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Una española tras 44 años viviendo en Reino Unido, despedida: "Llevo 30 años pagando impuestos aquí"
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Tras las reformas del Brexit

Una española tras 44 años viviendo en Reino Unido, despedida: "Llevo 30 años pagando impuestos aquí"

A la mujer, nacida en España pero residente en el país desde que era un bebé de 11 meses, todavía no le han resuelto su solicitud de estatus de asentamiento para comunitarios

Foto: El 30 de junio concluyó el plazo para que los comunitarios solicitaran el estatus de asentamiento para poder trabajar en Reino Unido (EFE)
El 30 de junio concluyó el plazo para que los comunitarios solicitaran el estatus de asentamiento para poder trabajar en Reino Unido (EFE)

El pasado 30 de junio era el día límite para que los comunitarios residentes en Reino Unido pidieran el "estatus de asentamiento" para evitar quedar calificados como ilegales dentro del país, a raíz de las últimas modificaciones derivadas del Brexit. Muchos lo habrán conseguido y otros tantos se habrán quedado fuera. Este último es el caso de una mujer, nacida en España pero residente en Inglaterra durante prácticamente toda su vida, que con 45 años se ha visto seriamente afectada por esta nueva normativa: ha sido despedida de su trabajo en una residencia al no poder demostrar que tiene derecho a trabajar en el país.

Tal y como relata 'The Guardian', la mujer lleva 44 años en el país, al que llegó siendo un bebé de once meses. Nunca ha salido de Reino Unido. Desde que conoció las nuevas reglas del juego ha intentado comunicarse con el Ministerio del Interior más de un centenar de veces, pero nunca ha conseguido hablar con un asesor. Tras presentar la documentación para obtener el "estatus de asentada", se ha quedado fuera después de que su solicitud quedara atascada en algún lugar, entre los cerca de medio millón de casos que Interior aún no ha podido procesar. Esta mujer en cuestión es, además, la principal fuente de ingresos de su hogar, con dos hijos a los que mantener.

"Hemos visto una y otra vez este caso: a personas que han presentado esta solicitud pero sigue pendiente se les ha pedido que se tomen una licencia sin sueldo, o se les ha despedido de sus empleos", explica al diario británico la directora del Centro de Derechos Laborales, Dora-OIivia Vicol. En este caso particular, la mujer fue convocada a una reunión por parte de su empresa, una organización de atención en residencias, el pasado 28 de junio; fue en este encuentro cuando los gestores de la empresa descubrieron que no tenía la documentación que acreditaba su derecho a trabajar en el país. Ahora ha perdido su trabajo, por lo que se ha quedado en una situación precaria.

«He estado pagando impuestos en Reino Unido durante 30 años»


A la mujer se le pidió que acreditara que había entrado "legalmente" en el país. "Era como si me estuvieran acusando de haber entrado en Reino Unido en la parte trasera de un camión, pero yo llegué aquí cuando era un bebé", explica la propia mujer. "Me preguntaron si podía aportar pruebas de que tenía derecho a trabajar aquí; he estado pagando impuestos durante casi 30 años", lamenta. Tras este encuentro, la mujer solicitó el "estatus de asentamiento" en la Unión Europea, el mismo 30 de junio, día límite para proceder a este trámite. Sin embargo, no pudo completar la solicitud digital, por lo que tuvo que hacer una compleja solicitud en papel y enviar su certificado de nacimiento.

Foto: Un hombre camina frente a un retrato de Salvador Dalí en Londres. (EFE)

Llegó a recibir un acuse de recibo de la solicitud por correo electrónico, pero nunca ha podido acceder al certificado formal que le permite continuar trabajando mientras espera que se le otorgue el estatus. Así pues, fue convocada a otra reunión en su empleo, en esta ocasión con carácter disciplinario, y fue despedida bajo el argumento de que la empresa podría ser multada si continuaba con el contrato. "He intentado todos los días comunicarme con el centro de resolución del Ministerio del Interior, entre diez y veinte veces cada día. Todo lo que recibo es una grabación en la que avisan de que están demasiado ocupados como para atender la llamada".

Sin poder cobrar el paro

"Como llevo toda la vida en este país no pensé que tendría algún problema", señala la mujer, cuyo esposo y dos hijos tienen la nacionalidad británica. A este problema se le suma otro: al no poder demostrar su derecho a quedarse en Reino Unido, tampoco puede optar a las ayudas por desempleo. "Mi suegra nos está ayudando con la comida. Las facturas no se pagan, y no puedo conducir porque solo me queda medio depósito de gasolina", lamenta. La mujer se encuentra ya en números rojos, con una deuda de más de 200 libras.

Lo más difícil con lo que ha tenido que lidiar ha sido con despegarse de su trabajo, separarse de las personas a las que cuidaba en la residencia. "Lo único que quiero es poder hacer mi trabajo y seguir con mi vida". 'The Guardian' ha contactado con un portavoz del Ministerio del Interior, que ha explicado que se han aceptado más de cinco millones de solicitudes de este estatus. "Cualquiera que lo haya solicitado antes de la fecha límite, aunque aún no esté resuelto, está protegido por la ley hasta que se tome una decisión acerca de su petición", explica.

Dora-OIivia Vicol, por su parte, ha señalado que están intentando ayudar a resolver estas situaciones, sin mucho éxito. "El personal de Interior nos ha recomendado que llamáramos en dos semanas, pero esto la deja a ella, y a muchas otras personas, en una situación muy vulnerable", apunta. "Los empleadores rara vez dedican tiempo a leer la guía de ayuda del Ministerio de Interior, y se les acaba la paciencia. El entorno hostil ha generado una cultura del miedo, en la que los empleadores reacios al riesgo reaccionan de manera exagerada en su derecho a los controles laborales".

El pasado 30 de junio era el día límite para que los comunitarios residentes en Reino Unido pidieran el "estatus de asentamiento" para evitar quedar calificados como ilegales dentro del país, a raíz de las últimas modificaciones derivadas del Brexit. Muchos lo habrán conseguido y otros tantos se habrán quedado fuera. Este último es el caso de una mujer, nacida en España pero residente en Inglaterra durante prácticamente toda su vida, que con 45 años se ha visto seriamente afectada por esta nueva normativa: ha sido despedida de su trabajo en una residencia al no poder demostrar que tiene derecho a trabajar en el país.

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