periódicamente van saliendo titulares que aseguran que en algún aspecto económico se les ha sobrepasado. En el deporte, también existe esa cierta competencia, solo que allí, al menos en el olímpico, que es el evento de referencia para medir la salud del deporte de un país, la diferencia a favor de los transalpinos es grande y no para de crecer. ¿Por qué Italia logra más medallas que España?

Foto: El gimnasta japonés Daiki Hashimoto celebra su medalla de oro. (EFE)

España se ha hecho con, en la historia de los Juegos Olímpicos de verano antes de estos JJOO de Tokio, 150 medallas: 45 de oro, 64 de plata y 41 de bronce. Italia, por su parte, ha obtenido 578: 208 de oro, 183 de plata y 201 de bronce.

Quizá, por desarrollo de España y apuesta más decidida por el deporte, la referencia hispana se debería tomar desde las Olimpiadas de Barcelona en el 92 y la creación del programa de apoyo al deporte olímpico, ADO. Atrás quedaban los tiempos en que el bronce de José Manuel Abascal en 1.500 metros en Los Ángeles 84 se consideraba un éxito superlativo que celebraba todo el país.

En los Juegos celebrados en España, se pasó de las cuatro preseas obtenidas en Corea 88 a las 22 medallas conseguidas de Barcelona 92. El problema es que 30 años después esa cifra sigue siendo el techo del deporte olímpico español. Desde Barcelona 1992 hasta Tokio 2020 (sin contar lo que está sucediendo ahora), España ha sacado 124 medallas en siete Juegos distintos.

Italia, en ese mismo espacio de tiempo, ha obtenido 203 medallas. Solo en Barcelona 92 los italianos subieron menos veces al podio que los españoles: 22 a 19. Si tomamos como referencia los Juegos actuales, en el momento de escribir esta noticia, 28 de julio, la cifra es 15 a tres, de nuevo favorable a los 'azzurri'. La brecha entre los dos países 'similares' sigue aumentando.

180.000 euros frente a 94.000

Representar a tu país, realizar la actividad física que te apasiona y participar en un evento internacional sin parangón como son los JJOO son razones suficientes para algunos para sacrificar años de vida con entrenamientos extenuantes y un cuidado físico que impide realizar muchas cosas rutinarias para el resto de humanos. Para llegar a unos JJOO hay que ser muy bueno, pero para alcanzar el podio hay que sobresalir en la excelencia. Eso tiene que ver con las condiciones en que se entrena, el tiempo que se dispone para ello y el nivel de entrega que uno puede permitirse. Ser olímpico es un sueño y ganar dinero para vivir es imprescindible.

Entre España e Italia hay una marcada diferencia en los premios que reciben por conseguir una medalla. En España, el Comité Olímpico Español (COE), el programa ADO y el Consejo Superior de Deportes otorgan 94.000 euros por un oro individual, 75.000 cuando el oro es en pareja y 50.000 cuando se obtiene compartido por tres o más personas (equipo). La plata se paga a 48.000, 37.000 y 29.000 euros respectivamente, y el bronce supone 30.000, 25.000 y 18.000. “Los premios se mantienen estables entre Río de Janeiro y los JJOO de Tokio”, apunta una información de Newtral del pasado 20 de julio.

Foto: Federica Pellegrini durante la semifinal de 200m estilo libre. (EFE)

En Italia, sin embargo, las autoridades deportivas han decidido, “por las especiales dificultades que están viviendo los deportistas”, aumentar un 20% la cuantía de los premios de sus medallistas respecto a Río de Janeiro, según ha justificado el Comité Olímpico Italiano (CONI). Hay una sola clasificación que fija en 180.000 un oro, 90.000 la plata y 60.000 el bronce.

¿Es esa brecha de premios la clave para subir al podio?

