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Europa se interesa por la Sputnik cuando la tensión con Moscú alcanza su cénit
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LA GEOPOLÍTICA DE LAS VACUNAS

Europa se interesa por la Sputnik cuando la tensión con Moscú alcanza su cénit

España expresa su solidaridad con los vecinos de Rusia con una gira de González Laya por los países bálticos y asumiendo el mando de una misión naval de la OTAN en el Mar Negro

Foto: González Laya, con su homóloga estonia. (EFE)
González Laya, con su homóloga estonia. (EFE)

Una unidad especial de los 'carabinieri' de Italia detuvo, el 30 de marzo, en un aparcamiento del centro de Roma, a un capitán de fragata de la marina italiana destinado en el Ministerio de Defensa, que acababa de entregar a un funcionario de la Embajada de Rusia documentos secretos de su país y de la OTAN. El Gobierno italiano expulsó de inmediato a dos diplomáticos rusos.

Este es el último roce, que se añade a una larga lista, entre un país europeo de la OTAN y Rusia. Pese a estas fricciones un par de Estados miembros de la Unión Europea han adquirido la vacuna Sputnik V, un par de regiones (Campania y Baviera) han firmado precontratos para comprarla, una tercera (Madrid) ha mostrado públicamente su interés por la sustancia rusa y hasta la primera potencia europea, Alemania, baraja adquirirla por su cuenta aunque, según la canciller Angela Merkel, preferiría hacerlo a través de la Comisión Europea.

Foto: Angela Merkel. (Reuters)

Cuando la relación política y diplomática entre la UE y Rusia pasa por “sus horas más bajas”, una expresión del ministro ruso Sergueï Lavrov, es cuando más interés suscita la primera vacuna, por orden cronológico, contra el covid-19. A algunos gobiernos les resulta atractiva pese a que la Agencia Europea del Medicamento investigue estos días la fiabilidad de sus ensayos clínicos; que la población rusa sea reacia a vacunarse (solo el 3,7% de su población se ha puesto la segunda dosis); que Eslovaquia haya adquirido 200.000 viales que, por ahora, no inoculará por falta de documentación fehaciente.

Peor aún, hasta el pasado fin de semana en la UE se fabricaron 190 millones de dosis mientras que en Rusia, solo 20 millones. Es difícil que, si surgen nuevos clientes europeos, Moscú aumente significativamente su producción de Sputnik V para abastecerles. Hungría, principal comprador europeo, solo recibió hasta finales de marzo 1,03 millones de dosis, 570.000 menos de las comprometidas. De las fábricas farmacéuticas de la UE saldrán en verano cada día unos 4,3 millones de dosis, según las previsiones de Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior. Sobrarán vacunas 'made in the EU'.

Para el régimen de Vladimir Putin la Sputnik no es solo una vacuna, es un arma diplomática con la que mejorar su imagen, ejercer influencia y tratar de sembrar división en las filas europeas. De ahí que el Fondo Ruso de Inversión Directa, que financió la investigación de la vacuna, haya hecho anuncios perturbadores. Su director, Kiril Dimtriev, aseguró en televisión, el 15 de marzo, haber firmado acuerdos nada menos que con España, Alemania, Francia e Italia para fabricar la Sputnik en cada uno de esos países. Los cuatro ministerios de Sanidad le desmintieron.

Los sucesivos gobiernos españoles llevan años comportándose como miembros ejemplares de la OTAN frente a Moscú

El Kremlin lanza su ofensiva diplomático-sanitaria cuando se suceden a buen ritmo este año las detenciones y expulsiones de espías rusos en el viejo continente. Una semana antes del golpe de los 'carabinieri' en Roma, Bulgaria anunció haber desmantelado una red compuesta por seis agentes –cinco están en la cárcel- y el primer ministro, Boïko Borissov, pidió públicamente a Moscú que “deje de espiar” a su país. Un mes antes, el 25 de febrero, fue detenido en Berlín un empleado del servicio de mantenimiento del Bundestag (Parlamento) por entregar planos del edificio a la inteligencia rusa (SVR). El 12 de marzo un periodista alemán que trabajó para la televisión pública Russia Today reveló como recibió órdenes de sus jefes para acercarse todo lo posible al disidente ruso Alexei Navalny ingresado el año pasado en el hospital berlinés Charité tras ser envenenado en Siberia.

