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Coordenadas | ‘Vacunagate’, la crisis de todas las crisis: ¿hacia dónde va Perú?
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ELECCIONES PRESIDENCIALES Y PARLAMENTARIAS

Coordenadas | ‘Vacunagate’, la crisis de todas las crisis: ¿hacia dónde va Perú?

Perú acude a las urnas este domingo en un ambiente marcado por la creciente inestabilidad, tanto económica como política, después de que más de 470 políticos recibieran la vacuna de manera irregular

Foto: Fotografía de archivo de un manifestante disfrazado en una protesta contra Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori . (Reuters)
Fotografía de archivo de un manifestante disfrazado en una protesta contra Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori . (Reuters)

“La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”, asegura en una de sus obras el nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. En el caso de Perú, su país de nacimiento, esta incertidumbre se ha convertido en una constante. El próximo 11 de abril el segundo país productor de cobre del mundo se enfrenta a unas elecciones marcadas por la inestabilidad política y por una pandemia que ha puesto su sistema sanitario contra las cuerdas.

En 1980, tras 12 años de Gobierno militar, la democracia regresó a Perú. Desde entonces, el país ha vivido nueve elecciones generales y ha sobrevivido a varias crisis tanto políticas como económicas. Sin embargo, la reacción inicial del Ejecutivo ante la llegada del coronavirus fue el cierre de la actividad productiva, provocando una caída del PIB en un 11% y un aumento drástico del desempleo.

Pero no solo eso, sino que la gestión de esta crisis sanitaria ha transformado el discurso político de la nación latinoamericana y se ha convertido en una de las principales protagonistas de la campaña electoral. Los continuos escándalos de corrupción, el desempleo o las políticas restrictivas para detener el impacto de la pandemia han hecho perder credibilidad a las instituciones. En este contexto, Perú celebra este domingo las primeras elecciones legislativas anticipadas de su historia. ¿Cómo se ha llegado a este punto?

En breve

El nueve de noviembre de 2020 la historia de Perú volvía a dar un giro drástico de 180 grados. Aquel día, el presidente Martín Vizcarra fue destituido tras ser aprobada una moción de vacancia por "incapacidad moral". El sucesor de Pedro Pablo Kuczynski fue acusado de haber recibido supuestamente sobornos en 2013 y 2014 cuando era gobernador en Moquegua y de estar implicado en el caso conocido como 'el Club de la construcción'.

Foto: Un funeral en Lima, la capital peruana. (Reuters)

El nombramiento de Manuel Merino como presidente interino desató una oleada de protestas que acabó con su propia dimisión apenas una semana después de tomar las riendas del país. El encargado de asumir su vacío en medio de esta grave crisis social fue el legislador Francisco Sagasti, del Partido Morado, de tendencia centro-liberal. Esta sucesión de presidentes tuvo lugar mientras Perú registraba cifras de contagios y de muertes por el coronavirus muy superiores a las de otros países de la región.

En esta espiral de inestabilidad, casi 500 personas de la alta esfera política del país, entre ellos el expresidente Martín Vizcarra y algunos funcionarios del actual Ejecutivo de Sagasti, recibieron la vacuna del coronavirus de manera “irregular”. Este escándalo conocido como 'Vacunagate' ha polarizado, aún más, la población de un país en donde las muertes por coronavirus ya superan las 53.000 personas. Tal ha sido la repercusión de este caso que este jueves la Comisión Permanente del Congreso de Perú decidió aprobar la inhabilitación de Vizcarra durante los próximos 10 años, así como a otros miembros de su Gobierno, como la exministra de Salud Pilar Mazzetti.

Foto: Protestas en Perú. (Reuters)

Contexto

La eterna crisis política en Perú reside en su propio sistema político. En esta nación latinoamericana, el poder ejecutivo está constituido por el presidente y dos vicepresidentes, mientras que el legislativo está representado por un Parlamento Unicameral con 130 miembros. Durante la última legislatura, las relaciones entre ambos poderes han sido muy tensas y se han convertido en un escollo para el desarrollo económico y social del país.

Más allá de la falta de entendimiento entre las dos instituciones, la nación andina ha sido testigo en los últimos años de la fragilidad de su sistema de partidos y de la expansión de la corrupción entre la esfera política. En menos de un año, el expresidente Vizcarra se enfrentó a dos mociones de censura: una de ellas por el caso Richard Swing, que fue rechazada en el Congreso, y otra por supuestamente recibir pagos a cambio de contratos de obras públicas entre 2011 y 2014; moción que le costó su puesto como presidente.

No obstante, Vizcarra no fue el primer mandatario peruano en enfrentarse a este tipo de acusaciones. Su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski, permanece bajo arresto domiciliario por su supuesta relación con la constructora brasileña Odebrecht mientras era ministro del expresidente Alejandro Toledo.

