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El gigante se ralentiza: la población china crece a su nivel más lento en décadas
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Rumbo al declive

El gigante se ralentiza: la población china crece a su nivel más lento en décadas

El censo de 2020 refleja una media de crecimiento anual de 0,53% en la última década, frente al 0,57% del periodo 2000-2010 y el 1,07% entre 1990 y 2000

Foto: Shanghái, China. (Reuters)
Shanghái, China. (Reuters)

La cancelación de la política de hijo único en 2015 no pudo evitar lo inevitable. Datos oficiales del censo anunciados por primera vez en una década muestran que la población de China creció entre 2010 y 2020 al menor ritmo desde principios de los años 60, un símbolo de la maduración de un gigante económico y demográfico que abre la puerta a un verbo que durante varias generaciones había desaparecido del vocabulario de Pekín: decrecer.

El censo de 2020 —un esfuerzo masivo de s de siete millones de personas que empleó por primera vez avanzados métodos telemáticos y tecnologías digitales para la recogida de las variables demográficas— refleja un crecimiento medio anual del 0,53% frente al 0,57% del periodo 2000-2010 y del 1,07% entre 1990 y 2000. En total, la población china aumentó un 5,38% en los últimos diez años hasta alcanzar los 1.411 millones de habitantes, según los resultados anunciados hoy por la Oficina Nacional de Estadística del gigante asiático.

Foto: Niños chinos juegan en un jardín infantil en Baokang, provincia de Hubei. (Reuters)

"El número de mujeres en edad fértil está disminuyendo y se está produciendo un aplazamiento de la maternidad ante el aumento del costo de la crianza de los hijos", reconoció Ning Jizhe, subdirector del proyecto del censo. Dentro de la propia década, la tendencia se ha visto agravada en los últimos años: el año pasado nacieron 12 millones de bebés en China, un número masivo en prácticamente cualquier otro país, pero que supone una considerable disminución respecto a los 18 millones de recién nacidos en 2016 en el país asiático. Muchos más lejos quedan los finales de los 70 y principios de los 80, cuando la población de China crecía a una media anual del 2,1%.

La población, además, sigue envejeciéndose, lo que hace pensar que en los próximos años, si no ya en 2022, su imparable crecimiento desde hace 50 años se revertirá y entrará en declive. Por otra parte, las personas disponibles como fuerza laboral continúan disminuyendo. Los mayores de 60 años son ahora 264 millones frente a los 177,6 millones de 2010, mientras que los mayores de 65 crecieron hasta los 190 millones, frente a los 118,8 millones que se contabilizaron hace 10 años. Comparativamente, el grupo poblacional de menores de 14 años solo creció un 1,35% en esta década.

El censo refleja una media de 2,6 habitantes por unidad familiar en China frente al 3,1 de 2010, una tasa que se reduce, según la Oficina Nacional de Estadística, debido a la "creciente movilidad" de la población.

Una política de natalidad fallida

China no es una excepción. El descenso de las tasas de fertilidad y la consecuente ralentización del crecimiento demográfico son fenómenos comunes en los países que experimentan desarrollo económico y social debido al cambio en las prioridades y opciones de sus ciudadanos. Sin embargo, en el país con la población más grande del mundo —aunque le quedan dos telediarios arriba del podio: las proyecciones apuntan a que India le superará en menos de cinco años— y con un proyecto económico que busca fomentar el consumo interno, el tema es especialmente delicado.

Los datos sobre población adulta e infantil son fundamentales para determinar las políticas de jubilación y de natalidad del Gobierno chino, que todavía mantiene la prohibición de tener más de dos hijos. En 2015, el Partido Comunista Chino anunció el fin de su política de hijo único y elevó el límite a dos bebés por pareja. Las autoridades esperaban que este cambio fuera suficiente para lograr tres millones de nacimientos adicionales cada año hasta 2020 y agregar más de 30 millones de trabajadores a la fuerza laboral para 2050. Pero el 'baby boom' previsto no se ha producido.

placeholder Dos clientas miran a un bebé que juega en un puesto de un mercado de mayoristas en Pekín (China). (EFE)
Dos clientas miran a un bebé que juega en un puesto de un mercado de mayoristas en Pekín (China). (EFE)

Expertos han señalado que las expectativas del Pekín de abrir y cerrar el grifo demográfico a voluntad son arcaicas y poco realistas. "El Gobierno levantó la cuota de nacimientos sin ningún compromiso adicional, por lo que básicamente traspasaron las responsabilidades a las personas, en particular a las mujeres", explicó Ye Liu, investigadora del King's College London, a 'The Guardian'.

El fracaso de la política por sí sola es evidente. En los últimos años se ha llevado a cabo un experimento de política de tres hijos en la provincia nororiental china de Heilongjiang. Expertos chinos han alertado que los resultados han sido considerablemente menos efectivos de lo que se pensaba. Como consecuencia, los llamamientos para el abandono total del control de la natalidad en China son ahora más fuertes que nunca. Los datos del censo y el inminente declive poblacional del país pueden ser la gota que colme el vaso.

La cancelación de la política de hijo único en 2015 no pudo evitar lo inevitable. Datos oficiales del censo anunciados por primera vez en una década muestran que la población de China creció entre 2010 y 2020 al menor ritmo desde principios de los años 60, un símbolo de la maduración de un gigante económico y demográfico que abre la puerta a un verbo que durante varias generaciones había desaparecido del vocabulario de Pekín: decrecer.