Al espionaje a la antigua se añade el ciberespionaje. La prensa alemana reveló el 26 de marzo que entre 200 y 300 ordenadores de diputados federales, regionales y de activistas políticos habían sido infectados. Los expertos en ciberseguridad sospecharon que detrás del ataque estaba el servicio secreto militar ruso (GRU), según el semanario 'Der Spiegel'. Son sospechas indemostrables, como tampoco se sabe a día de hoy a ciencia cierta quién introdujo el virus que paralizó, el 9 de marzo, el sistema informático del Servicio Público de Empleo Estatal español. La investigación del Centro Criptológico Nacional no llegó a ningún resultado concluyente; pero, de nuevo, las miradas se dirigen a Moscú por razones más políticas que técnicas.

Los sucesivos gobiernos españoles llevan años comportándose como miembros ejemplares de la OTAN frente a Moscú. En estos tiempos de mayores tensiones, no tanto a causa del espionaje, sino a la amenazante concentración de tropas rusas en la frontera de Ucrania, el de Pedro Sánchez ha hecho incluso algunos gestos adicionales en apoyo a los vecinos de Rusia.

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, concluyó el viernes una gira por las tres repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania), donde todos sus interlocutores, empezando por los presidentes que la recibieron, agradecieron “la importante contribución de España a la seguridad de la región” y le insistieron en la necesidad de frenar el expansionismo ruso en Ucrania, según la prensa local.

González Laya se declaró “preocupada” por los movimientos militares rusos en los aledaños de Ucrania, pero rehusó especular sobre sus intenciones. Prometió que los cazas EF-18 del Ejército del Aire volverán a ser desplegados en Estonia cuando les toque el turno asignado por la OTAN cuyo centro de excelencia en ciberdefensa visitó. Se desplazó también hasta la base de Adazi (Letonia), donde está estacionado un contingente del Ejército de Tierra con sus carros de combate Leopard.

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En la frontera sureste de Rusia, España desplegó, por primera vez, en el marco de otra misión OTAN, seis aviones 'eurofighters' encargados de proteger el espacio aéreo de Rumania. En sus dos meses de estancia, que concluyó el 31 de marzo, efectuaron nada menos que 400 salidas, un récord en tan poco tiempo, para interceptar a cazas rusos o en misiones de reconocimiento. “Hemos cumplido de sobra los objetivos asignados”, declaró el teniente coronel José Enrique Hernández Mendel, al hacer balance de la misión.

Desde hace tres semanas la fragata 'Méndez Nuñez' de la Armada ejerce además el mando de la Agrupación SNMG-2 de la OTAN, compuesta por otros tres buques, que efectuará hasta junio ejercicios navales en el Mar Negro. El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexander Grushko, expresó el viernes su preocupación por la creciente actividad en el Mar Negro de flotas de potencias que no son ribereñas de esas aguas. EE UU reforzará, sin embargo, el miércoles su presencia naval en ese mar con dos nuevos buques de guerra.

Una unidad especial de los 'carabinieri' de Italia detuvo, el 30 de marzo, en un aparcamiento del centro de Roma, a un capitán de fragata de la marina italiana destinado en el Ministerio de Defensa, que acababa de entregar a un funcionario de la Embajada de Rusia documentos secretos de su país y de la OTAN. El Gobierno italiano expulsó de inmediato a dos diplomáticos rusos.

Este es el último roce, que se añade a una larga lista, entre un país europeo de la OTAN y Rusia. Pese a estas fricciones un par de Estados miembros de la Unión Europea han adquirido la vacuna Sputnik V, un par de regiones (Campania y Baviera) han firmado precontratos para comprarla, una tercera (Madrid) ha mostrado públicamente su interés por la sustancia rusa y hasta la primera potencia europea, Alemania, baraja adquirirla por su cuenta aunque, según la canciller Angela Merkel, preferiría hacerlo a través de la Comisión Europea.

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