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Tailandia y la decisión de Sophie: ¿vacunar antes a sus ancianos o sus islas turísticas?
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Plan para vacunar Phuket

Tailandia y la decisión de Sophie: ¿vacunar antes a sus ancianos o sus islas turísticas?

Las autoridades tailandesas planean vacunar al menos a 460.000 personas (la mayoría de la población) de la isla de Phuket para cuando lleguen los visitantes extranjeros

Foto: La isla tailandesa de Phuket. (L. G. J.)
La isla tailandesa de Phuket. (L. G. J.)

¿Más viajeros o menos muertos? Con la llegada de las primeras vacunas, todos los países han tenido que enfrentarse a su particular decisión de a quién ponérselas primero. ¿A los trabajadores sanitarios o a los ancianos vulnerables? ¿A los mayores o a los profesores de colegios? La decisión es aún más acuciante cuando las dosis escasean, como en Tailandia. Con un programa de vacunación masiva de la isla de Phuket, dos meses antes de que las vacunas lleguen siquiera al resto de la población del país, el Gobierno siamés ha decidido apostar por inmunizar primero su 'meca' turística.

A la isla de Phuket la han denominado en no pocas ocasiones como “la perla”. Del sur, del mar de Andamán o incluso de todo Oriente, pese a que el codiciado título tuviera que compartirlo a lo largo de la historia con ciudades como Manila, Shanghái o Goa. Tras convertirse en uno de los destinos de playa más populares del sudeste asiático, más que 'la perla' se convirtió en 'el Benidorm de Asia', aunque la isla es enorme y todavía hay playas casi vacías para los aventureros. Lo innegable, eso sí, es que Phuket era una máquina de hacer dinero. Tailandia se embolsaba casi 12.000 millones de euros al año por la actividad de la isla, dinero que provenía mayoritariamente del turismo. El covid, en cambio, ahogó el lugar y en 2020 solo se logró hacer una cuarta parte del capital esperado, pese a que estuvo abierto al mundo un trimestre entero.

Foto: Una estatua de Buda con mascarilla en Tailandia. (Reuters)

Los planes para relanzar el destino al turismo local no han cuajado y uno de cada nueve restaurantes está cerrado o en bancarrota. Los taxistas les dicen a los que por allí pasan que no tienen para comer y la discoteca de moda, que antes pedía fortunas por una copa, ahora envía a sus empleados a la calle a ofrecer al primero que pase una barra libre por seis euros toda la noche.

¿Cuál es el plan de la isla para volver a los años de bonanza? Abrirse al turismo antes que nadie, priorizando las pocas vacunas de las que dispone Tailandia para el destino de playa en lugar de otorgarlas a las personas más necesitadas. Las autoridades de la isla planean vacunar al menos a 460.000 personas (la mayoría de la población) para cuando lleguen los visitantes extranjeros. A partir del 1 de julio, los viajeros ya vacunados podrán entrar en la isla sin necesidad de cuarentena, pero los locales no creen que para entonces se haya logrado vacunar a la suficiente población de la isla, arriesgándose a que entre de nuevo el virus y la convierta —como comentan coloquialmente— en una "isla zombi".

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Foto: L. G. J.

Muy pocas vacunas y con miedo a abrir el país

La hoja de ruta de vacunación en Tailandia ha sido cuando menos errática. Embriagado por el supuesto éxito de su estrategia contra el covid —hasta la OMS seleccionó el país como ejemplo de respuesta en pandemia junto a Nueva Zelanda—, el Gobierno tailandés fue el único en rechazar el plan Covax y dijo no tener prisa por vacunar a su población.

Tailandia prevé inmunizar a la mitad de su gente durante este año, lo que para el primer ministro, Prayuth Chan-ocha, es “suficiente” debido a su gestión contra el virus. Las vacunas principales serán Sinovac y AstraZeneca, si bien el problema es que de la primera hay pocas y para la segunda se ha de esperar a que la empresa local SiamBioscience, propiedad de la monarquía, la empiece a fabricar este verano.

Sin embargo, dicha estrategia no parece ir deprisa: solo un 1% de los tailandeses ha recibido al menos una dosis y el país es el que va más retrasado de toda la zona.

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Playas en Phuket. (L. G. J.)