Foto: Manifestación contra la impunidad de Odebrecht y de los políticos sobornados en Lima, Perú, este enero. (Reuters)

Por su parte, Ollanta Humala, quien fuera presidente entre 2011 y 2016, está siendo investigado por este mismo caso, al igual que Alejandro Toledo, que gobernó entre 2011 y 2006, y Alan García, que se suicidó en abril de 2019 cuando iba a ser detenido por orden de la Justicia por supuestos delitos de corrupción.

Durante los años 2000 y 2001 estuvo al frente del país Valentín Paniagua, el único presidente peruano en las últimas tres décadas que no ha tenido que enfrentarse a ninguna acusación de corrupción y el encargado de liderar un Gobierno de transición tras la renuncia deAlberto Fujimori. Este último, quien gobernó en la última década del siglo XX, está cumpliendo una condena de 25 años de cárcel por violación de los derechos humanos durante su gobierno entre 1990 y 2000.

Foto: Manifestantes apoyan a Da Silva en las calles de Brasil. (Reuters)

Esta desafección por la clase política no se manifiesta en la intencionalidad de voto de la población, que se caracteriza por ser extremadamente volátil y en la que importa más el líder que la propia ideología del partido político. El ensayo ‘¿Por qué no hay partidos políticos en Perú?’ de los autores Steven Levitsky y Mauricio Zavaleta culpan de esta situación a dos variables: la ausencia de recursos para crear organizaciones de partidos y la falta de incentivos para embarcarse en tal proyecto. “Perú es tierra de solitarios”, aseguran Levitsky y Zavaleta, que analizan la manera en la que los políticos peruanos han “aprendido a ganar elecciones sin partidos” y a desarrollar “una serie de normas, prácticas y sustitutos organizativos con los que facilitar dichos esfuerzos”.

Actores: la herencia del fujimorismo

La historia reciente de Perú ha estado protagonizada por Alberto Fujimori. Apenas cinco días antes de que se celebren los comicios, su hija, Keiko Fujimori, presentó la primera parte de las memorias de su padre. "Mi padre viene escribiendo sus memorias desde que estaba en Japón", afirmó la candidata del partido Fuerza Popular. El expresidente llegó al poder en las elecciones generales de 1990 bajo el lema 'honradez, tecnología y trabajo', con el que ganó bastantes votos de las zonas rurales, los indígenas o las clases menos favorecidas. Además, prometió acabar con el 'shock' de precios que caracterizaba a la política de la nación andina en esos momentos.

Dos años después, la noche del 5 abril de 1992, Fujimori compareció en la televisión pública para anunciar la "disolución" del Congreso y la "reorganización" del Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales y la Fiscalía. En la actualidad, Fujimori está en la cárcel cumpliendo prisión por las matanzas de Barrios Altos, en 1991, y La Cantuta, en 1992, ocurridas en Lima; y los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer.

placeholder La candidata presidencial peruana Keiko Fujimori durante el mitin de cierre de campaña, en Lima. (Reuters)
La candidata presidencial peruana Keiko Fujimori durante el mitin de cierre de campaña, en Lima. (Reuters)

Su mandato dio lugar al fujimorismo, una corriente política personalista en torno a su figura que se abraza a los sectores más conservadores de la sociedad peruana. Las últimas encuestas publicadas a lo largo de esta semana han situado a la hija de Fujiimori en la primera en intención de voto, otorgándole el 12,9 por delante de los otros diecisiete candidatos que pelean la Presidencia de Perú.

Un total de 18 candidatos disputan la carrera por ser el nuevo presidente de Perú. Sin embargo, la peculiaridad de esta campaña ha sido el resurgimiento de una sobreoferta de opciones de derecha. Entre los candidatos a estos comicios, siete son conservadores o muy conservadores en lo social, en lo político y en lo económico. Sus nombres son Rafael López Aliaga (ultraderecha), Keiko Fujimori (derecha autoritaria), Rafael Santos (derecha), Hernando de Soto (derecha ultraliberal), Daniel Salaverry (conservadurismo provinciano), César Acuña (derecha populista) y Alberto Beingolea (democracia cristiana).

A pesar del amplio número de opciones conservadoras, también se pueden observar otras como la del maestro Pedro Castillo, del partido de extrema izquierda Perú Libre, quien ha comenzado a ganar terreno entre los indecisos en la recta final de la campaña electoral; Verónika Mendoza, quien lidera Juntos por Perú o el legislador Yonhy Lescano, de Acción Popular.

¿Y ahora qué?

Alrededor de 25 millones de peruanos están llamados a elegir a un nuevo presidente, dos vicepresidentes, un nuevo Congreso y nuevos representantes para el Parlamento Andino en un país donde votar es obligatorio y el no hacerlo se castiga con una multa de al menos 20 dólares. Según los últimos sondeos del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) e Ipsos Perú todo puede pasar en las urnas el próximo domingo.