Podría pensarse que es así entre España e Italia, pero es complicado establecer una relación causa efecto cuando se analizan otros países. Hay otros factores importantes en la estabilidad del deportista y su capacidad para focalizarse en su objetivo que el premio por medalla. Entre otras cosas, para conseguir ser uno de los privilegiados que luchan por un podio olímpico, hay que pasar cuatro años entrenando, compitiendo a alto nivel y teniendo alguien que lo sufrague.

Italia es uno de los países que más pagan por medalla olímpica

En EEUU, el joven deportista olímpico obtiene becas universitarias y un posible futuro laboral estable dentro o fuera del campo del deporte, pero solo los medallistas de oro obtienen un premio económico, la plata y el bronce no se premia, y es de 21.000 euros. Un artículo de 'Eurosport Italia' explica que en Rusia un oro se paga a 152.000 euros; en Australia, a 105.000; en Francia, a 55.000, y en China, a 26.500.

Luego, hay países como Reino Unido, Suecia o Noruega que las medallas las pagan con convenios con fundaciones y asociaciones que ofrecen a los medallistas acuerdos que les dan sustento en los siguientes años de su éxito.

Foto: Celebración de los 'Hispanos' por su medalla. (EFE)

Italia es uno de los países que más pagan por medalla olímpica, aunque se queda muy lejos del millón de dólares que ofrece Singapur por un oro o los 746.000 de Indonesia.

Especialización en deportes “menos relevantes”

España no tiene históricamente deportes en los que domina o consigue gran número de medallas. Los hispanos han conseguido podios en 25 deportes distintos, pero solo en seis han conseguido en la historia de los JJOO más de 10 preseas. El récord es la vela, con 19, seguido de las 16 del piragüismo y las 15 del ciclismo.

Italia, por su parte, ha conseguido medallas en 24 especialidades deportivas, una menos que España, pero es una potencia en disciplinas concretas como la esgrima, donde hasta hoy ha obtenido 128 medallas. Le siguen en todos los JJOO el ciclismo con 61 y el atletismo con 60.

Foto: Niko Sherazadishvili, llorando tras su derrota. (EFE)

En los juegos de Río de Janeiro, por ejemplo, los transalpinos sacaron 28 medallas, de las que siete fueron en tiro (cuatro de ellas de oro). Algunos deportes menos conocidos para el gran público ofrecen un gran rendimiento en el medallero e Italia rentabiliza bien ese aspecto.

Atletas policías y militares

Otra peculiaridad azzurra, es algo característico e histórico de Italia, es que buena parte de sus deportistas olímpicos pertenecen a los cuerpos de seguridad y ejército. En la actual delegación italiana en Tokio, de los 384 atletas hay 129 que pertenecen a las Fuerzas Armadas: 47 del Ejército de Tierra, 14 de la Marina, 30 del Ejército del Aire y 38 son del Cuerpo de Carabinieri. Es decir, uno de cada tres olímpicos italianos es miembro de las Fuerzas Armadas.

Uno de cada tres olímpicos italianos es miembro de las Fuerzas Armadas

La cifra es mucho mayor cuando se añaden los atletas que forman parte de los cuerpos policiales. Con los llamados Fiamme Oro (Llama de oro), el grupo de la policía nacional, hay que sumar otros 72 atletas en Tokyo, más el grupo conocido como Fiamme Gialle, que pertenecen al Cuerpo de la Guarda di Finanza, que son otros 48, más el grupo denominado Fiamme Azzurre, que son guardas penitenciarios y suponen 20 atletas. En total, sumando soldados y todos los cuerpos de fuerzas de seguridad, salen 269 de los 384 miembros del equipo olímpico en Tokio.

La peculiar relevancia de estos cuerpos en el deporte italiano se reconoce en la propia página del Comité Olímpico Italiano donde hay una pestaña que divide a sus deportistas entre cuerpo militar y cuerpo civil.

