El Polisario golpea dentro de Marruecos y asegura haber matado a tres soldados
Al permitir al Polisario penetrar en territorio marroquí, Argel trata de compensar los reveses diplomáticos de estos últimos meses
El Frente Polisario ha asestado su primer golpe dentro de Marruecos. Así lo anunció, el martes pasado, en un comunicado en el que precisaba también que sus guerrilleros habían matado a tres militares marroquíes. Desde que desenterró, en noviembre, el hacha de guerra, el Polisario ha publicado numerosos comunicados exagerando a veces, con fines propagandísticos, el alcance de sus ataques contra el Ejército marroquí desplegado en el Sáhara Occidental, según observadores castrenses internacionales. El que difundió anteayer parece, sin embargo, ajustarse al asalto de la pequeña guarnición de Ouakziz, en el sur de Marruecos, justo al norte de la antigua colonia española.
Ninguna fuente independiente ha confirmado ese ataque, perpetrado el lunes de madrugada. El Polisario ha precisado en él qué armas incautó a los defensores de la pequeña guarnición, con sus números incluidos, y asegura poseer la documentación personal de los dos soldados y del suboficial que mató. Si la difunde, como ha dado a entender que hará, dará más credibilidad a su embestida en Ouarkziz.
A las 48 horas de la difusión del comunicado, el jefe del Gobierno marroquí, Saadedin el Othmani, desmintió en Twitter el ataque. “Es un nuevo ejemplo de la guerra mediática, basada en falsas informaciones, que desarrolla el frente de los separatistas para tratar de hacer creer en victorias imaginarias”, escribió.
El Polisario disparó el 23 de enero cuatro misiles tierra-tierra sobre la carretera que enlaza Guerguerat, en el sur del Sáhara, con la aduana de Mauritania por la que circulan a diario decenas de camiones cargados, sobre todo, con frutas y hortalizas. El bloqueo de esa carretera por civiles saharauis, respaldados por el Polisario, y la intervención del Ejército marroquí para despejarla, provocó, el 13 de noviembre, la ruptura del alto el fuego vigente desde hace 29 años. La zona al sur de Guerguerat está, en teoría, desmilitarizada y el Polisario sostiene que esa carretera es ilegal porque no quedó recogida en el acuerdo suscrito con Marruecos en 1991.
Rabat trata de restar importancia a la capacidad bélica de su enemigo. Por eso no reconoció ese bombardeo en Gueguerat, pero informaciones de la prensa marroquí, incluida la oficialista, y los audios de las conversaciones mantenidas entre camioneros, confirman que sí se produjo. “La guerra va a seguir y lo hará escalando”, declaró entonces a la prensa Sidi Ould Oukal, descrito como portavoz del Ministerio de Defensa saharaui.
El anuncio se ha cumplido. El Polisario empezó, en noviembre, por hostigar al Ejército marroquí parapetado tras el muro de defensa que erigió en el Sáhara en los años 80. En enero lanzó misiles contra la carretera de Guerguerat y, en febrero, dio un paso más al atacar, por primera vez, una guarnición dentro de Marruecos, la de Ouarkziz, aunque en su comunicado asegura haber asaltado otra situada en Touizgui. Este anuncio es más dudoso porque no aporta ni siquiera un atisbo de prueba.
La autonomía del movimiento armado saharaui es limitada con relación a Argel. Si ahora ha penetrado en territorio marroquí es porque la cúpula militar argelina, que ostenta en la práctica en poder, le ha dado la luz verde para que dé ese paso. Está por ver hasta dónde le permitirá llegar la gerontocracia castrense que gobierna Argelia.
El régimen argelino ha enseñado también directamente los dientes, el 17 y 18 de enero, a Marruecos. Organizó unas gigantescas maniobras aeroterrestres en la provincia de Tinduf, fronteriza con Marruecos, donde están instalados la mayoría de los campamentos de refugiados saharauis. En el cuarto de hora que dedicó la televisión pública a su cobertura se pudo ver desde el nuevo misil anticarro ruso Kornet hasta los cazas Soukhoï. Puestos a exhibir, la fuerza aérea argelina mostró también el avión de espionaje electrónico norteamericano Beechcraft 1900, una excepción porque casi todo su armamento es de fabricación rusa. Argelia es la segunda potencia militar africana después de Egipto.
Aunque no nombró a Marruecos, el general Said Chanegriha, jefe de Estado Mayor, dejó claro en su discurso a quién se estaba enviando un mensaje con ese inusual despliegue militar en Tinduf. Argelia, recalcó en su discurso, “merece que su Ejército esté constantemente a la altura de los desafíos a los que se enfrenta hoy y continuar siendo libre, soberana y tenaz ante los enemigos de ayer y de hoy en día”.
Argelia y su protegido, el Polisario, han cosechado estos últimos meses varios reveses diplomáticos con el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental por una veintena de países africanos y árabes y, el 10 de diciembre, por EEUU. A cambio, el rey Mohamed VI se comprometió ante el presidente Donald Trump a establecer relaciones diplomáticas con Israel, un anuncio que ha cumplido. Varios de estos países africanos y árabes han abierto o, como EEUU, han anunciado que inaugurarán en breve consulados en el Sáhara, sobre todo en la ciudad de Dajla (antigua Villa Cisneros).
El recrudecimiento de la actividad militar por el Polisario, autorizado o instigado por Argel, es una manera de recordar a la comunidad internacional, y quizás especialmente a la nueva Administración del presidente Joe Biden, que el reconocimiento de la soberanía marroquí no ha resuelto ni mucho menos el conflicto.
Ese espaldarazo estadounidense a Marruecos ha envalentonado a sus autoridades que ahora presionan para que los países europeos más cercanos, especialmente España, den también un paso. La diplomacia marroquí sabe que la antigua potencia colonial no puede llegar tan lejos como EEUU, pero aspira, al menos, a que modifique su postura y dé abiertamente su apoyo al modesto plan de autonomía para el Sáhara que ofrece Marruecos, ostentando la soberanía sobre el territorio. El Gobierno de Pedro Sánchez no parece, por ahora, dispuesto a dar su brazo a torcer y eso hace prever algunas turbulencias en la relación bilateral, según auguran fuentes diplomáticas.
El Frente Polisario ha asestado su primer golpe dentro de Marruecos. Así lo anunció, el martes pasado, en un comunicado en el que precisaba también que sus guerrilleros habían matado a tres militares marroquíes. Desde que desenterró, en noviembre, el hacha de guerra, el Polisario ha publicado numerosos comunicados exagerando a veces, con fines propagandísticos, el alcance de sus ataques contra el Ejército marroquí desplegado en el Sáhara Occidental, según observadores castrenses internacionales. El que difundió anteayer parece, sin embargo, ajustarse al asalto de la pequeña guarnición de Ouakziz, en el sur de Marruecos, justo al norte de la antigua colonia española.