El plan de Tailandia durante el covid fue de cierre casi absoluto. Ahora mismo, es posible entrar como turista, pero es preciso realizar una cuarentena obligatoria de 10 días en hoteles concretos, lo que tiene un coste de al menos 1.000 euros, además de suponer un procedimiento tedioso. Durante el pasado año, funcionó para mantener los contagios a raya. La economía, no obstante, se derrumbó y los destinos turísticos para extranjeros se convirtieron en desiertos abandonados, muy similares a los de cualquier película apocalíptica.

Atosigado por la industria turística, el Ejecutivo ha tenido que ceder y Phuket es la clave en su estrategia para relanzar el turismo. Si todo sale según sus planes, el 1 de julio cualquier persona vacunada podrá entrar en Phuket sin cuarentena y pulular por la isla con total normalidad.

Y, sin embargo, el sector aún no se cree que esto vaya a pasar.

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Calles en Phuket. (L. G. J.)

Más vacunas para Phuket y menos para el sector sanitario

Durante marzo, el Gobierno ideó un plan de rescate para Phuket en el que, para poder abrir en julio, era necesario vacunar al menos al 70% de la población de la isla. En realidad, ya se ha empezado a inmunizar a trabajadores de hoteles y a algunos residentes, mayoritariamente con vacunas de Sinovac.

Si se alcanza dicho porcentaje, Phuket permitirá a los viajeros entrar en la isla sin tener que hacer cuarentena, ya que sobre el papel esperan haber alcanzado la inmunidad de rebaño. Eso sí, durante una semana, no podrán salir de la isla ni visitar otras zonas del país.

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Foto: L. G. J.

Todo esto está muy cogido con pinzas, como temen muchos tailandeses que prefieren que no se reabra la isla. Algunos dicen que Phuket podría convertirse en “isla zombi”, ya que las infecciones serían habituales debido a que un viajero vacunado puede contagiar a cualquiera.

Además, la clave está en que cualquier tailandés podrá entrar y salir de Phuket sin necesidad de estar vacunado, lo que haría que el contagio pudiera ser general en todo el país. Eso, sin contar la escasa confianza que tiene la mayoría del país en relación con las vacunas de Sinovac y AstraZeneca.

El golpe de la tercera ola

Los trabajadores del sector turístico en Phuket han perdido la esperanza igualmente. La mayoría no cree que el Gobierno alcance ese 70% de vacunaciones, ya que su plan de vacunaciones cambia cada día. Los dos primeros millones de vacunas en Tailandia iban a destinarse al personal sanitario y a los más necesitados, pero luego se redistribuyó el plan para Phuket.

Pero Tailandia sufre una oleada de contagios inesperada, con 2.000 casos diarios, y eso ha hecho cambiar el plan nuevamente. Ahora mismo, las vacunas se ofrecen en los lugares donde se produjeron más contagios.

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Foto: L. G. J.

Muchos en Tailandia critican que empleados del sector del ocio en Bangkok o aquellos que trabajan en el turismo en Phuket vayan a recibir vacunas antes que los sanitarios o los ancianos de riesgo. Este viernes, el país tuvo el récord de muertes en un día: siete personas fallecieron en hospitales.

Mientras, en Phuket los negocios siguen en su constante agonía. Los que no están cerrados tratan de captar a turistas a precios de derribo, con hoteles de cuatro estrellas a poco más de 14 euros frente a la playa.

Muchos extranjeros dicen, aun así, que es el mejor momento para visitar la isla en décadas. Las sucias playas antes atestadas de turistas ahora lucen vacías y cristalinas.

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Foto: L. G. J.

Aunque esta semana la isla no ha estado exenta de polémica, al obligar a los residentes extranjeros en Tailandia a pagar 15 euros por entrar en la isla, sin importar que paguen impuestos o estén casados con personas locales. El conflicto está en que los ciudadanos nacionales pueden acceder gratis, solo pagan los foráneos.

Esta dualidad de precios basada únicamente en la nacionalidad es uno de los conflictos que más irritan a la comunidad extranjera que vive en el país. Precisamente, los únicos que aún pueden visitar zonas turísticas como Phuket si el plan de julio no funciona.

¿Más viajeros o menos muertos? Con la llegada de las primeras vacunas, todos los países han tenido que enfrentarse a su particular decisión de a quién ponérselas primero. ¿A los trabajadores sanitarios o a los ancianos vulnerables? ¿A los mayores o a los profesores de colegios? La decisión es aún más acuciante cuando las dosis escasean, como en Tailandia. Con un programa de vacunación masiva de la isla de Phuket, dos meses antes de que las vacunas lleguen siquiera al resto de la población del país, el Gobierno siamés ha decidido apostar por inmunizar primero su 'meca' turística.

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