Estudio comparativo de 11 países

La firma Deloitte publicó en 2018 un completo análisis del deporte español y su desarrollo comparado con otros 10 países entre los que están Australia, Holanda, Dinamarca, Nueva Zelanda, Alemania, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Bélgica, Italia y España. La lista anterior está enumerada según la conclusión del informe, del mejor al peor, tras analizar diversos baremos del grado de madurez de cada deporte en cada país. España ocupa el último lugar con un porcentaje que le otorgan del 54% e Italia el penúltimo con un 59%. Australia es primera con un 72%.

Foto: Gazi Jalidov en el combate contra Aokuoso. (@COE_es)

Hay un baremo concreto del estudio que se titula Rendimiento Deportivo en Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales y Juegos Paraolímpicos. España es penúltima, solo por delante de Bélgica, con un 31%, e Italia antepenúltima con un ya salto significativo hasta el 40%. En ese apartado vence Holanda con un 63%.

El estudio de Deloitte concluye con cuatro conclusiones sobre el deporte español:

1. El modelo deportivo español necesita dotarse de un plan estratégico nacional.

2. Es necesario desarrollar nuevas vías de financiación (incentivos fiscales, innovación en patrocinio, potenciación de competiciones), así como igualar las subvenciones públicas a la media de los países comparados.

Foto: Enmanuel Reyes celebra su victoria en octavos. (Reuters)

3. Es fundamental aumentar los niveles de transparencia y gobernanza de los propios agentes del deporte federado.

4. Uno de los mayores retos se encuentra en reducir la brecha entre la práctica del deporte aficionado en España y deporte federado.

¿Una cuestión del dinero del país?

La clasificación del medallero olímpico suele ser un reflejo de la importancia de los países, con las grandes superpotencias disputándoselo. En la actualidad, EEUU y China son siempre los que están a la cabeza, pero hace unas décadas eran EEUU y la URSS los que competían por ese Olimpo. A ese derbi entre las dos superpotencias se suele añadir como actor invitado el país anfitrión que mejora muchos sus registros de preseas por la extra-motivación económica y anímica de no quedar mal en casa. El deporte es una buena propaganda de la grandeza de un país y todos la usan. ¿El nivel de desarrollo es proporcional al éxito obtenido?

Foto: geopolitica-eurocopa-conflictos-balon-futbol

La similitud económica de Italia a España es para algunos una ilusión óptica y para otros una realidad que ya se ha producido. La literatura mediática es variada y si se toma como referente lo que han dicho diversos años el FMI o Eurostat sobre renta per capita junto a coste de vida, España ha superado a Italia en diversas ocasiones.

La ciencia económica tiene la “peculiaridad” de ser variada y depende del baremo que se tome ofrece argumentos para sostener el sorpasso o para hablar aún de una brecha a favor de los italianos. Si uno ve el PIB, España acabó 2020 con un PIB de 1.121.698 millones de euros por los 1.651.595 de Italia. La renta per cápita española es de 23.690 euros por 27.780 de Italia. La deuda pública española es de un 119% por el 155% de la italiana. El salario medio de un español es de 26.934 euros y el de un italiano de 30.233. Italia tiene 60 millones de habitantes y España 47. Al añadir el coste de vida es cuando las cifras favorecen a España.

¿Y en deporte? En disciplinas muy profesionales como el fútbol, baloncesto, tenis, motociclismo, automovilismo, golf… España ha conseguido igualar o adelantar, incluso, a Italia, pero en el deporte olímpico la brecha sigue siendo enorme y creciente. España tiene un deuda histórica en este aspecto e Italia puede ser un buen espejo en el que mirarse para mejorar.

España e Italia son para muchos primos hermanos en casi todo. Socialmente parecidos, comparten además muchos de sus problemas y virtudes. Durante años, los españoles han mirado el espejo italiano como el siguiente escalón a subir. A finales de la década de los noventa y en los primeros años de este siglo, incluso, se barruntaba la idea de alcanzar económicamente a los transalpinos e incrementar el G-7 a G-8 o, incluso, ocupar la silla de una nación emergente por una que parecía estar en una perenne crisis.

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