Estos comicios coinciden con la celebración del bicentenario, que considera el nacimiento de Perú entre el periodo de 1821 y 1824, los principales candidatos apenas superan el 10% de la intención de voto. La pandemia y los últimos escándalos de corrupción han generado una crisis de representatividad y un clima de desapego hacia la política. El candidato capaz de liderar un discurso sólido y creíble para combatir la pandemia y la corrupción logrará el apoyo de los desencantados. Mientras tanto, la incertidumbre reina en un país, derrotado por la actual crisis del coronavirus.

Foto: Unas mujeres pelan papas en Lima, Perú. (EFE)

En este escenario y de acuerdo con la Constitución peruana, para que un candidato gane en la primera vuelta tiene que superar el 50% de los votos válidos, algo que parece prácticamente imposible. No obstante, el futuro inmediato de este país lo determinarán los indecisos, es decir, el porcentaje de más del 20 por ciento que todavía no sabe a quién votar en los comicios de este domingo.

Para saber más

Perú registró este miércoles 14 fallecidos en un solo día por el covid-19, el mayor pico de decesos desde que llegó al país la pandemia, que hasta el momento ha dejado más de 53.700 muertes y alrededor de 1,6 millones de contagiados.

La angustia y desolación por el aumento en el número de casos y de muertes se refleja principalmente en los hospitales, en donde el oxígeno y las vacunas son un bien escaso. Tal es la situación que el actual presidente, Francisco Sagasti, ha llegado a afirmar este mismo jueves que el Estado peruano “ha fallado” para atender las necesidades de su población durante la pandemia del coronavirus. "Es fundamental que quien salga elegido en las urnas y que todos los partidos políticos que participan en la contienda electoral apoyen decididamente este esfuerzo por mejorar la salud pública en nuestro país", ha agregado.

El sentimiento de tristeza por estas pérdidas va acompañado del de la indignación desde que saliera a la luz uno de los mayores escándalos de vacunación del mundo. Al menos 487 representantes políticos fueron vacunados de manera irregular a finales de 2020 con dosis del laboratorio chino Sinopharm, destinadas para realizar distintos ensayos en el país. Uno de los nombres más sonados en la lista de las personas que fueron inmunizadas es el del expresidente Vizcarra, así como el de la exministra de Salud Pilar Mazzetti y la excanciller Elizabeth Astete.

Otro ángulo

Uno de los aspectos más olvidados en la campaña electoral ha sido el grave impacto ambiental que tiene la minería o la tala ilegal en este país. Según el último informe del Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina, la minería ilegal ha descendido hasta un 78 por ciento en esta región, pero aún amenaza varias zonas clave. Sobre este asunto reflexiona el documental ‘Jardines de Plomo’ del director Alessando Pugno, quien durante más de cuatro años investigó sobre las consecuencias de la contaminación en la salud de las personas que sufren este tipo de actividades. De acuerdo con su investigación, el 97% de los niños que viven en estas zonas tienen plomo en la sangre.

Por otro lado, por violencia o por coronavirus, miles de personas en el país han tenido que mirar cara a cara a la muerte. En el libro ‘Breve historia de Sendero Luminoso’ de Jerónimo Ríos y Marté Sánchez y en el documental ‘La búsqueda’, de los directores Mariano Agudo y Daniel Lagares, se reflexiona sobre este asunto. Sin embargo, Perú es una sociedad en la que todavía quedan muchas heridas del pasado sin cicatrizar. Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación del país, en las dos últimas décadas del siglo XX más de 69.000 peruanos perdieron la vida o desaparecieron a manos de “organizaciones subversivas o por obra de agentes del Estado”.

Para seguir el hilo

En este hilo de Twitter, el periodista de ‘El Comercio’ Jonathan Castro analiza los detalles del simulacro de votación publicado en este mismo periódico el pasado fin de semana.

Por su parte, el autor del libro ‘Congresopedia: veinte años de un sistema parlamentario fallido' también ha reflexionado durante los últimos días en Twitter sobre el comportamiento del voto parlamentario en estos comicios.

Una imagen

La imagen de la ira y la desesperación. Perú es el país latinoamericano con más expresidentes presos o investigados por la Justicia. Desde el ‘Vacunagate’ hasta el caso Odebrecht, los múltiples escándalos en los que se ha visto implicada la élite política han llevado a la sociedad peruana al borde del abismo.

placeholder Una manifestante resulta afectada por gases lacrimógenos disparados por la Policía en la Plaza San Martin en Lima durante las protestas de noviembre. (EFE)
Una manifestante resulta afectada por gases lacrimógenos disparados por la Policía en la Plaza San Martin en Lima durante las protestas de noviembre. (EFE)

El domingo 11 de abril Perú decidirá su futuro en unas elecciones impredecibles. La única certeza es que la actual situación económica, política y social fragmentará aún más el voto de un país ya de por sí dividido.

“La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”, asegura en una de sus obras el nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. En el caso de Perú, su país de nacimiento, esta incertidumbre se ha convertido en una constante. El próximo 11 de abril el segundo país productor de cobre del mundo se enfrenta a unas elecciones marcadas por la inestabilidad política y por una pandemia que ha puesto su sistema sanitario contra las cuerdas.

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