Muere uno de los dos policías atropellados en el Capitolio de EEUU

Un coche embistió una barricada de seguridad y atropelló a dos agentes de policía cerca de la sede del Congreso estadounidense, en Washington DC. El conductor fue abatido por las fuerzas de seguridad y uno de los policías arrollados ha fallecido a causa de sus heridas. Tras el incidente, el recinto, de por sí fortificado tras el asalto por parte de seguidores de Donald Trump que tuvo lugar en enero, fue cerrado y reforzado por un equipo de respuesta rápida de la Guardia Nacional.

"Debido a una amenaza de seguridad externa no se permite la entrada ni salida de todos los edificios del Capitolio de EEUU en este momento", indicó un mensaje de la Policia enviado a los congresistas. En el texto también se indicaba que quienes se encuentren en el interior del complejo se pueden mover, pero deben mantenerse "alejados de ventanas y puertas". El Congreso está en receso por las vacaciones de Pascua, con lo que ningún miembro de la Cámara de Representantes y del Senado está en su interior. El Presidente estadounidense, Joe Biden, se encuentra fuera de la capital, en Camp David.

El atacante, quien no estaba en ninguna lista de vigilancia de las fuerzas de seguridad, murió en un hospital poco después de recibir los disparos. Fue abatido tras salir del vehículo y esgrimir un cuchillo de manera "agresiva" contra los agentes, precisó Yogananda Pittman, jefa interina de la Policía del Capitolio durante una rueda de prensa. Los investigadores aún no cuentan con un posible motivo para el ataque, pero no creen por ahora que el incidente esté "relacionado con el terrorismo", según indicó el jefe del Departamento de Policía Metropolitana de Washington DC, Robert Contee, a periodistas en la zona.

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Europa Press

El ataque tiene lugar más de una semana después de que las autoridades retiraran una cerca perimetral rematada con alambre de espino alrededor del complejo —para proteger contra ataques similares al de enero— y reabrieran las calles que rodean el Capitolio al tráfico de vehículos. Se trata de la amenaza de seguridad más grave en la capital estadounidense desde el asalto al Capitolio, en el que decenas de personas resultaron heridas y cinco fallecieron. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ordenó que ondeen banderas a media asta en el Congreso en honor al agente caído, cuyo nombre es William Evans.